Isaías

ISAÍAS

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LIBROS PROFÉTICOS

Profeta es una voz griega, y designa al que habla por otro, o sea en lugar de otro; equivale por ende, en cierto sentido, a la voz “intérprete” o vocero. Pero poco importa el significado de la voz griega; debemos recurrir a las fuentes, a la lengua hebrea misma. En el hebreo se designa al profeta con dos nombres muy significativos: El primero es “nabí” que significa “extático”, “inspirado”, a saber por Dios. El otro nombre es “roéh” o “choséh” que quiere decir “el vidente”, el que ve lo que Dios le muestra en forma de visiones, ensueños, etc., ambos nombres expresan la idea de que el profeta es instrumento de Dios, hombre de Dios que no ha de anunciar su propia palabra sino la que el Espíritu de Dios le sopla e inspira.

Según I Reyes 9, 9, el “vidente” es el precursor de los otros profetas; y efectivamente, en la época de los patriarcas, el proceso profético se desarrolla en forma de “visión” e iluminación interna, mientras que más tarde, ante todo en las “escuelas de profetas” se cultivaba el éxtasis, señal característica de los profetas posteriores que precisamente por eso son llamados “nabí”.

Otras denominaciones, pero metafóricas, son: vigía, atalaya, centinela, pastor, siervo de Dios, ángel de Dios (Isaías 21, 1; S2, 8; Ezequiel 3, 11; Jeremías 17, 16; IV Reyes 4, 25; S, 8; Isaías 20, 3; Amós 3, 7; Ageo 1, 13).

El concepto de profeta se desprende de esos nombres. Él es vidente u hombre inspirado por Dios. De lo cual no se sigue que el predecir las cosas futuras haya sido la única tarea del profeta; ni siquiera la principal. Había profetas que no dejaban vaticinios sobre el porvenir, sino que se ocupaban exclusivamente del tiempo en que les tocaba vivir. Pero todos —y en esto estriba su valor— eran voceros del Altísimo, portadores de un mensaje del Señor, predicadores de penitencia, anunciadores de los secretos de Yahvé, como lo expresa Amos: “El Señor no hace estas cosas sin revelar sus secretos a los profetas siervos suyos” (3, 7). El Espíritu del Señor los arrebataba, irrumpía sobre ellos y los empujaba a predicar aún contra la propia voluntad (Isaías capítulo 6; Jeremías 1, 6). Tomaba a uno que iba detrás del ganado y le decía: “Ve, profetiza a mi pueblo Israel” (Amós 7, 15); sacaba a otro de detrás del arado (III Reyes 19,19 ss.), o le colocaba sus palabras en la boca y tocaba sus labios (Jeremías 1, 9), o le daba sus palabras literalmente a comer (Ezequiel 3, 3). El mensaje profético no es otra cosa que “Palabra de Yahvé”, “oráculo de Yahvé”, “carga de Yahvé”’, un “así dijo el Señor”. La Ley divina, las verdades eternas, la revelación de los designios del Señor, la gloria de Dios y de su Reino, la venida del Mesías, la misión del pueblo de Dios entre las naciones, he aquí los temas principales de los profetas de Israel.

En cuanto al modo en que se producían las profecías, hay que notar que la luz profética no residía en el profeta en forma permanente (II Pedro 1, 20 ss.) sino a manera de cierta pasión o impresión pasajera (Santo Tomás). Consistía, en general, en una iluminación interna o en visiones, a veces ocasionadas por algún hecho presentado a los sentidos (por ejemplo en Daniel 5, 25 por palabras escritas en la pared); en la mayoría de los casos, empero, solamente puestas ante la vista espiritual del profeta, por ejemplo, una olla colocada al fuego (Ezequiel 24, 1 ss.), los huesos secos que se cubren de piel (Ezequiel 37, 1 ss.); el gancho que sirve para recoger fruta (Amós 8, 1), la vara de almendro (Jeremías 1, 11), los dos canastos de higos (Jeremías 24,1 ss.), etc., símbolos todos éstos que manifestaban la voluntad de Dios.

Pero no siempre ilustraba Dios al profeta por medio de actos o símbolos, sino que a menudo le iluminaba directamente por la luz sobrenatural de tal manera que podía conocer por su inteligencia lo que Dios quería decirle (por ejemplo, Isaías 7, 14).

A veces el mismo profeta encarnaba una profecía. Así, por ejemplo, Oseas debió por orden de Dios casarse con una mala mujer que representaba a Israel, simbolizando de este modo la infidelidad que el pueblo mostraba para con Dios. Y sus tres hijos llevan nombres que asimismo encierran una profecía: “Jezrael”, “No más misericordia”, “No mi pueblo” (Oseas 1).

El profeta auténtico subraya el sentido de la profecía mediante su manera de vivir, llevando una vida austera, un vestido áspero, un saco de pelo con cinturón de cuero (IV Reyes 1, 8; 4, 38 ss.; Isaías 20, 2; Zacarías 13, 4; Mateo 3, 4), viviendo solo y aun célibe, como Elías, Elíseo y Jeremías.

No faltaba en Israel la peste de los falsos profetas. El profeta de Dios se distingue del falso por la veracidad y por la fidelidad con que transmite la Palabra del Señor. Aunque tiene que anunciar a veces cosas duras: “cargas”; está lleno del espíritu del Señor, de justicia y de constancia, para decir a Jacob sus maldades y a Israel su pecado (Miqueas 3, 8). El falso, al revés, se acomoda al gusto de su auditorio, habla de “paz”, es decir, anuncia cosas agradables, y adula a la mayoría, porque esto se paga bien. El profeta auténtico es universal, predica a todos, hasta a los sacerdotes; el falso, en cambio, no se atreve a decir la verdad a los poderosos, es muy nacionalista, por lo cual no profetisa contra su propio pueblo ni lo exhorta al arrepentimiento.

Por eso los verdaderos profetas tenían adversarios que los perseguían y martirizaban (véase lo que el mismo Rey Profeta dice a Dios en el salmo 16, 4); los falsos, al contrario, se veían rodeados de amigos, protegidos por los reyes y obsequiados con enjundiosos regalos. Siempre será así: el que predica los juicios de Dios, puede estar seguro de encontrar resistencia y contradicción, mientras aquel que predica “lo que gusta a los oídos” (II Timoteo 4, 3) puede dormir tranquilo; nadie le molesta; es un orador famoso. Tal es lo que está tremendamente anunciado para los últimos tiempos, los nuestros (I Timoteo 4. 1 ss.; II Timoteo 3. 1 ss.: II Pedro 3, 3 s.; Judas 18; Mateo 24,11).

Jesús nos previene amorosamente, como Buen Pastor, para que nos guardemos de tales falsos profetas y falsos pastores, advirtiéndonos que los conoceremos por sus frutos (Mateo 7, 16). Para ello los desenmascara en el almuerzo del fariseo (Lucas 11, 37-54) y en el gran discurso del Templo (Mateo 23), y señala como su característica la hipocresía (Lucas 12, 1), esto es, que se presentarán no como revolucionarios antirreligiosos, sino como “lobos con piel de oveja” (Mateo 7, 15). Su sello será el aplauso con que serán recibidos (Lucas 6, 26), así como la persecución será el sello de los profetas verdaderos (ibíd. 22 ss.)

En general los profetas preferían el lenguaje poético. Los vaticinios propiamente dichos son, por regla general, poesía elevadísima, y se puede suponer que, por lo menos algunos profetas los promulgaban cantando para revestirlos de mayor solemnidad. Se nota en ellos la forma característica de la poesía hebrea, la coordinación sintáctica (“parallelismus membrorum”), el ritmo, la división en estrofas. Sólo en Jeremías, Ezequiel y Daniel se encuentran considerables trozos de prosa, debido a los temas históricos que tratan. El estilo poético no sólo ha proporcionado a los videntes del Antiguo Testamento la facultad de expresarse en imágenes rebosantes de esplendor y originalidad, sino que también les ha merecido el lugar privilegiado que disfrutan en la literatura mundial.

No es, pues, de extrañar que su interpretación tropiece con oscuridades. Es un hecho histórico que los escribas y doctores de la Sinagoga, a pesar de conocer de memoria casi toda la Escritura, no supieron explicarse las profecías mesiánicas, ni menos aplicarlas a Jesús. Otro hecho, igualmente relatado por los evangelistas, es la ceguedad de los mismos discípulos del Señor ante las profecías. ¡Cuántas veces Jesús tuvo que explicárselas! Lo vemos aún en los discípulos de Emaús, a los cuales dice Él, ya resucitado: “¡Oh necios y tardos de corazón para creer todo lo que anunciaron los profetas!” (Lucas 24, 25). “Y empezando por Moisés, y discurriendo por todos los profetas, Él les interpretaba en todas las Escrituras los lugares que hablaban de Él” (Lucas 24, 21). Y aquí el Evangelista nos agrega que esta lección de exégesis fue tan íntima y ardorosa, que los discípulos sentían abrasarse sus corazones (Lucas 24, 32).

Las oscuridades, propias de las profecías, se aumentan por el gran número de alusiones a personas, lugares, acontecimientos, usos y costumbres desconocidos, y también por la falta de precisión de los tiempos en que han de cumplirse los vaticinios, que Dios quiso dejar en el arcano hasta el tiempo conveniente (véase Jeremías 30, 24; Isaías 60, 22; Daniel 12, 4).

En lo tocante a las alusiones, el exégeta dispone hoy día, como observa la nueva Encíclica bíblica “Divino Afflante Spiritu”, de un conjunto muy vasto de conocimientos recién adquiridos por las investigaciones y excavaciones, respecto del antiguo mundo oriental, de manera que para nosotros no es ya tan difícil comprender el modo de pensar o de expresarse que tenían los profetas de Israel.

Con todo, las profecías están envueltas en el misterio, salvo las que ya se han cumplido; y aun en éstas hay que advertir que a veces abarcan dos o más sentidos. Así, por ejemplo, el vaticinio de Jesucristo en Mateo 24, tiene, dos modos de cumplirse, siendo el primero (la destrucción de Jerusalén) la figura del segundo (el fin del siglo). Muchas profecías resultan puros enigmas, si el expositor no se atiene a esta regla hermenéutica que le permite ver en el cumplimiento de una profecía la figura de un suceso futuro.

Sería, como decíamos más arriba, erróneo, considerar a los profetas sólo como portadores de predicciones referentes a lo por venir; fueron en primer lugar misioneros de su propio pueblo. Si Israel guardó su religión y fe y se mantuvo firme en medio de un mundo idólatra, no fue el mérito de la sinagoga oficial, sino de los profetas, que a pesar de las persecuciones que padecieron no desistieron de ser predicadores del Altísimo.

Nosotros que gozamos de la luz del Evangelio, “edificados en Cristo sobre el fundamento de los, Apóstoles y los Profetas” (Efesios 2, 20), no hemos de menospreciar a los voceros de Dios en el Antiguo Testamento, ya que muchas profecías han de cumplirse aún, y sobre todo porque San Pablo nos dice expresamente: “No queráis despreciar las profecías” (I Tesalonicenses 5, 20). En la primera Carta a los Corintios, da a la profecía un lugar privilegiado, diciendo: “Codiciad los dones espirituales, mayormente el de la profecía” (1 Corintios 14, 1); pues “el que hace oficio de profeta, habla con los hombres para edificarlos y para consolarlos” (1 Corintios 14, 3).

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Isaías

No todos los profetas nos han dejado sus visiones en forma de escritos. De Elías y Elíseo, por ejemplo, sólo sabemos lo que nos narran los libros históricos del Antiguo Testamento, principalmente los libros de los Reyes.

Entre los vates cuyos escritos poseemos es sin duda el mayor Isaías, hijo de Amos, de la tierra de Judá, quien fue llamado al duro cargo de profeta en el año 738 a. C, y cuya muerte ocurrió probablemente bajo el rey Manasés (693-639). Según una antigua tradición judía, murió aserrado por la mitad a manos de los verdugos de este impío rey. En 442 d. C. sus restos fueron transportados a Constantinopla. La Iglesia celebra su memoria el 6 de julio.

Isaías es el primero de los profetas del Antiguo Testamento, desde luego por lo acabado de su lenguaje, que representa el siglo de oro de la literatura hebrea, mas sobre todo por la importancia de los vaticinios que se refieren al pueblo de Israel, los pueblos paganos y los tiempos mesiánicos y escatológicos. Ningún otro profeta vio con tanta claridad al futuro Redentor, y nadie, como él, recibió tantas ilustraciones acerca de la salud mesiánica, de manera que San Jerónimo no vacila, en llamarlo “el Evangelista entre los profetas”.

Se distinguen en el libro de Isaías un Prólogo (capítulo 1) y dos partes principales. La primera (capítulos 2-35) es una colección de profecías, exhortaciones y amonestaciones, que tienen como punto de partida el peligro asirio, y contiene vaticinios sobre Judá e Israel (2, 1 – 12, 6), oráculos contra las naciones paganas (13, 1 – 23, 18); profecías escatológicas (24, 1 – 27, 13); amenazas contra la falsa seguridad (28, 1-33, 24), y la promesa de la salvación de Israel (34, 1 – 35, 10). Entre las profecías descuellan las consignadas en los capítulos 7-12. Fueron pronunciadas en tiempo de Acaz y tienen por tema la Encarnación del Hijo de Dios, por lo cual son también llamadas “El Libro de Emmanuel”.

Entre la primera y segunda parte media un trozo de cuatro capítulos (36-39) que forma algo así como un bosquejo histórico.

El capítulo 40 da comienzo a la parte segunda del Libro (capítulos 40-66), que trae veintisiete discursos cuyo fin inmediato es consolar con las promesas divinas a los que iban a ser desterrados a Babilonia, como expresa el Eclesiástico (48, 27 s.).

Fuera de eso, su objeto principal es anunciar el misterio de la Redención y de la salud mesiánica, a la cual precede la Pasión del “Siervo de Dios”, que se describe proféticamente con la más sorprendente claridad.

No es de extrañar que la crítica racionalista haya atacado la autenticidad de esta segunda parte, atribuyéndola a otro autor posterior al cautiverio babilónico. Contra tal teoría que se apoya casi exclusivamente en criterios internos y lingüísticos, se levanta no sólo la tradición judía, cuyo primer testigo es Jesús, hijo de Sirac (Eclesiastés 48, 25 ss.), sino también toda la tradición cristiana.

Para la interpretación de Isaías hay que tener presente lo dicho en la Introducción general.

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Prólogo

Isaías 1

1 [7226]

Visión que Isaías, hijo de Amós, tuvo acerca de Judá y Jerusalén en los días de Ocías, Joatán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.

Oráculo introductorio

2 [7227] Oíd, cielos, y tú, tierra, escucha;

porque habla Yahvé:

“He criado hijos y los he engrandecido,

mas ellos se han rebelado contra Mí.

3 El buey conoce al que lo posee,

y el asno el pesebre de su amo;

pero Israel no (me) conoce;

mi pueblo no tiene inteligencia.”

4 [7228] ¡Ay de ti, nación pecadora,

pueblo cargado de culpa,

raza de malvados, hijos corrompidos!

Han abandonado a Yahvé,

han despreciado al Santo de Israel,

se han vuelto atrás.

5 [7229] ¿De qué sirve daros golpes,

si seguís rebelándoos?

La cabeza toda está enferma,

y todo el corazón doliente.

6 Desde la planta del pie hasta la cabeza,

no queda en él nada sano;

hay sólo heridas, contusiones y llagas inflamadas,

que no han sido cerradas, ni vendadas,

ni suavizadas con aceite.

7 Vuestra tierra es un desierto;

vuestras ciudades han sido quemadas,

a vuestra vista los extranjeros

devoran vuestro suelo,

que está desolado

como si fuese destruido por extraños.

8 [7230] Y la hija de Sión queda como cabaña de viña,

como choza de melonar,

como ciudad sitiada.

9 [7231] Si Yahvé de los ejércitos

no nos hubiera dejado un pequeño resto,

seríamos como Sodoma

y semejantes a Gomorra.

10 [7232] ¡Oíd la palabra de Yahvé,

príncipes de Sodoma!

¡Escucha la ley de nuestro Dios,

oh pueblo de Gomorra!

11 [7233]

¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios?

dice Yahvé.

Harto estoy de los holocaustos de carneros

y del sebo de animales cebados;

no me agrada la sangre de toros,

ni la de corderos y machos cabríos.

12 ¡Y venís a presentaros delante de Mí!

¿Quién os ha pedido que holléis mis atrios?

13 [7234] No traigáis más vanas ofrendas;

abominable es para Mí el incienso;

no aguanto más las neomenias

ni los sábados, ni las asambleas solemnes;

son asambleas solemnes con crimen.

14 Mi alma aborrece vuestras neomenias

y vuestras fiestas; me son una carga, cansado estoy de soportarlas.

15 Cuando extendéis vuestras manos,

cierro ante vosotros mis ojos,

y cuando multiplicáis las oraciones, no escucho;

vuestras manos están manchadas de sangre.

16 [7235] Lavaos, purificaos; quitad de ante mis ojos la maldad de vuestras obras;

cesad de obrar mal.

17 Aprended a hacer el bien, buscad lo justo,

poned coto al opresor,

haced justicia al huérfano,

defended la causa de la viuda.

Invitación a la conversión

18 [7236] Venid, discutamos juntos,

dice Yahvé.

Aunque vuestros pecados fuesen como la grana,

quedarán blancos como la nieve.

Aunque fuesen rojos como el carmesí,

vendrán a ser como lana.

19 Si queréis y si me escucháis,

comeréis de lo mejor de la tierra.

20 Pero si no queréis y os rebeláis,

seréis devorados por la espada;

porque la boca de Yahvé ha hablado.

21 [7237]

¡Cómo se ha convertido en prostituta

la ciudad fiel!

Llena estaba de justicia,

la rectitud moraba en ella;

pero ahora es (ciudad) de homicidas.

22 [7238] Tu plata se ha tornado escoria;

tu vino fue adulterado con agua;

23 [7239] tus príncipes son unos obstinados

y compañeros de ladrones;

todos aman el soborno

y van tras los presentes;

no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.

24 [7240] Por esto dice el Señor, Yahvé de los ejércitos, el Fuerte de Israel:

“Voy a tomar satisfacción de mis adversarios

y venganza de mis enemigos,

quitaré de ti todo el metal impuro.

25 Volveré mi mano sobre ti,

y limpiaré como con lejía tus escorias,

26 Restituiré tus jueces como fueron al principio,

y tus consejeros como eran antes;

después de lo cual serás llamada ciudad de justicia, ciudad fiel.”

27 Sión será redimida con justicia,

y sus convertidos, con equidad.

Castigo de los rebeldes

28 [7241] Los transgresores y los pecadores serán quebrantados juntamente,

y anonadados los que abandonan a Yahvé.

29 [7242] Pues os avergonzareis de las encinas que habéis amado,

y os abochornaréis por los jardines que habéis escogido.

30 Seréis como encina cuya hoja se marchita,

y como huerto sin agua.

31 Será el fuerte como estopa,

y su obra cual chispa;

arderán los dos juntos, y no habrá quien apague el fuego.

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Primera parte

I. Profecías sobre Judá e Israel

Isaías 2

Gloria del reino mesiánico

1 He aquí lo que vio Isaías, hijo de Amos, acerca de Judá y Jerusalén:

2 [7243] Acontecerá en los últimos tiempos

que el monte de la Casa de Yahvé

será establecido en la cumbre de los montes,

y se elevará sobre los collados;

y acudirán a él todas las naciones.

3 Y llegarán muchos pueblos y dirán:

“¡Venid, subamos al monte de Yahvé,

a la Casa del Dios de Jacob!

Él nos enseñará sus caminos,

e iremos por sus sendas”;

pues de Sión saldrá la ley,

y de Jerusalén la palabra de Yahvé.

4 [7244] El será árbitro entre las naciones,

y juzgará a muchos pueblos;

y de sus espadas forjarán rejas de arado,

y de sus lanzas hoces.

No alzará ya espada pueblo contra pueblo,

ni aprenderán más la guerra.

5 ¡Casa de Jacob, venid,

y caminemos en la luz de Yahvé!

Humillación del pueblo orgulloso

6 [7245] Pues Tú desechaste a tu pueblo, la casa de Jacob,

por cuanto están llenos (de la corrupción) del Oriente;

son agoreros como los filisteos,

y pactan con los extranjeros.

7 Su tierra está llena de plata y de oro,

y sus tesoros no tienen fin;

8 llena está su tierra también de caballos,

y son innumerables sus carros.

Su tierra rebosa de ídolos;

se prosternan ante las obras de sus manos,

ante lo que han fabricado sus dedos.

9 [7246] (Todo) hombre se postró,

y se humillaron los mortales;

por tanto no les perdones.

10 Métete en la peña y escóndete en el polvo,

ante el terror de Yahvé, y ante la gloria de su majestad.

11 Entonces serán abatidos los ojos altivos del hombre,

y su soberbia quedará humillada;

sólo Yahvé será ensalzado en aquel día.

12 [7247] Pues Yahvé de los ejércitos

ha fijado un día (de juicio)

contra todos los soberbios y altivos,

contra todos los que se ensalzan, para humillarlos,

13 [7248] contra todos los cedros del Líbano, altos y erguidos,

contra todas las encinas de Basan,

14 contra todos los montes encumbrados,

contra todos los collados elevados,

15 contra toda torre alta

y contra toda muralla fortificada,

16 [7249] contra todas las naves de Tarsis

y contra todo lo que es hermoso a la vista.

17 Será abatida la altivez de los hombres,

y humillada la soberbia humana;

Yahvé solo será ensalzado en aquel día;

18 y todos los ídolos desaparecerán.

19 Se esconderán en las cuevas de las peñas

y en los hoyos de la tierra

ante el terror de Yahvé y ante la gloria de su majestad,

cuando Él se levantare para causar espanto en la tierra.

20 [7250] En aquel día el hombre arrojará sus ídolos de plata, y sus ídolos de oro, que se hizo para adorarlos, a los topos y a los murciélagos,

21 para esconderse en las cavernas de las peñas, y en las hendiduras de las rocas, ante el terror de Yahvé y ante la gloria de su majestad, cuando Él se levantare para causar espanto en la tierra.

22 [7251] ¡Cesad de confiar en el hombre, cuya vida no es más que un soplo de su nariz! Pues ¿de qué valor es el (hombre)?

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Isaías 3

Desolación en Jerusalén

1 Porque he aquí que el Señor, Yahvé de los ejércitos,

quitará a Jerusalén y a Judá toda clase de apoyo,

todo sostén de pan y todo sostén de agua;

2 el héroe, el guerrero y el juez,

el profeta, el adivino y el anciano,

3 [7252] el jefe de cincuenta y el hombre de prestigio

el consejero, el perito artífice

y el hábil encantador.

4 Les daré muchachuelos por príncipes,

y reinarán sobre ellos algunos mozalbetes.

5 En el pueblo tiranizará el uno al otro,

y cada cual a su vecino;

el joven se precipitará sobre el anciano,

y el villano sobre el noble.

6 Pues uno echará mano de otro

en la casa de su padre (diciendo):

“Tú tienes vestido,

sé nuestro príncipe,

y hazte cargo de esta ruina.”

7 [7253] Pero él responderá en aquel día, diciendo:

“Yo no soy médico,

y en mi casa no hay pan ni ropa;

no me hagáis príncipe del pueblo.”

8 Pues Jerusalén está bamboleando, y Judá caerá,

porque sus palabras y sus obras están contra Yahvé;

así irritan ellos los ojos de su gloria.

9 [7254] El aspecto de su semblante da testimonio contra ellos;

como Sodoma pregonan su pecado, y no lo encubren.

¡Ay de ellos!

porque son ellos los causantes de su ruina.

10 [7255] Decid al justo que le irá bien;

pues comerá el fruto de sus obras.

11 pero ¡ay del malo! Mal le irá;

porque le será retribuido según las obras de sus manos.

12 [7256] Mi pueblo está oprimido por caprichosos,

y mujeres lo gobiernan.

Pueblo mío, los que te guían te hacen errar y destruyen

el camino por donde debes seguir.

13 Se levanta Yahvé para hacer justicia;

se pone de pie para juzgar a los pueblos:

14 [7257] Yahvé entrará en juicio

con los ancianos de su pueblo y con sus príncipes:

“Vosotros habéis devorado la viña,

en vuestras casas están los despojos del pobre.

15 ¿Por qué aplastáis a mi pueblo,

y moléis el rostro de los pobres?”

dice el Señor, Yahvé de los ejércitos.

Contra el lujo femenino

16 [7258] Y dijo Yahvé:

“Por cuanto las hijas de Sión son tan altivas

y andan con el cuello erguido y guiñando los ojos,

y caminan meneando el cuerpo

al son de las ajorcas de sus pies,

17 por eso el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sión,

y Yahvé descubrirá sus vergüenzas.

18 [7259] En aquel día quitará el Señor

las hermosas ajorcas, los solecillos y las lunetas,

19 los pendientes, los brazaletes

y las cofias,

20 los turbantes, las cadenillas

y los ceñidores, los pomos de olor y los amuletos,

21 los anillos y los aros de la nariz,

22 los vestidos de gala y los mantos,

los chales y los bolsitos,

23 los espejos y la ropa fina,

las tiaras y las mantillas.

24 En lugar de perfume habrá hediondez;

en lugar de ceñidor, una soga:

en lugar de cabellos rizados, calvicie;

en lugar de vestidos suntuosos,

una túnica áspera;

en lugar de hermosura, marca de fuego.

25 Tus hombres a espada caerán,

y tus fuertes en la batalla.

26 Se lamentarán las puertas de (Sión) y estarán de luto;

y ella, desolada, se sentará en tierra.

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Isaías 4

Visión del reino mesiánico

1 [7260] En aquel día siete mujeres

echaran mano de un solo hombre, diciendo:

“Comeremos nuestro propio pan

y con nuestra ropa nos vestiremos;

tan sólo déjanos llevar tu nombre;

quítanos el oprobio.”

2 [7261] En aquel día el Pimpollo de Yahvé será la magnificencia y gloria,

el fruto de la tierra, la grandeza y el orgullo

de los de Israel que se salvaren.

3 [7262] Entonces los restos de Sión

y los que quedaren en Jerusalén, serán llamados santos:

todos los que están inscritos para la vida en Jerusalén.

4 Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sión,

y limpiado a Jerusalén de la sangre que está en ella,

mediante espíritu de juicio y espíritu de fuego,

5 [7263] Yahvé creará sobre toda la extensión del monte Sión,

y sobre sus asambleas,

una nube sombría de día,

y durante la noche un resplandor de fuego ardiente,

porque toda la gloria quedará cubierta;

6 [7264] y habrá un tabernáculo para dar sombra contra el calor del día,

y refugio y abrigo contra la tormenta y la lluvia.

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Isaías 5

La parábola de la viña

1 [7265] Cantaré ahora a mi amado un canto,

la canción de mí amado acerca de su viña.

Tenía mi amado una viña

en un collado muy fértil.

2 La cavó y la despedregó,

la plantó de cepas escogidas,

y edificó en medio de ella una torre,

y también un lagar,

y esperó que diese uvas,

pero dio agraces.

3 Ahora, pues, habitantes de Jerusalén

y hombres de Judá,

juzgad entre mí y mi viña.

4 [7266] ¿Qué más había de hacer yo

por mi viña que no le hiciera?

¿Por qué mientras esperaba

que diese uvas, dio agraces?

5 Ahora voy a deciros

lo que haré con mi viña:

Le quitaré su seto, y será talada,

derribaré su muro, y será hollada.

6 Haré de ella una desolación

y no será podada ni cultivada;

brotarán allí zarzas y espinas;

y mandaré que las nubes no lluevan sobre ella.

Explicación .de la parábola

7 Pues la viña de Yahvé de los ejércitos es la casa de Israel,

y los hombres de Judá son el plantío de su deleite.

Esperaba de ellos rectitud, y no veo más que derramamiento de sangre;

justicia, y he aquí que no hay más que gritos de dolor.

8 [7267] ¡Ay de los que juntan casa con casa,

campo con campo, hasta que no queda más terreno

y vosotros sois los únicos habitantes en medio del país!

9 Ha llegado a mis oídos (esta palabra) de Yahvé de los ejércitos:

“Estas numerosas casas serán convertidas en ruinas,

y por grandes y hermosas que sean, quedarán sin moradores.”

10 [7268] Porque diez yugadas de viña producirán solamente un bat,

y un hómer de semilla no dará más que un efa.

11 [7269] ¡Ay de los que se levantan muy de mañana

para correr tras bebidas que embriagan,

y que siguen bebiendo hasta la noche,

hasta que los enciende el vino!

12 En sus banquetes hay cítaras,

liras, tamboriles y flautas y vinos,

y no miran la obra de Yahvé

ni ven las obras de sus manos.

13 Por eso mi pueblo será llevado al cautiverio sin darse cuenta;

sus nobles morirán de hambre,

y su multitud se abrasará de sed.

14 [7270] Por eso el scheol ensanchará sus fauces

y abrirá sin medida su boca.

Descenderá allí la gloria de (Jerusalén) y su multitud turbulenta

que se regocija en ella.

15 Será humillado todo hombre, serán abatidos todos los mortales

y bajados los ojos altivos;

16 mas Yahvé de los ejércitos será grande en el juicio,

y el Dios Santo mostrará su santidad por la justicia.

17 Corderos pacerán allí como si fuese su pastizal,

y los extranjeros devorarán los devastados campos de los ricos.

18 [7271] ¡Ay de los que arrastran la iniquidad con cuerdas de vanidad,

y el pecado como con coyundas de carro;

19 [7272] y dicen: “Dese prisa;

que haga presto su obra, para que la veamos;

acérquese y tome cuerpo el plan del Santo de Israel,

para que lo conozcamos!”

20 [7273] ¡Ay de los que al mal llaman bien y al bien mal,

que ponen tinieblas por luz, y luz por tinieblas;

que dan lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

21 ¡Ay de los que son sabios a sus propios ojos,

y prudentes ante sí mismos!

22 ¡Ay de los que son héroes para beber vino,

y valientes para mezclar bebidas embriagadoras,

23 que por un regalo absuelven al malhechor

y privan a los justos de su derecho!

El castigo

24 Por eso, como la lengua del fuego devora la paja,

y como la llama consume la hierba seca,

así su raíz será como podredumbre,

y su flor será arrebatada como el polvo,

por cuanto han rechazado a ley de Yahvé de los ejércitos,

y despreciado la palabra del Santo de Israel.

25 [7274] Por eso se ha encendido la ira de Yahvé contra su pueblo,

y extendió contra él su mano y lo hirió,

por eso tiemblan los montes,

y sus cadáveres yacen en las calles como basura.

Con todo esto no se ha aplacado su ira;

aún está extendida su mano.

26 Él alzará una bandera para pueblos lejanos,

y los llamará con un silbo desde los fines de la tierra;

y he aquí que vendrán pronto y apresuradamente.

27 Entre ellos no hay cansado ni quien tropiece;

ningún soñoliento, ningún dormilón;

no se desata de sus lomos el cinturón,

ni se rompe la correa de su calzado;

28 sus saetas son agudas, y tensos están todos sus arcos;

los cascos de sus caballos son como pedernal,

y las ruedas de sus carros como el torbellino.

29 Braman como león, rugen como leoncillo,

que gruñe y agarra la presa,

y se la lleva, sin que nadie se la quite.

30 En aquel día bramarán contra (Israel) como brama el mar;

y si uno mirase la tierra, no verá sino tinieblas y angustia;

pues la luz se oscurecerá en densas nubes.

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(“Libro del Emmanuel”: capítulos 6-12)

Isaías 6

Vocación de Isaías

1 [7275] En el año en que murió el rey Ocias, vi al Señor sentado en un trono alto y excelso y las faldas de su vestido llenaban el Templo.

2 Encima de Él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, con dos los pies, y con dos volaban.

3 [7276] Y clamaban unos a otros, diciendo:

“Santo, santo, santo es Yahvé de los ejércitos,

llena está toda la tierra de su gloria.”

4 [7277] Y los fundamentos de los umbrales se conmovieron a la voz del que clamaba; y la Casa se llenó de humo.

5 [7278] Entonces dije:

“¡Ay de mí, que estoy perdido!

Pues soy hombre de labios impuros,

y habito en un pueblo de labios impuros,

y mis ojos han visto al Rey, Señor de los ejércitos.”

6 Y voló hacia mí uno de los serafines, que tenía en su mano una brasa ardiente, la cual con las tenazas había tomado de encima del altar.

7 Con ella tocó mi boca y dijo:

“Mira, esto ha tocado tus labios;

quitada está tu iniquidad,

y expiado tu pecado.”

8 [7279] Y oí la voz del Señor que decía: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?” Respondí: “Heme aquí; envíame a mí.”

9 [7280] Y dijo Él: “Ve y di a este pueblo:

Oíd, y no entendáis; ved, y no conozcáis.

10 Embota el corazón de este pueblo,

y haz que sean sordos sus oídos

y ciegos sus ojos;

no sea que vea con sus ojos,

y oiga con sus oídos,

y con su corazón entienda,

y se convierta y encuentre salud.”

11 Yo pregunté: “¿Hasta cuándo, Señor?”. Y respondió:

“Hasta que las ciudades

queden devastadas y sin moradores,

y las casas sin habitantes,

y la tierra convertida en ruina completa;

12 hasta que Yahvé arroje lejos a los hombres,

y la desolación abunde en medio de la tierra.

13 [7281] Y si quedare de ellos sólo la décima parte,

volverán a ser destruidos.

Mas como del terebinto y de la encina,

aun talados, queda el tronco,

así el tronco de (Israel) será semilla santa.”

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Isaías 7

Invasión de los sirios

1 [7282] Aconteció que en los días de Acaz, hijo de Joatán, hijo de Ocias, rey de Judá, subió Rasín, rey de Siria, con Facee, hijo de Romelías, rey de Israel, a Jerusalén, para hacer guerra contra ella, pero no pudo tomarla.

2 [7283] Y dieron aviso a la casa de David, diciendo: “Acampó Siria en Efraím”; y tembló su corazón, y el corazón de su pueblo, como tiemblan los árboles de la selva agitados por el viento.

3 [7284] Entonces dijo Yahvé a Isaías: “Sal al encuentro de Acaz, tú y Schearyaschub, tu hijo, al extremo del acueducto de la piscina superior, en el camino del campo del batanero.

4 [7285] Y le dirás: “Ponte en guardia, quédate tranquilo; no temas ni se desaliente tu corazón, a causa de estos dos cabos de tizones humeantes; a causa de la ira ardiente de Rasín, de Siria y del hijo de Romelías.

5 Porque ha proyectado mal contra ti Siria, Efraím y el hijo de Romelías, diciendo:

6 [7286] “Subamos contra Judá, aterroricémoslo, apoderémonos de él y démosle por rey al hijo de Tabeel.”

7 Así dice Yahvé el Señor:

“Esto no se llevará a cabo, ni se hará.

8 Porque cabeza de Siria es Damasco,

y cabeza de Damasco, Rasín;

faltan todavía sesenta y cinco años

y Efraím será quebrantado,

y dejará de ser pueblo.

9 Y cabeza de Efraím es Samaría,

y cabeza de Samaría, el hijo de Romelías.

Si no creyereis, no subsistiréis.”

Profecía sobre el futuro Emmanuel

10 Volvió a hablar Yahvé a Acaz, diciendo:

11 “Pide para ti una señal de parte de Yahvé tu Dios; en lo profundo del scheol, o arriba en lo alto.”

12 [7287] Mas Acaz respondió: “No pediré, ni tentaré a Yahvé.”

13 Dijo entonces (el profeta): “Oíd, pues, casa de David: ¿acaso os es poca cosa molestar a los hombres, que molestáis también a mi Dios?

14 [7288] Por tanto el Señor mismo os dará una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.

15 [7289] Comerá leche cuajada y miel hasta que sepa repudiar el mal y elegir el bien.

16 [7290] Porque antes que sepa el niño repudiar el mal y elegir el bien, será abandonada la tierra, ante cuyos dos reyes tú tienes miedo.

Males sobre Judá

17 Pero Yahvé hará venir sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca han venido desde el día que Efraím se apartó de Judá; pues (hará venir) al rey de Asiria.”

18 [7291] En aquel día Yahvé

atraerá con un silbido a la mosca

que está en los cabos de los ríos de Egipto,

y la abeja que está en la tierra de Asiria.

19 Ellas vendrán y se posarán todas

en los valles escarpados,

en las hendiduras de las rocas,

en todos los zarzales

y en todos los matorrales.

20 [7292] En aquel día rasurará el Señor

por medio de una navaja alquilada del otro lado del río,

a saber, por medio del rey de Asiria,

la cabeza y el pelo de los pies;

y arrancara también la barba.

21 En aquel día un hombre no criará más

que una vaca y dos ovejas;

22 [7293] y cuando le den abundancia de leche,

comerá leche cuajada.

Pues leche cuajada y miel

comerán todos los que quedaren en el país.

23 En aquel día sucederá

que todo lugar en donde había mil vides, por valor de mil siclos,

será convertido en zarzal y abrojos.

24 Por allá se andará con flechas y arco;

pues el país entero será zarzal y espinas.

25 Y todos los montes que (ahora) se labran con azada,

quedarán abandonados por temor de las zarzas y espinas;

serán para pasto de bueyes, y para ser hollados por ovejas.

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Isaías 8

Ruina de Damasco y de Samaría

1 [7294] Me dijo Yahvé: “Toma una tabla grande, y escribe en ella con caracteres comunes: Para Maher-schalal-hasch-baz.”

2 Y me tomé por testigos fieles a Urías sacerdote, y a Zacarías, hijo de Jebaraquías.

3 [7295] Y me acerqué a la profetisa, la cual concibió y dio a luz un hijo; y Yahvé me dijo: “Ponle por nombre Maher-schalal-hasch-baz. Pues antes que el niño sepa decir: ¡Padre mío! y ¡Madre mía!, las riquezas de Damasco y el botín de Samaría serán llevados a la presencia del rey de Asiria.”

La salvación por Emmanuel

5 Y volvió Yahvé a hablarme otra vez, diciendo:

6 [7296]

“Por cuanto este pueblo ha despreciado las aguas de Siloé,

que corren mansamente,

y se ha regocijado con Rasín y el hijo de Romelías,

7 [7297] por tanto, he aquí que el Señor traerá sobre ellos

las aguas del río, impetuosas y caudalosas:

al rey de Asiria con toda su gloria,

que (franqueará) todos sus cauces,

se desbordará sobre todas sus riberas;

8 [7298] penetrará en Judá,

inundará y pasará adelante,

hasta llegarle (las aguas) al cuello;

y sus alas extendidas

cubrirán toda la extensión de tu tierra, oh Emmanuel.”

9 Alborotaos, oh pueblos, y seréis derrotados;

escuchad, todas las extremidades de la tierra:

Ceñíos, y seréis derrotados;

ceñíos, y seréis derrotados.

10 [7299] Haced proyectos; serán frustrados;

dad órdenes; no surtirán efecto;

porque “Dios está con nosotros”.

11 Pues así me ha dicho Yahvé, cuando su mano me asió, y me advirtió que no siguiese el camino de este pueblo, diciendo:

12 No llaméis conjuración

a todo lo que este pueblo llama conjuración;

no temáis lo que él teme, ni os amedrentéis.

13 A Yahvé de los ejércitos, a Él habéis de tratar santamente;

sea Él vuestro temor, sea Él ante quien tembláis.

14 [7300] Él será (vuestra) santidad,

más también una piedra de tropiezo, y una roca de escándalo

para las dos casas de Israel,

un lazo y una trampa para los habitantes de Jerusalén.

15 Muchos de ellos tropezarán,

caerán, y serán quebrantados;

se enredarán en el lazo y quedarán presos.

16 [7301] Conserva el testimonio, y sella la ley (en el corazón) de mis discípulos.

El profeta y sus hijos servirán de señal

17 [7302] Yo espero en Yahvé, que esconde su rostro de la casa de Jacob; en Él pongo mi confianza.

18 He aquí que yo y los hijos que me dio Yahvé, somos señales y presagios en Israel, de parte de Yahvé de los ejércitos, que habita en el monte Sión.

19 Y cuando os dijeren: “Consultad a los pitones y a los adivinos, que susurran y murmullan” (responded): “¿No debe un pueblo consultar a su Dios? ¿(Consultará) acaso a los muertos sobre la suerte de los vivos?”

20 (Id) más bien a la Ley y al testimonio. Si no hablan de esta manera, no les amanecerá la luz del día.

21 Pasarán por el (país) abatidos y hambrientos;

y enfurecidos por el hambre

maldecirán a su rey y a su Dios.

Levantarán sus miradas hacia arriba;

22 [7303] luego mirarán la tierra;

pero he aquí tribulación

y tinieblas y sombría angustia;

y serán rechazados a las tinieblas.

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Isaías 9

El reino del príncipe de paz

1 [7304] No habrá más lobreguez sobre la (tierra)

que (ahora) está en angustia.

Como primeramente (Dios) cubrió de oprobio la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, así al fin hará glorioso el camino del mar, la otra parte del Jordán, la Galilea de los gentiles.

2 El pueblo que andaba en tinieblas

vio una gran luz;

sobre los habitantes de la tierra de sombras de muerte

resplandeció una luz.

3 Multiplicaste el pueblo,

hiciste grande su alegría;

se regocijan delante de Ti

con la alegría del tiempo de la siega;

como los que saltan de gozo cuando reparten los despojos.

4 Porque el yugo que pesaba sobre ellos,

y la vara que hería sus hombros,

y el bastón de su exactor,

Tú los hiciste pedazos, como en el día de Madián.

5 Pues todo zapato que (el guerrero) lleva en la batalla,

y el manto revolcado en sangre,

serán quemados y hechos pasto del fuego.

6 [7305] Porque un Niño nos ha nacido,

un Hijo nos ha sido dado,

que lleva el imperio sobre sus hombros.

Se llamará Maravilloso, Consejero,

Dios poderoso, Padre de la eternidad, Príncipe de la paz.

7 [7306] Se dilatará su imperio,

y de la paz no habrá fin.

(Se sentará) sobre el trono de David y sobre su reino,

para establecerlo y consolidarlo mediante el juicio y la justicia,

desde ahora para siempre jamás.

El celo de Yahvé de los ejércitos hará esto.

Castigo de Samaría y Efraím

8 [7307] Envió el Señor una palabra contra Jacob, que cayó sobre Israel.

9 Lo conocerá todo el pueblo,

los de Efraím como los habitantes de Samaría.

Los que en la soberbia e hinchazón de su corazón están diciendo:

10 [7308]

“Han caído los ladrillos, mas edificaremos con piedras labradas;

han sido cortados los sicómoros. Pero en su lugar pondremos cedros.”

11 Por eso Yahvé suscitará contra él los adversarios de Rasín,

e incitará a sus enemigos:

12 los sirios al este, y los filisteos al oeste,

los cuales a boca llena devorarán a Israel.

Con todo esto no se apañará su ira,

antes su mano estará aun extendida.

13 Porque el pueblo no quiere convertirse al que lo hiere

ni buscar a Yahvé de los ejércitos;

14 [7309] por eso Yahvé cortará de Israel la cabeza y la cola,

la palmera y el junco, en un mismo día.

15 Los ancianos y los notables son la cabeza,

y el profeta que enseña mentiras es la cola.

16 [7310] Porque los que guían este pueblo lo descarrían,

y los guiados por ellos van a la perdición.

17 Por eso el Señor no se complacerá en sus jóvenes,

ni tendrá compasión de sus huérfanos y de sus viudas;

pues todos ellos son impíos y malvados,

y cada boca profiere insensateces.

Con todo esto no se aparta su ira,

antes su mano está aún extendida.

18 Pues la maldad arde como un fuego,

devorando las zarzas y espinas,

y prende las espesuras de la selva,

que se elevan en remolinos de humo.

19 Por la ira de Yahvé de los ejércitos el país está en llamas,

y el pueblo es pasto del fuego.

Nadie tiene piedad de su propio hermano;

20 [7311] despedazan a la derecha, y queda el hambre,

devoran a la izquierda, y no se hartan;

come cada cual la carne de su brazo.

21 Manasés contra Efraím, y Efraím contra Manasés,

y los dos juntos contra Judá.

Con todo esto no se aparta su ira,

antes su mano está aún extendida.

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Isaías 10

Iniquidades de Efraím

1 [7312] ¡Ay de los que establecen leyes inicuas,

y de los que ponen por escrito las injusticias decretadas,

2 para apartar del tribunal a los desvalidos,

y privar de su derecho;

a los pobres de mi pueblo,

para que las viudas sean su presa

y los huérfanos su botín.

3 ¿Qué haréis en el día del castigo,

en la desolación que viene de lejos?

¿A quién acudiréis en busca de auxilio?

Y ¿dónde dejaréis vuestra gloria,

4 [7313] para no doblar la cerviz entre los prisioneros

y no caer entre los muertos?

Con todo esto no se aparta su ira,

antes su mano está aún extendida.

Orgullo y caída de Asiria

5 [7314] ¡Ay de Asiria, vara de mi ira!

el bastón en su mano es (instrumento de) mi furor.

6 Contra una nación impía le enviaré,

le daré orden de ir contra el pueblo, objeto de mi ira,

para saquearlo y llevarse el botín,

para pisotearlo como al lodo de las calles.

7 Pero él no piensa así,

y su corazón no tiene tal concepto;

pues su corazón piensa en destruir

y exterminar naciones en gran número.

8 Porque dice: ¿No son todos mis príncipes reyes?

9 [7315] ¿No tuvo Calnó la misma suerte que Carquemís,

Hamat la misma que Arpad,

y Samaría la misma que Damasco?

10 Como mi mano halló los reinos de los ídolos,

cuyas imágenes eran más numerosas

que las de Jerusalén y de Samaría,

11 y como he hecho con Samaría y sus ídolos,

¿no podré hacer lo mismo con Jerusalén y sus simulacros?

12 [7316] Pero acaecerá que cuando el Señor haya cumplido toda su obra en el monte Sión y en Jerusalén, castigará las empresas orgullosas del rey de Asiria, y la arrogancia de sus altivos ojos,

13 Porque él dice:

“Con el poder de mi mano he hecho esto,

y con mi sabiduría, pues soy inteligente.

He mudado los límites de los pueblos

y saqueado sus tesoros;

y como un héroe he derribado a los sentados (sobre tronos).

14 Mi mano ha hallado, como un nido, las riquezas de los pueblos;

y como quien recoge los huevos abandonados,

así me he apoderado de toda la tierra:

y no hubo quien moviese las alas ni abriese el pico para piar.”

15 ¿Acaso el hacha se gloría

contra aquel que corta con ella?

¿o se ensoberbece la sierra

contra aquel que la maneja?

Como si la vara dirigiera al que la alza,

como si el bastón se levantase a sí mismo y no fuese leño.

16 Por eso el Señor, Yahvé de los ejércitos,

enviará la extenuación entre sus robustos,

y por debajo de su gloria arderá un fuego

como fuego de incendio.

17 [7317] La Luz de Israel será el fuego,

y su Santo la llama,

y devorará las zarzas

y espinas de (Asiria) en un solo día.

18 [7318] La gloria de su bosque y de su campo fructífero

será consumida completamente

así como se consume un enfermo.

19 Y los árboles que sobraren de su bosque,

serán tan pocos en número,

que un niño podrá hacer su censo.

Un resto de Israel será salvado

20 En aquel día los que quedaren de Israel

y los salvados de la casa de Jacob,

no volverán más a apoyarse en aquel que le hirió,

sino que se apoyarán con fidelidad en Yahvé,

el Santo de Israel.

21 [7319] Se convertirá un resto,

un resto de Jacob, al Dios fuerte.

22 [7320] Pues aunque tu pueblo, oh Israel, fuese como las arenas del mar,

(sólo) un resto se convertirá.

La destrucción está decretada, desbordará la justicia.

23 Pues el Señor, Yahvé de los ejércitos,

va a cumplir la destrucción decretada en toda la tierra.

Vaticinio contra Asiria

24 [7321] Por lo cual así dice el Señor, Yahvé de los ejércitos: “Pueblo mío, que habitas en Sión, no temas al asirio, que (ahora) te hiere con la vara y levanta contra ti su bastón a la manera de Egipto;

25 porque dentro de muy poco tiempo llegará a su colmo mi ira, por cuanto mi furor los destruirá.

26 [7322] Yahvé de los ejércitos suscitará contra él un azote como cuando hirió a Madián, junto a la peña de Oreb; y (levantará) su vara sobre el mar, como la levantó contra Egipto.

27 [7323] En aquel día será quitada

su carga de tu hombro,

y su yugo de sobre tu cerviz;

se pudrirá el yugo a fuerza de grasa.

