1 – 2 – 3 – 4 – 5 – 6 – 7 – 8 – 9
Amós
Antes de su vocación, Amós fue pastor y labrador que apacentaba sus ovejas y cultivaba cabrahígos en Tecoa, localidad de la montaña de Judá, situada a 20 kilómetros al sur de Jerusalén. A pesar de su pertenencia al reino de Judá, Dios lo llamó al reino de Israel (cf. 1, 1; 7, 14 s.), para que predicase contra la corrupción moral y religiosa de aquel país cismático que se había separado de Judá y el Templo. Alguna vez menciona también a Judá (2, 4) y a todo el pueblo escogido (9,11). Amós desempeñó su cargo en los días de Ocías (Azarías), rey de Judá (789-738) y Jeroboam II, rey de Israel (783-743).
Desde un principio, el profeta se mostró intrépido defensor de la Ley de Dios, especialmente en su encarnizada lucha contra el culto del becerro adorado en Betel. Perseguido por Amasías, sacerdote de aquel becerro (7, 10), el profeta murió mártir, según una tradición judía. La Iglesia le conmemora en el calendario de los santos el 30 de marzo.
Los primeros dos capítulos contienen amenazas contra los pueblos vecinos, mientras los capítulos 3-6 comprenden profecías contra el reino de Israel. Los capítulos 7-9 presentan cinco visiones proféticas acerca del juicio de Dios sobre su pueblo y el reino mesiánico, a cuyas maravillas dedica los últimos versículos, como lo hacen también Oseas, Joel, Abdías y casi todos los profetas Mayores y Menores.
Amós 1
1 [9395] Palabras de Amós, de los pastores de Tecoa, (o sea), visiones que tuvo en orden a Israel, en los días de Ocías, rey de Judá, y en los días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel; dos años antes del terremoto.
Vaticinio contra Damasco
2 [9396] Dijo: “Ruge Yahvé desde Sión,
desde Jerusalén hace oír su voz;
estarán de luto los pastos de los pastores,
y se secará la cumbre del Carmelo.”
3 [9397] Así dice Yahvé:
“Por tres pecados de Damasco,
y por cuatro, no le doy perdón:
Porque trillaron a Galaad
con trillos de hierro,
4 [9398] enviaré fuego contra la casa de Hazael,
que consumirá los palacios de Benhadad-,
5 [9399] quebraré los cerrojos de Damasco,
extirparé del valle de Avén a los habitantes
y de Bet-Edén a aquel que empuña el cetro;
y el pueblo de Siria ira cautivo a Kir”,
dice Yahvé.
Contra Gaza
6 [9400] Así dice Yahvé:
“Por tres pecados de Gaza,
por cuatro, no le doy perdón:
Porque se llevaron muchedumbres de cautivos
para entregarlos a Edom,
7 enviaré fuego contra los muros de Gaza,
que devorará sus palacios;
8 exterminaré de Azoto a los habitantes,
y de Ascalón al que empuña el cetro;
volveré mi mano contra Acarón,
y perecerá el resto de los filisteos”,
dice Yahvé, el Señor.
Contra Tiro
9 [9401] Así dice Yahvé:
“Por tres pecados de Tiro,
y por cuatro, no le doy perdón:
Porque entregaron a Edom
muchedumbres de cautivos,
y no se acordaron de la fraternal alianza,
10 enviaré fuego contra los muros de Tiro,
que devorará sus palacios.”
Contra Edom
11 [9402] Así dice Yahvé:
“Por tres pecados de Idumea,
y por cuatro, no le doy perdón:
Porque persiguió, espada en mano,
a su hermano, ahogando la compasión,
y porque en su ira no dejó de destrozar,
guardando para siempre su rencor,
12 [9403] enviaré fuego contra Temán,
que devorará los palacios de Bosra.”
Contra Ammón
13 [9404] Así dice Yahvé:
“Por tres pecados de los ammonitas,
y por cuatro, no les doy perdón:
Porque para extender sus términos
rajaron a las encintas de Galaad,
14 [9405] encenderé un fuego
sobre los muros de Rabbá,
que devorará sus palacios,
entre los alaridos del día de la batalla,
en medio del torbellino
en el día de la tempestad;
15 [9406] y su rey irá al cautiverio,
él y sus príncipes juntamente”,
dice Yahvé.
Amós 2
Vaticinio contra Moab
1 [9407] Así dice Yahvé:
“Por tres pecados de Moab,
y por cuatro, no le daré perdón:
Porque quemó los huesos del rey de Edom,
hasta calcinarlos,
2 [9408] enviaré fuego contra Moab,
que devorará los palacios de Kiryat;
y morirá Moab con estruendo,
entre alaridos y sonido de trompeta.
3 [9409] Exterminaré a su juez de en medio de él,
y junto con él mataré a todos sus príncipes”,
dice Yahvé.
Contra Judá
4 [9410] Así dice Yahvé:
“Por tres pecados de Judá,
y por cuatro, no le doy perdón:
Porque han desechado la ley de Yahvé,
despreciando sus mandamientos,
y porque se dejaron extraviar
por sus mentiras
tras las cuales anduvieron sus padres,
5 enviaré fuego contra Judá,
que devorará los palacios de Jerusalén.”
Contra Israel
6 [9411] Así dice Yahvé:
“Por tres pecados de Israel,
y por cuatro, no le doy perdón:
Porque venden al justo por dinero,
y al pobre por un par de sandalias;
7 porque aplastan sobre el polvo de la tierra
la cabeza de los desvalidos,
y tuercen el camino de los humildes;
porque un hijo y su padre
se llegan a la misma joven,
profanando mi santo Nombre;
8 porque sobre las ropas tomadas en prenda
se acuestan al lado de todo altar,
y en la casa de su dios beben el vino
de aquellos a quienes han condenado.
9 [9412] Y con todo, soy Yo
quien extermine ante ellos a los amorreos,
altos como cedros y fuertes como encinas.
Yo destruí su fruto de la parte de arriba,
y sus raíces de la parte de abajo.
10 [9413] Soy Yo asimismo
quien os saqué de la tierra de Egipto,
y os conduje por el desierto
durante cuarenta años,
para que heredarais el país de los amorreos.
11 [9414] Yo suscité profetas entre vuestros hijos,
y nazareos entre vuestros jóvenes.
¿No es así, oh hijos de Israel?”,
dice Yahvé.
12 “Vosotros disteis de beber vino a los nazareos,
y a los profetas les mandasteis:
«No profeticéis».
13 [9415] He aquí que os haré crujir,
como cruje el carro cargado de gavillas.
14 Ni el hombre más ligero será capaz de huir,
el fuerte no tendrá más fuerza,
y el valiente no podrá salvarse.
15 No resistirá el que maneja el arco,
y el ligero de pies no escapará;
ni podrá ponerse en salvo el de a caballo.
16 En aquel día el más valeroso entre
los valientes huirá desnudo”,
dice Yahvé.
Amós 3
Ingratitud y castigo de Israel
1 Oíd esta palabra que Yahvé ha pronunciado acerca de vosotros, oh hijos de Israel, acerca de toda la familia que Yo saqué de la tierra de Egipto, diciendo:
2 [9416]
“De todas las tribus de la tierra
sólo conocí a vosotros;
por eso os visitaré
por todas vuestras maldades.
3 ¿Pueden acaso dos ir juntos
sin estar de acuerdo?
4 [9417] ¿Por ventura brama el león en el bosque
si no tiene presa?
¿Alza su rugido el leoncillo desde su cubil
si nada ha apresado?
5 ¿Caerá el pájaro en el lazo sobre la tierra,
sin ponérsele cebo?
¿Quién levanta el lazo desde el suelo
sin estar de acuerdo?
6 [9418] ¿Se toca acaso la trompeta en la ciudad
sin que se estremezca el pueblo?
¿Habrá calamidad en alguna ciudad
sin disposición de Yahvé?
7 [9419] Pues Yahvé, el Señor, no hará nada
sin revelar su secreto
a sus siervos los profetas.
8 [9420] Si ruge el león, ¿quién no temerá?
Si habla Yahvé, el Señor,
¿quién no profetizará?
9 [9421] Pregonadlo en los palacios de Azoto
y en los palacios del país de Egipto,
y decid:
“Congregaos en los montes de Samaría,
y ved la enorme inmoralidad en medio de ella,
y las violencias que allí se cometen.”
10 No saben hacer lo justo, dice Yahvé;
amontonan en sus palacios rapiña y robo.
11 Por lo cual, así dice Yahvé, el Señor:
“El enemigo rodeará el país
y te quitará tu fuerza,
y saqueados serán tus palacios.”
12 [9422] Así dice Yahvé:
“Como el pastor arranca de la boca del león
dos patas o la punta de una oreja,
así serán salvados los hijos de Israel
que se hallan en Samaría,
en el ángulo del diván
o sobre un lecho damasquino.
13 [9423] Oíd y dad testimonio contra la casa de Jacob,
dice Yahvé, el Señor,
el Dios de los ejércitos.
14 [9424] Porque el día que Yo castigare
las prevaricaciones de Israel,
(lo) castigaré también
por los altares de Betel,
y serán rotos los cuernos del altar
y caerán a tierra.
15 [9425] Destruiré las casas de invierno
juntamente con las casas de verano;
quedarán arrasados los palacios de marfil,
y desaparecerán muchas casas”,
dice Yahvé.
Amós 4
Desenfreno e idolatría de Samaría
1 [9426] Escuchad esta palabra, vacas de Basán,
que vivís en el monte de Samaría;
que oprimís a los desvalidos
y holláis a los pobres,
y decís a vuestros señores:
“Traed y beberemos.”
2 [9427] Juró Yahvé, el Señor, por su santidad:
“He aquí que os sobrevendrán días
en que os sacarán con ganchos,
y a las últimas de entre vosotras
con anzuelos de pesca.
3 [9428] Y os evadiréis por las brechas,
una tras otra;
y seréis arrojadas a Harmón”,
dice Yahvé.
4 [9429] Id a Betel a pecar,
y a Gálgala para aumentar las prevaricaciones;
ofreced cada mañana vuestros sacrificios,
y cada tres días vuestros diezmos.
5 Haced con pan fermentado
sacrificios de alabanza,
pregonad ofrendas voluntarias, proclamadlas;
porque así lo queréis, oh hijos de Israel,
dice Yahvé, el Señor.
Impenitencia de Samaría
6 [9430]
“En todas vuestras ciudades
os he dejado con los dientes limpios,
y faltos de pan en todos vuestros lugares;
y con todo no os habéis convertido a Mí”,
dice Yahvé.
7 [9431]
“Yo detuve asimismo las lluvias
cuando aún faltaban tres meses para la siega,
hice que lloviese sobre una ciudad,
y que no lloviese sobre otra;
una parte del campo tuvo lluvia,
y la otra quedó sin lluvia y se secó.
8 Iban dos o tres ciudades a otra ciudad
para beber agua, sin poder saciarse;
pero no os habéis convertido a Mí”,
dice Yahvé.
9 “Os herí con tizón y con añublo;
la langosta devoró la multitud
de vuestros huertos y de vuestras viñas,
de vuestras higueras y de vuestros olivos,
y con todo no os habéis convertido a Mí”,
dice Yahvé.
10 [9432]
“Envié contra vosotros la peste,
como contra Egipto;
hice morir al filo de la espada a vuestros jóvenes;
fueron apresados vuestros caballos,
e hice subir el hedor de vuestros campamentos
a vuestras narices;
pero no os habéis convertido a Mí”,
dice Yahvé.
11 [9433]
“Os trastorné como trastornó Dios
a Sodoma y Gomorra;
y fuisteis como tizón arrebatado de un incendio:
y con todo no os habéis convertido a Mí”,
dice Yahvé.
12 [9434] Por eso, así te trataré, oh Israel;
y ya que esto haré contigo;
prepárate para salir al encuentro de tu Dios, oh Israel.
13 [9435] Porque Él es quien formó las montañas
y creó los vientos;
Él es quien manifiesta al hombre su pensamiento,
convierte la aurora en tinieblas
anda sobre los montes de la tierra.
Yahvé, Dios de los ejércitos, es su Nombre.
Amós 5
Nuevas amenazas contra Samaría
1 [9436] Escuchad estas palabras
que profiero como lamentación
sobre vosotros, oh casa de Israel:
2 Cayó, no volverá a levantarse más
la virgen de Israel;
echada ha sido sobre su tierra,
no hay quien la levante.
3 Porque así dice Yahvé, el Señor:
“La ciudad que mandaba a la guerra mil hombres.
quedará reducida a cien,
y la que mandaba cien,
se quedará con diez en la casa de Israel.”
Exhortación a la penitencia
4 [9437] Porque así dice Yahvé a la casa de Israel:
“¡Buscadme y viviréis!
5 [9438] No busquéis a Betel, ni vayáis a Gálgala,
ni paséis a Bersabee;
pues Gálgala irá al cautiverio, sin falta,
y Betel será reducida a la nada.”
6 [9439] Buscad a Yahvé y viviréis,
no sea que penetre como fuego
en la casa de José y la devore,
sin que haya en Betel quien lo apague.
7 [9440] Vosotros tornáis el derecho en ajenjo,
y echáis por tierra la justicia.
8 [9441] Él hizo las Pléyades y Orión;
Él convierte en aurora las más densas tinieblas;
y muda el día en noche;
Él llama las aguas del mar,
y las derrama sobre la tierra,
Yahvé es su Nombre.
9 Él trae la ruina sobre los fuertes,
y la destrucción sobre la ciudad fortificada.
10 [9442] Más ellos odian al censor en la puerta,
y aborrecen al que habla rectamente.
11 [9443] Por tanto, ya que pisoteáis al débil
y recibís de él tributo de trigo,
no habitaréis las casas
que habéis edificado de piedras talladas,
y aunque habéis plantado viñas deliciosas,
no beberéis su vino.
12 Pues Yo sé la multitud de vuestros crímenes
y cuan graves pecados habéis cometido
vosotros, que oprimís al justo,
aceptáis cohecho y torcéis (el derecho)
de los pobres ante los tribunales.
13 [9444] Por eso el sabio se calla en este tiempo,
pues es un tiempo malo.
14 Buscad el bien, y no el mal, para que tengáis
y así Yahvé de los ejércitos [vida;
estará con vosotros, como lo decís.
15 Aborreced el mal, y amad el bien,
y restableced la justicia en el foro;
quizás Yahvé, el Dios de los ejércitos,
se apiade del resto de José.
16 Por lo cual, así dice Yahvé,
el Dios de los ejércitos, el Señor:
En todas las plazas habrá llantos,
y en todas las calles dirán: «¡Ay, ay!»
Llamarán a duelo a los labradores,
y a hacer lamentación a los que saben plañir.
17 [9445] En todas las viñas habrá llantos,
porque Yo pasaré por en medio de ti,
dice Yahvé.
El día del Señor
18 [9446]
¡Ay de los que desean el día de Yahvé!
¿Qué será para vosotros el día de Yahvé?
Será día de tinieblas, y no de luz.
19 Será como si un hombre
huyendo de un león da con un oso;
o si entrando en una casa,
al apoyar su mano en la pared,
es mordido por una culebra.
20 ¿No es acaso tiniebla el día de Yahvé, y no luz,
densa oscuridad sin resplandor alguno?
Condenación del formulismo
21 “Yo aborrezco y desecho vuestras fiestas,
y no me agradan vuestras asambleas solemnes.
22 Cuando me presentéis holocaustos y oblaciones,
no los gustaré,
ni miraré vuestros sacrificios de (animales) cebados.
23 ¡Aparta de Mí el ruido de tus cantos!
No quiero escuchar las melodías de tu salterio.
24 [9447] ¡Corra, al contrario, el juicio como agua,
y la justicia como torrente perenne!
25 [9448] ¿Acaso me ofrecisteis sacrificios y ofrendas
durante los cuarenta años en el desierto,
oh casa de Israel?
26 [9449] Antes bien, llevasteis a Sikkut, vuestro rey,
y a Quiyún, vuestras imágenes,
la estrella de vuestro dios,
que os habíais fabricado.