28 [7324] Llegó ya (el asirio) a Ayat; pasa a Migrón;

en Micmás deja su bagaje.

29 Han pasado el desfiladero y plantado sus reales en Geba;

Rama tiembla, Gabaá de Saúl se pone en fuga.

30 Lanza gritos, oh hija de Gallim;

escucha, Laís; ¡ay de Anatot!

31 Madmená se dispersa, los habitantes de Gebim huyen.

32 Hoy todavía hace alto en Nob,

y levanta la mano contra el monte de la hija de Sión,

contra el monte de Jerusalén.

33 [7325] Pero, he aquí que el Señor, Yahvé de los ejércitos,

cortará con estrépito el ramaje,

los más elevados (de sus árboles) serán derribados,

y los sublimes serán abatidos.

34 La espesura del bosque será cortada a hierro,

y el Líbano caerá por mano de un poderoso.

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Isaías 11

El reino de paz

1 [7326] Saldrá un retoño del tronco de Isaí,

y de sus raíces brotará un renuevo.

2 [7327] Descansará sobre él el Espíritu de Yahvé;

espíritu de sabiduría e inteligencia,

espíritu de consejo y de fortaleza,

espíritu de conocimiento y temor de Yahvé.

3 [7328] Su delicia consistirá en el temor de Yahvé;

no juzgará según lo que ven los ojos,

ni fallará según lo que oyen los oídos;

4 [7329] sino que juzgará a los pobres con justicia,

y fallará con rectitud en favor de los humildes de la tierra;

herirá a la tierra con la vara de su boca,

y con el aliento de sus labios matará al impío.

5 La justicia será el cinturón de sus lomos,

y la fidelidad ceñirá sus flancos.

6 [7330] Habitará el lobo con el cordero,

y el leopardo se acostará junto al cabrito;

el ternero y el leoncillo andarán juntos,

y un niñito los guiará.

7 La vaca pacerá con la osa

y sus crías se echarán juntas;

y el león comerá paja como el buey.

8 El niño de pecho jugará

junto al agujero del áspid,

y el recién destetado meterá la mano

en la madriguera del basilisco.

9 No habrá daño ni destrucción

en todo mi santo monte;

porque la tierra estará llena

del conocimiento de Yahvé,

como las aguas cubren el mar.

Restauración de Israel

10 [7331] En aquel día la raíz de Isaí

se alzará como bandera para los pueblos;

la buscarán los gentiles,

y será gloriosa su morada.

11 [7332] En aquel día el Señor extenderá nuevamente su mano,

para rescatar los restos de su pueblo

que aún quedaren, de Asiria, de Egipto, de Patros,

de Etiopia, de Elam, de Sinear,

de Hamat y de las islas del mar.

12 Alzará una bandera entre los gentiles,

y reunirá los desterrados de Israel;

y congregará a los dispersos de Judá, de los cuatro puntos de la tierra.

13 [7333] Cesará la envidia de Efraím,

y serán exterminados los enemigos de Judá.

Efraím no envidiará más a Judá,

y Judá no hará más guerra a Efraím.

14 [7334] Se lanzarán, al occidente, sobre los flancos de los filisteos

y juntos saquearán a los hijos del Oriente;

sobre Edom y Moab extenderán la mano,

y los hijos de Ammón les prestarán obediencia.

15 [7335] Yahvé herirá con el anatema la lengua del mar de Egipto,

y levantará con impetuoso furor su mano sobre el río,

lo partirá en siete arroyos,

de modo que se pueda pasar en sandalias.

16 Así habrá un camino para los restos de su pueblo,

para los que quedaren de Asiria,

como lo hubo para Israel

el día de su salida del país de Egipto.

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Isaías 12

Cántico de los rescatados

1 [7336] En aquel día dirás:

“Yo te alabaré, Yahvé,

porque después de airarte contra mí

se aplacó tu ira, y me has consolado.

2 [7337] He aquí que Dios es mi salvación;

tendré confianza y no temeré,

porque mi fortaleza y mi canto,

es Yah, Yahvé, el cual ha sido mi salvación

3 [7338] Sacaréis con regocijo el agua de las fuentes de salvación,

4 [7339] y diréis en aquel día:

“Alabad a Yahvé, invocad su nombre;

pregonad sus obras entre los pueblos,

proclamad que es excelso su Nombre.

5 Cantad a Yahvé, porque ha hecho cosas gloriosas;

que lo sepa la tierra entera.

6 Prorrumpe en júbilo y canta, oh moradora de Sión;

porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.”

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II. Profecías contra las naciones paganas

Isaías 13

Oráculo contra babilonia

1 [7340] Oráculo contra Babilonia, que vio Isaías, hijo de Amós:

2 Sobre un monte pelado alzad bandera,

levantad la voz para llamarlos, hacedles señas con la mano,

para que entren por las puertas de los príncipes.

3 [7341] He dado órdenes a mis consagrados;

he llamado a mis valientes, para (ejecutar) mi ira;

y ellos saltan de gozo por la gloria mía.

4 Se oye tumulto sobre los montes como tumulto de mucha gente;

voces de alarma de reinos, de naciones reunidas.

Yahvé de los ejércitos pasa revista a las tropas de guerra.

5 Vienen de tierra lejana, de los extremos del cielo;

Yahvé y los instrumentos de su furor,

para asolar la tierra entera.

La destrucción de Babilonia

6 [7342] ¡Aullad, que cercano está el día de Yahvé!

vendrá como ruina, de parte del Todopoderoso.

7 Por tanto todos los brazos perderán su vigor,

y todos los corazones de los hombres se derretirán.

8 Temblarán;

convulsiones y dolores se apoderarán de ellos;

se lamentarán como mujer parturienta.

Cada uno mirará con estupor a su vecino,

sus rostros serán rostros de llamas.

9 [7343] He aquí que ha llegado el día de Yahvé,

el inexorable, con furor e ira ardiente,

para convertir la tierra en desierto

y exterminar en ella a los pecadores.

10 Pues las estrellas del cielo

y sus constelaciones no darán más su luz,

el sol se oscurecerá al nacer,

y la luna no hará resplandecer su luz.

11 Entonces castigaré al mundo por su malicia,

y a los impíos por su iniquidad;

acabaré con la arrogancia de los soberbios

y abatiré la altivez de los opresores.

12 [7344] Haré que los hombres sean más escasos que el oro fino,

y los hijos de Adán más raros que el oro de Ofir.

13 Por eso sacudiré los cielos,

y la tierra se moverá de su lugar,

por el furor de Yahvé de los ejércitos,

en el día de su ardiente ira.

14 Entonces cual gacela perseguida,

y como ovejas sin redil;

se dirigirá cada uno a su pueblo,

y huirá cada cual a su tierra.

15 Todos cuantos fueren hallados serán traspasados,

y todos los que cayeren presos morirán a cuchillo.

16 [7345] Sus niños serán estrellados ante sus ojos,

saqueadas sus casas,

y violadas sus mujeres.

Los medos como instrumentos

17 [7346] He aquí que suscitaré contra ellos a los medos

que no buscan plata ni son codiciosos de oro.

18 Con sus arcos matarán a los jóvenes,

no tendrán piedad del fruto del seno,

y sus ojos no se compadecerán de los niños.

19 Entonces Babilonia, la joya de los reinos,

gloria y orgullo de los caldeos,

vendrá a ser como Sodoma y Gomorra, (ciudades) destruidas por Dios.

20 [7347] Nunca jamás será habitada,

ni poblada de generación en generación;

no alzará allí el nómada su tienda;

ni harán en ella majada los pastores.

21 [7348] Se guarecerán allí las fieras del desierto;

los búhos llenarán sus casas;

se instalarán allí los avestruces,

y los sátiros harán allí sus danzas.

22 [7349] En sus palacios aullarán los chacales,

y los perros salvajes en sus casas de placer.

Próximo a llegar está su tiempo,

y sus días no se aplazarán.

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Isaías 14

Nueva promesa de Dios

1 [7350] Porque Yahvé tendrá compasión de Jacob,

y escogerá otra vez a Israel;

y les dará descanso en su propia tierra.

Se juntarán con ellos los extranjeros,

y se incorporarán a la casa de Jacob.

2 Los pueblos los tomarán

y los llevarán a su propio lugar;

y la casa de Jacob los poseerá

por siervos y siervas en la tierra de Yahvé.

Así tomarán cautivos a aquellos

que los habían cautivado,

y dominarán a sus opresores.

Himno triunfal

3 El día que Yahvé te dé descanso

de tus penas y de tu angustia

y de la dura servidumbre

a la cual estuviste sujeto,

4 cantarás este canto sobre el rey de Babilonia, y dirás:

“¡Cómo se acabó el opresor! ¡Cómo terminó la opresión!

5 Yahvé ha hecho pedazos la vara de los impíos,

El cetro del dominador,

6 el cual azotaba a los pueblos con furor, hiriéndolos sin cesar,

y en su saña tiranizaba a las naciones persiguiéndolas sin piedad.

7 Ahora descansa y está en paz toda la tierra

y prorrumpe en cantos de alegría.

8 [7351] Aun los cipreses se regocijan a causa de ti, y los cedros del Líbano (dicen):

«Desde que tú dormiste, nadie sube ya a cortarnos».

9 [7352] El scheol se conmueve en sus profundidades,

a causa de ti, para salir a tu encuentro,

y por ti despierta él

a las sombras de los gigantes,

a todos los poderosos de la tierra;

hace que se levanten de sus tronos

todos los reyes de las naciones.

10 Todos ellos te dirigirán la palabra y te dirán:

«¿También tú te debilitaste como nosotros?

¿A nosotros te has asemejado?»

11 Ha bajado al scheol tu gloria

al son de tus arpas,

tendrás por cama la podredumbre,

y los gusanos por cubierta.

12 [7353]

¡Como caíste del cielo, astro brillante,

hijo de la aurora!

¡Cómo fuiste echado por tierra,

tú, el destructor de las naciones!

13 [7354] Tú que dijiste en tu corazón:

«Al cielo subiré;

sobre las estrellas de Dios levantaré mi trono;

me sentaré en el Monte de la Asamblea,

en lo más recóndito del Septentrión;

14 [7355] subiré a las alturas de las nubes;

seré como el Altísimo».

15 Pero ahora has sido precipitado al scheol,

a lo más profundo del pozo.

16 Los que te ven fijan en ti la mirada

y contemplándote con atención (dicen):

«¿Es éste el varón que sacudió la tierra

e hizo temblar los reinos,

17 que convirtió el mundo en un desierto

y devastó sus ciudades;

que no abrió (la cárcel) a sus prisioneros?

18 Todos los reyes de las naciones, todos descansan con honor,

cada cual en su propia morada,

19 pero tú has sido arrojado lejos de tu sepulcro,

como un retoño inútil,

cual cadáver pisoteado y cubierto de muertos.

Hasta los traspasados a espada

bajan a sepulcros de piedra.

20 Pero tú no tendrás con ellos sepultura;

porque has arruinado tu tierra,

has destruido a tu pueblo.

No se hablará ya jamás de la raza de los malhechores.

21 Preparaos a dar muerte a sus hijos,

por la culpa de sus padres;

no se levanten para heredar la tierra,

ni llenen con ciudades la superficie del orbe».”

22 “Yo me alzaré contra ellos

—oráculo de Yahvé de los ejércitos—

y cortaré de Babilonia nombre y resto,

germen y retoño

—oráculo de Yahvé—.

23 [7356] La convertiré en morada de erizos,

en aguas fangosas,

y la barreré con la escoba de la destrucción

—oráculo de Yahvé de los ejércitos.

Oráculo contra los asirios

24 Yahvé de los ejércitos ha jurado diciendo:

“Como lo he pensado, así será;

como lo tengo proyectado, así sucederá:

25 destruiré al asirio en mi tierra,

y sobre mis montes le hollaré;

será quitado su yugo de encima de (Israel),

y su carga de sobre sus hombros.

26 [7357] Éste es el designio que he resuelto

ejecutar en toda la tierra,

y ésta la mano extendida

sobre todas las naciones.

27 Si Yahvé de los ejércitos lo ha resuelto,

¿quién podrá frustrarlo?

si su mano está extendida,

¿quién osará retirarla?”

Contra los filisteos

28 El año en que murió el rey Acaz, se dio este oráculo:

29 [7358]

“No te regocijes, oh Filistea entera,

porque ha sido quebrada la vara que te hirió;

pues de la raíz de la serpiente, saldrá un basilisco,

y su fruto será una serpiente voladora.

30 Entonces los más pobres encontrarán su pasto,

y los necesitados reposarán con seguridad;

pues haré perecer de hambre tu raíz,

y acabaré con lo que de ti quedare.

31 [7359]

¡Aúlla, puerta!, ¡grita, ciudad!

trastornada esta la Filistea toda,

porque del norte viene una humareda,

y nadie se pierde de sus escuadrones.”

32 [7360]

¿Qué respuesta se da, pues, a los embajadores de las naciones?

“Que Yahvé ha fundado a Sión,

y que en ella se refugiarán los pobres de su pueblo.”

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Isaías 15

Contra Moab

1 [7361] Oráculo contra Moab:

Pues en una noche Ar-Moab será asolada y enmudecerá;

en una noche será saqueada y arruinada Kir-Moab.

2 [7362] Sube la casa (de Moab) y Dibón a las alturas para llorar;

Moab da alaridos por Nebó y por Medebá:

todas las cabezas están rasuradas

y todas las barbas cortadas.

3 [7363] Andan por las calles ceñidos de saco;

sobre sus terrados y por sus plazas

todos están aullando y prorrumpen en lágrimas.

4 Hesbón y Elealé alzan el grito;

hasta Jahas se oye su voz;

porque los guerreros de Moab tiemblan,

desfallece su alma.

5 [7364] Mi corazón da suspiros por Moab;

sus defensores (huyen) a Sóhar,

a Eglat-Schelischiah.

Suben llorando por la cuesta de Luhit,

dan gritos de quebranto en el camino de Horonaim.

6 Pues las aguas de Nimrim desaparecerán,

se secará el pasto y se marchitará la hierba;

no habrá ya planta verde.

7 Por eso llevarán el resto de sus tesoros, y sus provisiones

al otro lado del torrente de los sauces.

8 Porque lamentos rodean los términos de Moab;

hasta Eglaim (llegan) sus lamentos,

hasta Beer-Elim sus alaridos.

9 [7365] Porque las aguas de Dimón están llenas de sangre;

pues haré venir sobre Dimón nuevas (calamidades):

leones sobre los escapados de Moab, y sobre los que queden en el país.

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Isaías 16

Continuación del vaticinio contra Moab

1 Enviad los corderos al dominador del país,

desde Sela, desde el desierto,

al monte de la hija de Sión.

2 [7366] Como aves espantadas,

echadas de su nido,

así serán las hijas de Moab

en los vados del Arnón.

3 [7367]

“Danos consejo, decide tú;

haz tu sombra como noche en pleno mediodía;

esconde a los perseguidos, no traiciones a los que andan errantes.

4 Deja habitar contigo a los fugitivos de Moab;

sé tú para ellos un asilo contra el desolador.

Cuando cese la opresión

y se acabe la devastación,

cuando desaparezca del país el opresor,

5 [7368] entonces será establecido misericordiosamente un trono.

sobre el cual se sentará sin faltar,

en el tabernáculo de David, un juez que busca lo justo

y no tarda en hacer justicia.”

6 [7369] Conocemos la soberbia de Moab,

que es orgulloso en extremo,

su arrogancia, su altivez, su saña, su falta de sinceridad en el hablar.

7 Por eso laméntese Moab por Moab;

que se lamenten juntos.

Gemid, consternados,

por las tortas de uvas de Kir-Haróset.

8 [7370] Pues los campos de Hesbón están marchitos;

los señores de las naciones han destruido las viñas escogidas de Sibmá,

las que se extendían hasta Jazer

y se perdían en el desierto,

cuyos sarmientos llegaban muy lejos

hasta la otra parte del mar.

9 [7371] Por lo cual lloro con Jazer por la viña de Sibmá;

te riego con mis lágrimas, oh Hesbón y Elealé;

porque sobre tus frutos y sobre tu mies

vino el grito del (que pisa el), lagar.

10 [7372] El gozo y la alegría se han retirado del campo fructífero;

no se oyen canciones ni gritos de júbilo en las viñas;

y no hay pisador que exprima el vino en los lagares;

he hecho cesar la alegría del (que pisa) el lagar.

11 Por eso mis entrañas vibran cual cítara por causa de Moab,

y mi corazón por Kir-Hares.

12 [7373] Se verá cómo Moab se fatigará

sobre el lugar alto;

entrará en su santuario

para orar, y no conseguirá nada.

13 Ésta es la palabra que Yahvé tiempo ha pronunció contra Moab.

14 [7374] Mas ahora habla Yahvé así: “Dentro de tres años, (contados) como años de jornalero, será cubierta de oprobio la gloria de Moab, con toda su gran multitud; y quedarán algunos pocos, muy pocos y débiles.”

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Isaías 17

Vaticinio contra Damasco y Samaría

1 [7375] Oráculo contra Damasco:

“Damasco ha dejado de ser ciudad,

no es más que un montón de escombros.

2 [7376] Las ciudades abandonadas de Aroer serán para los rebaños,

que tendrán allí sus apriscos sin que nadie los espante.

3 [7377] Será quitada de Efraím la fortaleza,

y de Damasco el reino,

y será de los restos de Siria

lo que de la gloria de los hijos de Israel

—oráculo de Yahvé de los ejércitos.

4 [7378] En aquel día enflaquecerá la gloria de Jacob,

y decrecerá la gordura de su carne.

5 Será como cuando el segador recoge la mies

y su brazo corta las espigas;

y como cuando se rebuscan espigas en el valle de Refaím:

6 Quedará en él un rebusco,

como cuando se varea el olivo;

dos o tres aceitunas en la cima de la copa,

cuatro o cinco en las ramas del árbol”

—oráculo de Yahvé, el Dios de Israel.

7 [7379] En aquel día el hombre dirigirá la mirada hacia su Hacedor,

y sus ojos mirarán al Santo de Israel,

8 [7380] ya no mirará a los altares,

obra de sus manos;

no volverá la vista a lo que han hecho sus dedos,

ni a las ascheras, ni a las imágenes del sol.

9 En aquel día sus ciudades fortificadas

serán como las ciudades abandonadas de los amorreos y heveos,

que éstos abandonaron a la llegada de los hijos de Israel;

serán un desierto.

10 [7381] Olvidaste al Dios de tu salvación,

y no te acordaste de la Roca de tu fortaleza;

por eso te plantas jardines de deleite

y siembras en ellos simiente extraña.

11 En el mismo día de plantarlas las ves crecer,

y al día siguiente echar flores,

pero la mies te escapará

en el día aciago de la calamidad irremediable.

12 [7382] ¡Qué estruendo de muchos pueblos,

que braman como el bramido del mar!

¡Qué estrépito de naciones!

Rugen como poderosas aguas.

13 Como aguas inmensas rugen las naciones;

pero Él las reprende, y huyen lejos.

Se dispersan como el tamo sobre los montes al soplo del viento,

y como un torbellino (de polvo) en la tempestad.

14 A la tarde habrá espanto,

y antes de la mañana ya no existen.

Éste es el destino de los que nos saquean,

ésta la suerte de los que nos despojan.

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Isaías 18

Oráculo contra Etiopía

1 [7383] ¡Ay de la tierra del zumbido de alas

que está a la otra parte de los ríos de Etiopía;

2 [7384] que envía embajadores por el mar

y en barcos de papiro sobre las aguas!

“Volved, veloces mensajeros,

al pueblo de alta estatura y bruñida piel,

al pueblo temible

desde su principio y sin cesar,

a la nación vigorosa e imperiosa,

cuya tierra surcan los ríos.”

3 [7385] Moradores todos del orbe,

y habitantes de la tierra,

cuando se alce la bandera sobre los montes, mirad,

y cuando se toque la trompeta, escuchad.

4 Porque así me ha dicho Yahvé:

“Me quedaré tranquilo, y miraré desde mi morada,

como el calor sereno de la plena luz (del sol).

como una nube de rocío en el ardor de la siega.”

5 Pues antes de la siega, cuando haya caído la flor,

y los restos de la flor se estén convirtiendo en uva madura,

corta Él las vides con la podadera,

quita las ramas y las arranca.

6 Serán dejadas juntas a merced de las aves rapaces de los montes,

y de las bestias de la tierra.

Las aves de rapiña

pasarán sobre ellos el verano,

y todas las bestias del campo el invierno.

7 [7386] En aquel tiempo será traída una ofrenda a Yahvé de los ejércitos, de parte de un pueblo de alta estatura y bruñida piel, de un pueblo temible desde su principio y sin cesar, de una nación vigorosa e imperiosa, cuya tierra surcan los ríos, al lugar del Nombre de Yahvé de los ejércitos, al monte Sión.

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Isaías 19

Oráculo contra Egipto

1 [7387] Oráculo contra Egipto:

Ved cómo Yahvé montado sobre nube ligera

entra en Egipto.

Tiemblan ante Él los ídolos de Egipto;

y se derrite el corazón de Egipto en su pecho.

2 “Instigaré a egipcios contra egipcios,

pelearán hermanos contra hermanos,

y amigos contra amigos,

ciudad contra ciudad,

y reino contra reino.

3 Se trastornará el espíritu en el corazón de Egipto,

pues Yo desbarataré sus planes.

Consultarán a los ídolos

y a los encantadores,

a los pitones y a los adivinos.

4 [7388] pero Yo entregaré a los egipcios en manos de un dueño duro,

y un rey fiero los dominará”

—oráculo del Señor, Yahvé de los ejércitos.

5 [7389] Las aguas del mar se secarán

y el río se agotará y quedará sin agua.

6 Los ríos, despedirán hedor;

menguarán y vendrán a secarse los canales de Egipto;

se marchitarán la caña y el junco.

7 Los prados a lo largo del Nilo

y en la desembocadura del Nilo,

y todo lo sembrado a orillas del Nilo,

se secará, desaparecerá

y no existirá más.

8 Gemirán los pescadores,

llorarán todos los que echan sus anzuelos en el Nilo,

y se consumirán cuantos tienden redes sobre el agua.

8 Quedarán consternados los que labran el lino,

las peinadoras y los tejedores de tela fina.

10 Sus grandes serán derribados,

y todos los jornaleros andarán afligidos.

11 [7390] Los príncipes de Tanis han perdido el juicio,

los sabios consejeros del Faraón dan consejos desatinados.

¿Cómo sugerís al Faraón:

“Yo soy hijo de sabios, hijo de reyes antiguos”?

12 ¿Dónde están ahora tus sabios?

Que te digan y que conozcan

lo que Yahvé de los ejércitos ha decretado contra Egipto.

13 [7391] Los príncipes de Tanis se han vuelto locos,

los príncipes de Menfis andan errados,

los jefes de sus tribus ensañan a Egipto.

14 [7392] Yahvé ha vertido sobre ellos espíritu de vértigo,

de modo que descarrían a Egipto en todas sus obras,

así como un borracho desatina en su vómito.

15 No le saldrá bien a Egipto obra alguna,

sea hecha por la cabeza o por la cola, por la palmera o por el junco.

16 [7393] En aquel día serán los egipcios como mujeres; temblarán y se espantarán

al levantarse la mano de Yahvé de los ejércitos, que Él alzará contra ellos.

17 Y la tierra de Judá será motivo de temor para los egipcios; quienquiera oiga hablar de ella, será sobrecogido de pavor, a causa del designio que Yahvé de los ejércitos ha resuelto contra ellos.

Conversión a Yahvé

18 [7394] En aquel día habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto que hablarán la lengua de Canaán, y jurarán por Yahvé de los ejércitos. Ciudad del Sol será llamada una de ellas.

19 [7395] En aquel día habrá un altar para Yahvé en medio de la tierra de Egipto, y junto a su frontera un monumento de Yahvé,

20 [7396] y esto será para Yahvé de los ejércitos señal y testimonio en la tierra, de Egipto: Cuando los (egipcios) clamen a Yahvé contra sus opresores, les enviará un salvador y defensor, que los librará.

21 Yahvé se dará a conocer a Egipto; los egipcios conocerán en aquel día a Yahvé; le servirán con sacrificios y ofrendas; harán votos a Yahvé, y los cumplirán.

22 Cuando Yahvé hiera a Egipto con plagas será para sanarlo. Ellos se convertirán a Yahvé, y Él accederá a sus pedidos y les dará salud.

23 [7397] En aquel día habrá una calzada de Egipto a Asiria; el asirio irá a Egipto, y el egipcio a Asiria, y los egipcios adorarán juntamente con los asirios.

24 En aquel día Israel será el tercero con Egipto y con Asiria, una bendición en medio de la tierra.

25 Y Yahvé de los ejércitos los bendecirá, diciendo: “¡Bendito sea mi pueblo de Egipto, y Asiria, obra de mis manos, e Israel, herencia mía!”

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Isaías 20

Oráculo contra Egipto y Etiopía

1 [7398] El año en que Tartán, enviado de Sargón, rey de Asiria, llegó a Azoto, la combatió y la tomó,

2 en ese tiempo habló Yahvé por boca de Isaías, hijo de Amos, diciendo: “Ve y quítate el cilicio de sobre tus lomos, y sácate el calzado de tus pies.” Y él lo hizo así, yendo desnudo y descalzo.

3 Y dijo Yahvé: “Así como mi siervo Isaías anduvo desnudo y descalzo por tres años, siendo señal y presagio para Egipto y Etiopia;

4 así llevará el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y a los deportados de Etiopía, jóvenes y ancianos, desnudos y descalzos, y descubiertas las nalgas, para vergüenza de Egipto.”

5 Entonces temblarán y se avergonzarán por haber puesto su esperanza en Etiopía y su gloria en Egipto.

6 [7399] Y los habitantes de esta tierra dirán en aquel día: “¡He aquí los que eran nuestra esperanza, a los que hemos acudido en busca de auxilio contra el rey de Asiria! ¿Cómo escaparemos nosotros?”

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Isaías 21

Vaticinio contra Babilonia

1 [7400] Oráculo contra el desierto del mar:

Como los huracanes vienen del sur,

así viene esto del desierto, de una tierra terrible.

2 [7401] Me ha sido mostrada dura visión:

El saqueador sigue saqueando,

y el devastador devasta aún.

¡Sube, Elam!

¡Asedia, oh medo!

Suprimiré todos los gemidos de ella.

3 Por esto mis entrañas están llenas de angustia;

dolores se han apoderado de mí, como dolores de una mujer que da a luz.

Demasiado aturdido estoy para oír,

demasiado aterrado para ver.

4 [7402] Mi corazón tambalea,

me sobrecoge el horror.

La noche que era mi deleite

se me ha trocado en espanto.

5 [7403] (En vez de) poner la mesa,

tender el mantel, comer y beber,

¡levantaos, oh príncipes,

engrasad el escudo!

6 [7404] Porque así me ha dicho el Señor:

“Ve y pon un atalaya

que diga lo que viere.”

7 El cual vio a jinetes, de dos en dos

montados en caballos,

montados en asnos,

montados en camellos.

Y mirando con mayor atención,

8 clamó como león:

“Señor, estoy de centinela,

sin cesar, todo el día,

y todas las noches me quedo en mi puesto.”

9 Y he aquí que vinieron jinetes,

de dos en dos, montados en caballos,

y empezó a gritar y dijo:

“Cayó, cayó Babilonia,

y todas las estatuas de sus dioses

yacen destrozadas por tierra.”

10 [7405] Oh trilladura mía,

oh pueblo de mi ira.

Lo que he oído

de parte de Yahvé de los ejércitos, el Dios de Israel,

esto os he anunciado.

Vaticinio contra Edom

11 [7406] Oráculo contra Duma:

Me llegan voces desde Seír:

“Centinela ¿qué hay de la noche?

Centinela ¿qué hay de la noche?”

12 Responde el centinela:

“Viene la mañana y también la noche.

Si queréis preguntar, preguntad.

Volved a venir.”

Contra Arabia

13 [7407] Oráculo contra Arabia:

En las estepas de Arabia pasáis la noche,

oh caravanas de Dedán.

14 [7408] Al encontrar a un sediento, traedle agua,

habitantes de la tierra de Tema,

ofreced pan al fugitivo.

15 Porque huyen de la espada,

de la espada desenvainada,

del arco entesado,

y del furor de la guerra.

16 [7409] Pues así me ha dicho el Señor: “Dentro de un año, año como de jornalero, habrá desaparecido toda la gloria de Cedar;

17 y del resto de los arcos de los valientes hijos de Cedar, quedarán pocos; porque Yahvé, el Dios de Israel, ha hablado.”

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Isaías 22

Vaticinio contra Jerusalén

1 [7410] Oráculo contra el Valle de la Visión:

¿Qué te pasa por fin?

¿Por qué has subido,

toda entera, a los terrados?

2 ¡Tú que estabas llena de bullicio,

ciudad estrepitosa, ciudad alegre!

Tus muertos no perecieron

al filo de la espada,

ni murieron en la batalla.

3 Todos tus jefes han huido a la vez;

han sido apresados

sin que se usase el arco;

todos los tuyos que han sido hallados, están presos juntos;

y se fueron lejos.

4 [7411] Por eso dije: “Apartad de mí la vista,

y lloraré amargamente; no os empeñéis en consolarme

en la ruina de la hija de mi pueblo.”

5 Porque día es éste de perturbación,

de abatimiento y de confusión,

(día) del Señor, Yahvé de los ejércitos,

en el valle de la Visión.

Los muros se han convertido en ruinas, se oyen gritos hasta las montañas.

6 [7412] Elam ha tomado la aljaba

y (viene) con carros y caballería;

Kir ha descolgado (de la pared) la rodela.

7 Tus valles tan hermosos

están llenos de carros,

y los jinetes se han apostado a la puerta.

8 [7413] Se ha quitado a Judá el velo.

En aquel día dirigisteis la vista a la armería de la casa del Bosque;

9 [7414] y visteis que las brechas en la ciudad de David eran numerosas.

Recogisteis las aguas de la piscina de abajo,

10 contasteis las casas de Jerusalén,

demolisteis las casas

para fortificar la muralla,

11 e hicisteis entre los dos muros un depósito

para las aguas del estanque viejo.

Pero no mirasteis al que hace esto,

ni visteis a Aquel que lo tiene preparado desde antiguo.

12 En aquel día el Señor, Yahvé de los ejércitos,

(os) invitó a llorar y hacer duelo,

a rasuraros la cabeza y a vestiros de cilicio.

13 [7415] (En vez de esto) se notan placeres y júbilo;

se dedican a matar bueyes y degollar ovejas,

comen carne y beben vino (diciendo):

“Comamos y bebamos,

que mañana moriremos.”

14 Mas Yahvé de los ejércitos

se me ha revelado y dijo:

“Esta iniquidad no os será perdonada, hasta que muráis”,

dice el Señor, Yahvé de los ejércitos.

Sobná y Eliaquim

15 [7416] Así dice el Señor, Yahvé de los ejércitos:

“Ve a ver a ese ministro,

a Sobná, prefecto del palacio, (y le dirás):

16 «¿Qué haces tú aquí? ¿y quién eres tú en este lugar?

ya que te labras aquí un sepulcro».

Te haces un sepulcro en lugar alto,

tallando para ti una morada en la roca.

17 He aquí que Yahvé te arrojará con golpe viril,

y te hará rodar con violencia.

18 Te enrollará como ovillo,

te (lanzará) cual pelota en plaza espaciosa.

Allí morirás,

y allí quedarán tus gloriosas carrozas,

oh vergüenza de la casa de tu Señor.

19 Yo te expulsaré de tu puesto,

te arrancaré de tu lugar.”

20 Y en aquel día llamaré

a mi siervo Eliaquim, hijo de Helcías;

21 le vestiré con tu túnica,

y le ceñiré con tu cinturón;

pondré tu poder en su mano,

y él será como padre

de los habitantes de Jerusalén

y de la casa de Judá.

22 [7417] Pondré sobre su hombro

la llave de la casa de David;

abrirá, y nadie cerrará,

cerrará, y nadie abrirá.

23 Le colocaré como clavo hincado en lugar firme,

y será como trono de gloria para la casa de su padre.

24 [7418] De él colgará toda la gloria de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos pequeños, desde la copa hasta toda clase de jarros.

25 En aquel día —oráculo de Yahvé de los ejércitos− cederá el clavo hincado en lugar firme, será quebrado y caerá; y la carga que había sobre él será destruida, pues Yahvé lo ha dicho.”

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Isaías 23

Oráculo contra Tiro

1 [7419] Oráculo contra Tiro;

¡Aullad, naves de Tarsis!

porque ella está desolada; no hay casa ni entrada.

De la tierra de Kitim se les dio este anuncio.

2 [7420] ¡Callad, oh habitantes de la isla,

que estaba llena de comerciantes de Sidón.

navegantes del mar!

3 [7421] Recibió, a través de las grandes aguas,

el trigo del Nilo, la cosecha de Egipto;

y vino a ser emporio de los pueblos.

4 [7422] Avergüénzate, Sidón, pues habla el mar,

la ciudadela del mar, diciendo:

“No he dado a luz ni tenido hijos,

no he criado mancebos,

ni nutrido doncellas”.

5 Cuando Egipto llegue a oírlo,

temblará por la noticia de (la caída de) Tiro.

6 [7423] Pasad a Tarsis;

aullad, habitantes de las islas.

7 ¿Es esta vuestra (ciudad) jubilosa,

cuyo origen es de tiempos antiguos,

que iba por sus pies a lejanas tierras,

para fijar moradas?

8 ¿Quién decretó esto contra Tiro,

que repartía coronas;

cuyos comerciantes eran príncipes,

y sus mercaderes los grandes de la tierra?

9 Yahvé de los ejércitos lo ha decretado,

para acabar con toda gloria orgullosa,

y para humillar a todos los potentados de la tierra.

10 [7424] Inunda tu tierra, como el Nilo,

oh tú, hija de Tarsis, ya no tienes ceñidor.

11 [7425] Yahvé ha extendido su mano sobre el mar,

ha sacudido los reinos;

Yahvé dio orden de destruir

las plazas fuertes de Canaán.

12 Él ha dicho: No saltes más de gozo,

virgen deshonrada, hija de Sidón.

Levántate, pasa a Kitim,

mas ni aun allí encontrarás reposo.

13 [7426] He aquí la tierra de los caldeos,

nación que antes no existía;

Asiria la fundó para los animales del desierto.

Aunque levantaron sus torres

y erigieron sus palacios,

Él la convirtió en ruinas.

14 ¡AuIlad, oh naves de Tarsis,

pues está destruida vuestra fortaleza!

Restauración de Tiro

15 [7427] Y será en aquel día que Tiro quedará olvidada setenta años, correspondientes a los días de un rey; y al fin de los setenta años, sucederá con Tiro lo que dice la canción de la cortesana:

16 “Toma la cítara, da la vuelta por la ciudad,

cortesana olvidada,

toca bien, multiplica tus canciones,

para que seas recordada.”

17 Sí, al cabo de los setenta años, Yahvé visitará a Tiro; y ella recibirá de nuevo su salario, y fornicará con todos los reinos de la tierra, que hay sobre la faz del orbe.

18 [7428] Pero sus ganancias y su salario serán consagrados a Yahvé; no serán atesorados ni guardados, pues su ganancia pasará a los que habitan delante de Yahvé, para que coman hasta hartarse y se vistan magníficamente.

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III. Profecías escatológicas

Isaías 24

Ruina de la tierra

1 [7429] He aquí que Yahvé devastará la tierra, y la dejara desolada,

trastornará la superficie de ella

y dispersará sus habitantes.

2 [7430] Y será del pueblo como del sacerdote,

del siervo como de su amo,

de la sierva como de su dueña,

del comprador como del vendedor,

del que presta, como del que toma prestado,

del acreedor como del deudor.

3 La tierra será devastada

y saqueada del todo,

por cuanto Yahvé así lo ha decretado.

4 La tierra se consume de luto,

el orbe se deshace y se marchita;

desfallecen los magnates de la tierra.

5 [7431] La tierra está profanada por sus habitantes;

pues han traspasado las leyes

y violado los mandamientos,

han quebrantado la alianza eterna.

6 Por eso la maldición devora la tierra,

y son culpables sus moradores;

por eso serán consumidos

los habitantes de la tierra,

y quedará solamente un corto número.

7 Llora el vino, languidece la cepa,

gimen cuantos se alegraban de corazón.

8 Ha cesado el júbilo del tamboril,

se acabó la algazara de la gente alegre,

ya no se oye más el alegre son de la cítara.

9 No se bebe ya vino entre cantares,

y las bebidas dulces son amargas para los bebedores.

10 [7432] Devastada está la ciudad de la vanidad,

cerrada toda casa, nadie puede entrar.

11 Gritan por vino en las calles,

ha desaparecido todo regocijo,

desterrada está de la tierra la alegría,

12 Lo que queda de la ciudad son escombros,

y la puerta destruida, convertida en ruinas.

13 [7433] En medio de la tierra,

en medio de los pueblos (pasará esto):

será como un olivo vareado,

y como los rebuscos después de acabada la vendimia.

Alegría de los justos

14 Entonces levantarán su voz,

y cantarán, aclamando

la majestad de Yahvé desde el mar:

15 “Glorificad a Yahvé en las regiones del Oriente,

el nombre de Yahvé, el Dios de Israel, en las islas del mar.”

16 [7434] Desde el extremo de la tierra oímos cantar:

“Gloria al Justo.”

Ruina de los prevaricadores

Mas yo dije: “¡Estoy perdido!

¡perdido estoy! ¡Ay de mí!”

Los prevaricadores prevarican,

los prevaricadores siguen prevaricando.

17 El espanto, la fosa y el lazo están sobre ti,

oh morador de la tierra.

18 [7435] El que huyere del grito de espanto,

caerá en la fosa,

y el que subiere de la fosa,

será preso en el lazo;

porque se abrirán las cataratas de lo alto

y se conmoverán los cimientos de la tierra.

19 La tierra se rompe con gran estruendo,

la tierra se parte con estrépito,

la tierra es sacudida con violencia,

20 la tierra tambalea como un borracho;

vacila como una choza;

pesan sobre ella sus prevaricaciones;

caerá, y no volverá a levantarse.

21 [7436] En aquel día Yahvé juzgará

a la milicia del cielo en lo alto,

y aquí abajo a los reyes de la tierra.

22 [7437] Serán juntados como se junta a los presos en la mazmorra,

quedarán encerrados en el calabozo,

y después de muchos días serán juzgados.

23 [7438] La luna se enrojecerá y el sol se oscurecerá,

porque Yahvé de los ejércitos

reinará en el monte Sión y en Jerusalén,

y delante de sus ancianos (resplandecerá) su gloria.

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Isaías 25

Cántico de los salvados

1 [7439] Yahvé, Tú eres mi Dios,

te ensalzaré y alabaré tu nombre,

porque has ejecutado cosas maravillosas,

designios antiguos, del todo fieles.

2 [7440] Pues Tú has hecho de la ciudad

un montón de piedras,

(has convertido) en ruinas

aquella ciudad fortificada.

La fortaleza de los extranjeros ha dejado de ser ciudad,

y nunca jamás será reedificada.

3 [7441] Por eso te honrará un pueblo fuerte,

te temerá la ciudad de las naciones opresoras.

4 Tú fuiste fortaleza para el desvalido,

refugio del pobre en su tribulación,

amparo contra la tempestad,

sombra en el ardor;

pues el soplo de los tiranos

es como una tempestad contra el muro,

5 como el calor en tierra seca.

Tú quebrantaste la arrogancia de los extraños;

como la sombra de una nube (apaga) el calor,

así se extinguirá el canto triunfal de los opresores.

Felicidad de los elegidos

6 [7442] Yahvé de los ejércitos

dará a todas las naciones

en este monte un banquete de pingües manjares,

un festín de vinos generosos,

de manjares grasos y enjundiosos,

de vinos puros y refinados.

7 Y Él destruirá en este monte

el velo que cubría todos los pueblos,

la cobertura tendida sobre todas las naciones.

8 [7443] Destruirá la muerte para siempre.

Enjugará Yahvé el Señor las lágrimas de todos los rostros,

y de toda la tierra quitará el oprobio de su pueblo.

Pues Yahvé ha hablado.

9 Se dirá en aquel día: “He aquí, éste es nuestro Dios,

en quien esperábamos; Él nos salvará.

Éste es Yahvé, en quien hemos puesto nuestra esperanza;

regocijémonos y alegrémonos en su salvación.”

10 [7444] Porque la mano de Yahvé reposará sobre este monte;

pero Moab será hollado allí donde está,

como se pisotea la paja en el fango del muladar.

11 Allí extenderá sus brazos

como los extiende el nadador para nadar;

pero Yahvé humillará su orgullo,

a pesar de los esfuerzos de sus manos.

12 Abatirá el baluarte de tus altos muros y lo derribará;

lo echará por tierra, en el polvo.

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Isaías 26

Himno de acción de gracias

1 [7445] En aquel día se cantará este cántico en la tierra de Judá:

“Tenemos una ciudad fuerte,

el mismo Salvador es su muro y baluarte.

2 [7446] Abrid las puertas, para que entre la nación justa,

que guarda la verdad.

3 Al alma fiel le conservarás la paz,

la paz, porque en Ti confía.

4 Confiad en Yahvé para siempre,

porque Yahvé es la roca eterna.

5 [7447] Pues Él ha abatido a los que habitaban en las alturas,

ha abatido la ciudad soberbia,

la ha humillado hasta el suelo,

la ha agobiado hasta el polvo.

6 La huellan los pies,

los pies del pobre, los pasos del endeble.

7 La vereda para el justo está allanada,

derecho es el camino que Tú abres al justo.

8 También a través de tus juicios te hemos aguardado, oh Yahvé;

hacia tu nombre y hacia tu memoria

se dirigían los anhelos de nuestra alma.

9 [7448] Mi alma te ansiaba en la noche,

y mi espíritu, dentro de mí, te buscaba madrugando;

pues cuando tus juicios se aplican a la tierra,

los moradores del orbe aprenden la justicia.

10 El impío, aun cuando se le hace gracia,

no aprende la justicia;

en la tierra de justicia

sigue haciendo maldades,

y no ve la gloria de Yahvé.

11 Yahvé, alzada está tu mano, y no la ven ellos;

pero al ver tu celo por tu pueblo quedarán confundidos,

y los devorará el fuego de tus enemigos.

12 [7449] Concédenos la paz, oh Yahvé,

pues también todas nuestras obras las haces Tú por nosotros.

13 Yahvé, Dios nuestro, hemos tenido otros señores fuera de Ti;

pero gracias a Ti nos acordamos sólo de tu Nombre.

14 [7450] Muertos están, no vivirán;

son sombras que no resucitan;

Tú los visitaste y exterminaste,

borrando toda memoria de ellos.

15 [7451] Multiplicaste el pueblo, oh Yahvé,

multiplicaste el pueblo y has sido glorificado;

has dilatado todos los confines del país.

16 Te buscaron en la angustia, oh Yahvé,

derramaron sus plegarias cuando los castigaste.

17 Como la mujer encinta, cuando está próxima a dar a luz,

se retuerce y da gritos en sus dolores;

así éramos nosotros, oh Yahvé, delante de Ti.

18 [7452] Concebimos y sufrimos dolores de parto;

pero hemos dado a luz viento;

no dimos salud a la tierra,

ni nacieron habitantes del orbe.

19 [7453] Vivirán tus muertos; resucitarán los muertos míos.

Despertad y exultad, vosotros que moráis en el polvo;

porque rocío de luz es tu rocío,

y la tierra devolverá los muertos.

20 [7454] Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos,

cierra tus puertas tras de ti;

escóndete por un breve instante

hasta que pase la ira.

21 Pues he aquí que Yahvé sale de su morada

para castigar la iniquidad de los habitantes de la tierra,

y la tierra dejará ver la sangre

derramada sobre ella,

y no ocultará más sus muertos.”

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Isaías 27

Salud de Israel

1 [7455] En aquel día Yahvé castigará

con su espada cortante; grande y fuerte,

a leviatán, la serpiente huidiza,

a leviatán, la serpiente tortuosa,

y matará al dragón que está en el mar.

2 [7456] En aquel día (se dirá):

“Cantad a la viña del vino generoso.

3 Yo Yahvé soy quien la guardo

y la riego cada momento

para que nadie le haga daño.

De noche y de día la guardo,

4 ya que no tengo indignación (contra ella):

¡Que salgan espinas y zarzas para luchar (contra Mí)!

marcharé contra ellas y las quemaré todas.

5 O más bien que se acojan a mi fortaleza

y hagan paz conmigo.

Sí, harán paz conmigo.”

6 En los días venideros se arraigará Jacob,

Israel echará vástagos y flores

y llenará con sus frutos a faz de la tierra.

7 [7457]

¿Acaso Él le hirió como hirió a los que le herían?

¿O le mató de la misma manera que fueron muertos sus matadores?

8 Expulsándole con clemencia, contendiste con él.

Con un fuerte soplo en un día de viento solano le expulsaste.

9 [7458] Por tanto, con esto será expiada la culpa de Jacob;

y éste es todo su fruto: el perdón de su pecado,

cuando haya hecho pedazos, como piedra de cal,

todas las piedras de los altares,

y no vuelvan a levantarse las ascheras ni las imágenes del sol.

10 [7459] Pues la ciudad fuerte ha sido convertida en soledad,

en morada abandonada y desamparada como el desierto;

allí pacerá el becerro, allí tendrá su majada

y consumirá sus retoños.

11 Se secan sus ramas y son quebradas;

vienen mujeres y les prenden fuego;

porque no es pueblo sabio;

por eso Aquel que lo hizo no le tiene compasión,

y no le es propicio el que lo formó.

12 [7460] En aquel día, Yahvé sacudirá la cosecha

desde el curso del río hasta el torrente de Egipto;

y vosotros, oh hijos de Israel,

seréis recogidos uno por uno.

13 Y sucederá en aquel día que sonará la gran trompeta;

y vendrán los perdidos en la tierra de Asiria,

y los exilados que vivan en el país de Egipto;

y se prosternarán ante Yahvé

en el monte santo, en Jerusalén.

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IV. Falsa seguridad de Israel

Isaías 28

Contra Samaría

1 [7461] ¡Ay de la corona de soberbia de los embriagados de Efraím,

de la caduca flor de su magnífico ornato,

que se alza sobre la cima

del fértil valle de los ebrios de vino!

2 He aquí que viene de Yahvé

uno que es fuerte y poderoso,

como tempestad de granizo,

como huracán destructor,

cual torrente de aguas poderosas que inundan,

y éste lo echará todo por tierra

con violencia.

3 Con los pies será hollada

la corona de soberbia de los embriagados de Efraím;

4 y la caduca flor de su magnífico ornato

que se alza sobre la cima del fértil valle,

será como la breva temprana,

(que madura) antes del verano: apenas uno la ve,

la toma en la mano y se la come.

5 [7462] En aquel día Yahvé de los ejércitos

será corona de gloria y brillante diadema

para el resto de su pueblo;

será espíritu de justicia

para los sentados en el tribunal,

y fortaleza para los vencedores en la puerta.

Contra los malos gobernantes y sacerdotes

6 También éstos se tambalean por el vino,

andan extraviados

a causa de las bebidas fuertes.

7 [7463] El sacerdote y el profeta vacilan embriagados por los licores;

el vino se los tragó;

perdieron el seso por las bebidas fuertes;

yerran en la visión, ignoran la justicia.

8 Porque todas las mesas están cubiertas de vómito y de inmundicia;

no hay ningún lugar (limpio).

9 [7464] (Dicen): “¿A quién quiere éste enseñar ciencia

y dar la inteligencia de su mensaje?

¿Acaso a los destetados de leche?

¿A los arrancados de los pechos maternos?

10 Pues no hay más que precepto sobre precepto,

Precepto sobre precepto,

regla sobre regla, regla sobre regla,

un poco aquí, un poco allá.”

11 [7465] Sí, con labios de balbuciente en otra lengua

hablará Yahvé a este pueblo.

12 [7466] Él les había dicho: “Aquí está el descanso;

dejad descansar al cansado,

y éste es el refrigerio.”

Más no quisieron escuchar.

13 [7467] Por eso la palabra de Yahvé será para ellos:

precepto sobre precepto, precepto sobre precepto,

regla sobre regla, regla sobre regla,

un poco aquí, un poco allá;

a fin de que yendo adelante

caigan hacia atrás, y sean quebrantados y presos en el lazo.