27 [9450] Por eso os llevaré cautivos
mas allá de Damasco”,
dice Yahvé, cuyo Nombre es Dios de los ejércitos.
Amós 6
Vicios de los ricos y magnates
1 ¡Ay de los que viven tranquilos m Sión
y confiados en el monte de Samaría,
los magnates del primero de los pueblos,
a los cuales acude la casa de Israel!
2 [9451] Pasad a Calné, y ved;
y de allí id adelante a Hamat la grande;
y bajad a Gat de los filisteos.
¿Superan ellas acaso a estos reinos?
¿o es más espacioso su territorio que el vuestro?
3 Vosotros queréis alejar el día aciago,
y aceleráis el imperio de la violencia.
4 Duermen en divanes de marfil
y se tienden sobre sus lechos;
comen corderos del rebaño,
y novillos sacados del establo.
5 Cantan a gritos al son de la cítara,
e inventan, como David, instrumentos músicos.
6 [9452] Beben vino en copones,
y se ungen con el óleo más exquisito,
sin compadecerse del quebranto de José.
7 [9453] Por eso irán ahora al cautiverio,
los primeros de los deportados,
y desaparecerá la batahola
de los banqueteadores.
Castigo de los vicios
8 Yahvé, el Señor ha jurado por sí mismo
—oráculo del Dios de los, ejércitos—.
“Aborrezco la gloria de Jacob,
y detesto sus palacios;
entregaré la ciudad y cuanto contiene.”
9 Si quedaren diez hombres en una casa,
también ellos morirán.
10 [9454] Llevará (al muerto) su tío,
el cual ha de quemarlo;
y sacando de la casa los huesos
dirá al que está en el fondo de la casa:
“¿Queda algún otro?”
11 Y él responderá: “No hay más.”
Y (el primero) replicará: “¡Cállate!
porque no hay que mencionar el Nombre de Yahvé.”
12 [9455] Pues he aquí que Yahvé da la orden,
y herirá la casa grande con hendiduras,
y la casa chica con quebraduras.
13 [9456] ¿Corren acaso los caballos por las peñas?
¿O se puede arar (allí) con bueyes?
Así vosotros trocáis en veneno el juicio,
y el fruto de justicia en ajenjo;
14 [9457] os regocijáis en lo que es nada,
diciendo: “¿No nos hemos hecho poderosos
con nuestra propia fuerza?”
15 [9458]
“Mas he aquí que voy a suscitar contra vosotros, una nación,
oh casa de Israel —oráculo de Yahvé, Dios de los ejércitos—,
(un pueblo) que os oprimirá desde la entrada de Hamat
hasta el torrente del Arabá.
Amós 7
Tres visiones simbólicas
1 [9459] Yahvé, el Señor, me mostró esto: He aquí que Él criaba langostas al comenzar a crecer la hierba tardía; la hierba tardía (que brota) después de la siega del rey.
2 Y después que hubieron acabado de comer la hierba de la tierra, dije yo: “Yahvé, Señor, perdona, te ruego, ¿cómo podrá restablecerse Jacob siendo corno es tan pequeño?”
3 [9460] Y Yahvé se arrepintió de esto, y dijo Yahvé: “No será así.”
4 [9461] Yahvé, el Señor, me mostró también esto: He aquí que Yahvé, el Señor, llamaba al fuego para ejercer su justicia; y éste devoró el gran abismo, e iba a devorar la herencia (del Señor).
5 Dije yo: “Yahvé, Señor, cesa, te ruego, ¿cómo podrá subsistir Jacob siendo como es tan pequeño?”
6 Y se arrepintió Yahvé de esto, y dijo Yahvé, el Señor: “No será así.”
7 [9462] También me mostró esto: Estaba el Señor junto a un muro hecho a plomo y en su mano tenía la plomada.
8 Y Yahvé me dijo: “¿Qué es lo que ves, Amós?” Yo respondí: “Una plomada.” Y dijo el Señor: “He aquí que Yo aplicaré la plomada en medio de Israel, mi pueblo; ya no lo perdonaré más.
9 [9463] Serán devastados los lugares altos de Isaac y destruidos los santuarios de Israel, y me levantaré con la espada contra la casa de Jeroboam.”
Castigo de Amasías
10 [9464] Amasías, sacerdote de Betel, envió a decir a Jeroboam, rey de Israel: Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; no puede la tierra soportar todo cuanto dice.
11 Porque así dice Amós: “Jeroboam morirá al filo de la espada, e Israel será llevado al cautiverio, lejos de su país.”
12 Y Amasías dijo a Amós: “Vete, vidente, y huye a la tierra de Judá; come allí tu pan, y allí podrás profetizar.
13 pero no vuelvas a profetizar en Betel; porque es un santuario del rey y una casa real.”
14 [9465] Respondió Amós y dijo a Amasías:
“Yo no soy profeta,
ni discípulo de profeta;
soy pastor de ganado, y cultivo sicómoros.
15 Pero Yahvé me tomó de detrás del rebaño,
y me dijo Yahvé:
«Ve y profetiza a Israel mi pueblo».
16 Y ahora, escucha la palabra de Yahvé: Tú me dices: «No profetices contra Israel, ni profieras oráculos contra la casa de Isaac».
17 [9466] Por eso, así dice Yahvé: «Tu mujer será prostituida en la ciudad, tus hijos y tus hijas a espada caerán, tu tierra será repartida con la cuerda de medir, tú morirás en tierra inmunda, e Israel será llevado al cautiverio fuera de su país».”
Amós 8
Ruina de Israel
1 Yahvé, el Señor, me mostró esto:
Veía un canasto de fruta madura;
2 [9467] Y Él dijo: “¿Qué es lo que ves, Amos?”
Respondí: “Un canasto de fruta madura.”
Y Yahvé me dijo:
“Ha llegado el fin de Israel, mi pueblo;
ya no lo perdonaré.
3 En aquel día los cantares en el palacio
se convertirán en aullidos
—oráculo de Yahvé—,
habrá muchos cadáveres,
y en todo lugar se los arrojará en silencio.
4 ¡Oíd esto, los que os tragáis al pobre,
y hacéis perecer a los humildes de la tierra,
5 [9468] diciendo: « ¿Cuándo pasará el novilunio
para que vendamos el trigo,
y el sábado, para que abramos los graneros?
Achicaremos la medida
y agrandaremos el peso,
y falsearemos la balanza para engañar.
6 Así compraremos por dinero al pobre,
y al menesteroso por un par de sandalias,
y venderemos hasta las ahechaduras del trigo».
7 Ha jurado Yahvé por la gloria de Jacob:
Jamás me olvidaré de cuanto ha hecho.
8 [9469]
¿No ha de estremecerse por esto la tierra,
y no se enlutarán todos sus moradores?
¿No se alzará toda ella como el Nilo,
se levantará y se abajará
como el río de Egipto?
9 [9470] En aquel día, dice Yahvé, el Señor,
haré que se ponga el sol al mediodía,
y en pleno día cubriré de tinieblas la tierra.
10 Convertiré en duelo vuestras fiestas,
y en llantos todos vuestros cantares;
echaré el cilicio sobre todos los lomos,
y haré calvas todas las cabezas;
traeré sobre el (país) luto,
como por un hijo único,
y su fin será como un día amargo.
Hambre de la palabra de Dios
11 [9471] He aquí que vienen días,
dice Yahvé, el Señor,
en que enviaré hambre sobre la tierra;
no hambre de pan, ni sed de agua,
sino de oír las palabras de Yahvé.
12 [9472] Andarán errantes de mar a mar,
y discurrirán del norte al oriente,
en busca de la palabra de Yahvé,
mas no la hallarán.
13 En aquel día desfallecerán de sed
las hermosas doncellas y los jóvenes,
14 [9473] que juran por el pecado de Samaría diciendo:
“¡Por la vida de tu dios, oh Dan!”,
y: “¡Por el camino de Bersabee!”
Caerán y no se levantarán nunca jamás.
Amós 9
Ruina definitiva
1 [9474] Vi al Señor junto al altar, y dijo:
“Da un golpe al capitel,
y se sacudirán los umbrales.