Advertencia a Jerusalén

14 Por tanto, escuchad la palabra de Yahvé,

oh hombres burladores, los que gobernáis este pueblo

que está en Jerusalén:

15 [7468] Vosotros decís: “Hemos hecho pacto con la muerte,

y convenio con el scheol;

cuando pase el azote, cual torrente,

no llegará a nosotros;

porque nos hemos refugiado en la mentira,

y la falsedad es nuestro abrigo.”

16 [7469] Por eso, así dice el Señor Yahvé:

“He aquí que pondré en Sión por fundamento una piedra,

piedra probada, piedra angular preciosa, sólidamente asentada;

el que confía (en ella) no necesita huir.

17 Y pondré el derecho por regla,

y la justicia por plomada;

el pedrisco barrerá el refugio de la mentira,

y las aguas inundarán el escondrijo.

18 [7470] Vuestro pacto con la muerte será anulado,

y vuestro convenio con el scheol no subsistirá más;

cuando pase el azote, cual torrente,

seréis aplastados por él.

19 Siempre que pase, os arrastrará consigo;

porque pasará todas las mañanas,

de día y de noche,

y el solo entender lo que se oye será un espanto.

20 [7471] Porque la cama será demasiado corta para estirarse,

y la cubierta demasiado estrecha para poder envolverse.”

21 [7472] Pues Yahvé se levantará como en el monte Perasim,

y como en el valle dé Gabaón se irritará,

para cumplir su obra, su obra extraordinaria,

para ejecutar su trabajo,

su trabajo asombroso.

22 Entonces no seáis burladores;

de lo contrario se apretarán todavía más vuestras ligaduras;

porque la destrucción está decretada,

así lo tengo oído,

de parte del Señor Yahvé de los ejércitos,

contra toda la tierra.

Una parábola

23 [7473] Prestad atención y oíd mi voz;

atended y escuchad mi palabra.

24 ¿Acaso para sembrar el arador está siempre arando,

abriendo y rastrillando su campo?

25 Después de allanar su superficie,

¿acaso no esparce el eneldo, siembra el comino,

pone el trigo en los surcos, la cebada en su lugar,

y la espelta en el borde?

26 Es Dios quien le enseña esta regla

y le instruye.

27 Pues no con el trillo se trilla el eneldo,

ni rueda de carro pasa sobre el comino;

sino que el eneldo es sacudido

con un bastón, y el comino con una vara.

28 El trigo, en cambio, es trillado,

pero no se lo trilla continuamente;

y aunque (el labrador) hace pasar sobre él las ruedas

de su carro y sus caballos,

sin embargo no lo tritura.

29 [7474] También esto viene de Yahvé de los ejércitos,

el cual es admirable en sus designios

y grande en sabiduría.

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Isaías 29

Oráculo contra Ariel

1 [7475] ¡Ay de Ariel, de Ariel!

ciudad donde tuvo su morada David.

Añadid año a año;

sigan las fiestas en su turno,

2 mas Yo estrecharé a Ariel;

habrá llantos y gemidos,

y ella será para mí como un ariel.

3 Acamparé contra ti todo en derredor,

te circunvalaré con gente armada

y alzaré contra ti trincheras.

4 [7476] Serás humillada; desde el suelo hablarás;

y desde el polvo se hará oír tu voz ahogada;

saldrá tu voz, como la de un fantasma, desde la tierra,

y tus palabras sonarán, como murmullo, procedente del polvo.

5 La muchedumbre de tus enemigos será cual polvo menudo,

y la multitud de tus opresores

como paja que vuela.

6 [7477] Y esto sucederá de repente en un instante.

De parte de Yahvé de los ejércitos serás visitada

con truenos y estrépito y gran estruendo,

con torbellino y tempestad,

y llamas de fuego devorador.

7 Como un sueño, como visión nocturna,

así será la muchedumbre de las naciones que combaten a Ariel;

y así serán todos los que pelean

contra ella y su fortaleza y la asedian.

8 Así como el hambriento sueña que come,

más cuando despierta se siente vacío,

y como el sediento sueña que bebe,

más cuando despierta se siente agotado y lleno de deseos,

así sucederá a la muchedumbre de todas las naciones

que atacan el monte Sión.

Ceguera de los jefes y del pueblo

9 Pasmaos y quedaos asombrados;

ofuscaos y cegaos.

Están embriagados, pero no de vino;

tambalean, pero no a causa de bebidas fuertes.

10 [7478] Porque Yahvé ha derramado sobre vosotros un espíritu de letargo;

os ha cerrado los ojos, oh profetas;

y tapado vuestras cabezas, oh videntes.

11 Toda visión es para vosotros como las palabras de un libro sellado, que se le da a uno que sabe leer, diciendo: “Lee esto”; pero él responde: “No puedo, porque está sellado.”

12 Luego se da el libro a quien no sabe leer, diciendo: “Lee esto”, y él responde: “No entiendo de escritura.”

13 [7479] Dice el Señor:

“Por cuanto este pueblo se me acerca (sólo) con su boca,

y (sólo) con sus labios me honra,

mientras su corazón está lejos de Mí,

y el temor que me tienen

no es más que un mandamiento de hombres,

cosa aprendida de memoria,

14 [7480] por eso volveré a hacer con este pueblo cosas asombrosas,

cosas extraordinarias y maravillosas.

Fallará la sabiduría de sus sabios,

y se desvanecerá la prudencia de sus prudentes.-

15 ¡Ay de los que encubren sus pensamientos

para ocultarlos a Yahvé,

y hacen sus obras en las tinieblas,

diciendo: «¿Quién nos ve? y ¿quién nos conoce?»

16 [7481] ¡Que perversidad la vuestra!

¿Acaso se puede igualar el barro al alfarero,

de modo que la obra diga a su hacedor:

«No me has hecho tú»,

y la vasija diga al que la formó:

«Nada entiende»?

Promesas salvadoras

17 [7482] ¿No es verdad que dentro de poco tiempo

el Líbano se convertirá en un jardín,

y el jardín será tenido por bosque?

18 En aquel día los sordos oirán las palabras del libro,

y los ojos de los ciegos verán, libres ya de la oscuridad y de las tinieblas.

19 Los humildes se alegrarán más y más en Yahvé,

y los pobres de entre los hombres se regocijarán en el Santo de Israel.

20 Porque los opresores habrán dejado de existir;

no habrá más burladores,

y serán extirpados todos los que se desvelan para hacer mal;

21 [7483] los que condenan a un hombre por una palabra,

los que arman lazos al que juzga en el tribunal

y pervierten sin motivo la causa del justo.

22 [7484] Por eso, Yahvé el que rescató a Abrahán,

dice así a la casa de Jacob:

Ya no se cubrirá de vergüenza Jacob,

y no palidecerá más su rostro.

23 [7485] Pues cuando él y sus hijos vieren

en medio de ellos la obra de mis manos,

santificarán mi nombre,

santificarán al Santo de Jacob,

y temerán al Dios de Israel.

24 Entonces los extraviados de espiritu

llegarán a entender la sabiduría

y los murmuradores aprenderán doctrina.

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Isaías 30

Contra la alianza con Egipto

1 [7486] ¡Ay de los hijos rebeldes —oráculo de Yahvé—

que fraguan proyectos sin contar conmigo,

que hacen pactos sin mi Espíritu,

añadiendo pecados a pecados!

2 Ya están en camino para bajar a Egipto,

sin haber consultado mi boca,

esperando socorro del poder del Faraón,

y confiando en la sombra de Egipto.

3 El poder del Faraón será vuestra vergüenza,

y la confianza en la sombra de Egipto, vuestra ignominia.

4 Porque cuando los príncipes de (Judá) estén en Tanis

y sus embajadores hayan llegado a Hanés,

5 todos ellos se avergonzarán

de un pueblo que de nada les sirve,

que en vez de prestar auxilio y ayuda,

les prepara vergüenza e ignominia.

6 [7487] Oráculo contra las bestias (de carga), (que van al) Sur,

por tierras de penas y de angustias,

de donde (salen) la leona y el león,

la víbora y la serpiente que vuela,

llevando a lomos de asnos sus riquezas,

y sobre la giba de camellos sus tesoros,

a un pueblo que de nada les sirve.

7 Porque inútil y en vano será la ayuda de Egipto,

por esto la llamo Yo la Soberbia que no se mueve.

8 Anda, pues, ahora y escribe esto,

delante de ellos, en una tablilla,

y consígnalo en un libro;

será para los días venideros,

(un testimonio) para siempre jamás.

9 [7488] Porque pueblo rebelde es éste,

y son hijos mentirosos;

hijos que no quieren escuchar la Ley de Yahvé;

10 [7489] que dicen a los videntes: “No veáis”,

y a los profetas: “No nos vaticinéis cosas rectas;

habladnos de cosas agradables, profetizadnos mentiras.

11 [7490] Apartaos del camino, quitaos del sendero;

no nos vengáis siempre con el Santo de Israel.”

12 Por eso, así dice el Santo de Israel:

“Ya que despreciáis esta palabra,

y confiáis en violencia y astucia,

apoyándoos sobre ellas,

13 [7491] por tanto esta iniquidad

os será como una brecha que amenaza ruina,

cual saliente en una muralla alta,

cuyo derrumbe viene de repente,

en un momento.

14 Será rota, como un vaso de alfarero,

que sin compasión es hecho pedazos;

y no será hallado entre sus restos

ni siquiera un tejón para sacar del fuego una brasa

o agua de la cisterna.”

Confianza en Yahvé

15 [7492] Porque así dice el Señor; Yahvé, el Santo de Israel:

Convirtiéndoos y estando quietos seréis salvos;

en la tranquilidad y en la confianza está vuestra fuerza.

Pero vosotros no quisisteis,

16 [7493] sino que dijisteis:

“No, antes bien huiremos a caballo”,

y así tendréis que huir.

“Montaremos caballos veloces”;

por eso serán veloces vuestros perseguidores.

17 [7494] Mil (temblarán) ante la amenaza de uno solo

y ante la amenaza de cinco, echaréis a huir,

hasta que quedéis como un mástil

en la cumbre de un monte,

y como bandera sobre un collado.

18 [7495] Por tanto Yahvé espera para seros propicio,

y por eso se levantará para apiadarse de vosotros;

pues Yahvé es Dios justo.

¡Bienaventurados cuantos en Él esperan!

19 Porque tú, oh pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén,

no llorarás más;

a la voz de tu clamor tendrá Él compasión de ti;

tan pronto como te oyere, te responderá.

20 [7496] El Señor os dará pan de angustia y agua de tribulación,

y no se esconderán más tus maestros,

sino que tus ojos verán a tus doctores;

21 y tus oídos oirán detrás de ti una voz que dice:

“Éste es el camino, andad por él”,

para que no os desviéis ni a la derecha ni a la izquierda.

22 Entonces tendrás por inmundicia la plata que cubre tus estatuas,

y los vestidos de tus imágenes de oro

los arrojarás como cosa inmunda.

“¡Afuera!” les dirás.

23 Yahvé enviará lluvia para tu simiente

que siembres en el campo,

y el pan que la tierra producirá será rico y suculento.

En aquel día pacerán tus ganados en espaciosa dehesa,

24 [7497] y los bueyes y asnos que labran la tierra,

comerán forraje sazonado con sal,

aventado con pala y aventador.

25 [7498] Sobre toda alta montaña

y sobre todo collado elevado,

habrá arroyos y corrientes de agua

en el día de la gran matanza,

cuando caigan las torres.

26 [7499] La luz de la luna será como la luz del sol,

y la luz del sol será siete veces mayor, como la luz de siete días,

en aquel día en que Yahvé vendare la herida de su pueblo

y sanare la llaga producida por sus golpes.

El señor castigara a los enemigos

27 [7500] Mira que viene el Nombre de Yahvé de lejos,

ardiente de ira y en densa humareda,

llenos de indignación sus labios,

y cual fuego devorador su lengua.

28 Su resuello es como torrente

que desborda y llega hasta la garganta,

para zarandear las naciones en la criba de la destrucción,

y sujetar un freno de engaño en las quijadas de los pueblos.

29 [7501] Entonces entonaréis cánticos

como en la noche en que se celebra una fiesta sagrada;

y tendréis gozo de corazón

como quien marcha al son de la flauta,

para ir al monte de Yahvé,

a la Roca de Israel.

30 Y Yahvé hará oír su majestuosa voz,

mostrará su brazo soltado

en medio del ardor de su ira

y de llamas de fuego devorador,

en medio de lluvia torrencial, tempestad y granizo.

31 Pues por la voz de Yahvé

será abatido el asirio; lo herirá con la vara;

32 y cada golpe de la vara justiciera

que Yahvé descargue sobre él,

será al son de panderetas y cítaras,

y en combate furioso los derrotará.

33 [7502] Porque hace ya tiempo que está preparado Tófet.

preparado también para el rey,

profundo y ancho,

lleno de fuego y de leña abundante,

que el soplo de Yahvé,

cual torrente de azufre, encenderá.

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Isaías 31

Nuevas advertencias contra la alianza con Egipto

1 [7503] ¡Ay de los que bajan a Egipto

en busca de socorro,

poniendo su esperanza en caballos,

confiando en la muchedumbre de los carros

y en la caballería,

por cuanto es muy fuerte,

pero no miran al Santo de Israel,

y no buscan a Yahvé!

2 Pues Él es sabio;

Él trae el mal y cumple sus palabras;

Él se levantará

contra la casa de los malhechores,

y contra el auxilio

que viene de los obradores de iniquidad.

3 El egipcio es hombre, y no Dios,

sus caballos son carne, y no espíritu;

cuando Yahvé extendiere su mano,

tropezará el auxiliador,

y caerá el auxiliado,

y todos perecerán juntos.

4 Porque así me ha hablado Yahvé:

Ruge el león y el leoncillo sobre su presa,

aunque se convoca contra él

una multitud de pastores,

no se deja aterrar por sus gritos,

ni se acobarda a causa de su muchedumbre;

así descenderá Yahvé de los ejércitos

para combatir en el monte Sión y en su collado.

5 Como ave que revolotea,

así Yahvé de los ejércitos

protegerá a Jerusalén;

protegerá y librará,

pasará y salvará.

6 [7504] ¡Convertíos a Aquel

de quien os habéis alejado tanto,

oh hijos de Israel!

7 Porque en aquel día cada uno rechazará

sus ídolos de plata y sus ídolos de oro,

que vuestras manos os han fabricado para pecar.

8 [7505] Y caerá el asirio al filo de la espada,

más no por mano de hombre;

una espada, que no es de hombre, lo devorará;

huirá delante de la espada,

y sus jóvenes serán tributarios.

9 [7506] Espantados se escaparán sus jefes,

y despavoridos abandonarán sus príncipes la bandera.

Oráculo de Yahvé que tiene su fuego en Sión,

y su horno en Jerusalén.

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Isaías 32

El reino de justicia

1 [7507] Reinará un rey con justicia,

y príncipes gobernarán con rectitud.

2 Cada uno será como abrigo contra el viento,

como refugio contra la tempestad,

como río de agua en tierra árida,

y como la sombra de una peña grande en un país desolado.

3 No se ofuscarán los ojos de los que ven,

y escucharán los oídos de los que oyen.

4 [7508] El corazón de los necios sabrá comprender,

y la lengua de los tartamudos hablará expedita y claramente.

5 [7509] El insensato no será más llamado príncipe,

ni noble el impostor.

6 Porque el insensato habla insensateces,

y su corazón obra maldad,

practicando la impiedad

y diciendo mentiras a Yahvé,

dejando vacía el alma del hambriento

y quitando la bebida al sediento.

7 El impostor tiene armas malignas

y urde intrigas,

para perder a los humildes con palabras dolosas,

mientras el pobre habla lo justo.

8 El príncipe piensa cosas de príncipe

y por su nobleza será ensalzado.

Las mujeres cómodas

9 Mujeres cómodas, levantaos, oíd mi voz;

hijas que vivís sin cuidados, escuchad mi palabra.

10 Dentro de un año y pocos días

temblaréis, oh confiadas,

porque se ha acabado la vendimia,

y no habrá más cosecha.

11 Temblad, oh cómodas,

pasmaos las que vivís despreocupadas;

despojaos, desnudaos;

ceñíos de cilicio.

12 [7510] (Golpeándose) los pechos

andan llorando por los campos amados,

por las viñas fructíferas.

13 Espinas y abrojos

cubren la tierra de mi pueblo

y todas las casas de placer

de la ciudad alegre.

14 [7511] Pues el palacio está abandonado,

la ciudad populosa es un desierto,

el Ofel y la fortaleza son madrigueras para siempre,

delicias para asnos monteses,

pastos para rebaños,

15 [7512] hasta que sea derramado sobre nosotros

el Espíritu de lo alto,

el desierto se convierta en campo fértil,

y el campo fértil sea reputado como selva.

16 Entonces la rectitud morará en el desierto,

y la justicia habitará en el campo fértil.

17 [7513] La obra de la justicia será la paz,

y el fruto de la justicia,

la tranquilidad y la seguridad para siempre.

18 Y mi pueblo habitará en mansión de paz,

en habitación segura,

en morada tranquila.

19 [7514] Pero caerá el bosque a causa del pedrisco.

y la ciudad será enteramente abatida.

20 [7515] ¡Bienaventurados vosotros, los que sembráis junto a todas las aguas,

y dais libertad al pie del buey y del asno!

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Isaías 33

Destrucción de Asiria

1 [7516] ¡Ay de ti que devastas, y no has sido devastado!

¡Ay de ti, traidor, que no has sido traicionado!

Cuando acabes de devastar, serás tú devastado;

cuando ya no puedas traicionar, serás tú traicionado.

2 Yahvé, ten misericordia de nosotros;

en Ti esperamos;

sé Tú el brazo de (tu pueblo) cada mañana.

nuestra salvación en el tiempo de la angustia.

3 [7517] A la voz estrepitosa (de Dios) huyen los pueblos;

al alzarte Tú, se dispersan las naciones;

4 y se recogerán vuestros despojos como se recogen las langostas,

pues se precipitarán sobre él como langostas.

5 Excelso es Yahvé, pues habita en lo alto,

llena a Sión de rectitud y justicia.

6 Habrá seguridad en tus tiempos

riqueza de salvación, sabiduría y ciencia;

y el temor de Yahvé será tu tesoro.

Angustias de Jerusalén

7 [7518] He aquí que los de Ariel lanzan gritos en las calles,

los embajadores de paz lloran amargamente.

8 [7519] Desiertos están los caminos, ya no hay transeúntes;

pues él ha roto el pacto

y maltratado a las ciudades,

no para mientes en nadie.

9 [7520] La tierra está de luto y languidece,

el Líbano se consume por vergüenza,

Sarón es como un desierto,

Basan y el Carmelo han perdido su follaje.

10 Ahora me levantaré, dice Yahvé;

ahora me alzaré, ahora me ensalzaré.

11 [7521] Concebisteis paja y pariréis rastrojos,

vuestro espíritu cual fuego os devorará.

12 Los pueblos serán como hornos de cal,

cual zarzas cortadas que arden en el fuego.

13 [7522] Escuchad, los que estáis lejos, lo que he hecho Yo;

reconoced mi poder los que estáis cerca.

14 [7523] Tiemblan los pecadores en Sión,

temblor se ha apoderado de los impíos.

¿Quién de nosotros podrá habitar en: el fuego devorador?

¿Quién de nosotros podrá morar entre llamas eternas?

15 Aquel que anda en justicia y habla lo que es recto,

que rechaza las ganancias adquiridas por extorsión,

que sacude sus manos para no aceptar soborno,

que tapa sus oídos para no oír proyectos sanguinarios,

que cierra sus ojos para no ver el mal,

16 este tendrá su morada en las alturas.

su refugio serán las rocas fortificadas;

se le dará su pan y no le faltará su agua.

El reino de Yahvé en Sión

17 [7524] Tus ojos contemplarán al Rey en su belleza.

verán una tierra que se extiende muy lejos.

18 [7525] Entonces tu corazón se acordará de los temores (diciendo):

¿Dónde está el letrado? ¿Dónde el que pesaba (los tributos)?

¿Dónde el que contaba las torres?

19 [7526] No verás más a ese pueblo fiero,

pueblo de lengua oscura, que no se puede entender,

de lengua ininteligible que no tiene sentido.

20 [7527] Mira a Sión, la ciudad de nuestras fiestas;

vean tus ojos a Jerusalén,

la morada tranquila,

el Tabernáculo que no será removido,

y cuyas estacas no serán arrancadas jamás;

no se romperá ninguna de sus cuerdas.

21 [7528] Allí, Yahvé reside en su majestad;

Él nos protegerá en lugar de ríos y anchas aguas,

por donde no pasa barca de remos,

ni surca gallardo navío.

22 [7529] Porque Yahvé es nuestro Juez, Yahvé, nuestro Legislador,

Yahvé, nuestro Rey; Él es quien nos salva.

23 [7530] Se aflojaron tus cuerdas,

ya no pueden mantener derecho el mástil,

ni desplegar la bandera.

Entonces se repartirán los despojos de una rica presa,

hasta los cojos se llevarán botín.

24 No dirá más el habitante: “Estoy enfermo”,

pues el pueblo que vive allí,

recibirá el perdón de la iniquidad.

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V. La salvación de Israel

Isaías 34

Castigo de los gentiles

1 [7531] Acercaos, naciones, para oír;

pueblos, escuchad.

Oiga la tierra y cuanto se contiene en ella,

el orbe y cuanto en él tiene vida.

2 Pues Yahvé está indignado contra todas las naciones,

e irritado contra todo su ejército;

las ha destinado al exterminio, las ha entregado al matadero.

3 Sus muertos serán arrojados,

sus cadáveres exhalarán hedor,

y los montes se derretirán en su sangre.

4 [7532] Se disolverá toda la milicia celestial;

se arrollarán como un libro los cielos,

y todo su ejército cae como la hoja de la vid,

cual hoja de la higuera.

Castigo de Edom

5 [7533] Se ha embriagado mi espada en el cielo;

he aquí que va a caer sobre Edom,

y sobre el pueblo de mi anatema, para juzgarlo.

6 [7534] La espada de Yahvé chorrea sangre,

se ceba en grasa,

en la sangre de corderos y machos cabríos,

en el sebo de los riñones de los carneros.

Pues Yahvé hace un sacrificio en Bosra,

y una gran matanza en la tierra de Edom.

7 [7535] Con ellos caerán los búfalos,

los becerros juntamente con los toros;

su tierra estará borracha de sangre,

y su polvo será fertilizado con grasa.

8 [7536] Porque es día de desquite para Yahvé,

año de venganza por la causa de Sión.

9 Sus ríos se convertirán en pez,

y su polvo en azufre,

y su tierra será como pez ardiente,

10 que no se apagará ni de noche ni de día

y cuyo humo subirá eternamente.

Quedará desolada de generación en generación,

nadie transitará por ella por los siglos de los siglos.

11 [7537] La poseerán el pelícano y el erizo;

la lechuza y el cuervo morarán allí;

pues Él echará sobre ella

como cuerda de medir el caos,

y como plomada el vacío.

12 Allí ya no habrá noble alguno,

ni reino a proclamar;

todos sus príncipes ya no existen más.

13 En sus palacios crecerán zarzas,

en sus fortalezas, ortigas y cardos.

Vendrá a ser guarida de chacales,

y morada de avestruces.

14 [7538] (Allí) se darán cita los chacales y fieras del desierto,

y el sátiro llamará a su compañero.

Lilit tendrá allí su morada

y hallará un lugar de reposo.

15 La culebra hará allí su nido

y pondrá sus huevos, los empollará

y abrigará (la cría) bajo su sombra.

Sólo los buitres se congregarán allí,

uno con otro.

16 [7539] Buscad en el Libro de Yahvé, y leed:

ninguna de estas cosas dejará de suceder,

ninguna echará de menos

(el cumplimiento de) la otra,

porque la boca (de Yahvé) lo ha mandado.

y su Espíritu lo ha preparado.

17 Es Él que les ha echado la suerte,

su mano ha repartido entre ellos (el país) con la cuerda de medir;

para siempre lo poseerán,

y habitarán en él de generación en generación.

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Isaías 35

Gloria del reino mesiánico

1 [7540] Alégrese el desierto y la tierra árida,

regocíjese el yermo y florezca como el narciso.

2 [7541] Florezca magníficamente y exulte,

salte de gozo y entone himnos.

Pues le será dada la gloria del Líbano,

la hermosura del Carmelo y de Sarón;

se manifestará la gloria de Yahvé,

y la magnificencia de nuestro Dios.

3 [7542] Fortaleced las manos flojas,

y robusteced las rodillas vacilantes;

4 [7543] decid a los de corazón tímido:

“¡Buen ánimo! no temáis.

Mirad a vuestro Dios.

Viene la venganza, la retribución de Dios;

Él mismo viene, y os salvará.”

5 [7544] Entonces se abrirán los ojos de los ciegos,

y serán destapados los oídos de los sordos;

6 entonces el cojo saltará cual ciervo,

exultará la lengua del mudo.

entonces brotarán aguas en el desierto,

y arroyos en la tierra árida.

7 [7545] El suelo abrasado se convertirá en estanque,

la tierra sedienta en manantiales de agua,

y la guarida y morada de los chacales

en parque de cañas y juncos.

8 [7546] Y habrá allí una senda, una calzada,

que se llamará camino santo.

Ningún inmundo lo pisará, será solamente para ellos;

los que siguen este camino,

aun los sencillos, no se extraviarán.

9 No habrá allí león;

ninguna bestia feroz pasará por él,

ni será allí hallada.

(Allí) marcharán los redimidos,

10 [7547] y los rescatados de Yahvé volverán;

vendrán a Sión cantando;

y regocijo eterno coronará sus cabezas.

Alegría y gozo será su suerte,

y huirán el dolor y el llanto.

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VI. Suplemento histórico

Isaías 36

La invasión de Senaquerib

1 [7548] El año catorce del rey Ezequías, subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fuertes de Judá, y se apoderó de ellas.

2 Y envió el rey de Asiria a Rabsacés, con muchas tropas, desde Laquís a Jerusalén, al rey Ezequías. (Rabsacés) tomó posición junto al acueducto del estanque superior, en el camino del campo del Batanero.

3 [7549] Salieron a encontrarlo Eliaquim, hijo de Helcías, prefecto del palacio, Sobná secretario, y Joan, hijo de Asáf, canciller.

4 Y les dijo Rabsacés: “Decid a Ezequías: Así dice el gran rey, el rey de Asiria: ¿Qué confianza es esa en que te apoyas?

5 Yo digo que tu designio y tus esfuerzos en hacerme la guerra no son más que vanas palabras. ¿En quién confías para rebelarte contra mí?

6 He aquí que cuentas con el apoyo de Egipto, esa caña cascada, que penetra y horada la mano del que se apoya en ella. Así es el Faraón, rey de Egipto, para cuantos en él confían.

7 [7550] Y si me decís: «Nosotros confiamos en Yahvé, Dios nuestro», ¿no es acaso ése el mismo cuyos lugares altos y altares ha destruido Ezequías, diciendo a Judá y a Jerusalén: «Ante este altar habéis de postraros»?

8 Entiende con mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si tú puedes encontrar jinetes para ellos.

9 ¿Cómo vas tú a hacer frente a un solo jefe, aunque fuese de los menores servidores de mi señor? Pero tú pones tu confianza en Egipto a causa de los carros y de la caballería.

10 Ahora, ¿he acaso subido yo sin Yahvé, contra esta tierra para destruirla? Es Yahvé mismo quien me ha dicho: ¡Sube contra esta tierra y destrúyela!”

11 Entonces Eliaquim, Sobná y Joah dijeron a Rabsacés: “Habla, por favor, en arameo con tus siervos, pues lo entendemos, y no nos hables en judaico delante de esa gente que está sobre la muralla.”

Promesas de Rabsacés

12 [7551] Respondió Rabsacés: “¿Por ventura me ha enviado mi señor a decir estas cosas a tu señor y a ti, y no más bien a estos hombres, sentados sobre el muro para comerse con vosotros sus propios excrementos y a beberse sus propios orines?”

13 Y se puso en pie Rabsacés y gritó a gran voz en lengua judaica, diciendo: “Oíd lo que dice el gran rey, el rey de Asiria.

14 Así dice el rey: No os engañe Ezequías, pues no podrá libraros.

15 Tampoco os haga confiar Ezequías en Yahvé, diciendo: Sin falta nos librara Yahvé; no será entregada esta ciudad en manos del rey de Asiria.

16 No escuchéis a Ezequías; pues así dice el rey de Asiria: Haced paces conmigo, y venid a mí, y cada uno comerá de su vid y de su higuera, y cada uno beberá el agua de su cisterna,

17 [7552] hasta que yo venga y os lleve a una tierra parecida a la vuestra, tierra de trigo y de vino, tierra de pan y de viñas.

18 Por eso, no os engañe Ezequías, diciendo: Yahvé nos librará. ¿Acaso los dioses de los pueblos han salvado su respectiva tierra de las manos del rey de Asiria?

19 [7553] ¿Dónde están los dioses de Hamat y Arpad? ¿Dónde los dioses de Sefarvaim? ¿Acaso han librado a Samaría de mis manos?

20 [7554] ¿Cuál de todos los dioses de estos países pudo salvar su tierra de mi mano? Mucho menos podrá Yahvé librar de mi mano a Jerusalén.”

21 Ellos quedaron callados, y no le respondieron palabra, porque así lo había mandado el rey, diciendo: “No le respondáis.”

22 Mas Eliaquim, hijo de Helcías, prefecto del palacio, Sobná secretario, y Joah, hijo de Asaf, canciller, rasgaron sus vestidos, y regresados a Ezequías le refirieron las palabras de Rabsacés.

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Isaías 37

Ezequías consulta a Isaías

1 [7555] Cuando lo oyó el rey Exequias, rasgó sus vestidos, se cubrió con saco y entró en la Casa de Yahvé.

2 Y envió a Eliaquim, prefecto del palacio, y a Sobná secretario, y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos con saco, al profeta Isaías, hijo de Amós,

3 [7556] al cual dijeron: “Así dice Ezequías: Día de tribulación, de castigo y de oprobio es éste; porque los hijos han llegado a punto de nacer, pero falta fuerza para darlos a luz.

4 Tal vez repare Yahvé, tu Dios, en las palabras de Rabsacés, enviado por su señor, el rey de Asiria, para insultar al Dios vivo, y castigue las palabras que ha oído Yahvé, tu Dios. Interpón tus súplicas por el resto que aún subsiste.”

5 Fueron entonces los servidores del rey Ezequías a Isaías;

6 e Isaías respondió: “Decid esto a vuestro señor: Así dice Yahvé: No te asustes por las palabras que has oído, con las cuales han blasfemado de Mí los siervos del rey de Asiria.

7 [7557] Mira. Yo pondré en él un espíritu tal, que al oír cierta noticia se volverá a su país, y le haré caer a espada en su misma tierra.”

8 Entretanto Rabsacés se marchó, y halló al rey de Asiria atacando a Libná; pues supo que (el rey) se había retirado de Laquís,

9 donde recibió una noticia respecto de Tirhaca, rey de Etiopía (que decía): “Ha salido (Tirhaca) para hacerte la guerra.”

Al oír esto envió mensajeros a Ezequías, diciendo:

10 “Hablad a Ezequías, rey de Judá de esta manera: No te engañe tu Dios, en quien confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria.

11 He aquí que oíste lo que han hecho los reyes de Asiria a todos los países, cómo los destruyeron completamente; ¿y tú crees poder salvarte?

12 [7558] ¿Salvaron acaso sus dioses a las naciones que destruyeron mis padres, a Gozan, Harán, Résef y los hijos de Edén, que vivían en Talasar?

13 ¿Dónde está el rey de Hamat, y el rey de Arpad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hená y de Iva?”

Plegaria de Ezequías

14 [7559] Recibió Ezequías esta carta de manos de los mensajeros, y luego de leerla subió a la Casa de Yahvé, donde la desplegó delante de Yahvé.

15 E imploró Ezequías a Yahvé con estas palabras:

16 [7560]

“Oh Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel, que habitas sobre los querubines, Tú eres el solo Dios de todos los reinos de la tierra; Tú has hecho el cielo y la tierra.

17 Inclina, oh Yahvé, tus oídos y oye; abre, oh Yahvé, tus ojos y mira; y repara en todas las palabras que Senaquerib ha enviado para blasfemar contra el Dios vivo.

18 Es verdad, oh Yahvé, que los reyes de Asiria devastaron todas las naciones y sus países,

19 y que arrojaron sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino hechura de mano de hombres, madera y piedra, y así los pudieron destruir.

20 Sálvanos ahora, oh Yahvé, Dios nuestro, de su poder; y conozcan todos los reinos de la tierra que Tú solo eres el Señor.”

Salvación milagrosa de la ciudad

21 Entonces Isaías, hijo de Amos, envió a decir a Ezequías: “Merced a tu oración respecto de Senaquerib, rey de Asiría, Yahvé, Dios de Israel, ha hablado,

22 [7561] y he aquí el oráculo que Yahvé ha pronunciado contra él:

Te desprecia, se ríe de ti la virgen, hija de Sión,

detrás de ti menea su cabeza la hija de Jerusalén.

23 ¿A quién has insultado y ultrajado?

¿Contra quién has alzado la voz

y levantado en alto tus ojos?

¡Contra el Santo de Israel!

24 Por medio de tus siervos has insultado al Señor,

pues dijiste: «Con mis numerosos carros

subí a la cumbre de los montes, hasta los últimos rincones del Líbano,

corté sus empinados cedros,

y los más escogidos de sus abetos;

llegué a su más alta cima,

al más denso de sus bosques.

25 [7562] He cavado y bebido agua,

y he secado con las plantas de mis pies

todos los ríos de Egipto.»

26 [7563] ¿No has oído tú

que desde antiguo dispuse Yo estas cosas?

En tiempos remotos las he trazado,

y ahora las estoy ejecutando:

tú tienes que causar desolaciones,

haciendo de ciudades fortificadas montones de ruinas.

27 Sus habitantes no tienen fuerza,

están amedrentados y despavoridos;

son como la hierba del campo

y la verdura tierna,

como la grama de los tejados,

y como los campos secos antes de la cosecha.

28 Yo sé dónde te asientas,

Yo conozco tu salida y tu entrada,

y también tu furor contra Mí.

29 [7564] A causa de tu furor contra Mí,

y por tu arrogancia que ha llegado a mis oídos,

pondré mi anillo en tu nariz,

y mi freno en tus labios,

y te haré retornar por el camino

por donde viniste.

La señal para Ezequías

30 [7565] Y ésta será para ti la señal:

Este año comeréis lo que naciere de los granos caídos,

al año segundo lo que creciere sin sembrar;

más al tercer año, sembrad y segad,

plantad viñas y comed sus frutos.

31 El resto que se salvare de la casa de Judá.

echará de nuevo raíces hacia abajo,

y llevará fruto por arriba.

32 Porque de Jerusalén saldrá un resto,

y del monte Sión algunos escapados.

Esto hará el celo de Yahvé de los ejércitos.

33 Por tanto, esto dice Yahvé del rey de Asiria:

“No entrará en esta ciudad,

ni disparará allí saeta:

no avanzará contra ella con escudo,

ni la rodeará de baluartes.

34 Por el camino que vino se volverá,

y no entrará en esta ciudad.”

Oráculo de Yahvé.

35 [7566]

Yo protegeré esta ciudad para salvarla,

por mi propia causa,

y por amor a mi siervo David.”

36 [7567] Y salió el ángel de Yahvé, e hirió en el campamento de los asirios ciento ochenta y cinco mil hombres. Y a la hora de levantarse, al amanecer, he aquí que todos ellos eran cadáveres.

37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se puso en marcha y se volvió a Nínive, donde habitó.

38 Y aconteció que mientras adoraba en la casa de Nesroc, dios suyo, Adramélec y Sarasar, sus hijos, le mataron a espada. Escaparon ellos al país de Ararat, y le sucedió en el reino su hijo Asarhaddón.

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Isaías 38

Enfermedad de Ezequías

1 [7568] En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y fue a verlo el profeta Isaías, hijo de Amós, quien le dijo: “Así dice Yahvé: Dispón tu casa, porque has de morir y no vivirás más.”

2 Entonces Ezequías volvió su rostro hacia la pared, y oró a Yahvé;

3 y dijo: “Oh Yahvé, acuérdate, te suplico, de cómo he andado delante de Ti con fidelidad y con corazón sincero, y cómo he hecho lo que es bueno a tus ojos.” Y prorrumpió Ezequías en un llanto grande.

4 Entonces llegó a Isaías esta palabra de Yahvé:

5 “Anda y di a Ezequías: Así dice Yahvé, el Dios de tu padre David: He oído tu oración y he visto tus lágrimas; he aquí que añadiré a tu vida quince años.

6 Y te libraré a ti y a esta ciudad del poder del rey de Asiria, pues Yo protegeré a esta ciudad.

7 Y esto se te dará por señal de parte de Yahvé en prueba de que Él cumplirá lo que ha dicho:

8 [7569] He aquí que haré retroceder la sombra diez grados de los que ha bajado en el reloj solar de Acaz.” En efecto, retrocedió el sol diez grados de los que había bajado.

Cántico de Ezequías

9 Cántico de Ezequías rey de Judá, cuando enfermó, y sanó de su enfermedad:

10 [7570] “Yo dije: A la mitad de mis días

iré a las puertas del scheol,

privado del resto de mis años.

11 Dije: Ya no veré a Yahvé,

a Yahvé en la tierra de los vivientes;

no veré más a hombre alguno

entre los moradores del mundo.

12 [7571] Mi morada ha sido arrancada y llevada lejos de mí,

como tienda de pastor;

cual tejedor ha enrollado mi vida,

cortándome del telar;

de la mañana a la noche acabas conmigo.

13 Espero hasta la mañana,

pues como león,

así me quebranta Él todos los huesos;

de la mañana a la noche acabas conmigo.

14 [7572] Chillo como golondrina, como grulla,

gimo cual paloma;

se han debilitado mis ojos

(de mirar) hacia lo alto.

Angustiado estoy, oh Yahvé;

sé Tú mi fiador.

15 [7573] Pero ¿qué diré ahora?

ya que Él ha dicho, Él ha hecho.

Andaré humildemente todos mis años

en la amargura de mi alma.

16 ¡Oh Señor, en estas condiciones

vive (el hombre),

y todas estas cosas

(oprimen) la vida de mi espíritu.

Pero Tú me sanas,

Tú me das vida.

17 [7574] He aquí cómo se ha convertido en bien mi amarga aflicción;

Tú has preservado mi alma

del hoyo de la corrupción,

has echado todos mis pecados

tras de tus espaldas.

18 Pues no puede alabarte el scheol,

ni celebrarte la muerte,

ni esperan en tu fidelidad

los que bajan a la fosa.

19 [7575] Los vivientes, solamente los vivientes, son los que te alaban,

como yo te alabo en este día.

Los padres han de anunciar a los hijos tu fidelidad.

20 Yahvé es mi auxilio.

Tañaremos instrumentos de cuerda

todos los días de nuestra vida,

ante la Casa de Yahvé.”

21 [7576] Pues Isaías había mandado: “Tomad una pasta de higos, y aplicadla sobre la úlcera; y él vivirá”.

22 Y Ezequías preguntó: “¿Cuál es la señal de que subiré de nuevo a la Casa de Yahvé?”

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Isaías 39

Ezequías y Merodac Baladán

1 [7577] En aquel tiempo envió Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, cartas y presentes a Ezequías; porque supo que Ezequías había estado enfermo y se había curado.

2 Alegróse de esto Ezequías y mostró a los (mensajeros) la casa de su tesoro, la plata, el oro, los perfumes, los ungüentos olorosos, toda su armería y cuanto tenía en su tesorería. No hubo nada en la casa de Ezequías, ni en su poder, que no les mostrase.

3 Entonces se presentó el profeta Isaías ante el rey Ezequías y le preguntó: “¿Qué han dicho esos hombres, y de dónde han llegado a ti?” Respondió Ezequías: “De un país lejano han venido a verme: de Babilonia.”

4 Y le preguntó: “¿Qué han visto en tu casa?” Repuso Ezequías: “Han visto todo cuanto hay en mi casa; no hay cosa entre mis tesoros que no les haya mostrado.”

5 Mas Isaías dijo a Ezequías: “Oye la palabra de Yahvé de los ejércitos:

6 [7578] He aquí que días vendrán en que será llevado a Babilonia todo cuanto hay en tu casa, y cuanto han atesorado tus padres hasta este día; no quedará nada, dice Yahvé.

7 Y de los hijos que nacieren de ti y que tú engendrares serán llevados algunos para ser eunucos en el palacio del rey de Babilonia.”

8 [7579] Respondió Ezequías a Isaías: “Buena es la palabra de Yahvé que tú acabas de anunciarme.” Y agregó: “Habrá, pues, paz y seguridad en mis días.”

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Segunda parte

(“El segundo Isaías”, capítulos 40 a 55)

I. Profecías referentes a la liberación de Israel

Isaías 40

Voz de consuelo

1 [7580] Consolad, consolad a mi pueblo,

dice vuestro Dios.

2 Hablad al corazón de Jerusalén y gritadle

que se ha acabado su servidumbre,

que ha sido expiada su culpa,

que ha recibido de la mano de Yahvé

el doble por todos sus pecados.

3 [7581] Voz de uno que clama:

“Preparad el camino de Yahvé en el desierto,

enderezad en el yermo

una senda para nuestro Dios.

4 Que se alce todo valle,

y sea abatido todo monte y cerro;

que la quebrada se allane

y el roquedal se torne en valle.

5 Y se manifestará la gloria de Yahvé,

y la verá toda carne a una;

pues ha hablado la boca de Yahvé.”

6 [7582] Una voz dice: “¡Clama!”

y se le da por respuesta:

“¿Qué he de clamar?”

Toda carne es heno,

y toda su gloria como flor del campo;

7 se seca el heno, se marchita la flor;

cuando el soplo de Yahvé pasa sobre ella.

Sí, el hombre es heno;

8 se seca la hierba, la flor se marchita,

mas la palabra de nuestro Dios permanece eternamente.

9 [7583] Oh Sión, anunciadora de buenas noticias,

súbete a un monte alto,

oh Jerusalén, heraldo de alegres nuevas,

levanta con fuerza tu voz.

Levántala, no temas.

Di a las ciudades de Judá:

“¡He ahí a vuestro Dios!

10 [7584] He aquí que Yahvé, el Señor,

viene con poder,

y su brazo dominará,

he aquí que su premio está con Él

y delante de Él va su recompensa.

11 [7585] Como pastor apacentará su rebaño,

recogerá con su brazo los corderitos,

para llevarlos en su regazo,

y conducirá a las ovejas paridas.”

Grandeza de Dios

12 ¿Quién midió las aguas con el cuenco de su mano

y fijó las dimensiones de los cielos con el palmo?

¿Quién encerró en el tercio de una medida

todo el polvo de la tierra,

pesó en la romana los montes,

y en la balanza los collados?

13 [7586] ¿Quién ha dirigido al Espíritu de Yahvé,

y quién fue su consejero para instruirle?

14 ¿A quién consultó Él para aprender inteligencia?

¿Quién le mostró el camino de la justicia,

y le enseñó la ciencia?

¿Quién le dio a conocer el camino de la sabiduría?

15 Son los pueblos como una gota (suspendida) del balde,

y como polvo en la balanza son reputados.

He aquí que Él alza las islas como un granito de polvo.

16 [7587] El Líbano no basta para leña,

ni sus bestias para holocausto.

17 Todas las naciones son delante de Él como una nonada.

Él las considera menos que la nada y menos que la vacuidad.

Necedad de la idolatría

18 [7588] ¿Con quién, pues, compararéis a Dios,

o qué imagen haréis de Él?

19 El ídolo es fundido por el artífice,

el orfebre le cubre de oro,

y le funde cadenillas de plata.

20 El pobre que no puede ofrecer mucho,

elige una madera que no se pudre,

y busca un hábil artífice,

que le haga un ídolo que no se caiga.

21 ¿No lo sabéis, y no lo habéis oído?

¿No se os ha anunciado desde el principio?

¿No lo habéis entendido desde que se fundó la tierra?

22 Él es quien está sentado sobre el orbe terráqueo,

cuyos habitantes son como langostas.

Él extiende los cielos como un velo,

y los despliega como una tienda, en que se habita.

23 [7589] Él reduce a los poderosos a la nulidad,

y a los jueces de la tierra a la nada.

24 Apenas plantados, apenas sembrados,

apenas arraigado su tronco en la tierra,

sopla Él sobre ellos, y se agostan,

y como pajuela se los lleva el torbellino.

25 “¿Con quién, pues, me vais a comparar

para que le sea semejante?”

dice el Santo.

26 [7590] Levantad vuestros ojos a lo alto y mirad:

¿Quién creó estas cosas?

Aquel que hace marchar ordenadamente su ejército,

y a cada uno de ellos lo llama por su nombre.

No falta ninguno,

tan enorme es su poder y tan inmensa su fuerza.

Esperanza en Yahvé

27 [7591] ¿Por qué dices tú, oh Jacob,

y hablas tú, oh Israel:

“Yahvé no conoce mi camino,

Dios no tiene interés en mi causa”?

28 [7592] ¿No lo sabes y nunca lo has oído?

Yahvé es el Dios eterno,

el Creador de los confines de la tierra,

no se fatiga, ni se cansa;

su sabiduría es insondable.

29 [7593] Él da fuerzas al desfallecido

y aumenta el vigor del que carece de fortaleza,

30 Desfallecerán hasta los jóvenes, y se cansarán,

y los mismos guerreros llegarán a vacilar.

31 Pero los que esperan en Yahvé

renovarán sus fuerzas;

echarán a volar como águilas;

correrán sin cansarse,

caminarán sin desfallecer.

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Isaías 41

Yahvé suscita un libertador

1 [7594] Enmudeced en mi presencia, oh islas,

y los pueblos reanimen sus fuerzas.

Acérquense, y después hablen;

entremos juntos en juicio.

2 [7595] ¿Quién llamó del Oriente al justo

para que siguiese sus pasos?

¿Quién le entregó naciones,

y le sometió reyes?

Él reduce su espada a polvo,

y su arco a paja, que arrebata el viento.

3 [7596] Los persigue, y avanza sin peligro por una senda

que sus pies jamás han pisado.

4 [7597] ¿Quién hizo esto?

¿Quién lo ha realizado?

El que llamó las generaciones desde el principio:

Yo, Yahvé, que soy el primero

Y estaré también con los últimos.

5 Lo ven las islas y tiemblan;

se llenan de temor los confines de la tierra;

se acercan y vienen.

6 Ayuda el uno al otro

y dice a su compañero: “¡Esfuérzate!”

7 [7598] El artífice anima al orfebre,

y el que desbasta con el martillo

al que bate en el yunque,

dice de la soldadura: “Bien hecha está”;

y la sujeta con clavos,

para que no se mueva.

8 [7599] Mas tú, oh Israel, siervo mío,

y tú, oh Jacob, a quien he escogido,

de la estirpe de Abrahán, mi amigo;

9 tú, a quien he sacado

de los extremos de la tierra,

llamándote de los cabos de ella,

y diciéndote: Tú eres mi siervo;

Yo te he escogido,

y no te he desechado.

10 No temas, que Yo estoy contigo;

no desmayes, que Yo soy tu Dios;

Yo te he dado fuerza y te ayudo;

te sostengo con la diestra de mi justicia.

11 [7600] Confundidos quedarán y avergonzados

todos los que contra ti se irritan,

serán como la nada,

y perecerán los que te hacen guerra.

12 Buscarás, y no hallarás

a los que te combaten;

serán como nada y como reducidos al polvo

los que pelean contigo.

13 Pues Yo, Yahvé, tu Dios,

soy quien te tomo por la diestra,

y te digo: No temas,

Yo soy tu auxiliador.

14 [7601] No temas, gusanillo de Jacob,

ni vosotros, oh hombres de Israel.

Yo soy tu auxilio, dice Yahvé;

y tu redentor es el Santo de Israel.

15 [7602] He aquí, Yo haré de ti un trillo cortante nuevo,

armado de dientes.

Trillarás los montes y los desmenuzarás,

y reducirás como a tamo los collados.

16 Los aventarás, y el viento se los llevará,

y los esparcirá el torbellino;

pero tú te alegrarás en Yahvé,

te gloriarás en el Santo de Israel.

Maravilloso auxilio divino

17 Los desdichados y pobres buscan agua y no la hay,

su lengua esta seca por la sed;

más Yo, Yahvé, los escucharé;

Yo, el Dios de Israel, no los desampararé.

18 Les abriré ríos en los altos montes,

y fuentes en medio de los valles;

convertiré el desierto en estanque,

y la tierra árida en corrientes de agua.