Y hazlos pedazos sobre las cabezas de todos ellos;
y a los que de ellos quedaren
los mataré Yo a espada.
Ninguno de ellos logrará escapar,
y de los que huyeren no se salvará hombre alguno.
2 [9475] Si penetrasen hasta el scheol,
de allí los sacaría mi mano,
y si subiesen hasta el cielo,
de allí los haría descender.
3 Aunque se escondiesen en la cumbre del Carmelo,
allí los buscaría y los sacaría;
y si se ocultasen a mis ojos
en el fondo del mar,
allí, por orden mía, los mordería la serpiente.
4 [9476] Y cuando vayan al cautiverio
delante de sus enemigos,
mandaré allí la espada que los mate;
y tendré fijos sobre ellos mis ojos
para mal, y no para bien.”
5 El Señor, Yahvé de los ejércitos,
toca la tierra, y ella se derrite;
se ponen de duelo todos sus moradores,
y se levanta toda ella como el Nilo,
para abajarse como el río de Egipto.
6 [9477] Él edificó en el cielo su solio
y fundó su bóveda sobre la tierra;
Él llama a las aguas del mar.
y las derrama sobre la superficie de la tierra;
Yahvé es su nombre.
7 [9478]
“¿No sois acaso para Mí como los etíopes,
oh hijos de Israel? —oráculo de Yahvé.
¿No hice Yo subir a Israel
de la tierra de Egipto,
a los filisteos de Caftor,
y a los arameos de Kir?
Visión de los tiempos mesiánicos
8 [9479] He aquí que los ojos del Señor Yahvé
se dirigen hacia el reino pecador.
Lo voy a destruir de sobre la faz de la tierra;
pero no destruiré del todo
la casa de Jacob, dice Yahvé.
9 Pues he aquí que daré la orden
y zarandearé a la casa de Israel
en medio de todos los pueblos,
como se zarandea (el trigo) con la criba;
y no caerá por tierra un solo granito.
10 Al filo de la espada morirán
todos los pecadores de mi pueblo,
los que dicen: «No nos tocará,
ni vendrá sobre nosotros el mal».
11 [9480] En aquel día levantaré
el tabernáculo de David,
que está por tierra;
repararé sus quiebras y alzaré sus ruinas,
y lo reedificaré como en los días antiguos,
12 [9481] para que sean dueños de los restos de Edom,
y de todas las naciones
sobre las cuales ha sido invocado mi Nombre,
dice Yahvé, que hace esto.
13 [9482] He aquí que vienen días, dice Yahvé,
en que al arador le seguirá el segador,
y al que pisa las uvas
el que esparce la semilla;
los montes destilarán mosto,
y todas las colinas abundarán de fruto.
14 Y haré que regresen
los cautivos de Israel, mi pueblo;
edificarán las ciudades devastadas,
y las habitarán,
plantarán viñas y beberán su vino;
harán huertos y comerán su fruto.
15 [9483] Yo los plantaré en su propio suelo;
y no volverán a ser arrancados de su tierra,
que Yo les he dado, dice Yahvé, tu Dios.
Comentarios de Mons. Straubinger
* 1. En 7, 14 Amós proclama ante el sacerdote Amasías su modesta condición de pastor, lo que no le impide increpar denodadamente a los poderosos y anunciarles los tremendos castigos de parte de Dios. No nos consta la fecha de este terremoto. Flavio Josefo lo relaciona con la usurpación de las funciones sacerdotales por el rey Ocías. Véase Zacarías 14, 5. ↑
* 2. Se anuncia el juicio. Ruge Yahvé: Cf. 3, 4 y 8; Oseas 5, 14; Salmo 28, 3-9 y nota, 103, 7; Apocalipsis 10, 3-4; Joel 3, 16. En lugar de “los pastos” vierte la Vulgata; “los más hermosos”. Hasta el monte Carmelo, conocido por su exuberante vegetación, se secará y quedará desolado como el desierto. ↑
* 3. Los reyes de Damasco, capital de Siria; serán castigados por las muchas maldades que hicieron contra Israel. Pero lo que cometieron contra los israelitas de Galaad (Transjordania), fue el colmo de todos los crímenes (cf. IV Reyes 10, 32 s.; 13, 7). Amós repite en estas amenazas contra los siete reinos vecinos el mismo giro introductorio: tres y cuatro (siete), quizá, según algunos, porque el número siete se toma en el hebreo como un superlativo para expresar la multitud. Más bien parece, como observa Crampón, que tres es ya un superlativo: y cuatro es algo que desborda toda medida. Véase fórmulas semejantes en Proverbios 6, 16; 30, 15 y 18; Jeremías 36, 23. No le doy perdón: es decir, no le daré ocasión de convertirse, no suspenderé mi castigo. La Vulgata dice: No la convertiré. ↑
* 4. Hazael y Benhadad: dos reyes de Damasco, cuyos nombres marcaron el apogeo del poder político de aquella ciudad. ↑
* 5. Los cerrojos, la barra de hierro que aseguraba la puerta de la ciudad, símbolo de su poder, como las llaves. La expresión valle de Avén (valle de la inanidad, o sea, del ídolo) caracteriza a Damasco como población impía. De ahí que aludiendo al ídolo de Betel, Oseas constantemente diga Betaven (casa del ídolo), en vez de Betel o Beth-El, que quiere decir casa de Dios. Bet-Edén: alusión a la vida lujosa de la ciudad. Kir: situada, como creen los arqueólogos, entre Babilonia y Media, adonde la población de Damasco será deportada por los asirios. La Vulgata dice Cirene. ↑
* 6 ss. Véase II Par. 28, 18. Gaza, Azoto, Ascalón y Acarón son las ciudades principales de los filisteos, los que nunca se cansaron de molestar al pueblo israelita. El profeta los acusa de haberse llevado un gran número de cautivos para entregarlos como esclavos a los edomitas. Igual crimen hicieron loa fenicios en el norte del país, como se desprende del versículo que sigue. Cf. Ezequiel 27, 13; Joel 3, 6 y nota. ↑
* 9. Tiro, capital de Fenicia, cuyo rey Hiram, amigo de David hizo la fraternal alianza a la cual el profeta hace alusión (véase III Reyes 5, 12). El castigo alcanzó a Tiro en tiempos del rey Nabucodonosor (cf. Ezequiel capítulo 28), y sobre todo de Alejandro Magno (332 a. C, el cual conquistó la ciudad, la destruyó por completo y vendió treinta mil de sus habitantes como esclavos. Cf. Isaías capítulo 23; Ezequiel capítulos 26-28 y notas. ↑
* 11. A su hermano, esto es, a los israelitas, hijos de Jacob. Los idumeos, descendientes de Esaú, que fue hermano de Jacob, mostraron siempre odio contra el pueblo escocido, le negaron el paso por su país (Números 20, 14-21) y ayudaron a los babilonios, en la destrucción de Jerusalén (cf. Salmo 136, 7; Ezequiel 25, 12; 35, 1 ss. y notas; Abdías 10-14). ↑
* 12. Temán, una de las tribus de Edom (Génesis 36, 15; Jeremías 49, 7). Bosra (hoy día Buseire), una de las ciudades principales de la Idumea. ↑
* 13. Los ammonitas, hijos de Lot, que vivían en Transjordania, solían hostigar a los israelitas de Galaad, o sea, las tribus de Gad, Rubén y Manasés. Cf. I Reyes 11, 2; II Reyes 10, 1 ss. ↑
* 14. Rabbá, llamada también Rabbat Ammón; hoy día Ammán, capital de los ammonitas. David la conquistó y aplicó a sus habitantes la ley del talión (véase II Reyes 12, 31). ↑
* 15. Su rey: San Jerónimo vierte: Melcom. Melcom o Moloc era el dios nacional de los ammonitas. Cf. III Reyes 11, 5; Jeremías 49, 3; Sofonías 1, 5. ↑
* 1. Porque quemó: se refiere a un hecho desconocido. San Jerónimo supone que se trata de los huesos de aquel rey de Edom que acompañaba a los reyes Joram y Josafat en la expedición contra los moabitas. ↑
* 2. Kiryat, ciudad de los moabitas, mencionada en la inscripción del rey Mesa de Moab. Cf. todo el capítulo 48 de Jeremías. El país de Moab fue destruido alrededor del año 582 a. C. por las huestes de Nabucodonosor. ↑