19 En el despoblado plantaré

cedros y acacias, mirtos y olivos;

y en el yermo pondré abetos,

olmos y bojes juntamente;

20 para que vean y conozcan

y atiendan y comprendan todos

que la mano de Yahvé ha hecho esto,

y el Santo de Israel lo ha creado.

21 [7603] Venid a defender vuestra causa, dice Yahvé;

alegad vuestras razones, dice el Rey de Jacob.

22 Que nos enseñen y anuncien lo que ha de suceder.

Explicad cómo fueron las cosas pasadas,

para que las contemplemos y reconozcamos su cumplimiento;

o indicadnos las cosas futuras.

23 Anunciad lo que ha de venir,

para que sepamos que sois dioses;

haced algo, sea bueno o malo,

para que viéndolo todos quedemos asombrados.

24 [7604] Pero vosotros sois menos que la nada,

y vuestra obra menos que lo vacío.

¡Abominable aquel que os escoge!

El libertador

25 [7605] Yo he suscitado a uno del norte,

y ya llega; uno (que viene) desde el oriente

e invoca mi nombre;

que pisa a los príncipes como si fuesen lodo

y como el alfarero pisa el barro.

26 ¿Quién anunció esto desde el principio,

para que lo sepamos;

y anticipadamente, para que digamos: “Es justo”?

Mas nadie lo anunció; nadie lo dio a conocer;

nadie oyó vuestras palabras.

27 [7606] Yo soy el primero que anuncié a Sión: “Helos aquí”,

y mandé a Jerusalén un portador de buenas nuevas.

28 [7607] Estuve mirando y no hubo nadie,

entre ellos no hay ningún consejero;

si les pregunto, no responden palabra.

29 Ved, pues, que todos son una nada,

y vanas todas sus obras.

Viento y vanidad son sus ídolos.

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Isaías 42

El siervo del Señor

1 [7608] He aquí mi Siervo, a quien sostengo,

mi escogido, en el que se complace mi alma.

Sobre Él he puesto mi Espíritu,

y Él será Legislador de las naciones.

2 No gritará, ni levantará su voz,

ni la hará oír por las calles.

3 [7609] No quebrará la caña cascada,

ni apagará la mecha humeante;

hará justicia conforme a la verdad.

4 [7610] No desmayará ni se desalentará,

hasta que establezca en la tierra la justicia;

su ley esperan las islas.

5 Así dice Yahvé, el Dios que creó

los cielos y los desplegó;

el que extendió la tierra con sus frutos,

dio hálito a los hombres que la habitan,

y espíritu a los que por ella caminan.

6 [7611] “Yo, Yahvé, te he llamado en justicia;

te he tomado de la mano y te he guardado;

y te he puesto para que seas alianza con (mi) pueblo,

y luz de las naciones;

7 [7612] para abrir los ojos de los ciegos,

para sacar de la cárcel a los presos,

y del calabozo a los que viven en tinieblas.

8 [7613] Yo soy Yahvé; éste es mi nombre;

no doy mi gloria a ningún otro

ni mi honor a las imágenes fundidas.

9 Se han cumplido ya las (predicciones) anteriores,

ahora anuncio cosas nuevas,

que os doy a conocer antes que sucedan.”

Cántico de alabanza

10 [7614] Cantad a Yahvé un cántico nuevo,

sus alabanzas hasta los términos de la tierra.

las islas y sus habitantes.

11 [7615] Alcen su voz el desierto y sus ciudades,

los caseríos habitados por Cedar.

Canten los moradores de Petra;

den gritos de alegría desde la cumbre de las montañas.

12 Tributen gloria a Yahvé,

y pregonen sus alabanzas en las islas.

13 [7616] Pues Yahvé avanza como un héroe,

como un guerrero despierta su furor,

vocea y lanza gritos,

y muestra su fuerza contra sus enemigos.

Israel será librado

14 “Mucho tiempo estuve callado, guardé silencio, me contuve,

mas ahora doy voces como una mujer que da a luz,

lanzo ayes y suspiro jadeando.

15 Devastaré los montes y los collados,

y agostaré todo su verdor;

convertiré los ríos en desierto,

y secaré los lagos.

16 [7617] Conduciré a los ciegos por un camino que no sabían,

por sendas desconocidas los guiaré;

tornaré ante ellos las tinieblas en luz y la región montuosa en llanura.

Éstas son las cosas que cumpliré,

y no las dejaré sin efecto.”

17 Entonces volverán atrás, llenos de vergüenza,

los que confían en las estatuas;

los que dicen a las imágenes fundidas:

“Vosotros sois nuestros dioses.”

18 ¡Sordos, oíd;

ciegos, abrid los ojos, para que veáis!

19 [7618] Pero. ¿quién es el ciego sino el siervo mío?

¿Quién es tan sordo como el mensajero que Yo envío?

¿quién tan ciego como mi amado.

tan ciego como el siervo de Yahvé?

20 [7619] Tantas cosas has visto, mas no les prestaste atención;

tenías abiertos los oídos, mas no oíste.

21 Movido por su propia justicia Yahvé se ha complacido

en hacer grande y magnífica la Ley.

22 [7620] Mas éste es un pueblo saqueado y despojado;

todos están encadenados en calabozos

y encerrados en cárceles;

han sido robados sin que nadie los libre;

despojados y nadie dice: “¡Restituye!”

23 ¿Quién hay entre vosotros que preste oído a esto?

¿Quién lo escucha atentamente para lo por venir?

24 [7621] ¿Quién entregó a Jacob al pillaje,

y a Israel a los saqueadores?

¿No es Yahvé, contra quien han pecado,

Aquel cuyos caminos no quisieron seguir,

ni escuchar su Ley?

25 Por eso derramó sobre Israel el fuego de su ira,

y el furor de la guerra.

Pegó fuego alrededor de él, pero no comprendió;

le consumía, mas no hizo caso.

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Isaías 43

Dios protector de Israel

1 [7622] Y ahora, dice Yahvé,

el que te creó, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel:

“No temas; porque Yo te he rescatado,

te he llamado por tu nombre; tú eres mío.

2 Si pasas por las aguas, Yo estoy contigo,

si por los ríos, no te anegarás;

si andas por el fuego, no te quemarás,

ni te abrasarán las llamas.

3 [7623] Porque Yo soy Yahvé, tu Dios,

el Santo de Israel, el que te salva.

Yo doy a Egipto por tu rescate,

a Etiopía y a Sabá en lugar tuyo.

4 [7624] Llegaste a ser precioso a mis ojos,

y estimable y objeto de mi amor;

por eso daré hombres en lugar de ti,

y pueblos a cambio de tu vida.

5 [7625] No temas; Yo estoy contigo;

desde el Oriente traeré tus hijos,

y del Occidente te congregaré.

6 Diré al Norte: “¡Dámelos!”

y al Sur: “¡No los retengas!”

Trae a mis hijos de lejos,

y a mis hijas de los confines del orbe,

7 a todos los que llevan mi nombre,

a los que Yo creé,

formé e hice para mi gloria.

8 Haced salir al pueblo ciego, que tiene ojos,

y a los sordos, que tienen oídos.

9 ¡Júntense a una todas las naciones,

y reúnanse los pueblos!

¿Quién entre ellos ha anunciado esto,

y nos hizo oír las predicciones antiguas?

Que presenten ellos sus testigos para justificarse,

y que se los escuche y diga: “Verdad es.”

10 [7626] Vosotros sois mis testigos, dice Yahvé,

y mi siervo, a quien he escogido;

para que conozcáis, y me creáis,

y comprendáis que Yo soy (Dios).

Antes de Mí no fue formado dios alguno,

y no habrá ninguno después de Mí.

11 Yo, Yo soy Yahvé,

y fuera de Mí no hay salvador.

12 Yo lo he anunciado,

y soy Yo quien salvo y lo hago saber;

no hay (dios) extraño entre vosotros;

vosotros sois mis testigos, dice Yahvé,

y Yo soy Dios.

13 Yo soy antes de todo tiempo,

y no hay quien libre de mi mano:

lo que hago Yo ¿quién podrá impedirlo?

Dios salvará a su pueblo del cautiverio

14 [7627] Así dice Yahvé vuestro redentor,

el Santo de Israel:

Por vosotros enviaré gentes contra Babilonia,

y pondré en fuga a todos

los que se jactan de sus naves.

15 Yo soy Yahvé, vuestro Santo,

el Creador de Israel, vuestro Rey.

16 [7628] Así dice Yahvé,

el que abrió camino en el mar,

y senda a través de impetuosas aguas;

17 el que hizo salir carros y caballos,

ejércitos y guerreros.

Juntos se acostaron y no se levantaron más;

fueron extinguidos, quedaron apagados cual pabilo.

18 “Mas no penséis en las cosas antiguas,

ni os preocupéis de lo pasado.

19 [7629] Pues ved que voy a hacer una cosa nueva,

que ya está por aparecer; ¿no lo sabéis?

Haré un camino en el desierto,

y ríos en el yermo.

20 [7630] Las bestias del campo,

los chacales y los avestruces,

me glorificarán, porque haré brotar aguas

en el desierto, y ríos en el yermo,

para dar de beber a mi pueblo, a mi escogido,

21 a este pueblo que he formado para Mí,

y que narrará mis alabanzas.

La liberación es obra de la misericordia

22 Pero tú, oh Jacob, no me invocaste,

no te fatigaste por Mí, oh Israel.

23 [7631] No me ofreciste tus corderos para holocausto,

ni me honraste con tus sacrificios;

y sin embargo, no te he fatigado (pidiéndote) ofrendas,

ni te tenía cansado con el incienso.

24 No compraste para Mí con dinero caña aromática,

ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios;

antes bien me fatigaste con tus pecados,

y me tienes cansado con tus iniquidades.

25 Yo, Yo borro tus transgresiones por amor a Mí mismo,

y no me acordaré más de tus pecados.

26 Despierta tú mi memoria, y entremos ambos en juicio;

habla tú mismo para justificarte.

27 [7632] Pecó ya tu primer padre,

y tus guías se rebelaron contra Mí.

28 [7633] Por eso he declarado inmundo a los príncipes del Santuario,

y he entregado a Jacob al anatema,

y a Israel al oprobio.”

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Isaías 44

Efusión del Espíritu de Dios

1 Escucha, ahora, oh Jacob, siervo mío,

y tú, Israel, a quien he escogido:

2 [7634] Así dice Yahvé,

que te ha hecho y formado

y es tu ayuda desde el seno materno.

“No temas, siervo mío, Jacob,

tú, Yeschurún, a quien he elegido.

3 Pues haré correr aguas sobre la tierra sedienta,

y arroyos sobre el desierto;

derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad,

y mi bendición sobre tus descendientes.

4 Y brotarán en medio de la hierba,

como los sauces junto a las corrientes de agua.

5 [7635] Éste dirá: «Yo soy de Yahvé»,

aquél llevará el nombre de Jacob;

y otro escribirá sobre su mano: «De Yahvé»,

y se dará el sobrenombre de Israel”.

Vanidad de los ídolos

6 [7636] Así dice Yahvé, el rey de Israel,

y su redentor, Yahvé de los ejércitos:

“Yo soy el primero y el último;

y fuera de Mí no hay dios alguno.

7 [7637] ¿Quién hay como Yo

—que hablen, que lo declaren

y que me lo expliquen—

desde que establecí un pueblo eterno?

Y que muestren lo que ha de suceder y las cosas futuras.

8 No tengáis miedo ni os amedrentéis.

¿No lo anuncié desde antiguo y lo predije?

Vosotros me sois testigos.

¿Hay acaso dios alguno fuera de Mí?

¿O hay acaso (otra) Roca? No la conozco.

9 Todos los hacedores de imágenes son vanidad, y de nada les aprovecharán las obras que aman; estas mismas, sus testigos, no ven, y nada entienden, para vergüenza suya.

10 Quien formó un dios o fundió una imagen, de nada le sirve.

11 He aquí que cuantos tienen parte en eso serán avergonzados; sus artífices no son más que hombres; congréguense todos y preséntense; temblarán todos y quedarán confundidos.

12 [7638] El herrero trabaja con la herramienta, forja su obra en las ascuas, y la forma con el martillo; pero mientras la forja con su fuerte brazo, tiene hambre, y le faltan las fuerzas; si no bebe agua desfallece.

13 El que trabaja la madera extiende la cuerda, traza (la imagen) con el lápiz, le da forma con el cincel, con el compás marca sus dimensiones, y así logra la imagen de un hombre, una hermosa figura humana, destinada a habitar en una casa.

14 Corta cedros, toma un roble o una encina, que cultivó entre los árboles del bosque; o planta un pino que la lluvia hace crecer.

15 De (estos árboles) se sirve el hombre para combustible, para calentarse y cocer su pan por medio del fuego; mas (de esa misma leña) se fabrica también un dios y le adora, confecciona una imagen y se postra ante ella.

16 Quema la mitad en el fuego, con la otra mitad cuece la carne para comer, prepara el asado, y se sacia; y cuando se calienta dice: “Ah, tengo calor, siento la llama.”

17 Y de lo que sobra hace un dios para ídolo suyo, ante el cual se postra, para adorarlo y suplicarle, diciendo: “Líbrame, porque tú eres mi dios.”

18 No saben, ni entienden, porque tienen embarrados sus ojos para que no vean, y su corazón no llega a comprender.

19 No recapacitan, no tienen ciencia ni inteligencia para decirse: “La mitad la he quemado en el fuego, y sobre sus brasas he cocido pan, he asado carne, y la he comido; ¿y del resto haré un ídolo, me postraré delante del tronco de un árbol?”

20 [7639] (El hombre) se apacienta de ceniza, le extravía su corazón engañado, no puede salvar su alma, ni decir: “¿No es una mentira lo que tengo en mi mano derecha?”

Dios salva a Israel por pura misericordia

21 Acuérdate de estas cosas, oh Jacob,

y tú, Israel, pues eres mi siervo.

Yo te he formado, siervo mío eres tú;

Yo no te olvidaré, oh Israel.

22 [7640] He borrado, como nube, tus pecados,

y como niebla tus maldades.

Conviértete a Mí, porque Yo te he rescatado.

23 Cantad, cielos, porque Yahvé ha hecho esto,

exultad, profundidades de la tierra,

prorrumpid en júbilo, oh montañas,

tú, selva y todo árbol que hay en ella;

porque Yahvé ha rescatado a Jacob,

y manifestado su gloria en Israel.

24 Así dice Yahvé, tu Redentor, el que te formó desde el seno materno:

“Yo soy Yahvé, Hacedor de todas las cosas;

Yo solo desplegué los cielos

y afirmé la tierra sin que nadie estuviera conmigo.

25 Yo anulo los presagios de los impostores,

y quito el juicio a los adivinos;

Yo hago retroceder a los sabios,

y convierto en necedad su ciencia.

26 [7641] Yo soy el que confirma

la palabra de su siervo,

y lleva a cabo el consejo de sus mensajeros;

el que dice de Jerusalén:

«Será (de nuevo) habitada»,

y de las ciudades de Judá:

«Serán reedificadas,

Yo levantaré sus ruinas.»

27 Yo soy el que dice al abismo:

«Sécate, pues Yo secaré tus ríos»;

28 [7642] el que dice a Ciro: «Pastor mío eres»,

pues cumplirá toda mi voluntad,

Yo soy el que dice a Jerusalén: «Serás reedificada»,

y al Templo: «Serás fundado» (de nuevo)

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Isaías 45

Ciro, el libertador de Israel

1 [7643] Así dice Yahvé a su ungido,

a Ciro, a quien he tomado de la derecha,

para derribar delante de él naciones,

y desceñir la cintura de reyes;

para abrir ante él las puertas

a fin de que las puertas no le estén cerradas:

2 [7644] “Yo iré delante de ti,

y allanaré los caminos escabrosos,

romperé las puertas de bronce.

y haré añicos los cerrojos de hierro.

3 Te daré los tesoros escondidos,

y las riquezas de lugares secretos,

para que sepas que Yo, Yahvé; soy el Dios de Israel,

el que te llamo por tu nombre.

4 [7645] Por amor de Jacob, mi siervo,

y por amor de Israel, mi escogido,

te llamé por tu nombre;

te puse nombre cuando no me conocías aún.

5 Yo soy Yahvé, y no hay otro;

fuera de Mí no hay Dios alguno.

Yo te ceñí cuando no me conocías,

6 a fin de que sepan (todos), desde el Oriente hasta el Occidente,

que no hay ninguno fuera de Mí.

Yo soy Yahvé, y no hay otro.

7 [7646] Yo formo la luz, y creo las tinieblas;

doy la prosperidad y causo el mal;

Yo, Yahvé, hago todas estas cosas.

8 [7647] Derramad, oh cielos, desde arriba el rocío,

y lluevan las nubes la justicia;

ábrase la tierra y produzca la salvación;

y brote juntamente con ella la justicia.

Yo, Yahvé, soy autor de estas cosas.”

9 [7648] ¡Ay de aquel que disputa con su Creador,

y no es más que un tiesto

entre los tiestos de barro!

¿Dirá acaso el barro al alfarero: “¿Qué es lo que haces?,

tu obra no tiene valor.”?

10 ¡Ay del que dice al padre: “¿Por qué engendras?”

y a la mujer: “¿Por qué das a luz?”

11 Esto dice Yahvé.

el Santo de Israel y su Hacedor:

“¿Acaso me vais a preguntar sobre las cosas venideras,

y darme preceptos respecto de mis hijos y la obra de mis manos?

12 Yo hice la tierra, y creé en ella al hombre;

Yo, mis mismas manos desplegaron los cielos,

y Yo doy mis órdenes a toda su milicia.

13 En mi justicia suscité un (libertador),

y allano todos sus pasos.

Él edificará mi ciudad

y dará libertad a mis cautivos,

sin rescate y sin dádivas.”

Así dice Yahvé de los ejércitos.

La conversión de las naciones

14 [7649] Así dice Yahvé:

“Las labores de Egipto y las ganancias de Etiopia,

y los sabeos, hombres de elevada estatura,

pasarán a ti, y serán tuyos;

marcharán en pos de ti, en cadenas pasarán;

se prosternarán delante de ti, suplicándote:

«Solamente en medio de ti está Dios,

y no hay otro Dios, no hay absolutamente ninguno.»

15 [7650] Verdaderamente Tú eres un Dios escondido,

el Dios de Israel, el Salvador.

16 Avergonzados y cubiertos de ignominia han quedado todos;

llenos de oprobio se van a una los fabricantes de ídolos.

17 Israel, empero, es salvado por Yahvé con salvación eterna;

no seréis avergonzados ni confundidos nunca jamás.”

18 Porque así dice Yahvé,

el que creó los cielos, ese mismo Dios

que formó la tierra y la afirmó.

No hizo de ella un caos,

sino que la formó para ser habitada.

“Yo soy Yahvé, y no hay otro.

19 [7651] No he hablado en secreto,

en algún lugar oscuro del mundo;

tampoco he dicho a la estirpe de Jacob:

«Buscadme en vano.»

Yo, Yahvé, digo lo que es justo,

anuncio lo que es recto.

20 [7652] Congregaos, y venid; acercaos todos

los que habéis escapado de las naciones.

Son necios los que llevan su ídolo de madera,

invocando a un dios que no puede salvar.

21 Publicadlo, y hacedlos venir; y deliberen unos con otros.

¿Quién anunció desde antiguo estas cosas?

¿quién las predijo desde entonces?

¿No fui Yo, Yahvé?

Pues fuera de Mí no hay otro Dios.

(Yo soy el) Dios justo y salvador, no hay sino Yo.

22 Convertíos a Mí, y seréis salvos,

todos los términos de la tierra;

porque Yo soy Dios, y no hay otro.

23 [7653] Por Mí mismo lo juro;

de mi boca sale justicia,

y (mi) palabra no será revocada,

pues ante Mí se doblará toda rodilla,

y toda lengua prestará juramento.”

24 Se dirá de Mí:

“Solamente en Yahvé hay justicia y fuerza.”

Vendrán a Él y serán avergonzados

todos los que contra Él se agitan.

25 [7654] En Yahvé serán justificados

y glorificados todos los hijos de Israel.

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Isaías 46

Destrucción de los ídolos de Babilonia

1 [7655] Bel se dobla, Nebo se encorva;

sus imágenes son puestas

sobre bestias y jumentos;

esos (ídolos) que solíais llevar,

son para las bestias carga abrumadora.

2 Se encorvan y se postran a una,

no pueden salvar al que los lleva,

porque ellos mismos son llevados cautivos.

3 [7656] Escuchadme, casa de Jacob,

y todo lo que queda de la casa de Israel;

vosotros, los que llevo Yo desde el nacimiento,

y que sois mi carga desde el seno materno.

4 Hasta vuestra vejez soy Yo el mismo,

y os soportaré hasta que encanezcáis.

Ya lo hice, y seguiré llevándoos;

cargaré con vosotros y os salvaré.

5 ¿A quién queréis compararme?

¿A quién igualarme?

¿Con quién parangonarme, para que seamos semejantes?

6 Sacan ellos del bolsillo el oro,

y pesan la plata en la balanza;

pagan a un platero,

para que les haga un dios,

ante el cual se postran y adoran.

7 Lo cargan sobre los hombros y lo llevan,

lo colocan en su lugar y allí se queda,

sin moverse de su sitio.

Aun cuando le invocan no responde,

ni los salva de la tribulación.

8 [7657] Recordad esto, y sed hombres; tenedlo en cuenta,

oh transgresores de la Ley.

9 Acordaos de lo que pasó desde los tiempos antiguos;

que Yo soy Dios, y no hay otro.

Yo soy Dios, y no hay

quien sea semejante a Mí.

10 [7658] Yo anuncio desde el principio lo que ha de venir,

y mucho tiempo antes lo que aún no se ha hecho.

Yo digo: “Mi designio subsistirá,

ejecutaré tocia mi voluntad.”

11 [7659] Yo llamo del Oriente un ave de rapiña,

y de tierra remota a un varón que Yo he designado.

Lo he dicho y lo cumpliré,

lo he ideado, y lo voy a realizar.

12 Escuchadme hombres de duro corazón,

que estáis lejos de la justicia.

13 Yo hago venir mi justicia, que no está lejos,

y mi salvación que no tardará.

Yo pondré en Sión la salud,

y mi gloria en Israel.

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Isaías 47

Caída de Babilonia

1 [7660] Baja y siéntate en el polvo,

oh virgen, hija de Babilonia,

siéntate en el suelo sin trono,

hija de los caldeos;

pues ya no te llamarán tierna y delicada.

2 Toma la rueda del molino y muele harina,

quítate el velo,

despójate de la falda de tu vestido;

desnuda las piernas y vadea los ríos.

3 Se descubrirá tu desnudez,

se verán tus vergüenzas.

Yo tomaré venganza,

y no perdonaré a nadie.

4 Nuestro redentor tiene por nombre

Yahvé de los ejércitos, el Santo de Israel.

5 Siéntate en silencio, escóndete en tinieblas, hija de los caldeos,

pues ya no te llamarán señora de reinos.

6 [7661] Estando Yo irritado contra mi pueblo,

herí mi herencia,

y los entregué en tu mano.

Pero tú no tuviste compasión de ellos,

hasta sobre los ancianos

agravaste en extremo tu yugo.

7 Dijiste: “Para siempre seré señora”,

no reflexionaste sobre estas cosas

ni pensaste en su fin.

8 [7662] Escucha esto, oh voluptuosa,

tú que habitas en seguridad,

y decías en tu corazón: “Yo, y no hay más que yo,

no quedaré viuda, nunca me veré sin hijos.”

9 [7663] Precisamente estas dos cosas

vendrán de repente sobre ti,

en un mismo día perderás los hijos

y quedarás viuda.

Vendrán sobre ti en toda su plenitud,

a pesar de tus muchas hechicerías

y de tus poderosos encantamientos.

10 [7664] Confiada en tu maldad,

pensabas: “Nadie me ve.”

Tu sabiduría y tu ciencia te han engañado,

por lo cual dijiste en tu corazón:

“Yo, y no hay más que yo.”

11 Vendrá sobre ti la calamidad,

y no sabrás conjurarla;

caerá sobre ti una desgracia

que no podrás alejar,

y te sobrevendrá de repente la ruina sin que lo sepas.

12 Sigue sumida en tus encantamientos,

y en tus muchas hechicerías,

en las cuales te has ejercitado desde tu mocedad.

Tal vez puedan servirte; quizás infundas (con ellas) espanto.

13 Estás cansada de tantas consultas;

preséntense y te salven los que observan el cielo,

los que contemplan las estrellas,

los que en cada novilunio te presagian

lo que ha de venir sobre ti.

14 [7665] He aquí que son como paja

que el fuego consume;

no pueden librarse de la llama.

No son ascuas calentadoras,

ni fuego delante del cual uno pueda sentarse.

15 [7666] Así serán para ti aquellos por quienes te has esforzado,

aquellos con quienes has traficado

desde tu juventud.

Se dispersarán cada cual por su camino,

no hay quien te salve.

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Isaías 48

Incredulidad de Israel

1 [7667] Oídlo, casa de Jacob,

los que lleváis el nombre de Israel,

y habéis salido de la fuente de Judá;

los que juráis por el nombre de Yahvé

y celebráis al Dios de Israel,

más no en verdad, ni con rectitud,

2 aunque lleváis el nombre de la ciudad santa,

y os apoyáis en el Dios de Israel,

cuyo nombre es Yahvé de los ejércitos.

3 [7668] Yo anuncié mucho antes las cosas pasadas;

salieron de mi boca, y las di a conocer;

de repente obré y se cumplieron.

4 [7669] Pues sabía Yo que eres dura,

que tu cerviz es de nervios de hierro,

y tu frente de bronce.

5 Por eso te las anuncié muy de antemano,

antes que se cumplieran las di a conocer,

a fin de que nunca dijeses: “Mi ídolo las ha hecho;

mi estatua, mi imagen fundida las ha ordenado.”

6 [7670] Todo lo que oíste, ahora lo ves.

Y vosotros, ¿no queréis anunciarlo?

Desde ahora te doy a conocer cosas nuevas,

cosas ocultas que tú no conoces.

7 Han sido creadas ahora y no en tiempos antiguos;

antes del día de hoy no oíste hablar de ellas,

a fin de que no dijeras: “He aquí, ya lo sabía.”

8 [7671] Tú nada oíste, nada sabías,

nada percibiste de antemano con tus oídos,

pues Yo sabía que eres muy infiel

y que tu nombre es “Rebelde”, desde que naciste.

9 A causa de mi Nombre detengo mi ira,

y por mi gloria tengo paciencia contigo

para no exterminarte.

10 [7672] Mira, te he acrisolado, mas no (hallé) plata,

te he probado en el horno de la aflicción.

11 Por Mí, por amor mío hago esto,

porque no permito que me blasfemen,

y mi gloria no cedo a ningún otro.

Nueva predicción de la liberación

12 [7673] Escúchame, Jacob, y tú, Israel,

a quien he dado mi nombre: Yo soy;

Yo soy el primero, y soy también el último.

13 Mi mano fundó la tierra,

y mi derecha extendió los cielos;

Yo los llamo, y se presentan a una.

14 Congregaos, todos vosotros, y escuchad:

¿Quién de entre ellos ha anunciado esto?

Aquel a quien ama Yahvé

ejecutará la voluntad de Él contra Babilonia,

y su brazo (se levantará) contra los caldeos.

15 Yo, Yo he hablado, y Yo le he llamado,

Yo le hice venir, y su empresa será coronada de éxito.

16 [7674] Acercaos a Mí, oíd esto: Desde el principio

nunca he hablado en secreto,

y cuando se cumplan estas cosas, Yo estoy allí

—mas ahora Yahvé, el Señor, me ha enviado con su espíritu—,

17 [7675] Así dice Yahvé, tú redentor, el Santo de Israel:

Yo soy Yahvé, tú Dios, que te enseño cosas provechosas;

que te conduce por el camino que debes seguir.

18 [7676]

¡Ojalá hubieras atendido mis mandamientos!

entonces tu paz sería como un río,

y tu justicia como las olas del mar.

19 Tu descendencia sería como la arena,

y como sus granitos el fruto de tus entrañas.

No sería cortado

ni destruido delante de Mí tu nombre.

20 [7677] ¡Salid de Babilonia, huid de los caldeos!

Anunciadlo con voz de júbilo, publicad esta nueva,

hacedla llegar hasta los confines de la tierra.

Decid: “Yahvé ha rescatado a su siervo Jacob.

21 Y no padecieron sed, cuando los condujo por el desierto;

de la peña les hizo salir agua,

hendió la peña, y brotaron las aguas.

22 [7678] No hay paz para los malvados, dice Yahvé.

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II. La obra expiatoria del Siervo de Yahvé

Isaías 49

Vocación del Siervo de Dios

1 [7679] Oídme islas; prestad atención, pueblos lejanos:

Yahvé me llamó desde el seno materno,

desde las entrañas de mi madre

se acordó de mi nombre.

2 [7680] Él hizo mi boca cual espada afilada,

me escondió, bajo la sombra de su mano

me convirtió en saeta aguda,

dentro de su aljaba me tenía guardado.

3 [7681] Y me dijo: “Tú eres mi siervo,

oh, Israel, en ti me glorificaré.”

4 [7682] Mas yo dije: “En vano me he fatigado,

de balde e inútilmente he consumido mis fuerzas;

pero mi causa está en manos de Yahvé,

y mi recompensa en manos de mi Dios.”

5 [7683] Ahora dice Yahvé,

el que desde el seno materno

me formó para siervo suyo,

para conducir a Jacob nuevamente a Él,

y para reunir con Él a Israel

—pues soy glorioso a los ojos de Yahvé,

y mi Dios es mi fuerza—.

6 [7684] Así dice: “Poca cosa es que tú me sirvas

para restaurar las tribus de Jacob,

y convertir a los sobrevivientes de Israel;

por lo cual te pondré

por luz de las naciones,

para que llegue mi salvación hasta los términos de la tierra.”

7 [7685] Así dice Yahvé,

el Redentor de Israel y su Santo,

al despreciado entre los hombres,

al abominado de las gentes,

al esclavo de los tiranos:

“Reyes verán y se levantarán;

príncipes, y se postrarán

en honor de Yahvé, que es fiel,

por amor del Santo de Israel,

que te ha escogido.”

Liberación de los cautivos

8 [7686] Así dice Yahvé:

“Al tiempo de la gracia te escucho,

y en el día de la salvación

vengo a auxiliarte;

Yo te he constituido

y puesto por alianza del pueblo,

a fin de restaurar el país

y repartir las heredades desoladas;

9 [7687] a fin de decir a los cautivos: «Salid»,

y a los que están en tinieblas: «Venid a la luz.»

En el camino encontrarán con qué alimentarse,

y sobre todos los cerros (hallarán) su pasto.

10 No tendrán hambre ni sed,

no les molestará viento solano ni sol;

porque los conducirá Aquel que de ellos se ha apiadado,

y a manantiales de agua los llevará.

11 Convertiré en caminos todos mis montes,

y mis calzadas se alzarán.

12 [7688] Mira cómo vienen de lejos;

éstos del norte y del oeste,

y aquéllos de la tierra de Sinim.”

13 Cantad, oh cielos, y tú, oh tierra, salta de gozo;

prorrumpid en júbilo, oh montañas;

porque Yahvé consuela a su pueblo,

y tiene compasión de sus pobres.

Consuelo de Sión

14 Dijo Sión: “Yahvé me ha abandonado,

el Señor se ha olvidado de mí.”

15 [7689] ¿Puede acaso la mujer olvidarse del niño de su pecho,

sin compadecerse del hijo de sus entrañas?

Y aun cuando ella pudiera olvidarle,

Yo no me olvidaría de ti.

16 [7690] He aquí que te tengo grabada en las palmas de mis manos,

tus muros están siempre delante de Mí.

17 Tus hijos vienen a prisa,

en cambio salen de ti tus devastadores y asoladores.

18 [7691] Alza tus ojos en torno de ti y mira:

todos ellos se han congregado para venir a ti.

“Vivo Yo”, dice Yahvé,

que de todos ellos te revestirás como de adorno,

y te los ceñirás como una novia.

19 Porque tus desiertos,

tus ruinas y tu tierra asolada,

(todo esto) será demasiado estrecho para los habitantes;

y los que te devoraban se habrán ido lejos.

20 Los hijos de tu orfandad

no dejarán de decir a tus oídos:

“El lugar es demasiado estrecho para mí;

dame espacio para habitar.”

21 Entonces dirás en tu corazón:

“¿Quién me los ha engendrado?

yo estaba privada de hijos y estéril,

cautiva y repudiada.

A éstos, pues, ¿quién los ha criado?

Cuando yo estaba sola, ¿dónde se hallaban ellos?”

Reyes y pueblos servirán a Sión

22 [7692] Así dice Yahvé el Señor:

“Ved que alzaré mi mano hacia las naciones,

hacia los pueblos levantaré mi bandera;

y ellos traerán a tus hijos sobre los pechos,

y a tus hijas las llevarán sobre los hombros.

23 Reyes serán tus ayos,

y sus reinas tus amas de leche;

rostro por tierra, se postrarán delante de ti,

y lamerán el polvo de tus pies.

Entonces conocerás que Yo soy Yahvé

y que jamás serán avergonzados los que en Mí confían.”

24 ¿Acaso puede quitársele el botín al fuerte,

o escaparse el que de derecho es cautivo?

25 [7693] Sin embargo, esto dice Yahvé:

“Al fuerte le serán quitados los cautivos,

y al opresor le será quitado el botín,

porque Yo pelearé con los que pelean contigo,

y Yo salvaré a tus hijos.

26 A tus opresores les daré de comer sus propias carnes;

y se embriagarán con su propia sangre, como con vino nuevo;

y sabrán todos los hombres que Yo, Yahvé, soy tu libertador,

y tú redentor, el Fuerte de Jacob.

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Isaías 50

Infidelidad de Israel

1 [7694] Así dice Yahvé:

“¿Dónde está el libelo de repudio de vuestra madre,

por el cual la he repudiado?

¿O quién es ese acreedor mío,

al cual os he vendido?

He aquí que por vuestras maldades fuisteis vendidos,

y por vuestros pecados fue repudiada vuestra madre.

2 [7695] ¿Por qué, cuando Yo vine, no hubo nadie,

y cuando llamé nadie me contestó?

¿Se ha acortado acaso mi brazo,

de suerte que no pueda redimir?

¿O no tengo fuerza para salvar?

Mirad, con una amenaza mía seco el mar,

y torno los ríos en desierto;

se pudren sus peces por falta de agua,

y mueren de sed.

3 Yo visto los cielos de tinieblas,

y los cubro con saco.”

Fidelidad del Siervo de Yahvé

4 [7696] Yahvé, el Señor, me ha dado lengua de discípulo

para que sepa yo sostener con palabras a los abatidos.

Mañana tras mañana (me) despierta;

me despierta el oído para que escuche como discípulo.

5 [7697] Yahvé, el Señor, me ha abierto el oído;

y no fui rebelde, ni me volví atrás.

6 [7698] Entregué mi espalda a los que me herían,

y mis mejillas a los que me mesaban la barba;

no escondí mi rostro

ante los que me escarnecían y escupían.

7 Pues Yahvé, el Señor, es mi auxiliador;

por eso no he sido confundido;

y así he hecho mi rostro como pedernal,

y sé que no quedaré avergonzado.

8 Cerca está el que me justifica.

¿Quién quiere contender conmigo? ¡Presentémonos juntos!

¿Quién es mi adversario? ¡Comparezca ante mí!

9 He aquí que Yahvé es mi auxiliador.

¿Quién podrá condenarme?

He aquí que todos ellos serán consumidos como un vestido;

la polilla los devorará.

10 Quien de vosotros es temeroso de Yahvé,

oiga la voz de su siervo.

Quien anda en tinieblas y no tiene luz,

¡confíe en el nombre de Yahvé,

y apóyese en su Dios!

11 [7699] Más todos vosotros prendéis el fuego,

y os armáis de saetas incendiarias.

¡Andad a la lumbre de vuestro fuego,

y en medio de las saetas incendiarias que habéis encendido!

De mi mano os vendrá esto:

yaceréis entre dolores.

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Isaías 51

Certeza de la salvación

1 [7700] Oídme, los que seguís la justicia

y buscáis a Yahvé.

Mirad la roca de la cual habéis sido cortados,

el profundo manantial de donde habéis sido sacados.

2 Mirad a Abrahán, vuestro padre,

y a Sara, que os dio a luz;

pues así como le llamé a él que era solo,

y le bendije, y le multiplique,

3 [7701] así Yahvé consolará a Sión,

consolará todas sus ruinas

y convertirá su desierto en paraíso,

y su soledad en jardín de Yahvé,

donde habrá gozo y alegría,

alabanza y voz de júbilo.

4 Escuchadme, oh pueblo mío,

prestadme oído, nación mía;

porque de Mí viene la Ley,

y estableceré mi derecho

para luz de los pueblos.

5 [7702] Está por venir mi justicia,

mi salvación está en camino,

y mi brazo regirá los pueblos;

en Mí esperan las islas

y confían en mi brazo.

6 [7703] Alzad vuestros ojos al cielo,

y mirad hacia abajo, a la tierra;

porque los cielos se disiparán como humo,

y la tierra se envejecerá como un vestido.

De igual modo morirán los que la habitan;

pero mi salvación durará eternamente,

y mi justicia no tendrá fin.

7 Escuchadme, los que conocéis la justicia,

tú, pueblo, en cuyo corazón está mi Ley.

No temáis el oprobio de los hombres,

y ante sus afrentas no os asustéis.

8 Porque como a vestido los comerá la polilla,

y, como a lana, los consumirá el gusano;

mas mi justicia durará eternamente,

y mi salvación de generación en generación.

9 [7704]

¡Despierta, despierta,

vístete de fortaleza, oh brazo de Yahvé!

¡Álzate, como en los días antiguos,

como en las generaciones pasadas!

¿No eres Tú quien aplastaste a Rahab

y traspasaste al dragón?

10 ¿No eres Tú el que enjutó la mar,

las aguas del grande abismo?

¿El que convirtió en camino

las profundidades del mar,

para que pasaran los rescatados?

11 [7705] Volverán los rescatados de Yahvé;

con cantos de júbilo entrarán en Sión,

coronada la cabeza con alegría eterna.

El gozo y la alegría serán su heredad,

y huirán el dolor y el llanto.

12 Yo, Yo soy vuestro consolador.

¿Quién eres tú para temer a un hombre mortal,

a un hijo de hombre que no es más que heno?

13 Y te olvidas de Yahvé, tu Creador,

que extendió los cielos y cimentó la tierra.

Tiemblas continuamente, todos los días,

ante el furor del opresor,

listo para destruirte.

¿Dónde está ahora el furor del opresor?

14 [7706] Presto será libertado el encorvado;

no morirá en la fosa,

ni le faltará su pan.

15 Yo soy Yahvé, tu Dios, que agito el mar,

de modo que se embravezcan sus olas.

Yahvé de los ejércitos es su nombre.

Sión beberá el cáliz de la ira, después será librada

16 [7707] Yo he puesto mis palabras en tu boca,

y te he cobijado bajo la sombra de mi mano,

para plantar cielos y fundar una tierra,

y para decir a Sión: “Tú eres mi pueblo.”

17 [7708] ¡Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén,

tú que bebiste de la mano de Yahvé el cáliz de su ira;

hasta las heces has bebido el cáliz

que causa vértigo.

18 De todos los hijos que ha dado a luz

no hay quien la conduzca,

y entre todos los hijos que ha criado

no hay quien la lleve de la mano.

19 Cayeron sobre ti estas dos clases de males:

— ¿quién se compadece de ti?—

devastación y quebranto, hambre y espada;

¿quién te consolará?

20 Desfallecidos yacen tus hijos

en las encrucijadas de todas las calles,

como antílope en la red,

cubiertos de la ira de Yahvé,

de la indignación de tu Dios.

21 Por tanto, oye esto, oh afligida,

tú, oh embriagada, pero no de vino.

22 Así dice Yahvé, tu Señor y tu Dios,

que defiende la causa de su pueblo:

“He aquí que quito de tu mano el cáliz que causa vértigo,

el cáliz de mi furor;

ya no volverás a beberlo.

23 [7709] Lo pondré en manos de tus opresores, que te decían:

«Póstrate, para que pasemos por encima de ti»;

y tú pusiste como suelo tu dorso,

y eras camino para los que transitaban.”

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Isaías 52

Liberación gratuita de Israel

1 [7710] ¡Despierta, despierta,

vístete de tu fortaleza, oh Sión;

viste tus vestiduras de gala,

oh Jerusalén, ciudad santa!

pues el incircunciso y el inmundo

ya no volverán a entrar en ti.

2 ¡Sacúdete el polvo, levántate,

toma asiento, oh Jerusalén;

desata las ligaduras de tu cuello,

oh cautiva, hija de Sión!

3 [7711] Porque así dice Yahvé: “De balde fuisteis vendidos, y sin dinero seréis rescatados.”

4 [7712] Pues esto dice Yahvé, el Señor: Al principio bajó mi pueblo a Egipto, para habitar allí; y Asiria lo oprimió sin causa.

5 Y ahora, ¿qué hago yo aquí?, dice Yahvé; porque mi pueblo ha sido llevado por nada. Aúllan sus tiranos, dice Yahvé, y continuamente día por día es blasfemado mi Nombre.

6 Por eso mi pueblo conocerá mi Nombre; (conocerá) en aquel día que soy Yo quien dice: “Heme aquí.”

La buena nueva del regreso de los cautivos

7 [7713] Cuan hermosos sobre los montes

los pies del mensajero de albricias,

que trae la buena nueva de la paz,

que anuncia felicidad y pregona la salvación;

diciendo a Sión: “Reina tu Dios.”

8 (Se oye) la voz de tus atalayas;

alzan el grito y prorrumpen en cánticos todos,

porque con sus propios ojos

ven el retorno de Yahvé a Sión.

9 [7714] Saltad de júbilo, cantad a una,

ruinas de Jerusalén;

pues Yahvé ha consolado a su pueblo,

ha rescatado a Jerusalén.

10 [7715] Yahvé ha revelado su santo brazo

a la vista de todas las naciones,

y todos los confines de la tierra

verán la salvación obrada por nuestro Dios.

11 [7716] Marchad, marchaos, salid de allí;

no toquéis cosa inmunda;

salid de en medio de ella;

purificaos, los que lleváis

el equipaje de Yahvé.

12 Pues no saldréis precipitadamente,

ni partiréis como fugitivos,

porque vuestra vanguardia es Yahvé,

y vuestra retaguardia el Dios de Israel.

La figura del Siervo de Yahvé

13 [7717] He aquí que mi Siervo está lleno de sabiduría,

será grande, excelso y ensalzado sobremanera.

14 [7718] Pero muchos se pasmarán de él

—tan desfigurado está, su aspecto ya no es de hombre,

y su figura no es como la de los hijos de los hombres—.

15 [7719] Él rociará a muchas naciones;

y ante él los reyes cerrarán la boca,

al ver lo que no les había sido contado,

al contemplar lo que nunca habían oído.

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Isaías 53

Humillación y gloria del Siervo de Yahvé

1 [7720] ¿Quién ha creído nuestro anuncio,

y a quién ha sido revelado el brazo de Yahvé?

2 [7721] Pues creció delante de Él como un retoño,

cual raíz en tierra árida;

no tiene apariencia ni belleza para atraer nuestras miradas,

ni aspecto para que nos agrade.

3 [7722] Es un (hombre) despreciado, el desecho de los hombres,

varón de dolores y que sabe lo que es padecer;

como alguien de quien uno aparta su rostro,

le deshonramos y le desestimamos.

4 [7723] Él, en verdad, ha tomado sobre sí nuestras dolencias,

ha cargado con nuestros dolores,

y nosotros le reputamos como castigado,

como herido por Dios y humillado.

5 Fue traspasado por nuestros pecados,

quebrantado por nuestras culpas;

el castigo, causa de nuestra paz, cayó sobre él,

y a través de sus llagas hemos sido curados.

6 Éramos todos como ovejas errantes,

seguimos cada cual nuestro propio camino;

y Yahvé cargó sobre él

la iniquidad de todos nosotros.

7 [7724] Fue maltratado, y se humilló, sin decir palabra

como cordero que es llevado al matadero;

como oveja que calla ante sus esquiladores,

así él no abre la boca.

8 [7725] Fue arrebatado por un juicio injusto,

sin que nadie pensara en su generación.

Fue cortado de la tierra de los vivientes

y herido por el crimen de mi pueblo.

9 [7726] Se le asignó sepultura entre los impíos,

y en su muerte está con el rico,

aunque no cometió injusticia,

ni hubo engaño en su boca.

10 [7727] Yahvé quiso quebrantarle con sufrimientos;

mas luego de ofrecer su vida en sacrificio por el pecado,

verá descendencia y vivirá largos días,

y la voluntad de Yahvé será cumplida por sus manos.

11 [7728] Verá (el fruto) de los tormentos de su alma,

y quedara satisfecho.

Mi siervo, el Justo, justificará a muchos por su doctrina,

y cargará con las iniquidades de ellos.

12 [7729] Por esto le daré en herencia una gran muchedumbre,

y repartirá los despojos con los fuertes,

por cuanto entregó su vida a la muerte,

y fue contado entre los facinerosos.

Porque tomó sobre sí los pecados de muchos

e intercedió por los transgresores.

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Isaías 54

Fecundidad y gloria de la nueva Sión

1 [7730] Regocíjate, estéril, tú que estabas sin hijos,

prorrumpe en júbilo y gritos de alegría, tú que nunca estuviste de parto;

pues son más numerosos los hijos de la abandonada

que los hijos de aquella que tiene marido, dice Yahvé.

2 Dilata el lugar de tu tienda,

que se hagan más anchas las pieles de tu pabellón;

no seas parca en ello, alarga tus cuerdas,

y afianza tus estacas.

3 Pues te extenderás a la derecha y a la izquierda;

porque tu prole poseerá las naciones,

y poblará las ciudades desoladas.

4 [7731] No temas, pues no quedarás confundida;

no te avergüences, porque no tendrás de qué avergonzarte.

Te olvidarás de la vergüenza de tu juventud,

y no te acordarás más del oprobio de tu viudez.

5 [7732] Porque esposo tuyo es tu Creador,

cuyo nombre es Yahvé de los ejércitos,

y tú redentor es el Santo de Israel,

que se llama Dios de toda la tierra.

6 [7733] Pues Yahvé te ha llamado (de nuevo)

como a una mujer abandonada y afligida de espíritu,

como a la esposa de la juventud que ha sido repudiada,

dice tu Dios.

7 Por un breve momento te abandoné;

mas con gran misericordia te acogeré de nuevo.

8 En un desborde de ira

te oculté por un instante mi rostro;

pero con eterna misericordia tuve compasión de ti,

dice Yahvé, tu Redentor.

9 [7734] Pues esto es para Mí (como lo de) las aguas de Noé,

cuando juré que las aguas de Noé no inundarían más la tierra;

así he jurado no enfurecerme más contra ti,

ni amenazarte.

10 [7735] Aun cuando se muevan los montes

y vacilen los collados,

mi misericordia no se alejará de ti,

y no vacilará mi alianza de paz,

dice el que se compadece de ti, Yahvé.

La nueva Jerusalén

11 [7736] Pobrecita, azotada por la tempestad, y que estás sin consuelo,

he aquí que Yo asentaré tus piedras

sobre carbunclos, y te cimentaré sobre zafiros.

12 Construiré tus almenas con rubíes,

tus puertas con piedras de cristal;

y toda tu muralla con piedras preciosas.

13 [7737] Todos tus hijos serán instruidos por Yahvé,

y gozarán de abundancia de paz.

14 Serás restablecida en justicia;

y estarás lejos de la opresión, pues nada tendrás que temer;

y lejos del espanto, el cual no te alcanzará más.

15 [7738] Si (enemigos) se juntan contra ti, no es de parte mía;

cuantos se juntaren contra ti, delante de ti caerán.

16 [7739] He aquí que Yo he hecho al herrero,

que sopla las brasas del fuego

y forja el arma para su obra.

Yo he hecho también al devastador para destruir.

17 [7740] Toda arma forjada contra ti será ineficaz,

y tú condenarás toda lengua que se mueva para juzgarte.

Ésta es la herencia de los siervos de Yahvé

y la justicia que de Mí les vendrá —oráculo de Yahvé.

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Isaías 55

Exhortación a aprovechar la salud mesiánica

1 [7741] ¡Oh vosotros, sedientos todos,

venid a las aguas!

Venid también los que no tenéis dinero,

comprad y comed;

sí, venid y comprad, sin dinero y sin pago,

vino y leche.

2 [7742] ¿Por qué pagáis dinero por lo que no es pan,

y os fatigáis por lo que no puede saciaros?

¡Escuchadme con atención

y comeréis lo que es bueno,

y vuestra alma se recreará

con pingües manjares!

3 [7743] Prestad vuestro oído y venid a Mí;

escuchad, y vivirá vuestra alma,

y Yo/ haré con vosotros una alianza eterna

(según) las misericordiosas promesas

dadas a David.

4 [7744] Mira, Yo le he constituido como testigo para los pueblos,

como caudillo y maestro de las naciones.

5 [7745] He aquí que llamarás a pueblos que no conocías,

y naciones que te eran desconocidas correrán hacia ti

por amor de Yahvé, tu Dios,

y del Santo de Israel, pues Él te ha glorificado.

6 Buscad a Yahvé mientras puede ser hallado,

invocadle mientras está cerca.

7 [7746] Deje el impío su camino,

y el hombre inicuo sus designios,

y conviértase a Yahvé, que tendrá de él misericordia,

y a nuestro Dios, porque es rico en perdonar.

8 [7747] Pues mis pensamientos

no son vuestros pensamientos,

y vuestros caminos

no son mis caminos, dice Yahvé.

9 Así como el cielo es más alto que la tierra,

así mis caminos son más altos que vuestros caminos,

y mis pensamientos que vuestros pensamientos.

10 Como la lluvia y la nieve bajan del cielo,

y no vuelven allá,

sino que empapan la tierra,

y la fecundan y hacen germinar,

para que dé simiente al que siembra, y pan al que come;

11 [7748] así será la palabra mía que sale de mi boca:

no volverá a Mí sin fruto,

sin haber obrado lo que Yo quería,

y ejecutado aquellas cosas que Yo le ordenara.

12 [7749] Partiréis con gozo,

y en paz seréis conducidos;

los montes y los collados os aclamarán con júbilo,

y todos los árboles del campo batirán palmas.

13 En vez de los espinos crecerá el abeto,

y en lugar de la zarza, el mirto;

y será esto para gloria de Yahvé,

para señal eterna que jamás desaparecerá.

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Isaías 56

Vocación de los gentiles

1 Así dice Yahvé:

“Observad el derecho y practicad la justicia;

porque pronto vendrá mi salvación,

y va a revelarse mi justicia.”

2 [7750] Bienaventurado el hombre que así obra,

y el hijo del hombre

que a esto se atiene,

que observa el sábado sin profanarlo,

y que guarda su mano de toda obra mala.

3 [7751] No diga el extranjero que se ha adherido a Yahvé:

“Yahvé me excluye totalmente de su pueblo”,

ni diga el eunuco:

“He aquí que soy un árbol seco.”

4 [7752] Porque así dice Yahvé a los eunucos

que guardan mis sábados

y escogen lo que me es grato

y se atienen a mi alianza:

5 “Yo les daré en mi Casa y dentro de mis muros,

valor y nombre, mejor que hijos e hijas;

les daré un nombre eterno que nunca perecerá.

6 Y a los extranjeros que se unen a Yahvé, para servirle,

y para amar el nombre de Yahvé,

y ser sus siervos;

a cuantos guardan el sábado sin profanarlo

y se atienen a mi alianza,

7 [7753] los conduciré a mi santo monte,

y los llenaré de gozo en mi Casa de oración;

sus holocaustos y sus sacrificios

serán gratos sobre mi altar:

porque mi Casa será llamada

Casa de oración para todos los pueblos.”

8 [7754] Oráculo de Yahvé, el Señor, que recoge a los desterrados de Israel:

“Conduciré hacia él también a otros, además de los ya recogidos.”

Contra los malos pastores

9 [7755] Todas las bestias del campo, venid y comed,

y vosotras, todas las fieras del bosque.

10 Los atalayas de (Israel) son ciegos todos, no entienden nada;

todos son perros mudos que no pueden ladrar;

soñolientos, dormilones que aman el sueño.

11 Y estos perros son voraces, jamás se hartan;

los mismos pastores no entienden,

cada uno de ellos sigue su propio camino;

cada cual va tras su propio interés,

hasta el último.

12 [7756]

“Venid, yo traeré vino

y tomaremos bebidas embriagantes;

y mañana será como hoy,

día grande, muy grande.”

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Isaías 57

Contra la idolatría

1 [7757] El justo perece, y no hay quien se conduela;

son arrebatados los hombres piadosos,

y nadie advierte

que el justo es quitado

para eximirlo del mal.

2 Entra en la paz; descansan en sus moradas

los que anduvieron con rectitud.

3 [7758] Mas vosotros acercaos acá, hijos de la hechicera,

descendencia de la adúltera y de la ramera.

4 ¿De quién os burláis?

¿Contra quién ensancháis la boca y sacáis la lengua?

¿No sois hijos de pecado, linaje de mentira?

5 [7759] Os inflamáis de concupiscencia

bajo cada terebinto

y bajo todo árbol frondoso,

y sacrificáis a los niños

en los valles de los torrentes,

en las hendiduras de las rocas.

6 Las piedras del torrente serán tu herencia;

ellas, ellas son tu suerte,

porque a ellas les derramaste libaciones y les presentaste ofrendas.

¿Y por ello no he de indignarme?

7 [7760] Sobre un monte alto y encumbrado colocaste tu lecho,

y allí subes para inmolar víctimas.

8 [7761] Detrás de la puerta y los postes pusiste tu memorial,

y lejos de Mí te desnudaste,

allí subiste a tu lecho y lo ensanchaste,

vendiéndote a aquellos

cuyo comercio amabas, y cuyo signo veías.

9 [7762] Llevaste ungüentos al rey,

y multiplicaste tus unciones;

enviaste lejos a tus legados,

y descendiste hasta el scheol.

10 [7763] Te fatigaste en el largo camino,

pero no dijiste: “Es en vano.”

Hallaste cómo avivar tus fuerzas,

por eso no te debilitaste.

11 ¿A quién temiste, acongojada,

para renegar de Mí, para no acordarte de Mí,

ni parar mientes en ello?

¿No es porque Yo callaba desde largo tiempo?

Por eso no me tuviste miedo.

12 [7764] Ahora haré conocer cuál es tu justicia,

y cuáles tus obras que no te aprovecharán.

13 [7765] Cuando clames, ¡líbrete tu colección (de imágenes)!

Mas el viento se las llevará a todas;

un soplo las arrebatará:

pero el que se refugia en Mí, heredará la tierra,

y poseerá mi santo monte.

Mensaje de misericordia

14 Y se dirá: ¡Allanad, haced terraplenes,

despejad el camino; levantad los tropiezos del camino de mi pueblo!

15 [7766] Porque así dice el Alto, el Excelso,

cuya morada es eterna, y cuyo nombre es el Santo:

Yo habito en la altura y en la santidad,

y también en los (de corazón) contrito, y en los humildes de espíritu,

para vivificar el espíritu de los humildes,

y reanimar el corazón de los contritos.

16 Pues no para siempre quiero litigar,

ni guardar eternamente la ira;

porque desfallecería ante Mí el espíritu

de las vidas que Yo he creado.

17 [7767] Por culpa de su codicia me irrité y le castigué,

escondí (mi rostro) y me airé,

pero él en su perversidad

siguió los caminos de su corazón.

18 Yo he visto sus caminos, y le sanaré;

Yo seré su guía y le consolaré a él y a sus afligidos;

19 [7768] Yo que creo la paz, fruto de los labios,

paz para el que está lejos y para el que está cerca,

Yo le sanaré. Así dice Yahvé.

20 Mas los impíos son como un mar alborotado

que no puede calmarse

y cuyas aguas revuelven el barro y el lodo.

21 [7769] No hay paz para los impíos, dice mi Dios.

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III. Vaticinios sobre el reino mesiánico

Isaías 58

Piedad auténtica

1 [7770] Clama a voz en cuello y no ceses;

cual trompeta alza tu voz;

denuncia a mi pueblo sus maldades,

y a la casa de Jacob sus pecados.

2 [7771] Me buscan día tras día

y se deleitan en conocer mis caminos,

como si practicasen la justicia,

y no hubiesen abandonado la ley de su Dios.

Me piden juicios justos,

y pretenden acercarse a Dios.

3 [7772] (Dicen): “¿Por qué ayunamos, si Tú no lo ves?

¿Por qué hemos humillado nuestra alma,

si Tú te haces el desentendido?”

Es porque en vuestro día de ayuno andáis tras vuestros negocios

y apremiáis a todos vuestros trabajadores.

4 He aquí que ayunáis para hacer riñas y pleitos,

y para herir a otros, impíamente, a puñetazos.

No ayunéis como ahora,

si queréis que en lo alto se oiga vuestra voz.

5 ¿Es éste el ayuno que Yo amo?

¿(Es éste) el día en que el hombre

debe afligir su alma?

Encorvar la cabeza como el junco

y tenderse sobre saco y ceniza,

¿a esto llamáis ayuno,

día acepto a Yahvé?

El ayuno grato a Yahvé

6 [7773] El ayuno que Yo amo consiste en esto:

soltar las ataduras injustas,

desatar las ligaduras de la opresión,

dejar libre al oprimido y romper todo yugo,

7 [7774] partir tu pan con el hambriento,

acoger en tu casa a los pobres sin hogar,

cubrir al que veas desnudo,

y tratar misericordiosamente

al que es de tu carne.

8 [7775] Entonces prorrumpirá tu luz como la aurora,

y no tardará en brotar tu salvación;

entonces tu justicia irá delante de ti,

y detrás de ti la gloria de Yahvé.

9 [7776] Entonces clamaras, y Yahvé te responderá;

y si pides auxilio dirá: “Heme aquí”,

con tal que apartes de en medio de ti el yugo

y ceses de extender el dedo y hablar maldad.

10 [7777] Cuando abras tus entrañas al hambriento,

y sacies al alma afligida,

nacerá tu luz en medio de las tinieblas,

y tu obscuridad será como el mediodía.

11 Entonces Yahvé te guiará sin cesar,

hartará tu alma en tierra árida,

y dará fuerza a tus huesos;

serás como huerto regado,

y como manantial de agua,

cuyas aguas nunca se agotan.

12 [7778] Edificarás las ruinas antiguas;

levantarás los cimientos

echados hace muchas generaciones;

serás llamado reparador de brechas,

restaurador de caminos

para que allí se pueda habitar.

13 [7779] Cuando te abstengas de caminar en sábado,

y de hacer tú gusto en mi día santo;

cuando llames al sábado (día de) delicias,

(día) venerable y santo a Yahvé,

dejando tus caminos,

y no buscando tu propio placer

ni hablando cosas vanas,

14 [7780] entonces hallarás tu delicia en Yahvé;

te elevaré sobre las alturas de la tierra,

y te sustentaré con la herencia de tu padre Jacob;

porque la boca de Yahvé ha hablado.

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Isaías 59

Necesidad de la conversión

1 [7781] He aquí que la mano de Yahvé

no es tan corta para que no pueda salvar,

ni tan sordo su oído para que no pueda oír;

2 sino que vuestras iniquidades

os han separado de vuestro Dios,

y vuestros pecados han hecho que Él oculte de vosotros su rostro

para no oíros.

3 Porque vuestras manos están manchadas de sangre,

y de iniquidad vuestros dedos;

vuestros labios profieren mentira,

y vuestras lenguas dicen maldades.

4 [7782] No hay quien clame por la justicia,

ni juzgue con verdad.

Confían en vanidad y hablan perversidad,

conciben maldad y dan a luz iniquidad.

5 [7783] Empollan huevos de áspid,

y tejen telas de araña;

el que come de sus huevos muere,

y si un huevo se rompe, sale un basilisco.

6 Sus tejidos no sirven para vestidos;

no pueden vestirse con lo que tejen,

pues sus obras son obras de maldad,

y en sus manos llevan violencia.

7 [7784] Sus pies corren tras el mal,

y se apresuran a derramar sangre inocente;

sus pensamientos son pensamientos de iniquidad,

desolación y ruina hay a lo largo de sus senderos.

8 [7785] No conocen la senda de la paz,

ni hay justicia en sus caminos,

tuercen sus sendas;

quien anda por ellos no conoce la paz.

Confusión del pueblo

9 Por eso la rectitud está lejos de nosotros,

y no nos encuentra la justicia,

esperamos la luz, mas he aquí tinieblas;

la claridad del día, y caminamos a oscuras.

10 Palpamos la pared como ciegos;

andamos a tientas como los que no tienen ojos;

tropezamos en pleno día como si fuera de noche,

estamos en lugares oscuros como muertos.

11 Gruñimos todos como osos,

y como palomas gemimos sin cesar;

esperamos en la justicia, y no aparece;

en la salvación, que queda lejos de nosotros.

12 [7786] Pues son numerosos nuestros pecados delante de Ti,

y nuestras iniquidades dan testimonio contra nosotros;

porque nuestros pecados están delante de nosotros,

y conocemos nuestras iniquidades:

13 que hemos pecado y renegado de Yahvé,

que nos hemos retirado de nuestro Dios,

que hemos hablado palabras violentas y rebeldes,

que concebimos mentiras y las proferimos de nuestro corazón.

14 [7787] Por esto se ha retirado la rectitud,

y la justicia se mantiene lejos;

porque la verdad tropieza en la plaza,

y la rectitud no halla entrada.

15 La lealtad ha sido desterrada,

y es tratado como presa el que se aleja del mal.

Yahvé lo vio, y no le gustó que ya no hubiese justicia.

Yahvé salva a los arrepentidos

16 [7788] Vio que no había hombre (justo),

y se asombró de que nadie intercediera.

Entonces le ayudó su propio brazo,

y se apoyó en su justicia.

17 Se revistió de justicia, como de una coraza,

y (se puso) en la cabeza el yelmo de la salvación,

se cubrió de vestiduras de venganza,

y se envolvió en celo como en un manto.

18 [7789] Como las obras así la retribución;

ira para sus adversarios,

el pago correspondiente a sus enemigos;

hasta las islas recibirán su merecido.

19 Entonces temerán desde el occidente el nombre de Yahvé,

y desde el nacimiento del sol su gloria;

porque vendrá cual río impetuoso,

impelido por el Espíritu de Yahvé.

20 [7790] Vendrá como Libertador de Sión,

para (redimir) a los de Jacob

que se conviertan del pecado, dice Yahvé.

21 [7791] Y en cuanto a Mí,

éste será mi pacto con ellos, dice Yahvé:

“Mi Espíritu que está sobre ti,

y mis palabras que puse Yo en tu boca,

no se apartarán de tu boca,

ni de la boca de tus hijos,

ni de la boca de los hijos de tus hijos,

dice Yahvé, desde ahora y para siempre.”

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Isaías 60

Gloria de la nueva Jerusalén

1 [7792] Álzate y resplandece, porque viene tu lumbrera,

y la gloria de Yahvé brilla sobre ti.

2 [7793] Pues mientras las tinieblas cubren la tierra,

y densa oscuridad a las naciones,

se levanta sobre ti Yahvé,

y se deja ver sobre ti su gloria.

3 [7794] Los gentiles vendrán hacia tu luz,

y reyes a ver el resplandor de tu nacimiento.

4 Alza tus ojos y mira en torno tuyo:

todos estos se congregaron y vendrán a ti;

vendrán de lejos tus hijos,

y tus hijas serán traídas al hombro.

5 [7795] Entonces lo verás, y te extasiarás;

palpitará tu corazón y se ensanchará;

pues te serán traídas las riquezas del mar;

y te llegarán los tesoros de los pueblos.

6 [7796] Muchedumbre de camellos te inundará,

dromedarios de Madián y Efá.

Todos ellos vienen de Sabá,

trayendo oro e incienso

y pregonando las glorias de Yahvé.

7 [7797] Todos los rebaños de Cedar serán congregados para ti,

a tu disposición estarán los carneros de Nabayot;

serán ofrecidos como (sacrificios) gratos sobre mi altar;

y haré gloriosa la Casa de mi Majestad.

8 [7798] ¿Quiénes son éstos que vienen volando como una nube,

como palomas que (vuelven) a su palomar?

9 Porque tierras lejanas esperarán en Mí;

las naves de Tarsis serán las primeras

en traer de lejos tus hijos,

y con ellos su plata y su oro

para el nombre de Yahvé, tu Dios,

y para el Santo de Israel,

pues Él te glorifica.

10 [7799] Los extranjeros edificarán tus muros,

y sus reyes te servirán;

porque en mi ira te castigué,

pero a causa de mi bondad tengo piedad de ti.

11 [7800] Tus puertas estarán siempre abiertas;

no se cerrarán ni de día ni de noche;

para introducir en ti las riquezas de los gentiles

y conducir allí a sus reyes.

12 Porque la nación y el reino que no te sirvan, perecerán,

y los gentiles serán completamente exterminados.

13 [7801] Vendrá a ti la gloria del Líbano,

el abeto, el olmo y el cedro juntamente,

para adornar el lugar de mi Santuario;

pues haré glorioso el lugar donde posan mis pies.

14 Vendrán a ti, encorvados, los hijos de los que te humillaron,

y se postrarán a las plantas de tus pies todos los que te despreciaron;

y te llamarán “Ciudad de Yahvé”,

“Sión del Santo de Israel”.

El mismo Dios habitará en Sión

15 Por cuanto estuviste abandonada y aborrecida,

sin que nadie te frecuentase,

haré que seas la gloria de los siglos,

el gozo de todas las generaciones.

16 [7802] Mamarás la leche de los gentiles,

pechos de reyes te alimentarán;

y conocerás que Yo, Yahvé, soy tu Salvador,

y que el Fuerte de Jacob es tu Redentor.

17 En vez de bronce traeré oro,

en vez de hierro, plata,

en vez de madera, bronce,

en vez de piedras, hierro.

Por gobierno tuyo pondré la paz,

y por magistrados tuyos la justicia.

18 [7803] No se oirá más hablar de violencia en tu tierra,

de desolación y ruina en tus confines;

tus muros los llamarás “Salvación”,

y tus puertas “Alabanza”.

19 [7804] No será ya el sol tu luz durante el día,

ni te alumbrará la luz de la luna;

porque Yahvé será para ti eterna lumbrera,

y tu esplendor el Dios tuyo.

20 No se pondrá más tu sol, ni faltará tu luna;

porque tu luz eterna será Yahvé,

y los días de tu llanto se habrán acabado.

21 [7805] El pueblo tuyo

se compondrá solamente de justos

y heredarán para siempre la tierra;

serán renuevos plantados por Mí mismo,

obra de mi mano, para gloría (mía).

22 [7806] El más pequeño vendrá a ser mil,

y del más chico saldrá una nación poderosa.

Yo, Yahvé, haré súbitamente esto a su tiempo.

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Isaías 61

Ministerio del Mesías

1 [7807] El Espíritu del Señor, Yahvé, está sobre mí

porque Yahvé me ha ungido,

y me ha enviado para evangelizar a los humildes;

para vendar a los de corazón quebrantado,

para anunciar la libertad a los cautivos

y la liberación a los encarcelados;

2 para pregonar el año de la gracia de Yahvé,

y el día de la venganza de nuestro Dios;

para consolar a todos los afligidos,

3 [7808] y alegrar a los que lloran en Sión;

para darles una diadema en lugar de ceniza,

el óleo de gozo en vez de tristeza

y un manto de gloria en lugar del espíritu de abatimiento;

y serán llamados encinas de justicia,

plantadas por Yahvé para gloria suya.

Restauración después de la humillación

4 [7809] Edificarán las ruinas antiguas,

y levantarán los lugares destruidos anteriormente;

restaurarán las ciudades arruinadas,

las desolaciones de generaciones pasadas.

5 Y se presentarán los extranjeros para apacentar vuestros rebaños;

y los extraños serán vuestros labradores y viñadores.

6 [7810] Más vosotros seréis llamados

sacerdotes de Yahvé,

y se os dará

el nombre de ministros de nuestro Dios;

comeréis las riquezas de los gentiles,

y os adornaréis con la gloria de ellos.

7 En lugar de vuestra deshonra tendréis doble (honor),

y en vez de ignominia (mis siervos) se regocijarán en su porción;

por eso poseerán doblada porción en su tierra

y será perdurable su gozo.

8 [7811] Porque Yo, Yahvé, amo la justicia

y aborrezco la rapiña (consagrada) en holocausto;

les daré fielmente su recompensa,

y concertaré con ellos un pacto eterno.

9 [7812] Su descendencia será conocida entre las naciones,

y su linaje en medio de los pueblos;

todos cuantos los vieren,

reconocerán que son ellos la raza bendita de Yahvé.

Acción de gracias por la salvación

10 [7813] Con sumo gozo me regocijaré en Yahvé,

y mi alma se alegrará en mi Dios:

pues me revistió con las vestiduras de la salvación,

y me cubrió con el manto de la justicia,

como a novio que se adorna con una corona,

y como a novia que se engalana con sus joyas.

11 Porque como la tierra hace brotar sus gérmenes,

y como el huerto hace germinar sus semillas,

así Yahvé hará florecer la justicia y la gloria

ante todas las naciones.

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Isaías 62

La salud mesiánica

1 [7814] A causa de Sión no puedo callar,

y por amor de Jerusalén no buscaré descanso;

hasta que salga, cual luz, su justicia,

y brille, cual antorcha, su salvación.

2 Entonces verán los gentiles tu justicia,

y todos los reyes tu gloria;

y se te dará un nombre nuevo,

que Yahvé determinará con su boca.

3 Tú serás una corona de gloria

en la mano de Yahvé,

y una diadema real en la mano de tu Dios.

4 [7815] Ya no serás llamada “Desamparada”,

ni será denominado tu país “Desierto”;

serás llamada “Mi delicia está sobre ti”,

y tu tierra, “Esposa”;

porque en ti se deleita Yahvé

y tu tierra tendrá esposo.

5 Porque así como el joven

se desposa con la doncella,

así tus hijos se desposarán contigo;

y como el novio se complace en la novia,

así serás tú el gozo de tu Dios.

6 [7816] Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto centinelas,

que nunca callarán, ni de día ni de noche.

¡No os deis descanso, los que recordáis a Yahvé!

7 Ni le concedáis reposo

hasta que restablezca a Jerusalén

y la ponga por gloria de la tierra.

8 Yahvé ha jurado por su diestra,

y por su brazo fuerte:

“Yo no daré más tu trigo

para sustento de tus enemigos,

ni beberán en adelante extraños tu vino,

fruto de tus fatigas.

9 Los que recogen la cosecha la comerán,

y alabarán a Yahvé;

y los que hacen la vendimia beberán el (vino)

en los atrios de mi Santuario.

10 [7817] Pasad, pasad por las puertas;

preparad el camino al pueblo,

allanad, allanad la senda, quitad las piedras;

alzad un estandarte para los pueblos.”

11 [7818] He aquí lo que Yahvé ha pregonado

hasta las extremidades de la tierra:

“Decid a la hija de Sión:

«Mira que viene tu Salvador,

mira cómo trae consigo su galardón,

y delante de él va su recompensa.»

12 Entonces serán llamados «Pueblo Santo»,

«Redimidos de Yahvé», y tú serás llamada

«Buscada», «Ciudad no desamparada».”

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Isaías 63

Triunfo de Cristo Rey

1 [7819]

¿Quién es éste que viene de Edom,

de Bosra con vestidos teñidos (de sangre)}

¡Tan gallardo en su vestir,

camina majestuosamente

en la grandeza de su poder!

“Soy Yo el que habla con justicia,

el poderoso para salvar.”

2 “¿Por qué está rojo tu vestido

y tus ropas como las de lagarero?»

3 “He pisado yo solo el lagar,

sin que nadie de los pueblos me ayudase:

los he pisado en mi ira,

y los he hollado en mi furor;

su sangre salpicó mis ropas,

manchando todas mis vestiduras.

4 Porque había fijado en mi corazón el día de la venganza,

y el año de mis redimidos había llegado.

5 [7820] Miré, mas no había quien me auxiliase,

me asombré, pero nadie vino a sostenerme.

Me salvó mi propio brazo,

y me sostuvo mi furor.

6 [7821] Pisoteé a los pueblos en mi ira,

y los embriagué con mi furor,

derramando por tierra su sangre.”

Plegaria del profeta en nombre de Israel

7 [7822] Celebraré las misericordias de Yahvé,

las alabanzas de Yahvé,

según todo lo que Yahvé nos ha hecho,

y la gran bondad que ha usado con la casa de Israel según su piedad,

y según la multitud de sus misericordias.

8 [7823] Pues Él dijo: “¡Sí! Son mi pueblo,

hijos que no serán más infieles”,

y así se hizo Salvador suyo.

9 [7824] Todas las angustias de ellos fueron angustias Suyas,

y el Ángel de su Rostro los sacó a salvo.

En su amor y en su misericordia Él los rescató, los sostuvo

y los llevó todo el tiempo pasado.

10 [7825] Más ellos se rebelaron,

y contristaron su santo Espíritu;

entonces se convirtió en enemigo de ellos,

y Él mismo los combatió.

11 Pero se acordó de los tiempos antiguos,

de Moisés y de su pueblo (diciendo):

¿Dónde está El que los sacó del mar

con los pastores de su grey?

¿Dónde El que puso en medio de ellos

su santo Espíritu?

12 ¿Dónde Aquel que los guió

por la diestra de Moisés?

¿Dónde su brazo glorioso,

que dividió las aguas delante de ellos,

para adquirirse un nombre eterno?

13 [7826] ¿Dónde Aquel que los condujo por en medio de los abismos,

como a caballo por el desierto, sin que tropezaran?

14 [7827] Como el ganado es llevado al valle,

así el Espíritu de Yahvé los llevó al descanso.

De esta manera condujiste Tú a tú pueblo,

a fin de adquirirte un nombre glorioso.

15 [7828] Atiende desde el cielo

y mira desde tu santa y gloriosa morada.

¿Dónde está tu celo y tu fuerza,

la ternura de tus entrañas y tus misericordias?

¿No las usas conmigo?

16 [7829] Porque Tú eres nuestro Padre,

aunque Abrahán no nos conoce,

e Israel nada sabe de nosotros.

Tú, Yahvé, eres nuestro Padre;

“Redentor nuestro”,

éste es tu nombre desde la eternidad.

17 ¿Cómo, Yahvé, permitirías que nos desviemos de tus caminos,

endurezcamos nuestro corazón en vez de temerte?

Vuélvete por amor de tus siervos,

de las tribus de tu herencia.

18 [7830] Tu santo pueblo la poseyó sólo por breve tiempo;

porque nuestros enemigos han pisoteado tu Santuario.

19 [7831] Somos desde mucho como aquellos

que Tú no gobiernas,

como los que nunca llevaron tu nombre.

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Isaías 64

Continúa la plegaria del profeta

1 [7832] ¡Oh, si rasgaras los cielos y bajaras!

—A tu presencia se derretirían los montes—

2 cual fuego que enciende la leña seca,

cual fuego que hace hervir el agua,

para manifestar a tus enemigos tú Nombre,

y hacer temblar ante Ti los gentiles.

3 Tú obraste cosas terribles, inesperadas;

descendiste, y se derritieron los montes en tu presencia.

4 [7833] Porque nadie oyó, ningún oído percibió

y ningún ojo ha visto a (otro) Dios, fuera de Ti,

que obre así con los que en Él confían.

5 Sales al encuentro del que con gozo practica la justicia;

del que siguiendo tus caminos se acuerda de Ti;

mas ahora estás enojado, por cuanto hemos cometido pecados,

los de siempre; pero seremos salvos.

6 [7834] Todos somos como un impuro,

y cual trapo inmundo son todas nuestras justicias;

nos marchitamos todos como las hojas,

y nuestras iniquidades nos han arrebatado como el viento.

7 No hay quien invoque tu nombre,

nadie se levanta para adherirse a Ti,

pues nos has escondido tu rostro,

y nos has entregado a nuestras maldades.

8 [7835] Mas ahora, Yahvé, Tú eres nuestro Padre;

nosotros somos el barro, y Tú nuestro alfarero,

obra de tus manos somos todos.

9 No te enojes demasiado, Yahvé,

ni te acuerdes para siempre de la iniquidad,

míranos, te rogamos, que somos pueblo tuyo.

10 [7836] Tus ciudades santas se han convertido en desierto;

Sión es un yermo, Jerusalén se halla asolada.

11 Nuestra Casa tan santa y tan gloriosa,

donde nuestros padres te alababan,

ha sido pasto del fuego,

y todo lo que nos era precioso, se ha trocado en ruinas.

12 [7837] Y con todo esto ¿te estás quedo, Yahvé?

¿Podrás callarte y humillarnos del todo?

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Isaías 65

Vocación de los gentiles

1 [7838] “Me dejé buscar por los que no preguntaban (por Mí),

me dejé hallar por los que no me buscaban.

Dije: «Heme aquí, heme aquí»,

a gente que (antes) no invocaba mi nombre.

2 [7839] Todo el día tenía Yo extendidas mis manos

hacia un pueblo rebelde

que no anda por el recto camino,

sino en pos de sus propios pensamientos;

3 [7840] hacia un pueblo que me provoca continuamente cara a cara,

que ofrece sacrificios en los huertos,

y quema incienso sobre ladrillos;

4 que se sienta en los sepulcros,

y pasa la noche en lugares ocultos,

que come carne de cerdo,

y en sus ollas tiene manjares impuros;

5 [7841] que dice: «Quédate ahí,

no te acerques a mí, porque te santificaría.»

Esos tales son humo en mis narices,

fuego que arde sin cesar.

6 He aquí que escrito está delante de Mí:

No me callaré, sino que retribuiré;

en su mismo seno les daré el pago

7 [7842] por vuestras iniquidades, dice Yahvé,

juntamente con las de vuestros padres,

que quemaron incienso sobre los montes,

y me ultrajaron en los collados.

Por eso les pondré en su seno

la paga por sus obras pasadas.”

Se salvarán los restos de Israel

8 [7843] Así dice Yahvé:

“Como cuando hay jugo en un racimo

se dice: «No lo desperdicies,

pues en él hay bendición»,

así haré Yo por amor de mis siervos,

para no exterminarlos, a todos.

9 Antes bien, sacaré de Jacob un linaje,

y de Judá un heredero de mis montes;

mis escogidos los tomarán en posesión,

y habitarán allí mis siervos.

10 [7844] Sarón será un prado para rebaños,

y el valle de Acor un lugar de reposo

para el ganado de mi pueblo que me busca.

11 [7845] Más a vosotros, que abandonáis a Yahvé,

que os olvidáis de mi santo monte,

que aparejáis una mesa a (la diosa) Fortuna

y llenáis la copa para el Destino,

12 [7846] os destinaré a la espada,

y todos os encorvaréis para ser degollados.

Porque Yo llamé y no respondisteis,

hablé y no escuchasteis-,

hicisteis lo que era malo a mis ojos,

y elegisteis lo que Yo aborrecía.”

13 Por eso, así dice Yahvé el Señor:

“He aquí que mis siervos comerán,

y vosotros tendréis hambre;

he aquí que mis siervos beberán,

y vosotros tendréis sed;

he aquí que mis siervos se alegrarán,

y vosotros quedaréis avergonzados.

14 He aquí que mis siervos

cantarán en la felicidad de su corazón,

más vosotros clamaréis lleno de dolor el corazón,

y aullaréis en la desesperación de vuestra alma.

15 [7847] Dejaréis vuestro nombre

como imprecación para mis escogidos,

pues Yahvé, el Señor, acabará contigo,

y a sus siervos les dará otro nombre.

16 [7848] Quienquiera se bendijere en la tierra,

se bendecirá en el Dios Amén

y quien jurare en la tierra,

jurará por el Dios Amén,

porque las angustias pasadas quedarán olvidadas

no estarán más ante mis ojos.

Nuevos cielos y nueva tierra

17 [7849] Porque he aquí que voy a crear

nuevos cielos y nueva tierra;

de las cosas anteriores no se hará más mención,

ni habrá recuerdo de ellas.

18 Alegraos y regocijaos eternamente

por lo que voy a crear;

porque he aquí que voy a crear a Jerusalén (para que sea) alegría

y a su pueblo (para que sea un) gozo.

19 Me regocijaré en Jerusalén,

y hallaré mi gozo en mi pueblo;

y no se oirá más en ella

voz de llanto ni de lamento.

20 [7850] No habrá allí en adelante niño (nacido) para (pocos) días,

ni anciano que no haya cumplido sus días,

pues morir niño será morir a los cien años,

y el pecador de cien años será maldito.

21 [7851] Edificarán casas, y habitarán en ellas;

plantarán viñas y comerán de su fruto.

22 No edificarán para que habite otro,

ni plantarán para que otro sea el que coma;

porque como los días de los árboles serán los días de mi pueblo,

y mis escogidos consumirán (el fruto de) la obra de sus manos.

23 No se fatigarán en vano,

y no darán a luz para muerte prematura;

porque estirpe de los benditos de Yahvé son,

así ellos como sus hijos.

24 Antes que ellos clamaren, responderé,

y cuando ellos aún estén hablando,

ya los habré escuchado.

25 El lobo y el cordero pacerán juntos;

el león, como el buey, comerán paja,

y la serpiente se alimentará con polvo;

no dañarán ni causarán muerte

en todo mi santo monte, dice Yahvé.

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Isaías 66

Los excluidos de la nueva Sión

1 [7852] Así dice Yahvé: “El cielo es mi trono,

y la tierra el escabel de mis pies.

¿Qué casa podríais construir para Mí?

¿y qué lugar para mi descanso?

2 [7853] Todas estas cosas las hizo mi mano,

y así existen todas —oráculo de Yahvé—.

He aquí en quién Yo pongo mis ojos:

en el que es humilde y contrito de espíritu,

y que teme mi palabra.

3 [7854] Hay quien degüella un toro, y (a la vez) mata a un hombre;

quien sacrifica una oveja y (a la vez) descabeza a un perro;

quien hace una ofrenda, y ofrece sangre de cerdo;

quien quema incienso y bendice a un ídolo.

Así se han escogido sus propios caminos,

y su alma se deleita en sus abominaciones.

4 [7855] Por eso también Yo escogeré para ellos los males,

y haré que les sobrevengan las cosas que temen;

ya que llamé y no hubo quien respondiese;

hablé y no escucharon;

sino que hicieron lo que era malo a mis ojos,

y escogieron lo que Yo reprobaba.”

5 [7856] Oíd la voz de Yahvé,

los que teméis su palabra.

Vuestros hermanos que os odian,

y os desechan por causa de mi nombre,

dicen: “Que Yahvé muestre su gloria,

para que podamos ver vuestra alegría”;

pero quedarán avergonzados.

6 ¡Voz de alboroto que procede de la ciudad,

voz que procede del Templo!

¡(Es la) voz de Yahvé

que da el pago a sus enemigos!

Bendiciones de la nueva Sión

7 [7857] Antes de estar de parto ella ha dado a luz;

antes que le sobreviniesen los dolores ha dado a luz un hijo varón.

8 ¿Quién oyó jamás cosa tal?

¿Quién vio cosa semejante?

¿Un país se hace acaso en un día?

¿O nace una nación de una vez?

Pues antes de sentir los dolores Sión dio a luz a sus hijos.

9 [7858]

“¿Acaso voy a abrir Yo (el seno materno)

para no dejarlo dar a luz?” dice Yahvé.

“¿O lo cerraré acaso Yo, el que hace dar a luz?”

dice tu Dios.

10 ¡Regocijaos con Jerusalén y alegraos en ella,

todos los que la amáis!

Exultad con ella

cuantos por ella estáis llorando,

11 [7859] para que maméis hasta saciaros

de los pechos de sus consolaciones;

para que sorbáis con fruición

a abundancia de su gloria.

12 Porque así dice Yahvé:

“He aquí que voy a derramar sobre ella la paz como un río,

y, como un torrente desbordado, la gloria de los gentiles.

Vosotros chuparéis su leche;

seréis llevados en brazos y acariciados sobre rodillas.

13 Como aquel a quien consuela su madre,

así os consolaré Yo a vosotros;

seréis consolados en Jerusalén.

14 Al verlo realizado se alborozará vuestro corazón,

y vuestros huesos florecerán como la hierba;

se hará manifiesta la mano de Yahvé en favor de sus siervos,

y su indignación contra sus enemigos.

El día del juicio

15 [7860] Pues he aquí que Yahvé viene en medio del fuego,

y en su carroza semejante a torbellino,

para derramar su ira con furor,

y su vindicta mediante llamas de fuego.

16 Pues Yahvé va a ejercer el juicio con fuego,

y con su espada sobre toda carne;

y serán muchos los que perecerán por la mano de Yahvé.

17 [7861] Los que se santifican y purifican para (el culto en) los huertos,

(yendo) tras un mistagogo,

los que comen carne de cerdo,

manjares abominables y ratones,

perecerán todos, dice Yahvé;

18 [7862] porque (Yo conozco) sus obras y sus designios. Ha venido (el tiempo) de congregar todas las naciones y lenguas; y vendrán y verán mi gloria.

Conversión final

19 [7863] Pondré en medio de ellos una señal, y enviaré sus sobrevivientes a las naciones, a Tarsis, a Pul, a Lud, a Mósoc, a Rosch, a Tubal y a Javán, a las islas remotas que no han oído hablar de Mí, ni han visto la gloria mía; ellos anunciarán mi gloria entre los gentiles.

20 [7864] De entre todas las naciones traerán a todos vuestros hermanos, como ofrenda a Yahvé, a caballo, en carros, en literas, en mulos y en dromedarios, a mi santo monte, a Jerusalén, dice Yahvé; de igual modo que los hijos de Israel traen la ofrenda, en vaso limpio, a la Casa de Yahvé.

21 Y de entre ellos tomaré también a algunos para sacerdotes y levitas, dice Yahvé.

22 [7865] Porque así como los nuevos cielos

y la nueva tierra que voy a hacer,

subsistirán ante Mí, dice Yahvé,

así subsistirá vuestro linaje y vuestro nombre.

23 [7866] Y de neomenia en neomenia,

y de sábado en sábado,

vendrá toda carne para postrarse delante de Mí, dice Yahvé

24 [7867] Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres

que se rebelaron contra Mí;

cuyo gusano nunca morirá,

y cuyo fuego nunca se apagará;

y serán objeto de horror para todos los hombres.

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Comentarios de Mons. Straubinger

* 1. Este Amós es distinto del profeta Amós. Fue, tal vez, hermano del rey Amasías. Ocías reinó de 789 a 738, Joatán de 738 a 736, Acaz de 736 a 721, Ezequías de 721 a 693.

* 2 ss. Se dirige contra el pueblo de Israel, que a pesar de haber sido elegido entre todas las naciones (Éxodo 4, 22; Oseas 11, 1), continuaba rebelándose contra Dios como en los tiempos de Moisés. Este primer capítulo es una síntesis de todo lo que el profeta consigna en los siguientes.

* 4. El Santo de Israel: Dios. Isaías emplea con preferencia este título para expresar que la santidad es la característica de Dios y que por lo tanto también su pueblo ha de ser santo. Véase Levítico 19, 2.

* 5. ¿De qué sirve daros golpes? Otra traducción: ¿en qué parte se puede daros golpes? Es como si dijera: Todo vuestro cuerpo es una sola llaga, ya no hay lugar sano para nuevos golpes y castigos. Los castigos a que se refiere el profeta son las invasiones de los pueblos enemigos (véase IV Reyes 16, 5; II Paralipómenos 28, 5 ss.). La cabeza significa a los príncipes, el corazón a los sacerdotes.

* 8. La hija de Sión: Jerusalén, llamada así porque su parte principal, el Templo, se levantaba en el monte Sión, o sea en la parte Este de la ciudad. Hoy día se llama Sión la parte Sudoeste de Jerusalén.

* 9. Nótese que el profeta, en su humildad, se cuenta entre los culpables. Es la responsabilidad colectiva que encontramos a cada paso en el Antiguo Testamento. Cf. 6, 5; Daniel 9, 5; Ester 14, 7.

* 10. Príncipes de Sodoma. Expresión metafórica para señalar a los reyes perversos del pueblo de Israel. Pueblo de Gomorra: en sentido figurado, toda la nación israelita pervertida por la idolatría. Véase Apocalipsis 11, 8.

* 11. Contra el culto rutinario y exterior se pronuncia la Sagrada Escritura muchas veces, p. ej. I Reyes 15, 22; Salmos 39, 7; 49, 13 ss.; 50, 18; Jeremías. 6, 20; Oseas 6, 6; Amós 5, 21 ss.; Miqueas 6, 7; Mateo 9, 13. El profeta quiere decir: de nada sirven los sacrificios sin la recta intención y sin la contrición del corazón. San Agustín y San Jerónimo observan que los sacrificios de animales tenían valor en cuanto figuraban los sacrificios espirituales y verdaderos, y apartaban al pueblo de la idolatría. Cf. 58, 1 ss.; 66, 2. En 63, 10 el profeta introduce a Dios diciendo que el pueblo, con su pecado, ha entristecido al Espíritu de su Dios que le había rescatado y llevado a puerto de salvación. Santa Teresita aplica este pensamiento a los que vivimos bajo la Ley de Cristo, quien también condena las prácticas puramente exteriores. “He aquí, dice la Santa de Lisieux, lo que Jesús exige de nuestra parte. No tiene necesidad de nuestras obras; únicamente aprecia nuestro amor… Sí, hoy más que nunca, Jesús está ansioso. No encuentra sino ingratos e indiferentes entre los cristianos del mundo y entre sus discípulos. ¡Ay! existen tan pocos corazones que se entreguen sin reserva alguna a la ternura de su infinito amor” (Historia de un alma, capítulo XI). Cf. Gálatas 3, 5 y nota.

* 13. Las neomenias (o novilunios) se celebraban a manera de fiesta. Véase Números 10, 10; 28, 11 ss.

* 16. Cesad de obrar mal: Es preciso apresurarnos a emplear los medios que Dios nos da para nuestra conversión, temerosos de que nos falte el tiempo si tardamos, dice San Agustín,

* 18. ¡Qué esperanza más consoladora para el pecador que se arrepiente! Dios es el Padre de las misericordias. Nuestras miserias son tan grandes y múltiples, que el salmista no pide a Dios que le trate según su misericordia, sino según la multitud de sus misericordias (Salmos 50, 3). “La causa de nuestra reparación es tan sólo la bondad de Dios” (San León Magno).

* 21. La unión de Dios con su pueblo es como un matrimonio, una imagen del Cuerpo místico del Antiguo Testamento y figura del Cuerpo místico del Nuevo Testamento. Cf. las notas al Cantar de los Cantares; Isaías 5, 1 ss.; 43, 20; 60, 1; Ez 15, 6 y 19 y 10-14; Oseas 10, 2 s., etc. Por eso la ciudad infiel es llamada prostituta. En cuanto a la justicia conviene recordar que esta palabra en la Sagrada Escritura quiere decir rectitud delante de Dios, o sea, la santidad que consiste en vivir según la voluntad de Dios. En el Nuevo Testamento vemos que la raíz y el fundamento de esa justicia es la fe en su Hijo Jesucristo (Romanos 3, 25 s.). Jesús es llamado el Justo, y no practicó la justicia en el sentido pagano de “dar a cada uno lo suyo”, sino que Él pagó “lo que no había robado” (Salmos 68, 5), y en el Sermón de la Montaña estableció la Ley de la caridad que hemos de practicar a imitación de Él mismo, perdonando al prójimo cuantas veces nos ofendiere. Ley obligatoria, como que, si no la cumplimos, no seremos perdonados por Dios, lo cual significa la absoluta certeza del infierno. Véase Mateo 5, 1 ss.; Salmos 4, 6 y notas.

* 22. Plata y vino son imágenes de la probidad y pureza de costumbre (Proverbios 10, 20; 26, 23). Tu plata se ha tornado escoria: vale decir, la justicia de ellos se ha trocado en injusticia.

* 23. La Sagrada Escritura nos presenta un código completo de reglas de conducta para con loa huérfanos y viudas. “¡Maldito el que pervierte la justicia contra el extranjero, el huérfano y la viudal” (Deuteronomio 27, 19). No han de ser afligidos, ni oprimidos, ni tratados con violencia (Éxodo 22, 22; Deuteronomio 24, 17; Jeremías 7, 6; 22, 3; Zacarías 7, 10); han de ser defendidos en juicio y visitados en su dolor (Salmos 81, 3; Jeremías 5, 28; Santiago 1, 27); hallan ‘misericordia en Dios, el cual es su protector y padre, oirá sus gritos y castigará a quienes los oprimen. Cf. 10, 1-3; Éxodo 22, 23; Salmos 67, 6; 68, 14 y 18; Mateo 3, 5. Hay que considerar como dicha el cuidado de ellos (Deuteronomio 14, 29; Job 29, 12 s.; Jeremías 7, 6 s.). Cf. en el Nuevo Testamento las referencias en Hechos de los Apóstoles 6, 1; 9, 39: I Timoteo 5, 4 ss.; Santiago 1, 27.

* 24. Yahvé de los ejércitos, es decir, de los ejércitos celestes (ángeles). Cf. Génesis 2, 1 y nota. El Fuerte: otro nombre de Dios. Cf. Génesis 49, 24 y nota.

* 28. Serán quebrantados: Véase Lucas 11, 23: “Quien no está por Mí contra Mí está”; Cf. Juan 15, 5.

* 29 s. Jardines y encina: Alusión a la idolatría que la gente practicaba “en los altos” y “debajo de todo árbol frondoso” (IV Reyes 16, 4).

* 2 s. En los últimos tiempos, o, en los días postrimeros (Bover-Cantera). Cf. Miqueas 4, 1-3; I Corintios 10, 11 y nota. En el lenguaje de los profetas se refiere este término a los tiempos mesiánicos y escatológicos en que el monte de la Casa del Señor, el Sión, resplandecerá con sueva luz. “La elevación aquí predicha, figura la gloria futura de Sión en los últimos tiempos, cuando el Dios allí adorado, fuere reconocido como Dios de toda la tierra” (Crampón). De Sión saldrá la Ley: Cf. la palabra de Jesucristo: la salvación procede de los judíos (Juan 4, 22).

* 4. No se han cumplido todavía estos vaticinios sobre la paz perfecta. “La realización completa no tendrá lugar, sino en la consumación de los tiempos, porque en esta tierra, donde el mal subsistirá siempre al lado del bien, no se puede buscar un cumplimiento perfecto” (Fillion). Cf. Mateo 13, 24-43. Entretanto tenemos que esperar hasta que se cumpla el deseo del salmista: “Dispersa, oh Dios, a los pueblos que se gozan en las guerras” (Salmos 67, 31). La actual búsqueda excesiva de la paz entre las naciones y los continuos pactos de seguridad son una señal de que no hay paz, pues la tan deseada paz mundial no podrá realizarse sin la sumisión y obediencia a la ley divina. Así se explica que los paganos (de antes y de ahora) no sean capaces de este ideal, porque van tras sus Ídolos (versículo 5). En este sentido nada es más trágico que la Biblia en cuanto se refiere al destino de las naciones, que solemos mirar con ilusorio optimismo. Véase Mateo 24, 21-25; Lucas 8, 18; 17. 26 ss.; 21, 25 ss.; I Tesalonicenses 5, 3; II Tesalonicenses 2, 8 ss.; I Timoteo 4, 1 ss.; I Timoteo 3. 1 ss.; II Pedro 3. 3; Apocalipsis 9, 20 s.; 16, 9 ss.; 19, 15 ss.; 20, 7 ss., etc. Jeremías enseña que el vaticinar prosperidad es la característica de los falsos profetas (Jeremías 4, 10; 6. 14, etc.). Después de dos guerras mundiales en un cuarto del siglo XX (Lucas 21, 10 s.) y con la energía atómica aplicada a destruir como una “anti-creación”, y el neomalthusianismo que ciega las fuentes de la vida. ¿en qué podría fundarse la esperanza de un mundo mejor? (Véase 1, 16 y nota). Sólo en el orgullo que cree en las fuerzas propias del hombre caído, del cual nos dice el mismo Dios por boca de Jeremías: “¡Maldito el hombre que pone su confianza en el hombre, y se apoya en un brazo de carne!” (Jeremías 17, 5). Cf. 11, 6 ss.; Salmos 45, 9 ss.; Oseas 2, 18; Miqueas 4, 3 ss. y notas.

* 6 ss. Alusión a las supersticiones introducidas del extranjero y a las riquezas y armamentos de los reyes. Caballos y carros de guerra constituyen, según la Ley (Deuteronomio 17, 16; Salmos 19, 8), un peligro para los israelitas, los que más que en caballos y carros han de confiar en la ayuda del Señor. Están llenos (de la corrupción) del Oriente, es decir, de la idolatría que venía especialmente de los países situados al Este de Palestina. La Vulgata vierte: Están llenos como antiguamente.