* 3. A su juez: Así traduce también Crampón y observa que estarían entonces gobernados los moabitas por un juez (en hebreo sofet) como en un tiempo Israel. Nácar-Colunga traduce: a su rey. ↑
* 4. Sus mentiras: sus ídolos, sus falsos dioses. Cf. Oseas 8, 12 y nota. ↑
* 6 ss. Amós condena las injusticias en general, y particularmente las injusticias de los jueces contra el justo, o sea, el inocente (cf. I Reyes 12, 3), y los banquetes que los transgresores de la Ley hacían con los bienes de los pobres, sentándose sobre ropas empeñadas que la Ley mandaba devolver al pobre antes de la puesta del sol (Éxodo 22, 26 s.). Además cometían esas maldades en lugares sagrados, de manera que ofendían al Señor con doble pecado. Véase Oseas 4, 2 y nota. ↑
* 9. De la estatura gigantesca de los antiguos habitantes de Canaán, los amorreos, se habla en muchos pasajes de la Biblia, p. ej. Números 13, 33; Deuteronomio 1, 28; 2, 10 y 20; 3, 11. El oráculo da cuenta de la destrucción de ese pueblo. ↑
* 10. Véase Deuteronomio 29, 5; Salmos 104-106. ↑
* 11 s. Uno de los privilegios de Israel consistía en que Dios le enviaba profetas para anunciarle la voluntad divina en mensajes especiales y para inculcarle la obediencia a la Ley escrita. Otro privilegio era el nazareato (Números 6, 1 ss.). Los nazareos renunciaban a las bebidas alcohólicas, no se cortaban el pelo y no se contaminaban con cadáveres. El ingrato pueblo no sabía apreciar tal distinción; al contrario, como un desafío a Dios, obligaba a los nazareos a beber vino, y perseguía a los profetas impidiéndoles promulgar la palabra de Yahvé. Véase Isaías 30, 10 y nota. La palabra de Dios- es una espada aguda (Isaías 49, 2; Ef. 6, 17), pero que al mismo tiempo vivifica y produce frutos: “No volverá a Mí yacía, sino que obrará todo aquello que Yo quiero, y ejecutará felizmente aquellas cosas a que Yo la envié” (Isaías 55, 11). Por lo cual renuncia voluntariamente a la bendición de Dios quien no quiere oír su palabra. El mismo Jesucristo declara que la señal de la vocación a la vida eterna es oír la palabra de Dios (Juan 5, 24). pero rechazarla es la señal de reprobación (San Gregorio Magno). Véase Juan 12, 47 s. ↑
* 13. Texto oscuro: Nácar-Colunga traduce: Pues mirad: Yo pondré estorbos a vuestros pies y os tambalearéis como se tambalea el carro sobrecargado de haces; Bover-Cantera: He aquí que Yo haré crujir (el suelo) bajo vosotros, etc. Vulgata: He aquí que Yo rechinaré debajo de vosotros, etc. ↑
* 2 s. Poco sabemos meditar hoy sobre esta asombrosa elección de Dios (Salmo 147, 8 s. y nota) y esa predilección que le hizo destrozar por Israel pueblos y reyes (Salmo 134, 8 12; 135, 10-24). Os visitaré, para juzgaros. Al privilegio de ser el pueblo escogido, responden mayores deberes, mayor responsabilidad y más severo castigo de las infracciones a la santa Ley de Dios. “Antes de anunciar más detalladamente los pormenores del castigo, el profeta emplea siete imágenes tomadas de la vida ordinaria que parecen tener por objeto demostrar que sus oráculos vienen de Dios y que nada hace ni habla sin el consentimiento de Él” (Crampón). Si Dios anuncia un juicio, el profeta no puede callar sin faltar a su sagrada misión; y lo anunciado se cumplirá infaliblemente, porque el profeta y Dios son de la misma compañía (versículo 3). ↑
* 4- Sobre el Señor como león véase 1, 2 y nota. “Responde aquí a una secreta objeción que le hacen a Amós: Si tú eres pastor, ¿quién te ha metido a ser profeta? Véanse los versículos 6, 7, 8: El león prorrumpe en rugidos cuando quiere echarse sobre la presa. Así cuando Dios amenaza, es que va aparejando el cumplimiento de lo que anuncia. No en vano ruge el león de Judá” (Scío). Nótese que la profecía empieza con el rugido de Dios (1, 2), expresión que suele manifestar la ira contra los enemigos de su pueblo (cf. Isaías 42, 13; Jeremías 25, 30 ss.; Oseas 11, 10 s., etc.). El león de Judá victorioso, es nombre que se da a Jesucristo en su segunda venida (Apocalipsis 5, 5). ↑
* 6. Aprendamos aquí, como en 4, 7, que la naturaleza no obra ciegamente, sino dirigida por la voluntad de Dios, lo cual da a las calamidades y fenómenos de orden cósmico, terremotos, etc., un significado netamente sobrenatural (véase 1, 1; Mateo 28, 2; Hechos 16, 26; Apocalipsis 6, 12; 8, 5; 11, 13; 16, 18). Cf. lo que Jeremías dice de la lluvia (Jeremías 14, 22). ↑
* 7. Dios trata a los profetas como amigos suyos (Génesis 18, 17; véase Mateo 10, 41). Los llama siervos, es decir, fieles ejecutores de lo que oyen, aunque los hombres no les den crédito (cf. Isaías 53, 1 y nota). Y aquí vemos que, por amor nuestro, el Señor revela sus secretos planes a los profetas, para que puedan comunicárnoslos a fin de que no nos sorprendan. Sobre Dios anunciador véase Isaías 41, 21 ss. y nota. ↑
* 8. ¿Quién no profetizará? ¿Qué habría sido de Nínive si Jonás hubiera insistido en no profetizar? (Jonás 1, 2 ss.; 3, 4 ss.). ¡Cuántas pobres almas que no saben hoy nada de estas cosas, se convertirían como Nínive, si las oyeran! “Ay de mí si no evangelizare”, dice San Pablo (I Corintios 9, 16). Véase Ezequiel 3, 16; 33, 7 y notas. Así como merece la muerte el que habla falsamente en nombre de Dios y anuncia cosas que Él no ha dicho (Deuteronomio 18, 20; cf. Jeremías 23, 16 ss. y nota), así también es terrible infidelidad la del que pretende huir, como Jonás, de la misión divina (Jonás 1, 3-9 y notas; cf. Jeremías 20, 9). Cuanto mayor es la bondad de Dios que no quiere enviar catástrofes sin avisarnos por sus profetas (versículo 7), tanto más grave es el despreciar las profecías. Cf. Eclesiástico 39, 1 y nota. ↑
* 9. Los más encarnizados enemigos, los filisteos (Azoto), y los egipcios, son invitados a investigar las maldades de Samaría. Aun éstos, hombres de malas costumbres, se pasmarán ante los crímenes que van a encontrar en la capital del reino de Israel. Cf. 2, 6 ss.; 4, 1 ss. ↑
* 12. El ángulo del diván es hoy todavía en oriente el sitio de honor. Así como prácticamente nada se salva del animal desgarrado por el león, así apenas habrá quien escape a la ruina en el rico y afeminado pueblo de Samaría, famoso por sus divanes de marfil (6, 4) y sus habitaciones de lo mismo (versículo 15). ↑
* 13. Casa de Jacob significa ordinariamente en la Sagrada Escritura todas las doce tribus descendientes del patriarca. Algunas veces, sin embargo, se aplica con preferencia al reino del norte, que llevaba el nombre de Israel (cf. Oseas 12, 2; Miqueas 1, 5). Así parece ocurrir también aquí, pues este anuncio se cumplió sobre Samaría (IV Reyes 17, 18-23). Sin embargo, la profecía de Amós se extiende a veces también a Judá (2, 4 s.) y al tabernáculo de David (9, 11), y en este mismo capítulo (3, 1) empieza hablando de “toda la familia” que el Señor sacó de Egipto. ↑
* 14. Los altares de Betel: los pecados que cometían ofreciendo sacrificios al becerro de Betel. Los cuernos del altar: Con la sangre de las víctimas se rociaban los saliente» o cuernos del altar (Lev. 4, 18 y 34), los cuales, por eso mismo, se consideraban como la parte más santa del altar. Véase Éxodo 27, 2 y nota. ↑
* 15. Las personas acaudaladas solían tener dos casas, una para invierno, y otra para verano (Jeremías 36, 22). ↑