* 9. Se postróse humillaron, para adorar a los Ídolos.

* 12. Un día, o sea, el día en que Dios viene a castigar a los transgresores de su santa Ley. Véase 13, 6; 61, 2; Jeremías 12, 3; 17, 17; 18, 17; Joel 2, 2; Miqueas 7, 4; Sofonías 1, 15, etc.

* 13. Los cedros del Líbano simbolizan a los poderosos y orgullosos. El mismo sentido tiene la locución las encinas de Basan, tomada de los árboles robustos característicos de aquella región situada al noreste de Palestina. En los versículos que siguen, trae el Profeta otras imágenes semejantes del orgullo de los poderosos.

* 16. Naves de Tarsis, símbolo de la riqueza. Las naves de Tarsis eran los buques transoceánicos de entonces y traían inmensos tesoros. Cf. 23, 14; III Reyes 10, 22; Jeremías 10, 9. Tenían su nombre de la ciudad o región de Tarsis, situada en el extremo occidental, probablemente en España, y tal vez idéntica con Tartessus.

* 20. (En la presentación del texto se sigue el criterio de la Nova Vugata Bibliorum Sacrorum según considera versos poéticos o prosa.)

* 22. No es más que un soplo: Cf. Génesis 2, 7. ¿De qué valor es el hombre? San Jerónimo vierte de otra manera, que admite dos sentidos: él (el hombre) es reputado como excelso, o: Él (Dios) es el Excelso.

* 3. Encantador; literalmente el que murmulla, es decir, el agorero, que en baja voz pronuncia palabras mágicas. El profeta quiere decir: Tanto los robustos y fuertes, como los adivinos y agoreros que se ofrecen como dirigentes, serán destruidos, de manera que habrá anarquía completa en la ciudad. Bastará tener un vestido y un poco de pan para ser obsequiado con la dignidad real (versículo 6 s.).

* 7. Yo no soy médico: Le Hir traduce: no quiero ser Príncipe.

* 9. Su exterior, que es reflejo de su perverso corazón, es testigo contra ellos manifestando la malicia de sus pensamientos. No se avergüenzan más de sus vicios; se comportaron tan licenciosamente como los sodomitas. Cf. Génesis capítulo 19.

* 10. Al justo le irá bien y recibirá la recompensa si persevera con paciencia. En el Antiguo Testamento la retribución temporal en este mundo ocupa un lugar preferente. Tan sólo en los libros más recientes (sobre todo Sabiduría 3, 1 ss.) se vislumbra la retribución eterna.

* 12. Mujeres: Los LXX leen: opresores. Los últimos reyes de Judá eran hombres incapaces y explotadores de su pueblo. Los que te guían: Vulgata: los que te llaman bienaventurado, es decir, los que te adulan y encubren la verdad. Me adulaban con los labios, dice el salmista, y me maldecían en su corazón (Salmos 61, 5). La lengua de los aduladores es más peligrosa que la espada del que me persigue (San Agustín).

* 14. La viña: el pueblo de Israel; especialmente los pobres. Los pobres son los favoritos de Dios (Santiago 2, 5). “Dios no ha olvidado el clamor de los pobres” (Salmos 9, 13).

* 16. Las hijas de Sión, es decir, las mujeres de Jerusalén, que ostentaban toda clase de lujo; hasta hacían sonar campanilleas atadas a los pies. La moda de las mujeres de hoy no es menos pretensiosa, aunque no se sirvan de campanillas. San Jerónimo observa sarcásticamente: “En la actualidad veréis a muchas mujeres atestar sus armarios de ropa, cambiar de vestidos a diario, y con todo esto no pueden acabar con la polilla” (A Eustoquia).

* 18. Las lunetas, pendientes en forma de media luna, usadas para adornar a las mujeres y a los camellos. Cf. Jueces 8, 21.

* 1. Siete mujeres echarán mano de un solo hombre, para que las tome por esposas. Expresión de espantosa desolación a causa de las guerras que privarán a esas mujeres lujuriosas (cf. 3, 18) de maridos. De este modo quedarán sin hijos y sin herederos de sus bienes. Era esto el oprobio más grande para la mujer hebrea. Los hechos demuestran que Dios ha reservado el mismo castigo para las mujeres cómodas de hoy.

* 2. En el Pimpollo y el fruto de la tierra no sólo ha de reconocerse el resto del pueblo judío que sobrevivirá a la ruina, sino con los Santos Padres, el Mesías, llamado con nombres semejantes en varias profecías (Isaías 11, 1 y 10; 53, 2; Jeremías 23, 5: 33, 15; Zacarías 3, 8; 6, 12). Para Fray Luis de León “Pimpollo” es el primero de los nombres de Cristo, “sin que en ello pueda haber duda ni pleito” (Nombres de Cristo).

* 3. Los restos de Sión: “Después de vaticinar la devastación espantosa de Judá y Jerusalén, en castigo de sus injusticias y de su orgullo, acaba prometiendo días gloriosos de restauración para el pequeño resto, que recibirá la gracia del Señor después de haber escapado de la justicia vengadora” (Nácar-Colunga). Inscritos para la vida; llamados y destinados para el reino mesiánico. Véase Hechos de los Apóstoles 13, 48. Cf. Éxodo 32, 32; Salmos 138, 16; Daniel 12, 1.

* 5 s. Alusión a la nube que conducía al pueblo de Israel por el desierto. La nube que descansaba sobre el Tabernáculo, de día los defendía de los ardores del sol, de noche empero resplandecía luminosamente (Éxodo 13, 21 ss.,- Números 9, 15).

* 6. Un tabernáculo, etc.: “un pabellón para proteger a la Sión mística de los rayos del sol… Dios preservará a sus amigos no sólo de grandes calamidades, sino también de los disgustos más pequeños, de modo que la felicidad será perfecta. La Jerusalén del fin de los tiempos será como el restablecimiento del paraíso terrestre” (Fillion).

* 1 ss. De mi amado. En forma de una parábola se explica el amor de Dios a su pueblo, que es la viña. El canto es atribuido al mismo Dios; el profeta solamente lo repite. Esta parábola es aludida por Jesucristo en Mateo 21, 33 ss.

* 4. “¿No vemos en estas palabras la condenación del que abusa de las gracias? ¿No somos todos, la viña del Señor, escogidos de entre muchos y destinados para la vida eterna? Por eso, los que hemos recibido más gracias que muchos otros, seremos también juzgados con mayor severidad; porque a medida que aumentan las gracias, aumenta la responsabilidad en que incurrimos” (San Gregorio Magno).

* 8. Son seis los ayes que siguen. La enumeración de estos vicios tiende a poner de manifiesto la ingratitud del pueblo que Dios había elegido y colmado de sus favores, Juntar casa con casa: adquirir la propiedad de otro. Esto era restringido por la Ley (Levítico 25, 13 ss.), que no permitía latifundios, sino que disponía que se devolviera a cada familia su propiedad en el año de la remisión (Levítico 25, 10 y 13). Las amenazas del profeta valen para todos los acaparadores y explotadores de la miseria, hoy más numerosos que nunca. “Insensato, dice Dios en la parábola del rico insensato, esta misma noche te van a pedir el alma, y lo que has allegado, ¿para quién será? Así ocurre con todo aquel que atesora para sí mismo y no es rico ante Dios” (Lucas 12, 20 s.). Cf. la palabra del profeta Ageo: “Vosotros esperabais lo más y os ha venido lo menos; lo metisteis en casa, pero Yo soplé encima” (Ageo 1, 9).

* 10. Diez yugadas, o sea, 2,7 hectáreas, producirán solamente un bat (36,44 litros). Un hómer: 364 litros; un efa: 36,44 litros. Cf. Ageo 2, 16 ss.

* 11. En este capítulo se señala dos veces al vino como causante de la ruina moral, aquí y en el versículo 22; se entiende, no el vino tomado con moderación, sino el hábito de tomar y embriagarse. La embriaguez todo lo devora y todo lo consume. No hay medio más seguro para dar sepultura a la salud, a la fortuna, a la salvación. La embriaguez perturba los sentidos y hasta la forma humana, pues convierte al hombre en bruto y le quita la facultad de aspirar a lo sobrenatural.

*14. Scheol (Vulgata: infierno) significa en el Antiguo Testamento el reino de los muertos en general, sin distinguir la suerte de los mismos. Por eso se toma también como sinónimo de muerte. Véase Job 19, 25; Salmos 6, 6 y notas.

* 18. Cuerdas de vanidad: El profeta, dice San Jerónimo, llama al pecado cuerda de la vanidad, porque el pecado está pronto tejido, es vano en sí mismo, y fútil como telaraña, pero cuando queremos salir de él, encontramos que nos aprisiona con solidísimos lazos. Como con coyundas de carro. Arrastráis el pecado a la manera de los bueyes uncidos al carro, esto es, como esclavos (Juan 8, 34). Agotáis todas vuestras fuerzas por cometer pecado. El impío, dicen tas Proverbios, será presa de sus iniquidades, y quedará enredado en los lazos de su pecado (Proverbios 5, 22). En verdad, si los hombres de la misma manera se esforzasen por lo bueno, todos serían sanos. Véase Lucas 16, 8.

* 19. Así hablan los pecadores en sentido irónico, burlándose del Santo de Israel.

* 20 ss. Al mal llaman bien y al bien mal. ¿Qué diría el profeta de los métodos modernos de propaganda, inventados para trastornar de arriba abajo la escala de los valores, y crear una falsa opinión pública que condena a lo bueno y alaba a lo malo? ¿No es éste el peor abuso de la razón, que Dios nos ha dado para buscar y conocer la verdad? Según San Gregorio, nosotros que de todo abusamos, en todo hemos de ser castigados. Cuanto recibimos para uso de la vida, lo consagramos al pecado; pero también cuanto hayamos apartado de su verdadero fin para emplearlo en el mal, se convertirá en un instrumento de venganza (Moraba). El sol, los astros, la tierra, las plantas, los árboles, los animales, los elementos, pedirán venganza contra aquellos que se hayan abusado de ellos.

* 25. Los versículos que van a continuación son una descripción profética de las invasiones de los asirios, el pueblo más guerrero de entonces, e instrumento de que Dios se valió para castigar a Israel. Cf. las invasiones de Teglatfalasar, Salmanasar y Senaquerib. Más tarde este papel pasó a los caldeos (babilonios), sirios y romanos. Los asirios son también nombrados muchas veces en profecías escatológicas, como figura de las naciones enemigas del pueblo de Dios. Cf. 11, 11; 30, 28-31; 31, 8; 33, 1 ss.; Salmos 82, 9.

* 1 s. Ocurrió esta visión en el año 738. Isaías ve a Dios en el cielo, sentado en un trono a la manera de los reyes (véase Miqueas 1, 2 ss.), rodeado de serafines. Es este el único capítulo de la Biblia en que se mencionan los serafines. La función que tienen es semejante a la ejercida por los querubines.

* 3. Santo, Santo, etc. Es el célebre Trisagio que se reza en todas las misas después del Prefacio. Algunos Padres e intérpretes ven en la triple repetición del atributo una alusión a la Santísima Trinidad (cf. Génesis 1, 2 y 26; Números 6, 24 s.; Eclesiástico 50, 22 y notas). En la Misa vemos que el Prefacio y Sanctus se dirigen al Padre y el Benedictus al Hijo y Enviado suyo (cf. Salmos 117, 26 y nota).

* 4. La Casa: el Templo.

* 5 s. Estoy perdido (Vulgata: no he hablado): Exclamación del que se ve rodeado de la gloria de Dios y teme morirse. Era creencia común de que no se podía ver a Dios sin morir de inmediato (Éxodo 33, 20; Jueces 13, 22, etc.). Por su purificación (versículo 6) Isaías se revistió de valor y cuando oyó la voz de Dios que reclamaba un valiente para que fuera su mensajero, respondió: “Envíame a mí” (versículo 8). Más tarde, Dios hará de este profeta una fuente de paz y consuelo (cf. 40, 1; Eclesiástico 48, 27). No sólo no tendrá temor, sino que será un poder de esperanza para los otros, de una esperanza que llega hasta nosotros, ya que es principalmente Isaías quien nos revela los misterios de Cristo Rey.

* 8. Nótese el plural nosotros, que puede tomarse como alusión al misterio trinitario. Observa San Jerónimo que el profeta no dice: Yo iré, sino: envíame, lo que quiere decir que no es el hombre quien se viste de un cargo, sino que sólo Dios nos llama a la misión que debemos desempeñar. Véase Juan 15, 16; Hebreos 5, 4.

* 9 s. Véase Hechos de los Apóstoles 28, 26; Romanos 11, 8; Deuteronomio 29, 6; Éxodo 4, 21 y nota. Dios no ciega más que indirectamente, apartando poco a poco a los impíos de la luz de la verdad y gracia, a fin de castigarlos por su malicia. Notemos que el mismo Jesucristo se refiere a este pasaje en el capítulo más abundante en parábolas y nos dice que habla en esta forma no (según se cree a menudo) para poner ejemplos que aclaren, sino precisamente a la inversa “porque viendo no ven y oyendo no oyen ni comprenden. Para ellos se cumple esa profecía de Isaías: «Oiréis pero no comprenderéis, veréis y no conoceréis»” (Mateo 13, 13-15). Esta forma sumamente misteriosa de las parábolas (que no pocos miran neciamente como ingenuos cuentos de viejas) explica el hecho sorprendente de que aún quede mucho por entender en ellas, al cabo de dos mil años, como lo demuestra la gran diversidad de las opiniones que sobre ellas han expuesto los más reputados autores, según puede verse, por ejemplo, con respecto a los antiguos, en la “Catena Áurea” de Santo Tomás. Todo está en saber si vamos a la Biblia como amantes de la Palabra de Dios y creyentes en ella, con el ánimo de buscar la verdad y admitirla sea cual fuere (cf. Juan 7, 17) aunque nos resulte gran sorpresa, o bien si, según suele hacerse, vamos a la Biblia con lo que se ha llamado “el espíritu de Balaam” (cf. Apocalipsis 2, 14), a encontrar en ella lo que nos convenga para sustentar nuestras opiniones. Con este sistema se puede hacer decir a la Biblia lo que se quiera, y aún fundarse en versiones defectuosas o tomar como afirmativa una frase que quizá está dicha por ironía, como muchas en que el Señor habla a los fariseos directa o veladamente, más para confundirlos que para darles doctrina, pues sabía que no se habrían de convertir. Así también el Bautista les dice de entrada: “Raza de víboras” (Mateo 3, 7).

* 13. “Si quedare una décima parte, volverá a ser destruida; (pero) así como el tronco del terebinto y de la encina subsiste al ser ellos cortados, su tronco (de Israel) será una santa posteridad. Así pues, la ingrata nación recibirá castigo sobre castigo; pero Dios no la arruinará del todo, según resulta de la bella comparación tomada de la vida de los árboles: una vitalidad nueva, llena de frescura, será devuelta a Israel al salir de todas estas pruebas. Tal es el aspecto brillante del juicio divino, que muy raramente falta aún en los más tristes oráculos de Isaías. Cf. 1, 27; 2, 1 ss.; 4, 1 ss.; 10,20, etc.” (Fillion). El P. Páramo hace notar que el sentido, según el hebreo, es el mismo de Romanos 11, 12 y 26.

* 1. Acaz reinó de 736 a 721 a. C. Sobre el hecho histórico véase IV Reyes 16, 6. Los dos reyes invadieron a Judá en 735.

* 2. La casa de David: Acaz, rey de Judá; en sentido más amplio todo el reino de Judá. Efraím: el reino de Israel con la capital Samaría.

* 3. Schearyaschub (Vulgata: el hijo que te queda Yaschub). Así se llamaba el hijo de Isaías. Su significado (“un resto se volverá”) tiene valor simbólico y quiere recordar a los judíos que solamente una pequeña parte se salvará de la catástrofe que el profeta amenazaba. Cf. Romanos 9. 27.

* 4. Tizones humeantes: Los reyes de Siria e Israel.

* 6. Nada sabemos de este Tabeel y su hijo, elegido por los enemigos para reinar en Jerusalén.

* 12. El rey simula piedad y temor de Dios; en realidad prescinde por completo de la ayuda del Señor, y solamente confía en sus propias fuerzas; pecado tan grande que sólo la suficiencia del hombre es capaz de idearlo. Por lo cual el rechazo de la señal de Dios por parte del rey, constituye una ofensa al Altísimo que irremisiblemente hubo de conducirlo a la perdición. Dice al respecto San Francisco de Sales: “¡Ah malvado! Afecta tener gran reverencia a Dios y, so color de humildad, no quiere aspirar a la gracia con que su divina bondad le convida. ¿Acaso no ve que, cuando Dios nos quiere favorecer, es soberbia rehusarlo, que los dones de Dios nos obligan a recibirlos y que es humildad obedecer y seguir con la mayor prontitud su voluntad?” (Filotea III, 5).

* 14. La virgen concebirá; es decir, una virgen determinada. Profecía eminentemente mesiánica, como lo atestigua la unánime tradición católica, desde San Justino e Ireneo y desde los cuadros de las catatumbas. La única Virgen Madre fue María, y Emmanuel (del hebreo immanu-Él: “Dios con nosotros”) es uno de los nombres de Cristo (véase 8, 3; Miqueas 5, 3; Mateo 1, 23; Lucas 1, 34 s.; cf. Isaías 66, 7; Apocalipsis 12, 2 ss.). Envidiemos santamente en María, entre los incontables privilegios de su elección, este singularísimo de su maternidad, en cuanto la llevaba a amar con todo su ser a su divino Hijo, en tanto que a nosotros nuestra inclinación natural tiende a apartarnos de Él, y sólo podemos amarlo espiritualmente. Mas también es María el modelo sumo de este amor espiritual, y él inspira de tal manera todas las relaciones de aquella Madre con aquel Hijo, que los lazos de la carne jamás pudieron dificultar la entrega sin reservas que ella hizo de Él a los designios redentores del Padre, como lo vemos principalmente al pie de la Cruz. Tan imposible parecía el misterio de la Encarnación expresado en este sublime pasaje, que los rabinos del tiempo de Cristo se apartaron de la interpretación literal y lo explicaban en sentido alegórico, llegando así a desconocer la venida del Mesías. Es éste uno de los más elocuentes ejemplos del daño a que puede conducir el abuso de la interpretación alegórica de las Escrituras según la fantasía de cada uno. Los Sumos Pontífices en los últimos tiempos no han cesado de inculcar la obligación de buscar primeramente el sentido literal (cf. Encíclicas “Providentissimus Deus”, de León XIII; “Spiritus Paraclitus” de Benedicto XV y especialmente “Divino Afflante Spiritu” de Pío XII). El mismo San Jerónimo, de quien Benedicto XV dice que también pagaba tributo a la interpretación alegórica, que dominaba en la Escuela de Alejandría, declara al respecto: “No es posible que tantas promesas como cantaron en el sentido literal los labios de los santos profetas, queden reducidas a no ser ya otra cosa que fórmulas vacías y términos materiales de una simple figura de retórica; ellas deben, al contrario, descansar en un terreno firme” (citado por Su Santidad Benedicto XV).

* 15. Comer leche cuajada y miel no significaba riqueza y prosperidad sino que era la comida de los humildes, que vivían de leche de cabra y miel silvestre, porque no tenían otra cosa.

* 16. En las profecías a menudo va mezclado el tiempo presente con el futuro, de modo que el profeta supone realizada la señal anunciada, antes de los acontecimientos que la preceden, es decir, antes del castigo de los dos reyes. “El sentido obvio de la frase exige la realización precisamente en la concepción virginal del Emmanuel; cosa que por lo demás cae de su peso, pues siendo signo prometido por Dios, y en tal contexto, necesariamente ha de ser algo que sobrepase las leyes de la naturaleza. Es, pues, la concepción virginal signo, sea de la futura salud solamente, o en primer lugar de la futura salud, y secundariamente, de las próximas calamidades, de Judá; según que se lea en el versículo 15: «… será abandonada la tierra; ante cuyos dos reyes tú tienes miedo (Siria e Israel)…» Ni ofrece dificultad la naturaleza de tal signo, que había de verificarse casi 800 años después como prueba de la liberación, o de la liberación y próximo castigo de Judá; puesto que contemplando el profeta en visión imaginaria el signo y la cosa significada, con completa prescindencia de la cronología, de manera que ambas cosas se le ofrecían como presentes, tomó al Emmanuel como medida de ese mismo tiempo, al pronunciar en él la futura salvación, y así, al contemplarlo, en su visión como naciendo en ese momento de la Virgen, afirmó que no había de pasar más tiempo que el que necesita el niño para llegar al uso de la razón, antes que viniera la ruina de Judá: ruina que prácticamente comenzó con esa campaña de Teglatfalasar” (Primatesta).

* 18. A moscas son comparados los egipcios; a abejas, los asirios.

* 20. Navaja alquilada: así es llamado el rey de Asiria, por ser instrumento de Dios. El rio, es decir, el Éufrates.

* 22. Cf. nota 15.

* 1. Maher-schalal-hasch-baz es nombre y a la vez profecía, como Schearyaschub (7, 3). Cf. los nombres de los hijos del profeta Oseas (Oseas 1). La primera parte del nombre significa “date prisa a tomar despojos”; se refiere al rey de Damasco (Siria), la segunda (“apresúrate a hacer botín”) al rey de Samaría (Israel).

* 3. La profetisa: la esposa del profeta.

* 6. Las aguas de Siloé que corren silenciosamente al pie del monte Sión, figuran a Dios Salvador que socorre a su pueblo sin hacer gran ruido (véase Juan 9, 7).

* 7. Las aguas del rio, esto es del Éufrates, de donde vendrán los asirios, para devastar el país. Serán tan tempestuosos como las aguas de aquel rio en la primavera, cuando se derriten las nieves de la montaña (Jeremías 47, 2).

* 8. ¡Oh Emmanuel! Exclamación emocionada que muestra que el profeta ve ya presente al Mesías.

* 10. Dios está con nosotros. He aquí la traducción del nombre de Emmanuel. Él es el Salvador; en Él hay que poner la confianza, y no en las armas y los aliados. Véase 7, 14; Salmos 32, 10 y notas.

* 14. Piedra de tropiezo: Es lo que en el Nuevo Testamento se dice de Cristo. Lo natural en nosotros, hombres caídos, es escandalizarnos de Él como lo hicieron hasta sus discípulos, según Él lo había anunciado. Véase Mateo 21, 42; Lucas 2, 34; 20, 17; Hechos de los Apóstoles 4, 11; Salmos 117, 22 y notas. Las dos casas de Israel son los dos reinos: el de Judá y el de Israel (Samaría). Cf. Ezequiel 37, 15 ss.

* 16. Conserva el testimonio; literalmente: ata el testimonio. Puede referirse al testimonio de la tabla (versículo 1) o sea, al nombre simbólico de su hijo, que encierra una profecía sobre los desastres que han de descargar sobre el pueblo. Sin embargo es más probable que se refiera a la Ley, como el segundo hemistiquio, que tiene el sentido: Guarda la revelación de Dios, en medio del resto del pueblo que es fiel a Dios, mientras el rey y la mayoría siguen incrédulos.

* 17 ss. Empieza a hablar Isaías expresando su inconmovible confianza en Dios, el cual en su cólera ha apartado su rostro del pueblo ingrato. El profeta conoce claramente el carácter simbólico de los nombres de sus dos hijos (versículo 1; 7, 3) que eran “señales y presagios” del porvenir de Israel. De ahí que condene la insensatez de quiénes se dirigían a los adivinos y nigromantes (versículo 19) para consultarlos sobre la suerte del pueblo: ¿Pueden acaso los muertos informar sobre los vivos? ¿No es más bien la Ley de Dios la que les da el sentido de la historia? (cf. Levítico capítulo 26; Deuteronomio capítulo 28). Es una clara reprobación del espiritismo, que pretende preguntar a los muertos en vez de estudiar las revelaciones que Dios ha consignado en las divinas Escrituras. Por otra parte, “la existencia de estas consultas supersticiosas entre los israelitas, en todas las épocas de su historia, es una prueba irrefutable de su fe en el más allá” (Vigouroux, Polyglotte).

* 22. Y serán rechazados a las tinieblas: Traducción muy discutible. Vulgata: no podrán librarse de su congoja; Bover-Cantera: pero la tiniebla será rechazada; la Biblia de Pirot: pero las tinieblas serán rechazadas.

* 1 ss. El versículo 1, que según el texto hebreo corresponde al capítulo anterior, dice en la Vulgata (versión de Torres Amat): Primeramente fue menos afligida la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí; y después fue gravemente herido el camino del mar, a través del Jordán, la Galilea de las naciones. Sin embargo, hay que traducirlo con arreglo al hebreo so pena de hacerle decir, como observa Fillion, lo contrario de lo que afirma el profeta. Primeramente: en tiempos de Teglatfalasar III de Asiria, quien devastó el territorio de Zabulón y Neftalí, o sea, Galilea. El camino del mar: que atravesaba ese mismo territorio y comunicaba a Egipto con la Siria. Esta profecía admirable, que sigue de cerca al anuncio del alumbramiento virginal de María y nacimiento del Emmanuel (7, 14) y a la noticia de que Él sería motivo de ruina para los habitantes de Jerusalén (8, 14), fue citada por San Mateo (4, 12 ss.) para explicar por qué Jesús fijó su residencia en Cafarnaúm de Galilea. En efecto, esta provincia, llamada por el profeta “Galilea de ¡os gentiles” y “sombría región de la muerte”, está más alejada de Judea que la misma Samaría, y se hallaba en tiempo de Cristo gobernada por el vil tetrarca Herodes Antipas, cuya primera residencia fue la pagana capital Seforis, de donde se cree procedió nada menos que la Virgen Santísima antes de trasladarse su familia a Nazaret, la ciudad del Nezer (pimpollo) que es nombre bíblico del Mesías, retoño de David. Esta humillada región, de donde los doctores de Israel no admitían que pudiese surgir un profeta (Juan 7, 52), había de tener la gloria de que se la llamase patria de Jesús, de escuchar su Evangelio; de brindarle los primeros discípulos y hasta las mujeres que lo seguían y asistían con sus bienes, entre las cuales estaba Juana la mujer del galileo Cusa, mayordomo de Herodes. Tal fue el designio de Dios, siempre misterioso, que quiso hacer florecer en aquel país paganizado los mejores amigos de su Hijo. No otra fue la conducta de Dios con los samaritanos, a quienes más de una vez había de señalar Jesús como ejemplo para Israel.

* 6. Nombres magníficos, que designan al Mesías a la par que encierran la más alta Teología. Véase denominaciones semejantes en 10, 21; 25, 1; 28, 29; 57, 15; Génesis 21, 33; Deuteronomio 10, 17; Nehemías 9, 32; Jeremías 32, 18; y especialmente Hebreos 1, 2-3, donde San Pablo dice que Dios ha constituido a su Hijo heredero de todo; por Él hizo los siglos; Él es la irradiación de su gloria y la impronta de su substancia, y quien sostiene todas las cosas con la palabra de su poder. Dios poderoso: Cf. el nombre de Cristo en el Apocalipsis: Rey de los reyes y Señor de los señores (Apocalipsis 19, 26). Padre de la eternidad (Vulgata: Padre del siglo futuro): “Por la fuerza de los términos correlativos que entre si se responden, se sigue muy bien que donde hay nacimiento hay hijo, y donde hijo hay también padre. De manera que si los fieles, naciendo de nuevo, comenzamos a ser nuevos hijos, tenemos forzosamente algún nuevo Padre cuya virtud nos engendra; el cual Padre es Cristo. Y por esta causa es llamado Padre del siglo futuro, porque es el principio original de esta generación bienaventurada y segunda, y de la multitud innumerable que nacen por ella” (Fray Luis de León, Nombres de Cristo). Príncipe de la paz, puesto que Cristo ha establecido una nueva Alianza entre Dios y los hombres. Cf. Colosenses 2, 13 s. El profeta Miqueas (5, 5), contemporáneo de Isaías, dice del Mesías: “Éste será la paz”, es decir, la paz encarnada y personificada, no solamente un príncipe pacifico que se abstiene de la guerra. Paz es sinónimo de seguridad y tranquilidad, y por decirlo así, el conjunto de todo lo que la humanidad caída necesita para librarse de los males. Para los profetas la paz es la característica del Reinado de Cristo.

* 7. Véase Lucas 1, 32; Jeremías 23, 5 ss.; Ezequiel 37, 25 ss.; Zacarías 9, 9; Juan 14, 27; Efesios 2, 17; Filipenses 4, 7; Apocalipsis 1, 5. En la Encíclica “Quas Primas” el Papa Pío XI alega este pasaje para probar la realeza de Cristo. También la Liturgia se ha inspirado en esta palabra de Isaías. Cf. la antífona del “Benedictus” del tercer Domingo de Adviento. Asimismo la Liturgia de Navidad celebra desde la primera antífona la realeza de Cristo y “todos los salmos de Maitines de Navidad han sido escogidos para que veamos en el Niño de Belén al Rey de gloria que en los últimos tiempos dominará a sus enemigos y los destruirá como vasos de alfarero”. Cf. los Salmos 2; 18; 44; 47; 71; 84: 88; 95; 97.

* 8. Envió el Señor una palabra: “Personificación muy expresiva: la divina palabra es representada como una creatura viviente. Cf. 55, 11; Salmos 106, 20; 146, 15; Jeremías 1, 9, etc.” (Fillion).

* 10. Palabras orgullosas de un pueblo obstinado que se ha olvidado de Dios y pone la confianza en su propia impotencia. Es el habla del reino de Israel, donde los profetas Elías, Elíseo y otros habían predicado en balde. Lo mismo dice el pecador cuando desprecia la Ley de Dios diciendo: non serviam (Jeremías 2, 20). “Si los pecadores pudiesen, vivirían eternamente, para no dejar nunca de pecar” (San Gregorio Magno).

* 14. Véase Deuteronomio 19, 15; 28, 13 y 44.

* 16. Los que guían este pueblo: los falsos profetas, los que adulan al rey y al pueblo. El mayor castigo de los pueblos decadentes, el medio más seguro para arruinar un país, es la falta de verdad y objetividad de parte de sus gobernantes y conductores. Cf. Jeremías 6, 14 y nota.

* 20. Come cada cual la carne de su brazo: Modismo hebreo, que quiere decir: se destruirán a sí mismos. Aplicado al pecador, significaría que éste se hiere a sí mismo (San Crisóstomo).

* 1. Véase 1, 23 y nota.

* 4. Texto dudoso. Bover-Cantera vierte: Sólo entre prisioneros caerá uno de rodillas, y entre asesinados se derrumbarán, y dice en la nota: “Este pasaje, corrupto, puede traducirse así, en el sentido de que los tiranos y explotadores perderán su séquito y compartirán la suerte de los presos y serán por ellos mismos asesinados.” Otros corrigen el texto y vierten: “Belti se derrumba, derribado está Osiris”, aduciendo 46, 1; pero esto parece no encajar en el contexto. La Vulgata une esto con el versículo anterior y traduce… “para que no os encorvéis bajo la cadena ni caigáis con los asesinos”.

* 5 ss. El cuadro que pinta de Asur (Asiria) se refiere probablemente a la invasión de Judá por Senaquerib (701 a. C). Véase IV Reyes 18, 13 ss. El profeta se encumbra aquí a las altas esferas de la filosofía de la historia. “Nos muestra a Dios dirigiendo los acontecimientos y sirviéndose de unas naciones para castigar los pecados de las otras; haciendo que todas, degrado o por fuerza, concurran a realizar los planes de su divina Providencia. Así tomó a Asiria como instrumento de sus divinas venganzas; pero ella se envalentonó con sus triunfos y por esto será humillada” (Fernández. Flor. Bibl. II, p. 18 a.).

* 9 ss. Habla el rey de Asiria, jactándose de las victorias a obtenidas y de los reinos sometidos a su cetro: Si los poderosos no pudieron resistirme, ¿cómo lo podrá el pequeño reino judío, que en aquel tiempo abarcaba apenas una docena de ciudades, fuera de Jerusalén?

* 12 ss. El rey de Asiria no es más que un instrumento en la mano de Dios para castigar al pueblo ingrato. Una vez cumplida esta misión, él mismo caerá, como todos cuando se hinchan orgullosos y hacen alarde de su poder (Lucas 1, 51). “Si Él no perdonó a los ángeles orgullosos, dice San Bernardo, mucho menos os perdonará a vosotros, que sois polvo y podredumbre.”

* 17. La Luz de Israel, lo mismo que el Santo, son nombres del Señor. Las espinas y zarzas: los soldados del rey de Asiría,

* 18. Bosque y campo fructífero (Vulgata: Carmelo) simbolizan la multitud y fuerza de los ejércitos asirios. Será derrotado el ejército del rey soberbio, y él mismo huirá.

* 21. Cf. 59, 20; Romanos 11, 26 y nota.

* 22 s. San Pablo cita este pasaje, según los Setenta, en Romanos 9, 27 s. Véase allí la nota. La Vulgata dice abreviada en lugar de decretada, pero el sentido es el mismo. El Apóstol quiere mostrar su cumplimiento en los pocos israelitas convertidos a Cristo, antes de anunciar la salvación final del pueblo judío (Romanos 11, 25 s.). .Véase 6, 13.

* 24 ss. A la manera de Egipto. Vulgata: en el camino de Egipto. Es tal vez una alusión a la expedición que Senaquerib, rey de Asiria, emprendió contra Egipto, en cuya ocasión amenazó también a Jerusalén (cf. IV Reyes 19, 19). “Aquí nos pinta al ejército asirio que sube por etapas a Jerusalén, donde Yahvé le aguarda para confundir su orgullo. Los versículos 14, 24-27, estarían bien después del versículo 32” (Nácar-Colunga).

* 26. Véase Jueces capítulo 7.

* 27. A fuerza de grasa, o aceite; el aceite de la misericordia divina. “Así lo entendió San Jerónimo. Y la libertad del yugo de los asirios simbolizaba nuestra libertad de la esclavitud del demonio, por los méritos de Jesucristo” (Páramo).

* 28 ss. Las localidades mencionadas se hallan en los alrededores de Jerusalén. Los asirios se acercan cada vez más a la hija de Sión (Jerusalén); pero, de repente, se levanta contra ellos la mano del Dios Fuerte (versículo 33).

* 33 s. Descripción profética de la derrota total de los asirios y de su poderío militar, comparado con la espesura del bosque y del Líbano (versículo 34). El orgullo no es solamente la ruina de las virtudes sino también de los reinos. “El orgullo, dice el Papa Inocencio III, derribó la torre de Babel, confundió las lenguas, derrotó a Goliat, levantó el cadalso de Aman, dio muerte a Nicanor, hirió a Antíoco, sumergió al Faraón y mató a Senaquerib.”

* 1. Retoño y renuevo (en hebreo nézer) designan al Mesías. Compárese las expresiones análogas en 4, 2; 53, 2; Jeremías 23, 5; 33, 15; Zacarías 3, 8; 6, 12. A este pasaje se refiere San Mateo cuando dice que Jesús será llamado Nazareno (Mateo 2, 23). San Jerónimo ve en el retoño a la Madre del Señor, “sencilla, pura, sincera, sin ningún otro germen extraño, y a semejanza de Dios, fecunda en su unidad” (A Eustoquia). El renuevo (San Jerónimo vierte: flor) es Cristo. La explicación del Doctor Máximo, que distingue entre retoño y renuevo, no encuentra simpatía entre los exégetas modernos, porque no concuerda con el paralelismo de los miembros del verso. Retoño y renuevo brotan del mismo tronco (Simón-Prado) y se refieren ambos a Jesucristo. El tronco de Isaí (Vulgata: Jesé) es la casa de David, hijo de Isaí. Cf. I Reyes capítulo 16; Hechos de los Apóstoles 13, 23-33.

* 2. De este pasaje la Teología ha tomado los siete dones del Espíritu Santo. Cf. Sabiduría 7, 22; Gálatas 5, 22 s. El texto hebreo conoce solamente seis dones. El número siete se ha introducido por los Setenta que traducen el temor de Yahvé por dos palabras. El Mesías recibirá los dones del Espíritu Santo, no con tasa y medida, como los otros santos, sino con toda su plenitud (San Jerónimo). Véase Juan 3, 34.

* 3. El espíritu de temor filial o reverencial, que es fruto de la perfecta caridad (San Agustín).

* 4. Juzgará a los pobres con justicia, etc.: Lo que la Virgen celebra en el Magníficat es el advenimiento de los tiempos mesiánicos, como lo expresa en el versículo final (véase Lucas 1, 54 s. y nota). María profetiza, en sus varios aspectos, una sola cosa: el triunfo de los pobres, esto es: la confusión de los soberbios, la deposición de los poderosos, la exaltación de los humildes, la hartura de los hambrientos y la inanidad de los ricos (Lucas 1, 51-53). Tales debían ser, pues, las características esenciales del Reino mesiánico. Véase 32, 1; Salmos 71, 2 y nota. Herirá a la tierra: Cf. Salmos 2, 9; 44, 5 ss. 109, 2 y 5 s.; Apocalipsis 2, 27; 12, 5; 19, 15 y notas. Matará al impío: Es lo que el Nuevo Testamento predice respecto al Anticristo (cf. II Tesalonicenses 2, 8). El Cardenal Gomá aplica esta profecía a los predicadores cristianos que “pasan por el mundo, hace ya veinte siglos, conquistando todas las cosas para Dios y su Cristo. Es la predicación cristiana la verificación de la gran profecía sobre el Cristo de Dios, el Ángel del gran Consejo: Herirá a la tierra con la vara de su boca, y con el aliento de sus labios dará muerte al impío” (Biblia y Predicación, p. 54).

* 6 ss. ¡Qué magnífica visión! La paz invadirá al mundo; “la justicia y la paz se besarán”, como dice el salmista (Salmos 84, 11). Cf. Salmos 45, 9 ss. Esta paz general es imagen de la restauración de todas las cosas por Jesucristo. Véase 2, 4; 66, 22; Ezequiel 34, 25; Zacarías 9, 10; Romanos 8, 19 ss.; II Pedro 3, 13; Apocalipsis 21, 1 y notas. Las figuras bajo las cuales se describe la paz mesiánica, recuerdan los días del paraíso que el Redentor ha de restaurar de una manera más sublime cuando separe de la naturaleza la maldición que sobre ella pesa y cuando aparezca “un cielo nuevo y una tierra nueva”, según la profecía de San Pedro (II Pedro 3, 13). San Ireneo, San Teófilo, Lactancio y algunos exégetas modernos toman la profecía en sentido literal y creen que los animales feroces un día volverán a hacerse mansos como en los días del paraíso terrenal. Cf. 65, 25; Deuteronomio 28, 68; Oseas 2, 18: Eclesiástico 39, 39 y notas.

* 10. Su morada (San Jerónimo: su sepulcro): Es el monte Sión, su residencia (Fillion). Otros autores, fundándose en la versión de San Jerónimo, refieren este pasaje al Santo Sepulcro, diciendo que “aún ahora se cumple esta profecía en los santos lugares de Jerusalén, visitados desde los primeros tiempos de la Iglesia por reyes, sabios, potentados y gentes de todo el orbe”. Pero Knabenbauer advierte: “Caveant igitur concionatores, ne sensum et explicationem Sancti Hieronymi auditoribus suis tamquam vaticinium Spiritus Sancti vendant” (Simón-Prado).

* 11. Patros es nombre del Egipto meridional. Elam, país situado en el sudoeste de Persia; Sinear: Babilonia; Hamat: ciudad de Siria; las islas del mar: las islas del Mediterráneo y países de Occidente. Nuevamente: Según San Jerónimo, el profeta quiere decir con esto, que Dios, después de haber extendido su mano para tomar posesión del pueblo de los gentiles, cuando se convirtieren a la fe, la extenderá por segunda vez sobre los hebreos al fin de los tiempos, para que también la abracen. Cf. Romanos capítulo 11.

* 13. En aquel tiempo no existirá más emulación entre Judá e Israel. Vivirán como hermanos. Véase Ezequiel 37, 21 ss.

* 14. Al occidente: Quiere decir que harán conquistas entre los pueblos paganos. Lo mismo significa el segundo hemistiquio. Es una maravillosa profecía de la misión apostólica entre todos los pueblos del mundo.

* 15. La lengua del mar de Egipto: el Mar Rojo en su parte septentrional. El rio: el Éufrates (véase 8, 7).

* 1. Empieza aquí un admirable cántico en acción de gracias, que reviste la misma alegría que aquel que cantaron los israelitas después de haber sido salvado» en el paso del Mar Rojo. Porque después de airarte contra mí se aplacó tu, ira. Literalmente: porque te airaste contra mí y (después) se aplacó tu ira, como si se bendijera la cólera divina, porque ha sido causa de conversión y de consuelo.

* 2. Yah, forma abreviada del nombre Yahvé. Cf. Salmos 88, 9 y nota.

* 3. Texto citado en la liturgia del Sagrado Corazón. Se refiere en primer lugar a las aguas portentosas que Dios prodigó en el desierto (Éxodo 15, 25; 17, 1 s.). En sentido típico representan estas fuentes la divina palabra salida de Cristo (San Jerónimo y San Cirilo) o los santos sacramentos y los dones y frutos del Espíritu Santo (San Ambrosio). Cf. Juan 7, 38; I Corintios 10, 4. Cualquier sistema humano, por poderoso que sea, que intentase alejar al hombre de estas fuentes de vida y alegría, pronunciaría contra sí mismo la sentencia dé condenación.

* 4. Pregonad sus obras entre los pueblos: “La alabanza del Señor debe resonar a lo lejos, ya que la liberación de la nación escogida interesa a todos los pueblos, pues todos participarán algún día de ella” (Cardenal Gomá, Salt., p. 119). Cf. Salmos 104. 1.

* 1. Este capítulo es una descripción profética de la toma de Babilonia que tuvo lugar el año 538, o sea, 200 años después de Isaías. Algunos modernos quieren ver en estos capítulos (13 y 14) la ruina del imperio asirio (cf. Daniel 5, 30 y nota). Babilonia es el prototipo de los enemigos de Dios. Como aquélla, así serán destruidos también éstos. Oráculo contra Babilonia, literalmente: carga sobre Babilonia. Carga. (Vulgata: onus) se llaman las profecías conminatorias. Cf. 14, 28; 15, 1; 17, 1, etc.

* 3. Mis consagrados: Así llama Dios a las huestes que han de destruir el poder de Babilonia. Son instrumentos consagrados para ejecutar los designios de Dios; aunque paganos, están al servicio de Dios y cumplen una misión sagrada.

* 6 ss. En los versículo 6-8 se da un cuadro del espanto que sobrevendrá a los babilonios cuando vean inminente la ruina.

* 9. El día de Yahvé: el día del juicio y de la venganza que Dios va a tomar de los pecadores. Véase 2, 12 y nota; 61, 2; Jeremías 12, 3; 17, 18; Amós 6, 3; Malaquías 4, 1; Mateo 24, 29.

* 12. El sentido es: Nadie podrá rescatarse con oro y plata. Oro de Ofir: el oro más puro, que los navegantes traían de la costa oriental del África (cf. III Reyes 9, 28).

* 16. Los soldados conquistadores matarán a todos, hasta los niños. Cf. Salmos 136, 8 y la destrucción de la Babilonia apocalíptica (Apocalipsis capítulo 18).

* 17. Los medos y persas bajo el mando de Ciro se apoderaron de Babilonia en el año 538 a. C Véase Daniel 5, 30. No buscan plata: característica de los persas, según Jenofonte (Cyrop.).

* 20. La maldición perdura hasta hoy. Nadie ha osado reedificar la ciudad maldita; ni siquiera los nómadas levantan sus toldos sobre las ruinas de la misma.

* 21. Los búhos: Vulgata: dragones. Sátiros; en hebreo Seirim (cf. Levítico 17, 7; II Paralipómenos 11, 15; Isaías 34, 14). Así llamaba la gente supersticiosa a los demonios que, según creencia popular, tenían cuerpo de macho cabrío y estaban confinados en el desierto.

* 22. Perros salvajes (otros: chacales; Vulgata sirenas): sinónimo de monstruo terrestre (San Jerónimo). “Largos siglos después de Isaías, San Juan retomó esta descripción en su Apocalipsis, para aplicarla a la Babilonia occidental” (Fillion).

* 1. Los extranjeros: Alusión a los gentiles que abrazarán la verdadera religión junto con Israel. Cf. 2, 2; 56, 3 ss.; Zacarías 8, 22 s.; Romanos 11, 12 ss.

* 8. Los reyes de Babilonia cortaron los abetos y cedros del Líbano a fin de utilizarlos para sus construcciones. Por eso los mismos árboles se alegrarán el día en que se derrumbe Babilonia.

* 9 ss. Scheol (Vulgata: infierno), la morada de los muertos. Cf. Job 19, 25 s. y nota. Gigantes: otra traducción: los muertos. Es en hebreo la palabra Refaím, que significa ambas cosas. Cf. Job 26, 5 ss. y nota. Se fustiga en este pasaje la vana soberbia del rey de Babilonia, que será objeto de escarnio en el mismo infierno. Él profeta anuncia al rey la más profunda caída, diciéndole: “Los moradores del infierno, los reyes y príncipes, aquellos héroes terribles y famosos a quienes tú antes habías despojado de la vida, quedando suspensos y atónitos al ver tu caída, te saldrán al encuentro para recibirte e insultarte cuando llegues. Cuando esto sea se levantarán de sus sillas, te cederán el primer lugar del infierno como a su conquistador, rey y monarca, y te escarnecerán diciendo: ¡Oh tú que te creías inmortal, mira cómo también has sido herido de muerte del mismo modo que nosotros! ¡Mira cómo tu soberbia ha sido abatida hasta los infiernos, y cómo tu cadáver está tendido por tierra como si fuera el de un perro o de un jumento; no tendrá otra alfombra sobre la que descanse ni otra cubierta que lo abrigue sino la polilla, los gusanos, la corrupción! ¿Dónde está ahora tu arrogancia?” (Scío).

* 12. Astro brillante, o Lucero (Vulgata: Lucifer) es llamado el rey de Babilonia, por su orgullo y arrogancia diabólica. Este nombre, lleno de sarcasmo es usado aquí por única vez en la Escritura. En sentido espiritual el nombre de Lucifer o Luzbel ha sido aplicado a Satanás o algún príncipe de los demonios. Cf. Lucas 10, 18; Apocalipsis 12, 9. Dice al respecto San Jerónimo: “Lucifer, que nació a la mañana, cayó del cielo, y el que fue hartado con los deleites del paraíso, mereció oír: «Si te levantares cual águila, ahí te derribaré, dice el Señor» (Abdías versículo 4). Porque había dicho en su corazón: «Colocaré mi asiento por encima de las estrellas y seré semejante al Altísimo.» El mismo Doctor Máximo pinta la actividad de Lucifer, diciendo: “El diablo no anda en pos de hombres infieles, no asecha a los de afuera… se empeña en robar las almas de la Iglesia… El demonio quiere derribar a hombres como Job, y, echado a perder Judas, pide poder zarandear a los apóstoles.” (Ad Eustoquia) De ahí que en la época que precederá a la caída de la Babilonia mundial, el Anticristo u hombre de pecado vendrá con el poder de Satanás (II Tesalonicenses 2, 9) y querrá asimismo «poner su asiento en el Templo de Dios, dando a entender que es Dios»” (II (Tesalonicenses 2, 4).

* 13. El monte de la Asamblea. San Jerónimo vierte monte del Testamento, lo que dio lugar a identificarlo con el monte Sión (cf. Salmos 47, 3). De ahí que los antiguos intérpretes creyeran que el rey de Babilonia había soñado con sentarse en el Santísimo del Templo de Jerusalén. Sin embargo esta aplicación ha sido abandonada por los exégetas modernos, ya que el texto hebreo no habla del monte del Testamento, sino del monte de la Asamblea; nombre que en el concepto de los babilonios significaba el monte Aralu situado al norte, en lo más recóndito del Septentrión, donde ellos localizaban la morada de los dioses, como los griegos en el monte Olimpo.

* 14. Cf. Jeremías 51, 53; Amos 9, 3; II Macabeos 9, 10; Daniel 3, 22; Hababuc 2, 9; Ezequiel 24, 14 ss.

* 23. Lo barreré con la escoba: Los medos y persas a manera de escoba barrieron el suelo de Babilonia, no dejando restos de autonomía. Las lagunas de aguas fangosas se formarán por falta de habitantes que cuiden los canales.

* 26. Así como fue destruida la orgullosa Babilonia, serán juzgadas todas las naciones que se levanten contra el pueblo escogido. Cf. 41, 11; 49, 25; Joel 3, 1 ».; Ezequiel 28, 26; 38, 16; Sofonías 3, 8. Sobre los asirios cf. 5, 25 y nota.