* 1. Vacas de Basan: La región de Basán, situada en la parte nordeste de Transjordania, era conocida por sus ricos pastos (cf. Miqueas 7, 14) y sus rebaños de gordas vacas. A éstas compara el profeta las ricas y lujosas mujeres de Samaría que vivían de la opresión de los pobres. La Vulgata llama vacas gordas a las grandes damas de Samaría, “rollizas y sensuales como lustrosas novillas” (Bover-Cantera). ↑
* 2. Por su santidad, o sea por la infinita veracidad del que no miente. Os sacarán con ganchos: Compara a las mujeres con los peces que son sacados del agua para ser echados en la caldera. Tal vez piense el profeta en las argollas que los asirios ponían en el labio superior de los cautivos para conducirlos. ↑
* 3. Harmón: palabra desconocida. Según algunos significaría palacio o torre. Nácar-Colunga traduce Hermón (monte de Palestina). Otros piensan en Armenia o Aram, adonde serán llevadas las mujeres cautivas. ↑
* 4 s. Betel: santuario principal del país apóstata, donde se adoraba un becerro dorado (cf. 1, 5 y nota). Sobre Gálgala como lugar de culto prohibido, véase Oseas 4, 15 y nota. La invitación ha de entenderse en sentido irónico, así como también la alusión a las ofrendas y sacrificios en el versículo 5. Como se ve, la falsa religiosidad de las diez tribus del norte imitaba el culto de la Ley de Moisés, aplicándolo al culto del becerro. ↑
* 6. Con los dientes limpios, Expresión sarcástica que señala la carestía. Habrá tanta escasez de alimentos que no necesitarán escarbadientes para limpiarse los dientes. ↑
* 7 ss. Yo detuve: Véase 3, 6 y nota. Se trata del segundo período de lluvia, la lluvia tardía (en el mes de febrero). San Jerónimo observa que la sequía que se produce tres meses antes de la cosecha, es para Palestina la más desastrosa. No obstante ello estas y otras calamidades (versículo 9) no surtieron efecto: no se convirtieron sino que siguieron transgrediendo la ley divina, como los hombres del tiempo del Diluvio (Mateo 24, 38-39; Lucas 17, 27). Véase Apocalipsis 9, 21; 16, 9 y 11. ↑
* 10. Alusión a las plagas de Egipto que en una u otra forma se repetirán en la destrucción de Sanarla. ↑
* 11. Como tizón arrebatado: Quiere decir: apenas un pequeño resto se salvará. Véase en Zacarías 3, 2 igual expresión usada para con los restos de Judá vueltos de Babilonia. ↑
* 12. Para salir al encuentro de tu Dios: Puesto que todos estos castigos no lograron romper tu espíritu renitente, disponte para sufrir mayores calamidades. Los Setenta traducen-. Prepárate Para invocar a tu Dios. Esta versión ha dado lugar a pensar en que la misericordia del Señor daría al pueblo obstinado una última ocasión para convertirse. ↑
* 13. Dios hace ostentación de su actividad (cf. 5, 8 s.; 9, 5, etc.). No quiere que se le mire como a un ídolo inanimado, ni que, so capa de respeto, se le considere tan alto que no se ocupa de los hombres (cf. 3, 6; Salmo 112, 5 s.), o no se entera de lo que hacemos (cf. 9, 2 ss.; Salmo 9 B, 13). ↑
* 1. En este capítulo trata el profeta el mismo tema que en los anteriores, pero en forma de elegía. Casa de Israel: el reino de las diez tribus, contra el cual Amós sigue lanzando sus amenazas. ↑
* 4. Buscadme y viviréis: Invitación y promesa a la vez. Ambas se repiten en el versículo 6 para mostrar que Dios no quiere destruir sino salvar; pues el que busca encontrará, como dice Jesús en Mateo 7, 7. Cf. 4, 12; Ezequiel 18, 23 ss. y notas. ↑
* 5. Betel, Gálgala y Bersabee, tres santuarios prohibidos por la Ley. En Betel estaba el becerro, en Gálgala las doce piedras que recordaban el paso del Jordán. A Bersabee lo consideraban lugar santo porque allí vivieron los patriarcas. Dios no quería que los convirtieran en ídolos haciendo allí peregrinaciones (8, 14). Cf. Oseas 4, 15 y nota. ↑
* 6. Casa de José: el reino de las diez tribus, llamado comúnmente reino de Israel o de Efraím. ↑
* 7. Tornar el derecho en ajenjo: es decir: convertir la suavidad en severidad y causar amarguras al inocente. ↑
* 8 s. Ejemplos del poder de Dios. Véase Job 9, 9; 36, 27-30; 38, 31. Nácar-Colunga añade estos dos versículos al final del capítulo 4, considerando que aquí no están en su lugar. ↑
* 10. En la puerta: Esto se refiere a la administración de la justicia. Los hombres se reunían junto a la puerta de la ciudad y allí los ancianos y jueces solían tratar los asuntos judiciales. Cf. Isaías 9, 9 s. ↑
* 11. Como material para las casas se usaba ladrillos; así nos lo han mostrado las excavaciones. Casas de piedra tallada eran cosa de lujo. ↑
* 13. El sabio se calla: ¿Para qué hablar si no le hacen caso? Los justos han de esperar en silencio y paciencia lo que disponga Dios. Véase Salmo 36, 5 ss. David dice que a veces callaba aún lo bueno, ante el pecador (Salmo 38, 2 s.). Cf. Lamentaciones 3, 26 y nota. ↑
* 17. Pasará por medio de ellos como lo hizo en Egipto cuando hirió de muerte a todos los primogénitos de los egipcios. Véase Éxodo 12, 12. ↑
* 18. Tremendo sarcasmo. El Mesías, Salvador y esperanza de Israel, había de venir también a hacer triunfar a todos los oprimidos (Salmo 71, 12 y nota) contra los opresores (versículo 11). ¿Cómo podían, pues, desearlo éstos? (cf. 9, 4; Isaías 35. 4 s. y notas). Así también cuando Él vino, escondido en la humildad del Cordero, los suyos no lo recibieron (Juan 1, 11), y Él les fue motivo de “ruina” (Lucas 2, 34). Sobre el día del Señor véase Isaías 2, 12 y nota; Joel 1, 15 y nota. Nosotros hemos de anhelar Su segunda venida. Véase II Tim. 4, 8; Apocalipsis 22, 17 y 28 y notas. ↑
* 24. “Si estas vanas ceremonias, que no agradan al Señor por estar asociadas a la idolatría y a las malas costumbres, se transforman en prácticas sagradas y en buenas obras, entonces el pueblo será justificado y salvado” (Fillion). ↑
* 25. Lo mismo dice Jeremías (7, 22-23). Algunos intérpretes creen que en el viaje por el desierto las leyes cultuales, en particular las referentes a los sacrificios no pudieron observarse con regularidad. ↑
* 26. “Sikkut es el nombre del dios asirio Adar-Malek-Saturno. Otros leen sukkat “el tabernáculo” (de vuestro rey y dios), y otros Sakkut, dios babilónico equivalente probablemente a Ninurta, y vierten: llevasteis (en procesión) a Sakkut, vuestro rey; o bien: dios de vuestro rey” (Bover-Cantera). Quiyún o Keván, nombre de un dios del panteón asirio. Cf. Hechos 7, 42 s. ↑
* 27. Más allá de Damasco: Alusión al cautiverio que sufrirán más allá de Siria, en Asiria. ↑
* 2. Calné, ciudad situada junto al Tigris (Génesis 10, 10; Isaías 10, 9). Hamat, centro de la Siria septentrional. Gat o Get, ciudad principal de los filisteos. Así como estas ciudades y reinos, a despecho de su gran poder y prosperidad, se derrumbaron, así también Samaría y el reino de Israel serán destruidos. Cf. Ezequiel 47, 13. ↑
* 6. En copones (Crampón: anchas copas): Las copas ordinarias ya no les bastan. Sin compadecerse: de los males que aquejan a Israel. Vemos así que no se puede amar a la Iglesia y permanecer indiferente o celebrar festines, ante los males y los escándalos que la afligen (cf. II Corintios 11, 29). ↑