* 29. De la serpiente saldrá, etc.: Parábola que señala la gradación del mal. Su fruto será una serpiente voladora: Vulgata: Lo que de él saldrá, engullirá aves. Según el texto hebreo se trata del dragón. Cf. 30, 6, donde aparece el mismo monstruo. En 27, 1 y Job 26, 13 se llama “serpiente tortuosa”. Ambos epítetos (“voladora” y “tortuosa”) caracterizan a la “Serpiente antigua” (Apocalipsis 12, 9), “el gran dragón” (ibíd.), “que se llama el Diablo y Satanás, el engañador del mundo” (ibíd.).

* 31. La humareda que viene del norte, figura a los asirios.

* 32. Los embajadores que los filisteos y otros pueblos enviarán a Jerusalén para ofrecer a los judíos una alianza contra el enemigo común.

* 1. Este capítulo de desbordante vigor profético es, con el siguiente, la descripción de la invasión de Moab por los asirios. “El profeta muestra la benevolencia de Jerusalén, mezclada de ironía, hacia los invadidos descendientes de Lot, que en Sión encontrarán un refugio contra el invasor” (Nácar-Colunga). Figuran en este oráculo casi todas las ciudades de Moab. Ar-Moab: capital de Moab, situada sobre el Arnón. Kir-Moab (Vulgata: el muro de Moab) era una fortaleza moabita que estaba en el sitio donde hoy día se levanta la ciudad de El Kerak.

* 2. La casa de Moab, es decir, el pueblo de Moab, sube a las alturas para ofrecer sacrificios a los ídolos. En los alrededores de Dibón (hoy Dibán) se hallaba el santuario de Camos, dios principal de los moabitas. Allí se descubrió en 1868 la célebre inscripción del rey Mesa de Moab, la más antigua inscripción hebrea, pues los moabitas hablaban un dialecto hebreo. Nebó no es el monte del mismo nombre, sino una ciudad (Números 32,3), lo mismo que Medebá, famosa por sus ruinas que contienen muchos restos de iglesias de la época cristiana, entre ellas un mapa palestinense en forma de un mosaico. Rasuradas: Cf. Levítico 19, 27 y nota.

* 3. Ceñidos de saco, o sea de cilicio.

* 5. Eglat-Schelischiah. Vulgata: novilla de tres años, lo cual corresponde al sentido etimológico. Bover-Cantera: la tercera Eglat.

* 9. Los pocos moabitas que quedaren perecerán por nuevas calamidades.

1. Enviad los corderos al dominador del país, es decir, al rey de Judá. Según esta interpretación, los moabitas son invitados a mandar corderos a Jerusalén. Es ésta una alusión al tributo de cien mil corderos y cien mil carneros que en un tiempo tenían que pagar a Israel (IV Reyes 3, 4 as.). Sela (o Petra): nombre de la capital de los idumeos, situada en el Wadi Musa, entre el Mar Muerto y el golfo de Akaba. La liturgia emplea este texto en sentido mesiánico, de acuerdo con la interpretación de San Jerónimo, que ve en el Cordero a Cristo y traduce: Envía, Señor, el Cordero, dominador de la tierra. Cf. 64, 1 con nota y las palabras de San Juan Bautista, quien llama a Cristo “Cordero de Dios” (Juan 1, 29).

* 2. Arnón, hoy día Wadi Modschib, el rio principal de Moab. que desemboca en el Mar Muerto.

* 3 s. Es el mensaje de las hijas (ciudades) de Moab al rey de Judá. Reconocen que no hay otro que pueda salvar a los pocos sobrevivientes.

* 5. Todos sostienen que este versículo se refiere a un rey poderoso y único por sus cualidades, que no puede ser otro que el Mesías (cf. 9, 1-7; 11, 1-5). Se refiere sobre todo al trono inconmovible que el Señor había prometido en otro tiempo a David (II Reyes 7, 12 ss.). Otros lo refieren al rey Exequias que reinó en tiempos de Isaías (721-693).

* 6 s. Judá contesta negativamente, diciendo, no sin ironía, que se valgan de su arrogancia y altivez. Kir-Haróset, llamada en versículo 11: Kir-Hares, y en 15, 1: Kir-Moab. La Vulgata vierte: los muros de ladrillos cocidos, que es lo que significa el nombre de la ciudad.

* 8. Los viñedos de estas ciudades moabitas se extendían entre el desierto de Arabia y el Mar (Muerto). Puede entenderse también de la numerosa población de las mismas.

* 9. El grito (del que pisa) el lagar: en hebreo hedaá, esto es: exclamación de júbilo de los lagareros cuando pisan el lagar. Lo mismo en el versículo 10. Cf. Jeremías 25, 30; 48, 33. El lagar es símbolo de la calamidad y del castigo. Cf. 63, 2 s.; Lamentaciones 1, 15; Apocalipsis 19, 15.

* 10. Campo fructífero (Vulgata: Carmelo). En hebreo una misma palabra significa Carmelo y campo fértil. Aquí se trata de las fértiles campiñas de Moab.

* 12. Los sacrificios ofrecidos por los moabitas a sus ídolos serán ineficaces, porque es Dios quien ha decretado su perdición.

* 14. Como años de jornalero: años de duros sufrimientos. Los enemigos que tuvieron que destruir a Moab fueron los asirios.

* 1. “Este discurso es el desarrollo de las dos profecías de 7, 16 y 8, 4. que anuncian la ruina del reino de Damasco y del reino de Efraím, o sea, de las diez tribus. Se puede atribuir su composición al tiempo de la expedición de Teglatfalasar contra Rasín y Facee” (cf. 8, 4) (Crampón).

* 2. Las ciudades de Aroer, etc.: Los Setenta: Las ciudades serán abandonadas para siempre.

* 3. Los dos reinos de Damasco (Siria) y Efraím (Israel) se habían aliado contra Judá. Su gloria, esto es, todo su poderío, será destruido por los asirios, quedando solamente algunas miserables reliquias.

* 4 ss. La gloria de Jacob: el poder del reino de Israel. En tres imágenes se muestra la ruina de este reino: se marchita, pierde su gordura, y será como las espigas que se buscan después de la mies. Cf. 24, 13.

* 7. Nótese la esperanza de la conversión del resto de Efraím. El Santo de Israel: Dios.

* 8. Ascheras: ramas o troncos de árboles que eran símbolos de la diosa pagana Astarté. La Vulgata traduce bosques. Cf. Éxodo 34, 13; Deuteronomio 7, 5; Jueces 6 , 28; III Reyes 14, 15 y 23; IV Reyes 17, 10 y 16; 21, 3, etc. Las imágenes del sol (Vulgata: templos): eran estelas o columnas erigidas en honor del dios Baal-Hammán.

* 10. La Roca de tu fortaleza: Dios. Y sin embargo, es tierno como una madre. Cf. Salmos 17, 2 y nota. Jardines de deleite: Alusión a la idolatría del reino de Israel, lo mismo que simiente extraña (culto tributado a dioses ajenos).

* 12 ss. Este oráculo se refiere a la derrota de Senaquerib (IV Reyes 19, 25). Será al fin aniquilado el que aniquiló a Israel. Dios, dice San Agustín, arrojará al fuego el látigo con que los hirió. La rapidez de la catástrofe se refleja en las expresiones gráficas del versículo 14.

* 1. Confiesa ya San Jerónimo que esta profecía es oscurísima. Trata de Etiopia, cuyos reyes en tiempo de Isaías dominaban la mayor parte de Egipto. El rey etíope Sabaca había enviado su sobrino Taraca con un ejército para socorrer al rey de Judá contra Senaquerib (IV Reyes 19, 9). Isaías desaprueba la alianza con los etíopes y egipcios, porque sólo Dios puede y quiere salvar a su pueblo. El país del Nilo se llama tierra del zumbido de alas (Vulgata: címbalo de alas), en alusión a sus innumerables cantidades de moscas, o por el ruido de las langostas que venían de allí, o tal vez, por el tumulto de las armas de sus ejércitos. Véase 7, 18 donde Egipto es comparado con un enjambre de moscas. En cuanto a la ubicación histórica de la embajada, véase Jeremías 37, 6 ss.

* 2. Barcos de papiro, porque los etíopes, como los egipcios, se servían de las fibras de papiro para fabricar botes. El profeta pide a los mensajeros que vuelvan al pueblo de alta estatura, esto es, a Etiopía. San Jerónimo vierte este verso de otra manera: (Etiopía) Que envía embajadores al mar, en barcos de papiro sobre las aguas. Id, mensajeros veloces, a una nación desgajada y despedazada, a un pueblo terrible, después del cual no hay otro, a una nación que espera y es hollada, cuya tierra se comen los ríos.

* 3 ss. Los versículos que siguen, se refieren a los asirios, que invadirán a Egipto, pero no harán daño a Etiopía. Si Asur cae, todos los pueblos han de verlo (versículo 3). Dios deja crecer a Asiria pero antes de la cosecha la abatirá (c. 5), arrojando los cadáveres de sus guerreros para alimento de las bestias (versículo 6). Véase 37, 36.

* 7. Será traída una ofrenda, etc.: “Manera de expresar que los etíopes se convertirán al Dios de Judá. Otros oráculos anuncian este bendito acontecimiento. Cf. 45, 14; Salmos 67, 32; Sofonías 3, 10. Su realización completa no debía tener lugar sino en la época del Mesías” (Fillion). Cf. 66, 20, donde esta profecía se extiende a todos los pueblos.

* 1. Cf. Éxodo 12, 19; Números 33, 4 y nota. Los santos Padres descubren en estas palabras una profecía de la huida del Niño Jesús a Egipto (cf. Oseas 11, 1; Mateo 2, 15). Literalmente se dirige el vaticinio a la visita que Dios hará a los egipcios por medio de guerras civiles (versículo 2) e invasiones de ejércitos extranjeros (versículo 4). Las grandes tribulaciones contribuirán a convertirlos. Fue efectivamente Egipto el primer país, fuera de Palestina, donde se arraigó la religión de Yahvé de tal manera que allí se hizo la primitiva traducción del Antiguo Testamento al griego, la llamada de los Setenta.

* 4. Un dueño duro: se refiere al rey de Asirla, probablemente Asarhaddón, que ocupó el país en el año 672 y lo dividió en muchos pequeños reinos tributarios.

* 5 ss. Descripción de la sequía, producida por falta de la inundación anual del Nilo. que comienza en el mes de agosto. Todo el país vive de este gran rio, cuyas inundaciones periódicas producen la fertilidad de los campos.

* 11. Tanis (Zoan), la antigua capital de Egipto en tiempo de Moisés. Véase Salmos 77, 12 y nota

* 13. Menfis, ciudad de Egipto, cuyas ruinas se hallan a 20 kilómetros al sur de la actual capital de Egipto.

* 14. Comentando este versículo dice San Juan de la Cruz: “El Señor mezcló en medio espíritu de revuelta y confusión. Que en buen romance quiere decir, espíritu de entender al revés… no porque Dios les quisiese ni les diese efectivamente el espíritu de errar, sino porque ellos se quisieron meter en lo que naturalmente no podían alcanzar. Enojado de esto, los dejó desatinar, no dándoles luz en lo que Dios no quería que se entrometiesen.”

* 16 ss. “Egipto, después de haber experimentado la venganza divina, se convertirá al Señor y gozará, como Asiria, de privilegios iguales a los de Israel. Esta parte de la profecía se divide en cinco incisos, cada uno de los cuales comienza por las palabras «en aquel día»” (Vigouroux, Bible Polyglotte).

* 18. Hablar la lengua de Canaán (el hebreo), lo mismo que jurar por el Señor de los ejércitos, significa profesar la religión del Dios de Israel. Por la Ciudad del Sol ha de entenderse On, llamada más tarde Heliópolis, ciudad en la cual se practicaba el culto de Ra, dios del sol. Cf. Jeremías 43, 13. En los alrededores de las ruinas de la Ciudad del Sol está hoy día una capilla dedicada a la Sagrada Familia, que, según la leyenda, en el viaje a Egipto se detuvo allí para descansar y sacar agua de la fuente.

* 19. Un monumento, a la -manera de los obeliscos egipcios que pretendían ser monumentos en honor del dios Sol.

* 20 ss. Isaías pinta en estos versículos la era del Mesías, aquel florecimiento del cristianismo en los primeros siglos, en que Egipto se convirtió en plantel de ciencia y piedad. El altar del Señor erigido en medio de Egipto y el monumento del Señor que estará junto a sus confines (versículo 19), mostrarán que todo el país pertenece al Señor.

* 23 ss. Con todos los castigos Dios persigue un fin superior: la salud mesiánica, la fundación del Reino que abarcará a todos los pueblos (véase 2, 2-4). Israel será una bendición en medio de la tierra (versículo 24). Cf. 14, 1; 45, 14; 49, 22 s.; 66, 20; Salmos 71, 9ss.; Jeremías 31, 34; Zacarías 2, 9.

* 1 ss. Tartán: no nombre propio, sino título que llevaban los jefes de los ejércitos asirios (cf. IV Reyes 18, 17). El rey Sargón es el segundo de este nombre. Reinó de 722 a 705 a. C. tomó la ciudad de Samaría y envió en 711 otro ejército a Palestina, que se apoderó de Azoto (Asdod), ciudad de los filisteos. Se trata de una profecía simbólica, puesto que el profeta ha de sacarse el vestido y los zapatos. Su cumplió la profecía en las guerras que los reyes asirios, especialmente Asarhaddón (681-669) hicieron contra Egipto y Etiopia (cf. 19, 4 y nota). Fue para mostrar a los judíos la debilidad del coloso egipcio en el cual habían puesto su esperanza. De ahí la exclamación al final del capítulo (versículo 6). “Isaías no tuvo empacho de dejarse ver en tal estado, despreciando la confusión, y fue figura de la humillación de Jesucristo y de su desnudez en la Cruz” (Páramo).

* 6. Los habitantes de esta tierra: literalmente: los habitantes de esta isla. La isla es Judá, por estar situada entre Asiria y Egipto y expuesta a todas las tormentas de la política internacional de entonces. El pueblo de Judá debe conocer cuan vano es confiar en hombres y alianzas.

* 1. El desierto del mar. Con este nombre se designa a Babilonia también en inscripciones cuneiformes de Asiria, sea por la proximidad de su territorio al mar, o por los numerosos canales que la atravesaban, dándole el aspecto de un delta.

* 2. Alusión a los pueblos llamados para acabar con Babilonia: los elamitas. medos y persas. Los gemidos: las lamentaciones de los pueblos oprimidos por Babilonia. La profecía se refiere al asedio de Babilonia que tendrá lugar siglo y medio después de la muerte de Isaías, y dará libertad al pueblo judío cautivo en Babilonia. Cf. la semejanza con el capítulo 13.

* 4. La noche que era mi deleite. Vulgata: Babilonia, mi amada.

* 5. En vez de poner la mesa: Parece una predicción del festín de Baltasar, descrito en Daniel, capítulo 5.

* 6 ss. El atalaya es el mismo profeta. En forma dramática ve el profeta, como centinela de Dios, lo que ha de suceder, y comunica a su señor lo que ha visto, es decir, el cumplimiento del castigo. Jinetes de dos en dos (versículo 7): Otra traducción: dos caballeros. Alusión a los medos y elamitas. Cayó, cayó Babilonia (versículo 9): Esto mismo se dirá de la Babilonia de los tiempos del fin (Apocalipsis 18, 2).

* 10. Trilladura mía: el pueblo escogido. Lo mismo significa la expresión pueblo de mí era. Isaías se dirige a su pueblo y le dice: – “Vosotros, pueblo mío, a quienes el Señor con el brillo de los trabajos y de las aflicciones purifica y limpia como se limpia el trigo en la era y se separa de la paja, estas plagas os he anunciado para que escarmentéis en cabeza ajena, y para que temiendo al mismo Señor que os amonesta, y honrándole, merezcáis tenerle por vuestro Padre y por vuestro protector” (Scío).

* 11 s. Duma significa silencio: se usa aquí como nombre simbólico de Edom o Seir, situado al sur y suroeste del mar Muerto. El nombre de Duma que le da el profeta, alude a su fatal destino. El oráculo es, sin embargo, oscuro. Por la noche se pueden entender las calamidades que sufre Edom. El centinela no da respuesta positiva, sino que exhorta a los idumeos a hacer penitencia. Si queréis preguntar, preguntad: Puede traducirse: si queréis buscar, buscad; es decir: si buscáis el remedio, buscadlo de quien es capaz de dároslo, que es el mismo Dios, y ningún otro. El oráculo parece un fragmento, lo mismo que el siguiente sobre Arabia.

* 13. Dedán, región donde vivían los Dodanim, tribu árabe, aquí representante de toda la península de Arabia.

* 14. Tema, región del noroeste de Arabia. El sentido es: derrotados se entregan a la fuga hacia el sur y piden pan. El enemigo viene, pues, del norte, de Asiría y Babilonia.

* 16. Cedar, parte septentrional del desierto de Arabia.

* 1. Valle de la visión: Así es llamada Jerusalén, por ser el lugar preferido de las revelaciones de Dios. El nombre alude, tal vez, al monte Moriah, en que estaba el Templo y que significa “Visión de Dios”. Véase Génesis 22, 2 y 14. La gente de Jerusalén está sobre los tejados, como en tiempo de fiesta, en vez de hacer penitencia y evitar la inminente catástrofe. ¡Cuántas veces no bailan los hombres sobre el cráter del volcán que está por devorarlos! En aquel trance sólo Isaías y sus pocos discípulos no participaban de la común alegría. «Con su mirada profunda medía la grandeza del peligro que amenazaba a su patria; y al varón prudente y reflexivo le daba en rostro aquella efervescencia malsana, aquella ligereza inconcebible, y aquel vano confiar en los medios puramente humanos, sin contar para nada con Dios. Y como profeta, como patriota, lanzó contra sus atolondrados conciudadanos esa acerada invectiva…» (Fernández, Flor. Bíblico II p. 7).

* 4. Hija de mi pueblo: Jerusalén. Véase versículo 15 ss. y nota.

* 6. Kir es nombre de una región de la Persia sudoccidental. De Elam y Kir son las tropas auxiliares del ejército enemigo (asirio).

* 8. Judá no confía en Dios, sino en las armas, que se guardan en la casa del Bosque del Líbano, construida por Salomón (III Reyes 7, 2; 10, 17).

* 9. Ciudad de David: Así se llamaba el barrio que se extendía al sur del monte Sión. La piscina de abajo: probablemente la piscina que hoy se llama Birket el-Hamra, situada al Este de la piscina de Exequías.

* 13. Comamos y bebamos: He aquí el lema clásico de los epicúreos e incrédulos. Véase Sabiduría 2, 6-9; I Corintios 15, 32.

* 15 ss. Sobná, ministro de Ezequías y partidario de la alianza con los egipcios, combatida tantas veces por Isaías en nombre del Altísimo (cf. 37, 3 ss.). Se ve aquí la venganza del corazón de Dios dolorido por los males de su esposa Israel (versículo 4).

* 22. Sobná caerá y Eliaquim será elevado: La llave es símbolo del poder (cf. Mateo 16, 19; Apocalipsis 3. 7). Eliaquim es figura de los que guardan las llaves de la Iglesia. “Como el histórico mayordomo recogió del suelo las llaves de la Casa de David, así algún día el futuro Caudillo de Israel las recogerá con mayor gloria (Isaías 22, 20 ss.), recibiéndola» de mano del mismo Cristo… que con ellas le transmitirá su realeza suprema, como con parecida figura simbólica transmitió a Pedro el supremo sacerdocio” (Ramos García, Estudios Bíblicos 1949, p. 121).

* 24. Vasos, copa, jarros: nombres simbólicos. El sentido es: toda su familia, los chicos y los grandes dependerán de él.

* 1. En cuanto a la forma literaria, este capítulo es uno de los más hermosos. Es una elegía sobre Tiro, capital de Fenicia y emporio importantísimo, que parecía inexpugnable. Por eso el rey de Judá creía poder apoyarse en la misma, como en Egipto, contra los asirlos. La visión tiene por objeto convencer al rey de lo vano de sus esperanzas. Naves de Tarsis: los buques de mayor tonelaje que hacían la travesía de los mares occidentales y llegaban hasta Tarsis, probablemente Tartessus, situada en España. De vuelta de Tarsis pasaban las naves por Kitim o Asia Menor, y allí se les da a los navegantes la noticia de la destrucción de su patria. No hay casa ni entrada: el puerto no existe más.

* 2. Isla: Tiro era isla. Más tarde la unieron con el continente. Sidón, otra ciudad y puerto de Fenicia, hoy día Saida. Hasta la tierra de los tirios y sidonios extendió Jesús sus viajes apostólicos y sanó allí a la hija de una mujer fenicia (Mateo 15, 21 ss.).

* 3. Las ciudades de Fenicia compraban y vendían los productos del país del Nilo, especialmente el papiro, que crece en las aguas abundantes del Nilo. Biblos (Gebal), una de las ciudades fenicias, exportaba casi exclusivamente papiro. De ahí el nombre griego biblion (libro) que dio nombre a la Biblia.

* 4. Tiro fui fundada por Sidón. Su caída es la vergüenza de Sidón, su madre.

* 6. ss. Pasad a Tarsis: Como si dijera: huid a vuestras colonias, pues Tarsis era colonia de los fenicios, lo mismo que Cartago. Los versículos 7 y 8 dan el mismo sentido.

* 10. Hija de Tarsis, o sea: Tiro, la colonia, no tendrá más ceñidor o dueño, sino que gozará de la independencia. La Vulgata dice: hija del mar, es decir, Tiro.

* 11. De Canaán, porque los fenicios formaban parte de los cananeos. Predicciones de la ruina de Tiro se hallan también en Jeremías 27, 3; 47, 5; Ezequiel capítulos 26-28; Joel 3. 4 ss.; Amós 1, 9 ss.; Zacarías 9, 3 ss.

* 13. Texto diversamente traducido. Vigouroux (Bibl. Polyglotte) ve aquí una referencia a la victoria de Sargón sobre Merodac-Baladán, que se había apoderado de Babilonia (Caldea) y erigido un nuevo reino caldeo, que durará muy poco tiempo. Vigouroux propone la siguiente versión: Mira a la tierra de los caldeos, un pueblo que ya no existe más. Asur lo ha entregado a las bestias salvajes ha destruido sus torres y devastado sus palacios, lo ha convertido en ruina.

* 15. Tiro quedará en el olvido por espacio de 70 años, en cifra redonda: esto es, tal vez desde el tiempo de Nabucodonosor hasta los tiempos de Ciro. Sin embargo, será destruida más tarde por Alejandro Magno, pero resucitará de nuevo.

* 18. La ciudad pagana ayudará a los israelitas después del cautiverio (Esdras 3, 7; Nehemías 13, 16). El sentido mesiánico de este pasaje está fuera de duda. Se cree comúnmente que se cumplió en la visita de Jesús al territorio de los tirios y sidonios (véase nota 2) y en la conversión de esa región al cristianismo. Pero es muy probable que se esconda en él un acontecimiento escatológico relacionado con la vuelta de Israel a Palestina y la conversión de los judíos.

* 1. Los oráculos contra los pueblos paganos rematan en una profecía escatológica que abarca los capítulos 24-27. Destrucción y ruina de ciudades y pueblos será el preludio del juicio universal, así como la destrucción de Jerusalén forma parte de la profecía acerca del fin de los tiempos (Mateo 24). Los cuatro capítulos forman un verdadero apocalipsis y son, como todos los discursos apocalípticos, muy oscuros. “El profeta se desliga cuanto puede del medio ambiente histórico que le rodea y se traslada en espíritu a los tiempos futuros, cercanos al fin de las cosas, para pintarnos la manifestación de la justicia de Dios contra la impiedad, y su misericordia para con los justos. La primera abarca 24, 1-23 y 25, 6-12 y 26, 1-6. A las manifestaciones de la cólera vengadora de Dios siguen el afianzamiento de su imperio, la manifestación de su generosidad hacia los salvados todos y el canto de alegría de éstos. En todo esto se habla de Dios en tercera persona” (Nácar-Colunga).

* 2. Enumeración elocuente de doce clases sociales. Quiere decir que de esas calamidades nadie estará exento.

* 5. La alianza eterna, que Dios hizo con todo el género humano en tiempos de Noé (Génesis 6, 18). Otros expositores piensan en la Alianza del Sinaí, de manera que la corrupción de Israel seria figura de la corrupción general.

7. Llora el vino: Vulgata: llora la vendimia; Bover-Cantera: se ha agotado el mosto.

* 10. La ciudad de la vanidad: vanidad tiene el significado de idolatría. Se ha identificado la ciudad de la vanidad con Babilonia, la cual, a su vez es figura de todas las ciudades corrompidas. Cf. I Pedro 5, 13; Apocalipsis, capítulo 18.

* 13. Todos los malhechores serán juzgados y quedará solamente un pequeño número de justos (cf. versículo 6; 17, 6).

* 16. Por el Justo entienden algunos al Justo por excelencia: Jesucristo. Estoy perdido: Todavía no ha llegado el fin de la corrupción y de los castigos. El profeta ve calamidades más espantosas, pero no se anima a revelarlas. “No puedo decir todo lo que veo, y por eso tengo que guardarlo en secreto dentro de mi pecho; la lengua se me queda pegada a las fauces, el dolor me ahoga en la garganta las palabras” (San Jerónimo). (“Et dixi: «Secretum meum mihi, secretum meum mihi, Vae mihi!»”).

* 18 ss. Véase Jeremías 48, 43-44; Amós 3, 19; 9, 14; II Pedro 3, 13.

* 21. El Señor castigará a la milicia del cielo, es decir, los dioses astrales que los gentiles adoraban. Otros refieren este pasaje a los ángeles rebeldes. Véase Génesis 2, 1; III Reyes 22, 19; Efesios 2, 2; 6, 12; II Pedro 2, 4; Judas versículo 6; Apocalipsis 20, 2 s. No puede referirse a Génesis 6, 2, porque allí no se trata ni de ángeles ni de astros.

* 22. La mazmorra (Vulgata: lago): el infierno. Véase Apocalipsis 19, 20; 20, 3.

* 23. Véase 13, 10; Mateo 24, 29; Marcos 13, 24; Apocalipsis 4, 4. Reinará en el monte Sión: Cf. 32, 1-2; Salmos 2, 7; 44, 5-7; 109, 5 s.; Zacarías 12, 8, etc.

* 1. El profeta entona en nombre de los escogidos un himno a la divina justicia, que se manifiesta en el castigo de los impíos y en la felicidad que gozarán los justos.

* 2. Esta ciudad que Dios convertirá en un montón de ruinas, es figura del mundo perverso. Posiblemente piensa el profeta en Babilonia (en 24, 10 llamada “ciudad de la vanidad”), imagen del reino de Satán. Véase 24, 10 y nota; Apocalipsis 14, 8; 17, 18. Extranjeros: LXX: los soberbios.

* 3. Un pueblo fuerte: todos los santos y justos que forman el Reino de Dios.

* 6. En este monte, esto es. en el Sión, que es figura de la Iglesia y del reino mesiánico. Dios dará un convite de manjares riquísimos, que figuran las bendiciones de este reino y del cielo. Véase 55, 1 s.; 56, 7; Salmos 35, 9; Mateo 22, 2; Apocalipsis 19, 7. El mismo sentido se manifiesta en la imagen de la destrucción del velo que cubría a las naciones (versículo 7). El manjar exquisito es también figura del augusto Sacramento de la Eucaristía, el festín de las almas fieles.

* 8. Destruirá la muerte para siempre, etc.: Este pasaje es citado por San Pablo en I Corintios 15, 54, donde el Apóstol dice: “Cuando esto corruptible se hará vestido de incorruptibilidad, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte es engullida en la victoria.” San Pablo cita según los Setenta. Cf. Corintios 2, 9; Apocalipsis 7, 17; 21, 4.

* 10. Moab, enemigo declarado del pueblo escogido, representa aquí a todos los impíos. Véase Números 25, 2 ss.; Josué 24, 9; II Reyes 8, 2; Ezequiel 25, 8 ss., etc.

* 1. Una ciudad fuerte: La Vulgata agrega Sión. El sentido es el mismo. Es la ciudad de Dios por excelencia, símbolo de la fortaleza que triunfa sobre todos los enemigos. Cf. el cántico del capítulo 12.

* 2. Abrid las puertas: Véase Salmos 117, 19 s. y nota. Según algunos, Dios se dirige a los ángeles; según San Cirilo, estas palabras encierran una exhortación a los apóstoles y predicadores para que abran a los gentiles las puertas de la Iglesia.

* 5. Los que habitan en las alturas: Bover-Cantera vierte: los habitantes de la ciudad alta, y agrega la siguiente nota: “los que moran o se asientan en lugar elevado. Se trata de Babilonia, tipo, en todo tiempo, del poder de los enemigos de Dios”.

* 9. Cf. Salmos 101, 13; 134, 13; Éxodo 3, 15; Oseas 12, 5.

* 12. Concédenos la paz, aquella paz que sólo tienen los que confían en Dios y de la cual no tienen conocimiento los impíos (Isaías 59, 8; Romanos 3, 17). Dios la otorga a los que confían en Él, porque es el Dios de paz (Romanos 15, 33; II Corintios 13, 11; I Tesalonicenses 5, 23; Hebreos 13, 20). La paz de Dios es el mismo Dios, poseído en la tierra por la gracia, y en el cielo por la gloria (San Ambrosio). Todas nuestras obras las haces Tú: “Nuestra capacidad viene de Dios”, dice San Pablo (II Corintios 3, 5). ¿Creemos de veras en esa capacidad que viene de Dios y que nos ensancha a su divina medida? Admiremos en este pasaje la profunda humildad y gratitud de los salvados. Todo cuanto poseen y todo lo que son, lo atribuyen al divino Padre. David, dice el Eclesiástico (47, 9), en todas sus acciones dio la gloria al santo y excelso Dios. Aprendamos de David a atribuir a Dios la gloria de las obras buenas que hacemos y a decir al fin de cada obra: Gracias a Dios. “Nada, dice San Juan Crisóstomo, nada nos hace crecer tanto en virtud, ni nos pone diariamente en relación con Dios haciéndonos conversar con Él, como rindiéndole el tributo de continuas acciones de gracias” (In Psalmo XLIX). Cf. 40,29-31; Salmos 27, 7 s.

* 14. Las sombras. San Jerónimo vierte: Los gigantes: sinónimo de muertos o sombras. Véase Proverbios 9, 18.

* 15. Multiplicaste, etc. Es una profecía de la universalidad del reino mesiánico.

* 18. Hemos dado a luz viento, esto es, nada. El sentido es: sin Dios trabajamos en balde, y sin su mano poderosa todo es en vano. El ejemplo mis cercano es para el profeta la existencia de los moradores paganos del país que no han sido derrotados. Así también en la vida espiritual nos esforzamos inútilmente sin el auxilio de la gracia (Romanos 6, 23).

* 19. Vivirán tus muertos, es decir, como comenta Vigouroux, “los muertos entresacados del pueblo del Señor y, en un sentido más general, los que mueren en el Señor. Cf. Apocalipsis 14, 13. Esta profecía y la del versículo 21, no tendrán su pleno cumplimiento sino en la futura resurrección”. Cf. la visión de Ezequiel (37, 4-10); Daniel 12, 2; II Macabeos 7, 9; 12, 43; Juan 11, 24; I Corintios 15, 16 ss.; 15, 51 ss.; Fil. 3, 20 s. La lectura de la Biblia nos da una magnifica perspectiva de nuestro porvenir en lo que se refiere a la resurrección de nuestro cuerpo. Este brillo de la futura gloria vive ya desde ahora en nosotros ya que Cristo y su Espíritu santifican nuestra carne para participar, un día, en la resurrección y transfiguración. Todo sufrimiento aceptado en Cristo conduce, ya ahora, a esa transfiguración, al abatimiento de la muerte, y a la participación en la Divinidad. “Lo visible debe morir; debe hacerse invisible por un tiempo, al modo como Cristo se ocultó, por breve tiempo, para luego manifestarse en la gloria.” Por eso “es hermoso despedirse (como el sol) de lo terreno, para ir hacia Dios, porque en Dios tengo mi aurora” (San Ignacio, ad Romanos 2, 2).

* 20 s. Dios consuela a su pueblo y le exhorta a tener paciencia en la soledad (Oseas 2, 14; Apocalipsis 12, 6) hasta que Él realice el castigo de los impíos. Véase Apocalipsis 6, 9 ss.; 16, 6; 17-18.

* 1. Sobre leviatán véase Job 40, 20 ss.; Salmos 103, 26; sobre la serpiente tortuosa, Job 26, 13. Cf. también 14, 29; 30, 6- En estos monstruos se ven figuradas las grandes potencias paganas. En realidad es un solo monstruo, que es figura del diablo, la «antigua serpiente» (Apocalipsis 20, 2), que se llama huidiza y tortuosa a causa de su astucia y doblez.

* 2 ss. La viña es Israel (5, 1-7; Jeremías 2, 21; 12, 10; Joel 1, 7; Mateo 21, 33 ss.) que fue infiel y a quien Dios llamará de nuevo (Romanos 11). En sentido espiritual: la Iglesia; si bien para usar este sentido hay que tener presente que no pueden aplicarse a la Esposa inmaculada de Jesucristo esas grandes infidelidades que Dios reprocha a Israel junto con las promesas que le hace. Cf. 54, 11 ss.; 62, 4; Jeremías 3, 17 ss.; 30, 17 ss.; 31, 31 ss.; Oseas 2, 13 ss.; Miqueas 4, 6ss.; 8, 7ss.; Joel 2, 19 y 26 s.; Sofonías 3, 19; Zacarías 12, 10, etc. Marcharé contra ellas (versículo 4). El Señor no abriga ya cólera contra su viña; pelea solamente contra los enemigos de ella, que son las espinas y zarzas.

* 7 s. A los que le herían, es decir a los enemigos de Israel. Expulsándole con clemencia (versículo 8): Alusión al cautiverio que le sirvió de escarmiento.

* 9. ¡Qué precioso fruto!: el perdón de su pecado. Este fruto se logrará cuando el Señor deshiciere las piedras del altar de los holocaustos, y cuándo fueren derribados los ídolos (ascheras). Ésta misericordiosa moderación de Dios tiene por objeto excitar a Israel al arrepentimiento, y de esta manera prepararlo para el perdón de sus pecados. Tened confianza en el perdón y en la amistad de Dios, dicen San Cirilo y Santo Tomás, y no os espante la multitud y la enormidad de vuestras recaídas, ni el hábito del crimen; la misericordia que Dios ofrece y promete a los que se arrepienten es infinitamente mayor que todos nuestros excesos.

* 10. La ciudad fuerte es Jerusalén, que será destruida por los caldeos; según otros: la capital soberbia del mundo incrédulo. Véase 24, 10-12; 25, 2; 26, 5.

* 12 s. Desde el rio (Éufrates) hasta el torrente de Egipto (hoy Wadi el Arisch), que separa a Palestina de Egipto, o sea, el reino teocrático en toda su extensión (cf. Génesis 15, 18; III Reyes 8, 65). Es de notar que en el retorno del cautiverio babilónico no se cumplieron estos anuncios (Esdras 1, -2; Nehemías 9, 37 s. y notas), por lo cual ha de verse aquí la predicción de la reunión de Israel en los últimos tiempos. Cf. 59, 20, citado por San Pablo en Romanos 11, 26. Isaías usa aquí la imagen de la cosecha, imagen muy apropiada para designar la restauración de Israel y el fin de los tiempos. Cf. Deuteronomio 30, 3-5; Amós 9, 11 y 15; Zacarías 10, 8 s. Uno por uno, “poco a poco, pero sin interrupción, hasta que sea completo el pueblo mesiánico” (Fillion). El sionismo judío, fundado por Teodoro Herzl se cree heredero de esta promesa y pretende realizarla con la ayuda de las grandes potencias cristianas, ocupando poco a poco el suelo palestino, hasta ahora en manos de pobladores árabes. La gran trompeta. Véase Zacarías 9, 14; Mateo 24, 31; I Tesalonicenses 4, 16. Cf. Levítico 23, 24 y nota.

* 1. Corona de soberbia se llama Samaría por su situación en la cima de una montaña. Fértil valle: alusión al nombre de Efraím (otro nombre del reino de Israel) que significa fertilidad. La ciudad era capital de este reino y fue destruida en 722 a. C. por Sargón II rey de Asiría (IV Reyes 18, 9 s.), con lo cual se cumplió la profecía de los versículos 2-4.

* 5 s. Promesa de Dios de salvar el resto de Israel. “Entonces (en los últimos días) se salvará todo Israel, según está escrito: Saldrá de Sión el Libertador que desterrará de Jacob la impiedad; y tendrá efecto la alianza que he hecho con ellos” (Romanos 11, 26 s.). El espíritu de justicia, característica de los tiempos mesiánicos; véase 11, 3-5; Salmos 71, 2.

* 7 s. Embriagues y vino, vómito e inmundicias designan la vida lujuriosa de los jefes políticos y eclesiásticos de Israel.

* 9 s. Los malos sacerdotes y falsos profetas se ríen de Isaías repitiendo sus exhortaciones y mandatos en tono burlesco: hoy promete, mañana vuelve a prometer; nunca se sabe lo que ese profeta quiere decir, y nunca se cumplen sus vaticinios; habla de cosas futuras, etc. (cf. II Pedro 3, 4). ¿Acaso a los destetados de leche? Los burladores no se dan cuenta de que con esto dicen una estupenda verdad, ya que son precisamente los parvulitos los que entienden mejor la palabra de Dios. Cf. Proverbios 9, 4; Sabiduría 6, 6; Lucas 10, 21 y notas.

* 11. Son palabras del profeta que contesta a los que se burlan de él. Isaías da a entender que les falta la recta intención, porque no quieren apartarse de sus malos caminos.

* 12. Texto dudoso. Vulgata: Este es mi reposo; lo cual algunos refieren al Templo, la santa Morada de Dios. Los Setenta: He aquí el reposo del que tiene hambre.

* 13. Repetición irónica de las palabras con que de Isaías se mofaban sus adversarios.

* 15. Se glorían de su malicia, como dice el salmista (Salmos 51, 3). “Se gozan en el mal que han hecho y hacen gala de su maldad; sus caminos son torcidos, e infames sus pasos” (Proverbios 2, 14). En vez de confiar en Dios confían en su propia fuerza y en las alianzas con otros pueblos y se creen invencibles. Así también todo pecador, llegado al abismo del mal, se vanagloria del pecado (cf. Proverbios 18, 3), se burla de los consejos, de todos los peligros y de todos los derechos divinos y humanos, se ríe de la conciencia, del perdón y del remedio. Scheol: aquí sinónimo de muerte.

* 16. Esta piedra angular es Jesucristo. Así lo reconoce toda la tradición cristiana. No debe confundirse con Él como piedra de tropiezo. Véase 8, 14 y nota; Efesios 2, 20 ss.; I Pedro 2, 4 ss. El que confía etc. San Pablo (Romanos 9, 33; 10, 11) cita este pasaje según los LXX: cuantos creerán en Él, no serán confundidos. “Llegan momentos de angustia en los cuales se piensa que ya no se puede sufrir más la situación en que se está viviendo. La carga nos aplasta, sentimos cómo las fuerzas nos abandonan y hasta la voluntad para seguir luchando está paralizada. Queremos poner fin a tal situación de cualquier forma, ya sea huyendo hacia otro ambiente o —si no sabemos adónde ir— huyendo hacia la muerte. Pero quien confía en la Piedra angular, que es Cristo, sigue luchando y vence las horas de Getsemaní por medio de la oración ardiente; quien confía, queda en el lugar donde Dios lo ha puesto y lleva toda su pena, sus desengaños, su desaliento y su cansancio al pie de la Cruz. Y allá, si no encuentra alegría, al menos encuentra resignación, sumisión y fuerza para cumplir la voluntad de Dios” (Elpis).

* 18. Cual torrente: la invasión de los asirios, que en aquel mismo tiempo en que habla el profeta, destruyen a Samaría, y se aprestan para atacar a Jerusalén.

* 20. Locuciones proverbiales cuyo sentido es: con los medios que están a nuestro alcance, no podemos evitar la catástrofe. Scío lo entiende en el sentido de que los ídolos no caben en el matrimonio de Dios con su esposa Israel.

* 21. El monte Perasim: Este es el monte donde David derrotó a los filisteos (II Reyes 5, 19 ss.). Gabaón es el lugar donde triunfó Josué (Josué 10, 11). Obra extraordinaria, esto es, de su bondad, pues lo obligáis a castigaros contra su voluntad.

* 23. En los siguientes versículos se pone de manifiesto la pedagogía de Dios que, para educar a su pueblo, procede como el labrador que ara, siembra y riega según lo permitan las circunstancias y el tiempo. La pedagogía de Dios se rige exclusivamente por sus inescrutables designios. Dios, dice San Agustín, devuelve mal por mal, porque es justo; devuelve bien por mal, porque es bueno; devuelve bien por bien, porque es bueno y justo; pero nunca devuelve mal por bien, porque no es injusto.

* 29. La aplicación de la parábola es muy sencilla. “Dios es un pedagogo perfecto. No castiga siempre, y cuando lo hace, es con moderación y sabiduría para purificar y no para quebrantar” (Fillion).

* 1 s. La ciudad santa es llamada Ariel, lo mismo que en el versículo 7; lo que probablemente aquí significa “fuego de Dios”, o “altar de Dios” porque allí estaba el Templo con el altar de los holocaustos. Véase 31, 9. En el versículo 2 se toma ariel en otro sentido, pues allí se dice que Jerusalén será “como un ariel”, o altar de fuego, es decir, será castigada y destruida por el fuego.

* 4. La ciudad será humillada de tal manera que su voz será semejante a la del pitón o nigromante que murmura palabras en voz baja y como si hablase desde el sepulcro.

* 6. En la Biblia los dramas se escriben con pocas palabras. Se trata de la lucha de muchos pueblos contra Ariel, la ciudad santa, que se salvará súbitamente por la intervención de Dios. Cf. 60, 22 y nota. Se puede pensar en la invasión de los ejércitos de Senaquerib, al par que en la conjuración de los gentiles contra la Ciudad de Dios en los últimos tiempos. Es muy frecuente en Isaías la unión de los dos horizontes, el cercano y el lejano, de modo que muchas de sus profecías tienen un doble cumplimiento, uno histórico y otro escatológico, siendo el primero la figura del segundo. Cf. 28, 14-18, donde se trata primero de una alianza con los pueblos paganos, especialmente Egipto, y al mismo tiempo de una profecía mesiánica, figurando la piedra (28, 16) a Cristo. Véase también Mateo capítulo 24, donde la destrucción de Jerusalén y el fin del mundo forman una misma profecía.

* 10 ss. Los vaticinios del profeta son para los jefes y sacerdotes un libro sellado (véase 28, 7 s. y nota); no lo comprenden, puesto que son ciegos, poseídos de un espíritu de letargo. Les falta la buena voluntad, condición indispensable para la comprensión de la divina palabra (véase 6, 9 s.; Romanos 11, 8).

* 13. Jesús cita este pasaje en Mateo 15, 8 s.; Marcos 1, 6. La razón de la obcecación es que no honran a Dios con sinceridad. Véase 6, 10 y nota. “Los hipócritas son ovejas por su vestido, raposas por su astucia, y lobos por sus acciones y su crueldad. Quieren parecer buenos y no lo son; no quieren parecer malos y lo son” (San Bernardo). En el fondo entendemos muy bien este farisaísmo con sólo imaginar cuan poco nos agradaría que un deudor que no nos paga o un hijo que no nos ama, con todo trataran de quedar bien con nosotros, llevando nuestro retrato en el bolsillo. Lo mismo hacen los que honran a Dios con la boca y su corazón está lejos de Él.

* 14. La obra asombrosa de Dios consiste en abandonarlos a su vana sabiduría y a su prudencia falaz. De ahí que caigan automáticamente en la obcecación espiritual que convierte la luz en tinieblas y las tinieblas en luz. Cf. I Corintios 1, 19 y nota. “Es ciego, dice San Gregorio Magno, aquel que quiere prescindir de la luz de las contemplaciones celestiales; aquel que, sumergido en las tinieblas de la vida presente, y no mirando jamás con amor la verdadera luz, ignora de qué lado encamina sus obras.”

* 16. Cf. 45, 9; 64,8; Eclesiástico 33,13; Jeremías 18, 6; Romanos 9,20s.

* 17. Vulgata: El Líbano se convertirá en Carmelo. Carmelo tiene aquí, según el hebreo, el significado de campo fructífero o jardín. El Líbano, la montaña cubierta de bosques, será convertida en un jardín y viceversa. “Especie de proverbio para expresar el cambio total que tendrá lugar en el pueblo judío a fin de regenerarlo” (Fillión). Los soberbios serán humillados, y los humildes serán ensalzados (Lucas 1, 52).

* 21. El castigo alcanzará también a los opresores dentro del pueblo, a los falsos profetas y a los jueces injustos que juzgaban en las puertas de la ciudad.

* 22. Jacob tendrá el gozo de ver a sus hijos transformados perfectamente por la gracia del Señor.

* 23. El Santo de Jacob: “Nombre dado al Mesías que había de nacer del linaje de Jacob, cuyas ovejas había de recoger, y formar de ellas y de otras un solo rebaño” (Páramo).

* 1. El profeta vuelve a pronunciarse contra la alianza con Egipto que no correspondía a los designios de Dios. El mismo Dios de Egipto, es el auxilio de su pueblo, el Fuerte de Israel, el que lo sacó y no quiere que se apoye más en el poder de los faraones, 4. Tanis o Zoan, antigua capital de Egipto (véase 9, 11; Salmos 77, 12). Hanés, ciudad egipcia situada más al sur.

* 6. Alusión a los regalos que los enviados llevan a Egipto. ¡Qué ironía! ¡Judá manda tesoros a los egipcios, sus antiguos opresores! Con ironía inimitable describe el profeta la caravana que atraviesa el desierto para entregar tesoros a un pueblo inútil. León, leona, víbora, etc. son nombres simbólicos. Sobre la serpiente que vuela véase 14, 29 y nota. Cf. 27, 1; Job 26, 13.

7. La soberbia que no se mueve; literalmente Rahab que no se mueve, es decir, que no hace nada para ayudar a Judá. Rahab, que significa tumulto, es nombre de Egipto (véase 51, 9; Salmos 86, 4; 88, 11).

* 9. Pueblo rebelde es éste… no quieren escuchar la Ley de Yahvé: He aquí la llave para la historia del pueblo escogido. En estas palabras está escrito el motivo de su repudio por parte de Dios y su dispersión entre las naciones. ¿Cómo es posible que un pueblo partícipe de tantos privilegios y bendiciones ande errante por el mundo? Porque no escucharon la Ley de Yahvé. Nosotros, con este ejemplo terrible, y después que vino el Enviado, que era Palabra encarnada —el Verbo—, podemos apreciar mejor aún, si no queremos ser ciegos, la gravedad de la admonición de San Pablo: “Mirad que no rechacéis al que os habla” (Hebreos 12, 25). Porque hoy sabemos, por Jesús, que sólo podrá cumplir sus mandamientos el que lo ama (véase Juan 14, 23 s.), pues «donde está nuestro tesoro allí estará nuestro corazón» (Mateo 6, 21), por lo cual el que ama al mundo no puede amar a Dios (Mateo 6, 24; I Juan 2, 15). Ahora bien, cuando un esposo está ausente, ¿qué es lo que mantiene vivo el amor, sino sus cartas? Y ¿qué diría él, si la esposa le devolviera esas cartas sin abrirlas, o las pusiera en un rincón sin leerlas? Apliquémonos saludablemente todas estas verdades para entregarnos a la lectura de las palabras de Dios. Ellas son las cartas, escritas por Dios y dirigidas a la humanidad, dice San Gregorio; en ellas está la sustancia del Mensaje que el Padre nos envió por su Hijo; ellas son, en forma sensible, la comunicación de Dios, junto a la arcana Presencia eucarística, cuya realidad no podemos percibir, dice Santo Tomás, ni ver, ni tocar, ni gustar, y sólo podemos creer gracias siempre a aquellas Palabras. La divina Palabra es el combustible que mantendrá sin apagarse ese fuego de amor durante esta “larga demora” del Amado (Mateo 25, 5; Lucas 19, 12).

* 10. Son blasfemias de los partidarios de Egipto, que no quieren prestar oídos a los vaticinios del profeta porque no concordaban con sus deseos. Tal es el lenguaje del mundo moderno que halla la moral evangélica demasiado severa.