* 7. La batahola de los banqueteadores: Vulgata: la gavilla de los lascivos. Los magnates que viven una vida disoluta serán los primeros en ser llevados al cautiverio. ↑
* 10 s. ¡Trágica escena! La miseria será tan grande que quemarán los cadáveres de los muertos porque no tendrán tiempo para enterrarlos. Su tío, el pariente que debe hacerle los ritos funerales (cf. Jeremías 34. 5). Al que está en el fondo de la casa: al único sobreviviente de la casa a quien encontró vivo el pariente, el cual parece tener miedo de que se invoque el Nombre de Dios (versículo 11). porque ello podría provocar Su ira e incitarle a enviar castigos más terribles. ↑
* 12. La casa grande de los ricos, y la casa chica de los pobres, sufrirán igual miseria. ↑
* 13. Para probar la insensatez del pueblo impenitente, emplea Amós dos imágenes de la vida campestre, que significan: es imposible obrar injusticia y esperar la protección de Dios. Véase 5, 7 y nota. ↑
* 14. El texto hebreo es enigmático y ha encontrado interpretaciones muy divergentes. Algunos suponen en él un juego de palabras. Os regocijáis en lo que es nada, es decir, el pecado. “Señor, dice San Agustín, como nada ha podido hacerse sin Ti. al hacer nosotros el pecado, que es nada, nos hemos convertido en nada. Sin Ti, por quien todo ha sido hecho, nada somos. ¡Desgraciado de mí, que tantas veces me he convertido en verdadera nada! Me he hecho miserable, he sido reducido a la nada, y lo he ignorado. Mis iniquidades me han conducido a la nada, pues nada es bueno sin el Bien Supremo. El mal no es más que la privación del bien, así como la ceguera no es más que la privación de la luz”. ↑
* 15. Predice la invasión de los asirios que vendrán desde el norte por el camino de Hamat, para destruir el reino de Israel. El torrente del Arabá (Setenta: el torrente de los Sauces): el límite sur de Moab, que a la sazón pertenecía a Israel. La Vulgata dice: el torrente del desierto. ↑
* 1. La plaga de langostas sobreviene en el momento más desastroso, antes de la segunda siega del pasto, que pertenecía al pueblo. La primera era en total o en parte del rey. De ahí la expresión “siega del rey”. ↑
* 3. Dios escucha la humilde súplica del profeta y cesa de castigar. Aunque esto se verifica en una visión, es, sin embargo, un rasgo esencial de la fisonomía del Padre celestial que detiene su brazo cuando nos humillamos en la oración (cf. Éxodo 34, 6-7; Salmo 85, 5; 85, 15 y nota; 135; Joel 2, 13). La oración de los santos, dice San Jerónimo quebranta los decretos de Dios, y Santo Tomás observa que las profecías conminatorias llevan la condición de si no media el arrepentimiento (cf. Jonás 3, 10). San Efrén compara la oración de los santos a dardos con los cuales hieren el corazón de Dios y así triunfan, porque Él es “un Padre dominado por el amor” (Pío XII). Jesús nos promete todo si formulamos nuestros pedidos en su nombre: “En verdad, en verdad os digo, que cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo concederá” (Juan 16, 23). y añade, no sin amargura: “Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre” (Juan 16, 24). Véase I Juan 5, 16 y nota). ↑
* 4. El fuego que seca hasta las aguas del grande abismo, es símbolo de la cólera del Señor. Sobre el grande abismo que alimenta todos los manantiales, véase Génesis 7, 11. ↑
* 7 s. Un muro hecho a plomo. Se refiere al reino de las diez tribus. Ya no lo perdonaré más: Esta vez los instrumentos del albañil no servirán para construir sino para destruir. ↑
* 9. Los lugares altos de Isaac, o sea, de Israel. La Vulgata vierte: los lugares altos del ídolo. “Lugares altos” se llamaban las alturas en que los cananeos y los israelitas apóstatas daban culto a Baal. La casa de Jeroboam, o sea, la dinastía de Israel, cuyo rey era Jeroboam II (783-743). ↑
* 10 ss. El sacerdote apóstata que servía al becerro de Betel, no puede soportar las palabras de verdad, y aprovecha la profecía de Amós acerca de la casa real para acusarle del crimen de lesa majestad e intimarle que se retire a su país. Es que la verdad es insufrible para los de corazón doble, como Jesús lo enrostraba a los fariseos (Juan 5, 43; 3, 19). Amasías aconseja a Amós que ejerza su “profesión” de profeta en Judá, porque por aquel tiempo el profetismo se había convertido ya en una “carrera” y los profetas se formaban en escuelas o seminarios. El sacerdote idólatra no piensa en la vocación divina de Amós, quien nada tenía que ver con las corporaciones de profetas (cf. versículo 14 s.). ↑
* 14. Admirable respuesta de Amós, testimonio de su humildad, y a la vez de la autenticidad de su vocación: No soy profeta de profesión, ni discípulo de profeta (véase I Reyes 10, 5); profetizo porque Dios me llamó del campo, de en medio de mis trabajos de pastor y labrador. Así fue la vocación de David (I Reyes 16, 11 ss.), y la de todos los profetas, que se sentían siempre incapaces para su misión (cf. Jeremías 1, 6 y nota; Ezequiel 2, 6 ss.). Lo mismo se puede decir de los apóstoles de Jesús, Todo el Magníficat de María (Lucas 1, 48 ss.) no hace sino recalcar esta costumbre de Dios, que saca al pobre del estiércol para hacerlo príncipe (Salmo 112, 7 s. y nota). ↑
* 17. Morirás en tierra inmunda, es decir, en un país pagano, probablemente Asiria. ↑
* 2 s. Un canasto. Véase Jeremías capítulo 24 donde se usa la misma imagen para representar a los judíos de Babilonia y de Judea. Fruta madura: lista para la cosecha, que es figura del juicio, lo mismo que la siega (cf. Joel 3, 13 y nota). Amós emplea un juego de palabras entre fruta y fin, que en hebreo tienen las mismas consonantes y se pronuncian casi idénticamente. ↑
* 5 s. ¿Cuándo pasará el novilunio?, es decir, el primer día del mes, la neomenia, las calendas, que se celebraban como fiesta (cf. Números 28, 11 ss.). De ahí la pregunta de los avaros mercaderes: ¿Cuándo pasarán los días sagrados en que no podemos hacer negocios? ¿Cuándo podemos abrir nuestros almacenes para vender mercaderías? El profeta, fiel a su programa, estigmatiza las trampas de los comerciantes insaciables, las cuales consistían en achicar la medida (en hebreo: el efa, que contenía 36 litros), agrandar el siclo (el peso) y usar balanzas falsas. Así se enriquecían y por medio del dinero injustamente adquirido oprimían al pobre. ↑
* 8. Alusión a las inundaciones del río de Egipto. La falta de inundación significa calamidades para el país del Nilo (cf. Ezequiel 29, 3 y nota). ↑
* 9. Tinieblas: Algunos Padres lo aplican a las tinieblas que se produjeron en la muerte de Jesucristo. Todos estos fenómenos son figuras de desastres. ↑
* 11. Profecía gravísima y terrible, que siempre está pendiente como una amenaza sobre nosotros. Si vivimos relegando la palabra de Dios, Él retirará un día esa palabra, como aquel médico que, habiendo preparado con gran trabajo un precioso remedio para los leprosos de su hospital, observó que todos lo elogiaban con grandes expresiones de gratitud… pero luego cada uno se buscaba un remedio propio, despreciando el único eficaz, que con tanto amor les había preparado. El médico, herido en su corazón, retiró entonces aquel bálsamo despreciado. Y los enfermos murieron todos. Tal es la conminación que aquí hace Dios, como en Salmo 80, 13. En ella vemos el más trágico fin de una cultura que pretende hallar soluciones a los problemas del mundo sin contar con la actividad de Dios, esto es mirándolo como un hombre del mundo y negando a su providencia la intervención activísima y constante que Él se reservó cuando nos dijo, por boca de su Cristo, que ni un pájaro, ni un cabello nuestro cae sin obra Suya (Mateo 10, 30; Lucas 12, 7), y que no será nuestro brazo, sino Su gratuita liberalidad la que nos dará “por añadidura (Mateo 6, 33) también las soluciones de orden temporal si buscamos antes, para nuestra alma y la del prójimo, el Reino de Dios y la justicia y santidad que de Él viene y que se funda, como dice San Jerónimo, «en la predicación de las Escrituras que conduce a la vida». De ahí la necesidad absoluta de la predicación cristiana. Mons. Meyenberg, célebre orador sagrado suizo habla de una «tisis homilética», y el Cardenal Gomá afirma que este mal «es una corriente dentro de la historia de la predicación. Pero esta corriente, si diluye las responsabilidades, no descarga de ellas»” (Biblia y Predicación, pág. 55). Cf. Eclesiástico 51, 32; Lamentaciones 4, 4; Dan. 12, 4; I Corintios 9, 16; II Tesalonicenses 2, 10 y notas. ↑
* 12. Andarán errantes de mar a mar: Esta profecía es la continuación de la del versículo anterior y se refiere en primer lugar a la busca de la palabra de Dios. San Jerónimo hace una aplicación a la Sinagoga, que, dispersa por toda la tierra, sigue rechazando la doctrina de Jesucristo. Desgraciadamente, no se ve en ella el deseo de que habla el profeta, sino más bien la ceguera que le predijo San Pablo con respecto a sus propios libros Sagrados del Antiguo Testamento (II Corintios 3, 14 ss.). “El tiempo ha hecho estragos, y los gentiles modernos no han sido menos enemigos de la tradición bíblica israelita que los antiguos con sus dioses de palo y piedra. La misma cultura talmúdica y rabínica de los Raschí, de los Maimónides, de los ben Gabirol, de los Yehuda ha-Leví, de los ben-Ezra, formada en las tranquilas horas medioevales, ha sido ridiculizada por escritores de nota como los Abrabamowitsch y Gordon en el siglo pasado. Por otra parte la llamada reforma del judaísmo, en la que tanto influyó Moisés Mendelsohn, aquel hebreo con el espíritu de la Alemania de Federico el Grande, ha tendido a destruirlo todo, y hasta tal punto se ha entronizado el elemento negativo, que no se ha conservado casi nada de lo tradicional. Así, entre los mismos judíos, se ha llegado poco a poco a negar la creencia en el advenimiento de un Mesías personal, sustituyéndolo por la idea de la misión mesiánica del pueblo de Israel, que habría de realizarse en la era «mesiánica» de la humanidad.” ↑
* 14. El pecado de Samaría consiste en el culto del becerro de Betel. Un segundo becerro se veneraba en Dan. El profeta lo saluda irónicamente. Sobre Bersabee y el culto de los antepasados véase 5, 5 y nota. ↑
* 1. Este oráculo parece referirse a la destrucción del altar de Betel, pues Amós predica a las diez tribus del reino de Israel, cuyo centro cultual estaba allí. ↑
* 2 s. No hay lugar para huir. Los pecadores caen inevitablemente en manos del juez severo, ya que no han querido escuchar al Padre amante (cf. 7, 3; Oseas 9, 17 y notas. Véase Isaías 43, 5; Jeremías 23, 24; Salmo 138, 7 ss. y notas). La serpiente (versículo 3): el dragón o leviatán de que hablan Job (40, 20 ss.) e Isaías (27, 1). Véanse allí las notas. Scheol: los infiernos. ↑
* 4. Véase 5, 18 y nota. También a Judá dirige Dios tan triste amenaza, propia de un padre dolorido (Jeremías 21, 10). En el versículo 8 vemos que todavía el amor halla modo de añadir promesas, que en el versículo 11 ss. se harán más y más esplendorosas. ↑
* 6. Sobre estos conceptos cosmológicos véase Job 32, 22; Salmo 17, 16; 103. 6. ↑
* 7. No se engrían los de Israel, por ser el pueblo escogido, porque el Señor guía también a los demás pueblos, sacó, p. ej., a los filisteos de Caftor (Vulgata: Capadocia), esto es Creta (véase Génesis 10, 14; Deuteronomio 2, 23; Jeremías 47, 4), y trajo a los arameos (Vulgata: sirios) de Kir (Vulgata: Cirene). Véase 1, 5 y nota. ↑
* 8. No destruiré del todo: Esta promesa es tanto más notable cuanto que se refiere a las diez tribus del reino idólatra. La vemos en parte ya realizada en la milagrosa conservación de ese pueblo disperso, desde su cautiverio en Asiria y Babilonia. Cf. Isaías 27, 12 s.; Oseas 3, 3 y notas. “La raza de Jacob, a la cual pertenecía el reino rebelde, no debe ser extirpada del todo, pues había recibido promesas eternas” (Fillion). Ello no obsta a que antes sufra una purificación profunda (versículo 9 s.). Cf. Lev. 26, 33; Deuteronomio 28, 64; Oseas 9, 17. ↑
* 11. Como en los días antiguos: “como en la época más brillante de su historia, bajo David y Salomón” (Fillion). Como lo muestra esta observación de Fillion, relativa al esplendor de Israel bajo la casa de Judá y anterior al cisma del norte, Amós extiende aquí su vaticinio a todas las doce tribus. Cf. Ezequiel 37, 15 ss.; 39, 2S; Zacarías 8, 13; 10, 6 ss., etc. El Apóstol Santiago cita este anuncio en el Concilio de los Apóstoles (cf. Hechos 15, 15-17 y notas), según la versión de los Setenta, poniendo las palabras “después de esto volveré”, para probar que el carácter universal de la Iglesia con el llamamiento de los gentiles al redil de Cristo estaba de acuerdo con las profecías. En su sentido literal ha de aplicarse a la restauración del pueblo israelita. Cf. Jeremías 30, 3; Ezequiel 45, 4 y notas. “Después de tantas amenazas, el profeta termina con una dulce promesa, la restauración de la tienda de David, es decir, de su reino, y la dominación sobre los pueblos vecinos. Semejante promesa implica la promesa del Mesías y de su reino, como lo interpreta el Apóstol Santiago en Hechos 15, 16” (Nácar-Colunga). ↑
* 12. Ha sido invocado mi Nombre: Fórmula que expresa los derechos de propiedad de Yahvé. Joel 3, 19 y Abdías 19 hacen igual anuncio con respecto a Edom. ↑
* 13 s. Fillion hace notar que se alude aquí a la edad de oro mesiánica, y agrega: “Después de un largo exilio (cf. 4. 3; 5, 27; 6, 7, etc.) Israel será reinstalado en Palestina, donde será feliz y próspero. La era mesiánica es muy a menudo asociada en la Biblia al fin de la cautividad.” ↑
* 15. Yo los plantaré en su propio suelo. Véase promesas idénticas en Deuteronomio 30, 3-5; Isaías 27, 12 s.; Zacarías 10, 8 s. Es el sueño del sionismo judío, cuyo iniciador fue Teodoro Herzl de Viena, que trazó el programa sionista en el primer Congreso sionista de Basilea en 1897. El 2 de noviembre de 1917 se les abrió a los judíos la puerta de Tierra Santa por la declaración Balfour, y después de la segunda guerra mundial las Naciones. Unidas (UN) les adjudicaron una parte de Palestina y favorecieron el establecimiento de un reino judío. ¿Es éste el comienzo del reagrupamiento del cual habla el profeta? No sabemos. Dios nos lo dará a conocer a su tiempo. Cf. nuestro estudio “El problema judío a la luz de la Sagrada Escritura” en “Revista Bíblica” (N° 53 del año 1949). ↑