* 11 ss. Estos versos revelan el abismo de perversidad en que vivían los contemporáneos del profeta. Sin embargo, aún en los tiempos de la decadencia el culto y los sacerdotes de Israel eran superiores a los de los pueblos vecinos. En Egipto, por ejemplo, donde había gran miedo al juicio de los muertos, vendían los sacerdotes fórmulas para identificarse con el diosa Osiris y engañar a los jueces de ultratumba a fin de conseguir la felicidad a todo trance.

* 13. Como una brecha por la cual el enemigo entra en la ciudad, o más bien como una ruptura, que ocasiona la ruina inesperada del muro, y con ella la ruina del pueblo.

* 15. Nótese la admirable lección de fe que aquí da Dios a los que confían en su propia iniciativa. En la tranquilidad y en la confianza está vuestra fuerza: Pero debemos permitir que obre Dios en nosotros, “porque todo lo que hacemos, lo realizas Tú en nosotros” (26, 12). Cf. II Corintios 3, 5. Con tranquilidad debemos confiar en Aquel que nunca nos abandona, aunque, a veces, nos creemos abandonados. Santa Teresa incorporó este lema a la Regla de las Carmelitas Descalzas: “En silencio y esperanza procurad vivir siempre”, porque bien sabía que el mejor medio de acumular fuerzas es callar y confiar. “En ruidosas efusiones, en estallidos de dolor y de cólera, en maldiciones y gritos se va la mejor fuerza, como se pierde la del vapor que se escapa silbando” (Monseñor Keppler, Escuela del dolor, 44). Cf. Salmos 124, 1 y nota.

* 16. Huiremos a caballo: Alusión a los caballos y carros que pedían a Egipto (31, 1). Vana esperanza. Los caballos de los asirios son más ligeros.

* 17. El resto del pueblo será corto en número y tan abandonado como una bandera en la cima de un monte. Es un símbolo de la desolación del monte Sión.

* 18. Consideremos el exceso de amor que se revela en estas palabras. Por tantas bondades es preciso tener en Él confianza ilimitada. “No os ocupéis de vosotros, dice San Crisóstomo, confiadlo todo a Dios; porque si queréis cuidaros de vosotros, lo haréis como hombres débiles; pero si dejáis obrar a Dios, Él a todo atenderá.”

* 20. Por los castigos llegarán a reconocer a Dios. El profeta habla de la conversión del pueblo. “Los nombres de maestro y doctor son colectivos y designan a los profetas que, en los bellos días prometidos a Judá, no serán más ultrajados, ni perseguidos (cf. versículo 10; 8, 16-20; 28, 7; 29, 10) ni obligados a esconderse, sino que publicarán en alta voz y abiertamente los divinos oráculos. Evidentemente no está excluido Cristo, el Doctor por excelencia” (Fillion).

* 24. Por este forraje sazonado con sal entiende San Jerónimo la Palabra del Nuevo y Antiguo Testamento.

* 25. Arroyos: Esta irrigación abundante de las tierras más incultas es igualmente señalada por Ezequiel 47, 1 ss. y Joel 3, 18, como un signo de la era mesiánica.

* 26. Imágenes que pintan al vivo la plenitud de las bendiciones en el tiempo mesiánico. Véase 60, 19 s.; 61, 1; Oseas 6, 2; Zacarías 14, 7; Romanos 8, 21; II Pedro 3, 13.

* 27 s. Descripción de la venida del Señor para juzgar a las naciones (cf. Joel 3). El Nombre de Yahvé. Esto es, el Señor mismo. Véase Éxodo 23, 21; Deuteronomio 28, 58.

* 29. Sobre Roca como nombre de Dios véase Génesis 49, 24; Salmos 17, 3 y notas. Roca de Israel es el nombre que el nuevo reino de Israel, recién establecido en Palestina, usa en su Constitución como nombre de Dios.

* 33. Por el rey impío que oprime al pueblo, y para el cual está preparado el Tófet, puede entenderse el de Asiria. Tófet, situado en el valle de Hinnom, al sur de Jerusalén, es el lugar donde se quemaban los niños en honor de Moloc (IV Reyes 23, 10; II Paralipómenos 28, 3). Allí serán entregados a las llamas los cadáveres de los asirios muertos por el Ángel de Dios. Véase 5, 25 y nota.

* 1. Se dirige esta profecía ante todo contra aquellos que seguían esperando en Egipto, sus caballos y carros. Cf. las notas 1, 6, 7, 16 del capítulo antecedente.

* 6. Convertíos a Aquel de quien os habéis alejado: La conversión sincera es la condición de los tiempos mejores que tanto deseamos. “Cuando todos los fieles de Cristo se encuentren animados de este espíritu y alentados por esta disposición, no hay duda que sus plegarias encontrarán ante el trono del Altísimo una favorable acogida, y obtendrán de un Dios propicio el consuelo y los auxilios que tanto necesitamos en esta gravísima crisis”; y que para ello “debemos ciertamente, primero que todo, pedirle que ilumine y renueve nuestras mentes y nuestros corazones con las enseñanzas de la doctrina” (Pío XII en la alocución del 15 de abril). Es decir que el conocer y familiarizarnos con los misterios de Dios, cuya revelación se nos prodiga en cada página de la Sagrada Escritura (cf. Zacarías 14, 11 y nota), es el camino que nos llevará a una sincera conversión “en medio de las presentes ruinas”. Véase Jeremías 3, 12, 14 y 22; 4, 1; 18, 11; Ezequiel 18, 30; Oseas 14, 2.

* 8. No por los egipcios ni por fuerzas humanas serán vencidos los asirios, sino sólo por la mano de Dios. Se ve aquí una profecía acerca de la derrota de Senaquerib, cuyo ejército perdió en una noche 185.000 soldados (IV Reyes 19, 35).

* 9. Su fuego: a saber, el altar de los holocaustos en Jerusalén. Cf. 29, 1 y nota.

* 1. Algunos expositores ven en este cuadro del rey justo a Ezequías que restauró el culto del Templo y destruyó la idolatría. Sin embargo, como observa Fillion, ese rey piadoso “no pudo realizar los principales detalles, que prometen, no solamente a Judá sino al mundo entero, una era de admirable prosperidad”. Conviene tomarlo como profecía del reino mesiánico (cf. 11, 4; 33, 17; Jeremías 23, 5 ss.; 33, 15 ss.). En un estudio titulado “La restauración de Israel”, que apareció en “Estudios Bíblicos” (1949, cuaderno 1), dice Ramos García al respecto (pág. 110): “Se trata en realidad de un gran monarca providencial y justiciero, que Isaías divisa en lontananza, de un gran Caudillo teocrático, el caput unum de Oseas 1, 11, bajo el cual se reunirán de nuevo, para formar un solo reino, los hijos de Judá e Israel, nunca antes reunidos desde el cisma (cf. Isaías 11, 13; Jeremías 3, 15 ss.; Ezequiel 37, 15 ss.); de un vir masculus, en fin, que se le muestra al propio Isaías al final de su profecía (Isaías 66, 7), en relación con la reconstrucción de la ciudad y del templo, y del desquite de Israel contra sus opresores, y del cual hará San Juan su filius masculus (Apocalipsis 12, 5), el hijo esforzado de la Madre Iglesia, a quien saca de la angustiosa apretura en que se halla, abatiendo con la ayuda de San Miguel al dragón rojo que la acosa.”

* 4. Los tartamudos, en sentido moral y religioso.

* 5 s. Siempre habrá necios, hombres sin moral y conciencia, que consumen el alma, esto es, la vida del prójimo; por eso, el primer deber del gobernante ha de ser la justicia, la cual es llamada “fundamentum regnorum”, el fundamento de los Estados.

* 12. Los campos amados y la viña fructífera designan al pueblo de Israel (véase 3, 14; 5, 1 ss. y notas; Jeremías 2, 21; 12, 10), cuyo país será en gran parte despoblado por los invasores.

* 14. El Ofel: la pendiente meridional de la colina del Templo, donde estaban las dependencias del palacio real.

* 15. El Espíritu de lo alto: Cf. Juan 3, 5 s. y nota. El profeta mira la era mesiánica, cuya característica será la efusión del Espíritu Santo (Jeremías 31, 33 ss., citado en Hebreos 8, 8 ss.; Ezequiel 36, 26; Joel 2, 28). “El Espíritu Santo, añade San Crisóstomo, es la reparación de nuestra imagen, la perfección del alma espiritual, el sol de los ojos del espíritu, el lazo de nuestra unión con Cristo.” Campo fértil (Vulgata: Carmelo). Véase 29, 17 y nota.

* 17. La obra de la justicia será la paz. He aquí el lema que el Papa Pío XII lleva en su escudo. “Pero no debe constar sólo de la dura e inflexible justicia, sino que para suavizarla ha de entrar en no menor parte la caridad, que es la virtud apta por su misma naturaleza para reconciliar los hombres con los hombres” (Pío XI, en la Encíclica “Ubi Arcano Dei Consilio”).

* 19. El pedrisco es símbolo del asirio y de los enemigos en general. Los malos serán castigados, así como la ciudad impía que representa a los enemigos de Dios (25, 2; 26, 5 s.; 27, 10).

* 20. Quiere decir: el pasto será tan abundante que no necesitaréis más restringir el pastoreo de los animales. Imagen de la felicidad del reino mesiánico. San Jerónimo vierte: Bienaventurados los que sembráis sobre todas las aguas y metéis en ellas el pie del buey y del asno. Cf. 30, 23 s.

* 1. Esta maldición se dirige contra los asirios y parece haber sido pronunciada durante la invasión de Senaquerib. alrededor del año 701.

* 3. A la voz estrepitosa. Vulgata: a la voz del Ángel. Es el Ángel que mató en una noche 185.000 asirios (IV Reyes 19, 35). Los pueblos, las naciones: las tropas del rey asirio que pertenecían a varias razas.

* 7. Se refiere a los enviados del rey Ezequías que entregaron a Senaquerib enormes tesoros como tributos, pero no lograron satisfacerle (IV Reyes 18, 15 y 36). Los de Ariel: los habitantes de Jerusalén (cf. 29, 1 y 2 y nota). Los embajadores de paz: Vulgata: los ángeles de paz, según San Jerónimo los “Custodios celestes del Templo”. En realidad se trata de los mensajeros de paz rechazados por el pérfido rey de Asiria (cf. versículo 8), que vuelven de su embajada llorando amargamente.

* 8. Él ha roto el pacto: Senaquerib rompió el pacto, que había hecho con Ezequías (IV Reyes 18, 14) y arruinó todo el país de Judá.

* 9. Sarón: la fértil planicie al norte de Jafa. Basan, región de la Transjordania septentrional.

* 11. El mismo Señor se levanta contra los invasores. Concebisteis paja y pariréis rastrojos: Refrán que alude al inminente fracaso del ataque asirio. El versículo siguiente describe gráficamente la derrota del enemigo y su castigo.

* 13. Lo que he hecho Yo: El Señor no es un Dios pasivo. Él mismo se digna a menudo recordarnos su continua actividad (Juan 5, 17) y la potencia de su brazo (51, 9; Lucas 1, 51), para enseñarnos a no obrar por cálculos humanos, con prescindencia de Él y olvido de su paternal Providencia.

* 14 ss. Los israelitas despertados por la destrucción del ejército de Senaquerib, deben escarmentar y volver a Dios. Cf. Deuteronomio 4, 24; Santiago 4, 5. El fuego devorador representa la cólera divina y los castigos que han de sufrir los pecadores. Véase 30, 33.

* 17. Tus ojos contemplarán al rey: según algunos intérpretes, Ezequías (II Paralipómenos 32, 23); según otros: Dios o el Mesías. Las promesas que aquí se hacen no pueden cumplirse completamente sino en el reino mesiánico. “Es evidente que el gran rey prometido aquí… no podrá ser sino el rey Mesías… Hay que reconocer también que la profecía en la inmensidad de sus límites abarca un espacio más vasto que el de la Iglesia militante, y que no se cumplirá plenamente sino en la gloria” (Le Hir). Cf. 32, 1 y la profecía de Balaam en Números 23, 21 ss.

* 18. El letrado; el que pesaba; el que contaba, son expresiones que recuerdan la opresión del pueblo por los asirlos. La Vulgata trae otro texto: ¿Dónde está el letrado? ¿dónde el que pesa las palabras de la Ley? ¿dónde el doctor de los niños? San Pablo cita este texto en I Corintios 1, 20, mostrando que Dios confunde a los sabios.

* 19. Descripción de los asirios y su lengua extraña que nadie entiende.

* 20. Estacas y cuerdas recuerdan la construcción del Tabernáculo en el desierto. Su Tabernáculo duradero será Jerusalén.

* 21. Otras ciudades están defendidas por anchos ríos y naves, p. ej. Nínive y Babilonia; Jerusalén, al contrario, no necesita estos recursos, porque Dios es su protector (versículo 22).

* 22. El P. Páramo anota aquí que “literalmente sólo de Jesucristo se pueden entender muchas de estas expresiones que se dicen aquí de Ezequías y de su reinado, en cuanto figuraban al rey, juez, legislador y salvador del mundo”.

* 23. El botín será tan enorme que hasta los cojos se llevarán su parte.

* 1. En un lenguaje apocalíptico pinta el profeta un cuadro del juicio de las naciones y de la venganza divina, tomando como ejemplo el pueblo de Edom (versículo 5 ss.). Véase Eclesiástico 48, 27 s. y nota.

* 4. La milicia del cielo: los astros que caerán del cielo en el día del Señor (Mateo 24, 29 s.; Isaías 13, 10; Ezequiel 32, 7; Joel 2, 10; 3, 15; Marcos 13, 24; Lucas 21, 25). Se arrollarán: a la manera de un libro que, escrito en pergamino o papiro, se arrolla alrededor de un palo o cilindro. Véase lo que dice Jesús en Mateo 24, 29, San Pedro en II Pedro 3, 13 y San Juan en Apocalipsis 6, 12-14. Comentando este pasaje de Isaías dice San Cirilo de Jerusalén: “No nos entristezcamos como si sólo hubiéramos de morir nosotros, porque también los astros morirán, y acaso resuciten también. El Señor derrumbará los cielos, no para echarlos a perder, sino para hacerlos de nuevo más hermosos” (Catequesis XV). Cf. 65, 17; 66, 22; Hechos de los Apóstoles 3, 21.

* 5. Edom (Idumea), el país de los descendientes de Esaú, es tipo de los enemigos del pueblo de Dios, que desciende de Jacob (Lucas 1, 32; II Paralipómenos 28, 17; Salmos 136, 7; Amós 1, 11). Por eso se toma su castigo como figura del juicio final sobre las naciones. Véase 63, 1 ss. y nota. Se ha embriagado mi espada en el cielo, a causa del desorden descrito en los versículos antecedentes.

* 6. Bosra, ciudad de Idumea, situada al sudeste del Mar Muerto. Sigue la descripción de la caída de Edom.

* 7. El búfalo y el toro son figuras de los poderosos y prepotentes que en primer lugar merecen ser sometidos a la pena. Cf. Ezequiel 39, 18 s.; Apocalipsis 19, 13 ss. Estos textos nos dicen cuál será el derrumbe al fin de los tiempos cuando venga Cristo y sus enemigos sirvan de peana para sus pies. Cf. Salmos 109, 1 y nota.

* 8. Se trata aquí de la venganza que Yahvé tomará de los enemigos de Israel (véase Joel 3). Nótese el contraste con Lucas 21, 22, donde Jesús anuncia la venganza de Dios contra Israel por la empedernida incredulidad de la Sinagoga (cf. Hechos de los Apóstoles 4, 1; I Tesalonicenses 2, 16). Esta venganza, que se cumplió con la destrucción de Jerusalén por los romanos el año 70, es figura de aquella otra, anunciada para los últimos tiempos. Véase Salmos 109 y notas.

* 11. Echar la cuerda de medir, significa juzgar según la medida de la justicia. Véase Amós 7, 9. El caos: el hebreo dice tohu y bohu, como cuando habla del caos en Génesis 1,2.

* 14. Sobre los sátiros véase 13, 21 y nota. Observa San Jerónimo que algunas veces la Sagrada Escritura hace alusión a las fábulas de los gentiles y mitologías paganas, como p. ej. aquí. Sobre la habitación de demonios en el desierto, véase Mateo 12, 43; Tobías 8, 3; Baruc 4, 35; Apocalipsis 18, 2. Lilit (Vulgata la lamia). un demonio femenino, tal como lo imaginaban los asirios. “Lilit, dicen los rabinos, fue la primera mujer de Adán. Lo abandonó y fue convertida en un demonio” (Vigouroux, Polyglotte).

* 16. El libro de Yahvé: Es aquí, en primer lugar, la colección de las profecías de Isaías. Véase 30, 8. Hay en este versículo un notable llamado a la lectura de la Palabra de Dios (véase Nehemías 8, 1-12; Juan 5, 47) y especialmente de las profecías (Eclesiástico -39, 1 y nota). ¡Dichosos hoy nosotros, para quienes el Libro del Señor está ya completo y al alcance de todos!

* 1. En el presente capítulo renueva el profeta las grandes promesas. “El desierto por donde retorna Israel se convierte en un país fértil; el pueblo de los rescatados gozará en Sión de una felicidad eterna” (Crampón). En la Biblia se alegran hasta el desierto y la tierra árida, saltan de gozo los montes (Salmos 88, 13), se ciñen de regocijo los collados y los valles alzan su voz y cantan himnos de alabanza (Salmos 64, 13); el sol parece como esposo que sale del tálamo y exulta cual gigante que recorre su camino (Salmos 18, 6). De esta suerte la naturaleza exhala el calor de la alegría divina y lo derrama en el alma del creyente.

* 2. Bellísimo texto que la liturgia aplica en sentido acomodaticio a la Virgen nuestra Madre (véase 63, 1).

* 3. San Pablo dirige análoga expresión a los hebreos (Hebreos 12, 13).

* 4. Sobre esta venganza (cf. 34, 8) véase el doble anuncio contenido en 61, 1 ss., cuya primera parte declara Jesús cumplida en Lucas 4, 17 ss. Toda esta profecía es, pues, eminentemente mesiánica, y alude a una “edad de oro”, de la cual el precario retorno de Babilonia fue sólo una figura. Véase 27, 12 s.; 45, 14 y notas.

* 5. Véase Mateo 11, 5, donde Jesucristo se aplica estas palabras a sí mismo, confirmando así la llegada del reino mesiánico, como lo hace también en Mateo 12, 28; Lucas 17, 22, etc., y el Precursor en Mateo 3, 10 y 12. Pero, no obstante los gloriosos términos en que lo anunciaban los profetas (cf. 9, 7 y nota), el dulce yugo de Jesús fue rechazado por la fuerza (Juan 1, 11; Mateo 11, 12; Lucas 16, 16) y quedaron entonces sin cumplir aquellas profecías de gloria (Mateo 11, 14; 17, 10-13) de las cuales Él dio como un anticipo en la Transfiguración (Marcos 9, 1 ss.), cumpliéndose en cambio los vaticinios dolorosos (cf. capítulo 53; Salmos 21 y 68, etc.), a pesar del deseo de los buenos amigos de Jesús (Marcos 11, 10; Mateo 21, 9: Lucas 19, 38; Juan 6, 14 s.; 12, 13-15). De ahí el desahucio final que Él formuló a la Sinagoga incrédula (Mateo 23, 39; Salmos 117, 26), como también sus palabras a Pilato (Juan 18, 36 s.) y las de San Pablo en Romanos 11, 26. citando a Isaías 59, 20. Véase también Mateo 2, 2-6; Jeremías 30, 3 y nota.

* 7. La fertilidad del país árido es uno de los más significativos símiles de la era mesiánica. Cf. 49, 10.

* 8. Los que siguen este camino… no se extraviarán: “Camino” es uno de los nombres de Cristo (cf. Juan 14, 6), y no hay duda de que podemos descubrirle bajo este nombre ya en el Antiguo Testamento. Fray Luis de León ve su imagen en este pasaje y comenta: “¿Cómo no será Cristo «Camino» si se llama camino todo lo que es ley, regla y mandamiento que ordena y endereza la vida? pues es Él solo la ley. Porque no solamente dice lo que hemos de obrar, mas obra lo que nos dice que obremos y nos da fuerzas para que obremos lo que nos dice. Y así, no manda solamente a la razón, sino hace en la voluntad ley de lo que manda, y se lanza en ella; y lanzado allí, es su bien y su ley” (Los Nombres de Cristo).

* 10. Regocijo eterno coronará sus cabezas: “¡Cuántas serán vuestras delicias, oh vosotros que amáis a Dios, exclama San Agustín; os regocijaréis en la abundancia de la paz. Vuestro oro será la paz. vuestra plata la paz, vuestra herencia la paz, vuestra vida la paz, vuestro Dios la paz; todo lo que deseéis, será paz para vosotros. Allí vuestro Dios será todo para vosotros; os alimentaréis de Él para no tener hambre; beberéis de Él para no tener sed; seréis iluminados por Él para no volveros ciegos; seréis sostenidos por Él para no caer. Él os poseerá eternamente, y le poseeréis de la misma manera, porque Dios y vosotros no formaréis más que una sola cosa por unión de amor.”

* 1. Siguen algunos suplementos para ilustrar el ambiente histórico de los oráculos precedentes. Los capítulos 36 y 37 son relatos paralelos al IV Reyes 18, 13-19, 37; II Paralipómenos 32, 1 ss. Véase allí las notas respectivas.

* 3. Sobre estos personajes véase 22, 15 ss.

* 7. Rabsacés alude en sentido irónico a la reforma cultural del rey Ezequías que, al parecer del enviado del rey de Asiria, constituía una ofensa al dios nacional de Judá, el cual, según él creía, habitaba en los altos, y no en el Templo. Se ve por aquí que el culto de los altos estaba tan difundido entre los israelitas, que los paganos llegaban a mirarlo como el culto legítimo de Yahvé.

* 12. “Como se ve, es ya vieja la artimaña de los invasores de no reconocer a los gobiernos de los pueblos amenazados y la pretensión de tratar con el pueblo mismo, cuyos salvadores pretenden ser” (Nácar-Colunga).

* 17. Rabsacés promete al pueblo hambriento una tierra de trigo y vino; en realidad les anuncia la deportación. Para asimilar las nuevas provincias a su reino, los asirios deportaban a los pueblos sometidos trasladándolos a otras regiones de su imperio. Véase lo que hicieron con Samaría en IV Reyes 17, 24 ss.

* 19. El asirio confunde a Samaría con regiones paganas. Ignora que ella fue conquistada precisamente por ser infiel a su Dios, que era el verdadero (IV Reyes 17, 6 ss.). Es también una prueba de que las naciones son castigadas en este mundo, ya que no pueden serlo colectivamente en la eternidad. Véase 34, 5 y nota.

* 20. La respuesta de Dios a esta soberbia se ve en 37, 21-38.

* 1 ss. Véase el relato paralelo en IV Reyes 19, 1-37, y en II Paralipómenos 32, 20 ss., con sus notas. Saco: cilicio, es decir, un vestido áspero de color oscuro que se llevaba en tiempos de luto. “La tribulación aflige e ilumina; quebranta la soberbia y esclarece el entendimiento, y dispone el alma a una sincera conversión. Tal sucedió con Ezequías. Al oír la respuesta de los enviados, rasga sus vestiduras, se cubre de saco y, humilde y compungido, acude al Señor entrando a orar en el Templo. Hizo más: se humilló ante el varón de Dios; y al Profeta, que por tanto tiempo había tenido alejado de sus consejos, mandó una solemne embajada» (Fernández, Flor. Bibl. II, pág. 37).

* 3. Expresión proverbial para señalar la debilidad.

* 7. Cierta noticia: Se refiere a la catástrofe que pronto sufrirán los asirios (versículo 36). o a la llegada de las tropas del rey Tirhaca (versículo 9).

* 12 s. Véase 36, 19 y nota.

* 14. Acción simbólica: el rey piadoso extendió la carta delante del Señor para que Éste mismo vengase la ofensa infligida a su divina Majestad. La oración de Ezequías es un ejemplo de confianza inconmovible en Dios a pesar de lo desesperado de la situación; es por eso que su ruego es atendido tan milagrosamente. “Sólo la fe confiada obtiene tu misericordia, oh Señor; Tú no derramas el aceite de la misericordia sino en el vaso de la confianza” (San Bernardo). Véase Salmos 32, 22 y nota.

* 16. De todos los reinos de la tierra: Clara afirmación de la universalidad del Dios de Israel no obstante que era uno solo el pueblo elegido por Él. Grande argumento sería éste para convertir a los judíos que no estuvieran obcecados (II Corintios 3, 14 ss.; Hebreos 5, 11 s.; Romanos 11, 25 ss.), mostrándoles que Cristo es la verdadera gloria de Israel, extendida al mundo entero (Lucas 2, 32 y 34).

* 22. El oráculo que sigue manifiesta la santa indignación de Dios contra los burladores de su Nombre y prepara, no sin ironía, el desenlace desastroso del soberbio asirio. Virgen, hija de Sión: la ciudad de Jerusalén.

* 25. Todos los ríos de Egipto: Vulgata: todas las aguas de sus acequias.

* 26. Dios revela uno de los misterios de su Providencia: Lo que hace el rey de Asiria, está dispuesto desde antiguo en los planes de Dios. El rey no es más que un instrumento.

* 29. Los reyes asirios solían poner anillos en las narices de los reyes vencidos y de este modo humillarlos. Significa aquí que el Señor aplicará al orgulloso Senaquerib una de las más grandes humillaciones.

* 30. Lo que sigue (versículo 30-32), se dirige al rey Ezequías. Dios le fija el tiempo que durará la desolación del país y promete restaurarlo todo, por su propia causa y por amor a David, su siervo (versículo 35).

* 35. Nótese el amor a David, que Dios ostenta a cada paso de la Escritura. Véase III Reyes 11, 11-13 y 32-39; 15, 4 s.; IV Reyes 8, 19; II Paralipómenos 21, 7; Hechos de los Apóstoles 13. 22, etc.

* 36. Los cuneiformes asirios nada dicen de esta derrota de Senaquerib, lo que no quita al relato bíblico su valor histórico. Es muy comprensible que un rey que se consideraba igual a Dios, no dejase constancia de su derrota como lo dejaba de sus victorias, a veces más inventadas que reales.

* 1 ss. Véase los relatos paralelos en IV Reyes 20, 1-7 y II Paralipómenos 32, 24 ss. con las notas respectivas.

* 8. Sobre este milagro véase IV Reyes 20, 9 s.; Eclesiástico 48. 26 y nota.

* 10 s. Comienza la acción de gracias del rey Ezequías, oración modelo para todos los afligidos. ¿Qué dirían los enemigos y los impíos si Dios, a quien Él servía de todo corazón, lo abandonase a una muerte tan temprana? Pues sólo contaba 40 años y todavía no le había nacido heredero. Por sí mismo el rey no podía tener una opinión clara sobre el más allá y la resurrección, pues según la creencia imperfecta de su tiempo todos los muertos iban al mismo lugar, el scheol, que la Vulgata traduce por infierno, pero que al mismo tiempo designaba el sepulcro y el lugar oscuro donde los muertos buenos y malos esperaban la resurrección traída por el Mesías, como lo vemos en Job 19, 25 ss. y en la gran profecía de Ezequiel 37. Según esto, se explica que Israel no pusiera el acento sobre la distinta suerte del alma y del cuerpo entre el día de la muerte y de la resurrección. David, por ejemplo, dice varias veces a Dios que en la muerte nadie puede alabarlo. Se resignaban a ese eclipse de la persona humana hasta el día en que viniese la nueva vida traída por la Aparición gloriosa del Redentor que había sido prometida desde el Protoevangelio por la fidelidad indefectible de Yahvé.

* 12. Mi morada ha sido arrancada: el rey compara la vida humana con una tienda de pastores que hoy se levanta y mañana se pliega, y con una tela que es cortada por el tejedor a medida que la fabrica. Cual tejedor has enrollado mi vida, cortándome del telar: Vulgata: mi vida ha sido cortada como por un tejedor; mientras la estaba aún urdiendo, me cortó. Es decir, mientras estaba aún trabajando y esperaba los frutos de mi trabajo se acabó mi vida. Cf. Job 4, 21; 7, 6. Es la queja que se levanta diariamente de miles de labios, y es porque el tiempo nos engaña y la muerte siempre está a nuestra puerta.

* 14. Comentando este pasaje de Isaías exclama Santa Teresita: “¡Oh Dios mío! Comprendo hasta aquí el amor que me profesáis; pero muy frecuentemente, bien lo sabéis, llego a distraerme de mi única ocupación, me alejo de Vos, y mojo mis alitas recién nacidas en los miserables charcos de agua que encuentro sobre la tierra. Entonces gimo como la golondrina, y por mis chirríos comprenderéis todo y os acordaréis ¡oh misericordia infinita!, que no habéis venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Historia de un alma, XI).

* 15. El texto de este versículo y de los dos siguientes es oscuro, por lo cual son muy diferentes las versiones. Andaré humildemente, etc. Vulgata: repasaré delante de Ti, etc.: Lo mismo debemos hacer nosotros: meditar en la presencia de Dios. “¿Me preguntáis lo que habéis de hacer para ser verdaderamente piadoso? Entregaos a la meditación” (San Bernardo al Papa Eugenio III).

* 17. El sentido es: La aflicción de la enfermedad se trocó en salvación de mi cuerpo y de mi alma. El piadoso rey no se avergüenza de ver en la enfermedad un castigo.

* 19. En el sentir de los israelitas, los muertos no podían alabar a Dios, por lo cual debe el Señor, humanamente hablando, salvar a sus servidores para que puedan seguir alabándole. Pensamiento muy común entre el pueblo judío, al cual Dios había dado tantas promesas para esta vida. La recompensa de la vida eterna no se reveló plenamente sino por Cristo. Véase Salmos 6, 6; 29, 10 y notas.

* 21 s. Este pasaje debe colocarse entre los versículo 6 y 7, como se ve en IV Reyes 20, 6-9.

* 1 ss. Véase IV Reyes 20, 12-19; II Paralipómenos 32, 31 y notas. Los enviados de Merodac Baladán perseguían fines políticos: una alianza con Ezequías. Vemos aquí una lección contra la vanidad ostentosa, que Dios reprueba. Fácilmente incurrimos en ella cuando en medio de la prosperidad nos entregamos como Ezequías a una alegría carnal y olvidamos agradecer a Dios que nos colma de beneficios. Sólo a Dios debemos atribuir la gloria de todas las cosas, diciendo con San Ignacio de Loyola: “Omnia ad maiorem Dei gloriam.”

* 6. Predicción del cautiverio babilónico.

* 8. Buena es la palabra de Yahvé, aunque contiene verdades que a primera vista parecen duras. Pues es propio de la verdad no adular a nadie. “Por cualquier verdad de la Sagrada Escritura, dice Santa Teresa, me pondría a morir mil muertes” (Vida XXXIII, 5). En otro lugar dice la santa Doctora: “Todo el daño que viene al mundo, es de no conocer las verdades de la Escritura con clara verdad. No faltará una tilde de ella” (Vida XL, 1). Pero observa también: “Diles que no se sigan por sola una parte de la Sagrada Escritura; que miren otras” (Relaciones XIX).

* 1 s. Consolad (Vulgata: consolaos): Isaías, que había vaticinado la cautividad del pueblo hebreo en Babilonia, lo consuela ahora con la profecía de su libertad y, como observa el P. Páramo, su visión se extiende a los tiempos mesiánicos (cf. Eclesiástico 48, 27). Fillion presenta este capítulo como “prefacio y tema de los capítulos 40-46”, y señala en las tres expresiones del versículo 2: a) se acabó su aflicción; b) está perdonada su maldad, y c) ha recibido el doble. Es un resumen de las tres secciones en que se divide esta segunda parte de la profecía. Paralelamente veremos luego a Cristo en sus “pasiones y posteriores glorias” (I Pedro 1, 11). Cf. 44, 23.

* 3 ss. La llegada de reyes se anunciaba por pregoneros que intimaban a los habitantes que arreglasen los caminos y alejasen todos los obstáculos. En Mateo 3, 2 s. se aplica esta profecía al reino de los cielos que se aproxima, traído por Jesucristo, y a su pregonero y precursor, el Bautista (véase también Mateo 11, 10 ss.; 17, 10 ss.; Marcos 1, 2; Lucas 3, 4; 16, 16; Juan 1, 23). Desgraciadamente para Israel esos caminos no fueron allanados. Cf. 42. 16 y nota; Juan 12, 40 s.; Malaquías 4, 5 y nota.

* 6 ss. Toda carne es heno: “La vida presente, dice San Agustín, es una peregrinación fatigosa; es fugitiva, incierta y pesada; expone al hombre a todas las manchas, arrastra tras sí todos los males; es reina de los orgullosos y está llena de miseria y de errores. No debemos llamarla vida, sino muerte.” El profeta pinta en estos versos el contraste entre la fugacidad humana y la inmutabilidad de Dios cuya palabra dura eternamente (versículo 8), no habiendo en El ni pasado ni futuro sino sólo un presente continuo. Así también es eterna e inconmovible su promesa de librar a su pueblo (versículo 10 s.), aunque éste desfallezca en dura cautividad. Véase Salmos 89, 5 s.; Eclesiástico 14, 18; Santiago 1, 10; I Pedro 1, 24.

* 9. He ahí a vuestro Dios: Según la interpretación común de los expositores, es un anuncio de la venida del Mesías.

* 10. Su brazo: símbolo de la fuerza irresistible de Dios. Delante de Él va su recompensa: Con estas palabras anuncia Jesús su venida como Juez en Apocalipsis 22, 12. Cf. 59, 18; 62, 11 y notas.

* 11. Véase el anuncio de Jesús en Juan 10, 16. Cf. Jeremías 31, 10; Ezequiel 34, 11 ss.; Miqueas 2, 12 y notas.

* 13. Palabras empleadas por San Pablo en el himno a la sabiduría de Dios con que cierra el capítulo 11 de su carta a los romanos (Romanos 11, 34). Cf. Sabiduría 9, 13; Jeremías 23, 18. Todo este pasaje es de encantadora belleza y muestra a la vez el grandioso poder del Creador, Dios y Señor de todos. “Solamente espíritus superficiales pueden caer en el error de hablar de un Dios nacional, de una religión nacional, y emprender la loca tentativa de aprisionar en los límites de un pueblo solo, en la estrechez de una sola raza, a Dios, Creador del mundo, rey y legislador de los pueblos, ante cuya grandeza las naciones son pequeñas como gotas en una jofaina de agua” (Pío XI en la Encíclica “Mit brennender Sorge”).

* 16. Para holocausto: Véase Salmos 49, 8 ss.; 50, 21. Un gran poeta americano imita esta bellísima figura diciendo a Cristo en su retorno glorioso; “Mi corazón se hará brasa de tu incensario.”

* 18 ss. Se dirige contra la fabricación de ídolos, muy común hasta entre los israelitas. Véase 44, 9-17; Salmos 113b, 4 ss.; Hechos de los Apóstoles 17, 29. Algunos ubican 41, 6 s. aquí.

* 23 ss. Gran lección para los que pretenden descubrir en la naturaleza argumentos contra su Creador. Véase versículo 28 y el discurso de Dios en Job 38, 1 ss.

* 26. Su ejército: la milicia de las estrellas, representadas como ejército que marcha al mando del Señor. Éste las conoce todas y las llama por sus nombres. Véase Salmos 18, 1-7; Baruc 3, 35. “Entre tantos que admiran las obras de los artistas, ¿cuántos hay que se detengan a admirar la grandeza de que ha hecho alarde el autor del universo visible?” Cf. Salmos 8, 1 ss.; 32, 6 y notas.

* 27. Para consuelo de los atribulados, Dios reprocha a Israel con paterno amor su desconfianza. ¿No es esto mismo lo que hace Jesús en Mateo 6, 25 ss.?

* 28. No se fatiga: Jesús revela que su Padre y Él no cesan de obrar (Juan 5, 17). Si así no fuera, la creación dejaría de existir (Salmos 103, 29 y nota). Insondable Véase Eclesiástico 24, 38 y nota.

* 29 ss. Él da fuerzas al desfallecido: Ésta no es una palabra vana. Si Dios con su fuerza victoriosa ayuda a nuestra debilidad física, ¿cuánto más transformará nuestra debilidad moral, disipará nuestros temores y fortalecerá nuestra pusilanimidad? Renovarán sus fuerzas (versículo 31): Esta renovada juventud es prometida también en Salmos 102, 5. Véase, allí la nota.

* 1. Reanimen sus fuerzas: Bover-Cantera propone leer: esperen en mi justificación los pueblos.

* 2. Este justo sería, según algunos expositores antiguos, Abrahán que vino de Oriente (versículo 9). Los modernos se inclinan a referir esta profecía al rey Ciro, que sometió a los reyes enemigos de Israel, y con la destrucción de Babilonia puso en libertad a los cautivos (véase 44, 28; 45, 1 ss.); por lo cual Ciro es figura de Cristo, el Redentor de la humanidad opresa por el demonio.

* 3. Por una senda que sus pies jamás han pisado. Vulgata: no se verá la huella de sus pies. Tan rápida será la marcha del libertador (Ciro), que no se verá las huellas de sus pasos.

* 4. El primero, etc.: Cf. 44, 1; 48, 12. Así se llama también Cristo en el Apocalipsis (cf. Apocalipsis 1, 17; 22, 13), con lo cual manifiesta ser igual al Padre.

* 7. Ironía contra los falsos dioses hechos por las manos de los hombres, y que no pueden ni siquiera moverse (40, 18 ss.). En ellos ponen su confianza los gentiles, mas el pueblo escogido nada tiene que temer, cuando venga Ciro, pues es Dios quien lo trae (versículo 8 ss. y 25).

* 8 s. Abrahán, mi amigo: Nótese que es el mismo Dios quien da este título al “padre de los creyentes” (Romanos 4, 16). De los cabos de ella (versículo 9): de Ur de Caldea. Mi siervo: Otro título de altísima categoría que en la Sagrada Escritura se da solamente a los hombres cumbres, como Abrahán, Moisés (Éxodo 14, 31; Números 12, 7 s.), Elías (IV Reyes 9, 36; 10, 10), David (II Reyes 3, 18; 7, 5 s.), Job (Job 1, 8; 2, 8).

* 11 s. Son muy frecuentes en la Sagrada Escritura estas amenazas contra los enemigos de Israel. Cf. Salmos 65, 5 y nota.

* 14. Gusanillo se llama Israel por su pequeñez entre los pueblos y por las persecuciones que ha de sufrir. Así es llamado también Jesús (Salmos 21, 7). El Santo de Israel: Dios. Él es el verdadero libertador de Israel; Ciro no es más que su instrumento. No temas: es el “leitmotiv” de todo este capítulo (cf. versículo 10). “No temáis sus temores, dice San Pedro, ni os perturbéis, antes bien santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones” (I Pedro 3, 14 s.). No temas: es una palabra que siempre debería acompañarnos, sobre todo cuando sentimos todo el peso de nuestra debilidad, cuando el dolor nos aplasta, los desengaños nos amargan la vida y la noche oscura del abandono nos oculta el cielo.

* 15. El pueblo de Dios desmenuzará a los enemigos a semejanza de un carro que, provisto de dientes de hierro, trilla el trigo. Los montes y collados figuran el poder de los enemigos.

* 21 ss. En esta invitación irónica (cf. III Reyes 18, 27) vemos que Dios ostenta como su característica exclusiva, no sólo el conocimiento de lo porvenir, sino también, el preanunciarlo a los hombres. Véase 43, 9; 44, 7; 45, 21; 46, 10; Amós 3, 7.

* 24. Vosotros sois menos que la nada: Formidable condenación de los ídolos y dioses paganos, al par que es una lección para nuestro orgullo. Así como Dios es El que es —esto significa el nombre de Yahvé (cf. Éxodo 3, 14 ss. y nota) — así la característica de las creaturas es ser una nada ante la majestad del Creador. Mas el que nos sacó de la nada, nos mandó también su propio Hijo, para hacernos hijos suyos y participes de su plenitud (cf. Juan 3, 16; II Pedro 1. 4).

* 25. Dios responde a la pregunta del versículo 2: es Él quien llamará a Ciro del nordeste (Persia) para destruir a Babilonia y dar libertad al pueblo de Dios.

* 27. Un portador de buenas nuevas: El mismo Señor hace de pregonero para anunciar el fin del cautiverio y el regreso a Jerusalén.

* 28. Entre ellos: entre los dioses paganos. Cf. versículo 24 y nota.

* 1 ss. Ambas, la tradición judía y la cristiana refieren este pasaje a Cristo, el Mesías. Cf. Mateo 12, 18. “El Señor comienza aquí a pintar a Cristo con rasgos más suaves que los de un conquistador. La figura de Ciro se desvanece: no se ve sino a un Profeta, un Doctor lleno de paciencia y benignidad, el cual ha de difundir el conocimiento de Dios y de su ley entre las naciones” (Le Hir). Mi siervo: Así llama Dios también al pueblo de Israel. Véase 41, 8 s. y nota (cf. Jeremías 30, 10; 46. 27 s.; Ezequiel 37, 25, etc.), pero aquí este nombre se aplica al Mesías quien, siendo Hijo de Dios, es también su siervo por su naturaleza humana, la cual es creada y como tal sierva del Creador (Santo Tomás). Cf. Lucas 1, 54 y nota. Mateo 17, 5. En la Liturgia de la Iglesia primitiva Jesús es llamado “Siervo”, como vemos en la Didajé, el primer libro cristiano de la época de los Padres apostólicos que trata de asuntos litúrgicos. También los Hechos de los Apóstoles le dan el nombre de Siervo (Hechos de los Apóstoles 4, 27). “Esta denominación tenía para los cristianos una resonancia íntima. Ella hacía vibrar todo lo que de amor filial, de misteriosa confianza está encerrado en la palabra “niño” (“puer”, siervo, significa en latín también niño). Estaba incluido en esta palabra el sublime misterio de la Persona que es Hijo del Eterno Padre” (Rahner. Teología Kerigmática).

* 3. El Mesías será misericordioso para con los pobres y afligidos, simbolizados por la caña cascada y la mecha humeante, buscará la oveja perdida (Mateo 18, 12) y salvará lo que habla perecido (Lucas 19, 10).

* 4. Se enseñaría aquí el justo medio, la serenidad (alusión al versículo 3), o sea, como observa Fillion, el Mesías no cejará hasta establecer el Reino de Dios en la tierra entera. Las islas: las naciones, especialmente las lejanas. Cf. versículo 10 y 12; 59. 18.

* 6. He aquí el mismo aspecto que señala en Jesús la profecía de Simeón (Lucas 2, 30 ss.). Véase otras semblanzas del Salvador en 11, 1 ss.; 49, 1 s.; 50, 4-11; 52, 13 ss.; 53, 1 ss.; 61, 1 ss.

* 7. Véase I Pedro 3, 19 s.; 4, 6; Colosenses 1, 20.

* 8. La gloria ganada por Cristo en su Epopeya redentora (versículo 6) será de Yahvé, o sea del Padre que lo envió. De ahí que Jesús no buscará su propia gloria (Juan 8. 50; Filipenses 2, 5 ss.), y de ahí que a cada paso de su vida nos muestra su preocupación constante de que toda la gloria sea para Dios Padre (Filipenses 2, 11). Comentando estas palabras del Señor, dice San Bernardo: “¿Qué nos daréis pues, Señor, qué nos daréis? Os doy la paz, dice, os doy mi paz. Esto me basta, Señor: recibo con reconocimiento lo que me dejáis, y dejo lo que os reserváis. Así lo queréis, y no dudo que en interés mío. Protesto contra la gloria, y la rehúso, por miedo de que, si usurpara lo que no se me ha concedido poseer, perdiese justamente lo que se me ha ofrecido. Quiero la paz, deseo la paz y nada más. Para aquel a quien no basta la paz, no bastáis Vos tampoco, porque sois nuestra paz. Os queda vuestra gloria intacta. Señor; yo tengo todo lo que necesito si poseo la paz.” Cf. 48, 11; Salmos 113 B. 1 y nota.

* 10. La misma invitación es un himno a Dios Libertador. Cf. capítulo 12. Sobre él cántico nuevo véase Salmos 95, 1; 97, 1; Apocalipsis 5, 9.

* 11. Cedar, parte septentrional del desierto de Arabia, donde vivían los nómadas. Petra, capital de Arabia Pétrea (Edom). Son mencionados como representantes de los pueblos gentiles que participaran de la felicidad del Reino mesiánico. Cf. 16, 1 ss.

* 13. Vocea: contraste con el versículo 2. Cf. 59, 18 y nota.

* 16. Crampón traduce: Estas palabras las cumpliré y no faltaré. Se trata aquí de una intervención maravillosa de Dios en favor de los israelitas, aun culpables. Cf. 40, 3; Jeremías 30, 13 y notas.

* 19. El siervo mío: aquí Israel. Véase versículo 1; 41, 8 s. y notas.

* 20. Insiste en el concepto del versículo 9 y lo amplía, como diciendo: ¿para qué os he anunciado tantas cosas, sino para que os enteréis de ellas? (Cf. 41, 21 ss. y nota; Deuteronomio 32, 29). Es una grave admonición para nuestro tiempo que suele desdeñar las profecías (I Tesalonicenses 5, 20) como en los días de Noé (Lucas 17, 26), pensando, con toda ingratitud, que el Libro de la Sagrada Escritura no contiene más que mandamientos. Véase Eclesiástico 39. 1 y nota.

* 22 ss. Alude al cautiverio babilónico. “La nación, a que el Señor había destinado un tan excelente papel, será humillada y oprimida. Isaías la ve proféticamente en medio de los sufrimientos del cautiverio” (Fillion). ¿Quién lo escucha… para lo por venir? La historia moderna nos confirma que los dolores de las otras dos guerras mundiales no prepararon un mundo mejor, como muchos creían, ni trajeron la simplicidad de las costumbres antiguas. Porque los hombres, faltos de doctrina sobrenatural, conservaron su ideología materialista, y las privaciones. no hicieron sino aumentar el apetito del placer que los llevará a nuevas guerras, peores que las anteriores.

* 24 s. Véase Deuteronomio 32, 30. Esta explicación, ciertamente aplicable también a todas las naciones en sus grandes calamidades, debería mover con inmensa fuerza el espíritu de los judíos de hoy que no hayan perdido del todo la fe religiosa y la visión del misterio del Antiguo Testamento (II Corintios 3, 14 ss.; Hebreos 4, 9 ss.; 5, 11 ss.). Con lo cual verían que su fidelidad a Dios fue siempre la condición de su prosperidad también temporal (cf. Judit 5, 5 ss.).

* 1 ss. “Dios no rechaza a su pueblo sin retorno. Después de castigarlo, lo consuela; luego de entregarlo a los incrédulos para total destrucción, se vuelve al resto de Israel que permanece fiel” (Le Hir). Cf. Romanos capítulos 9-11. No temas: Cf. 41, 14 y nota. Ese “no temas”, que tantas veces se repite en estas profecías consoladoras, debe llenarnos de fe y confianza cuando el mundo nos aprieta. Muchos viven en el temor de perderse, de ser condenados, y este miedo tenebroso impide que tengan la confianza en el Padre que deberían tener. “La confianza, dice un autor moderno, te hará caminar, como Pedro, sobre las aguas, sobre este mar bravío de nuestro mundo que naufraga en su incredulidad. Tú, al caminar, mira bien fijamente a tu Señor, no te -mires a ti mismo, ni a aquellos que te miran, ni las olas de la plebe miedosa; no escuches el viento de las vanidades y de las riquezas. Una mirada, una sola mirada dirigida en otra dirección que hacia el Cristo victorioso bastaría para que te hundieras.”

* 3. Por tu rescate: en lugar de los judíos libertados, se le darán a Ciro otros pueblos: Egipto, etc. Esto se cumplió bajo Cambises, hijo de Ciro, que conquistó a Egipto y Etiopía. Éste admirable amor de Dios por Israel no vacilaba en sacrificar por él a otros pueblos, desafiando todas nuestras concepciones de justicia humana (versículo 13). “Nada debe Dios al hombre”, dice el Doctor de Hipona. Véase Salmos 46, 5; 104, 14 ss. y notas.

* 4. Objeto de mi amor: Así dice el corazón paternal de Dios. Cf. Jeremías 31, 3; Romanos 11, 5 ss. ¿Qué necesidad tendría Dios para hablar en este tono si no fuera por puro amor? Cf. Oseas 14, 5. Es que Dios trata a Israel, “como un padre dominado por el amor” (Pío XII). Y así también mira Él a cada alma, según lo vimos en todo el Cantar de los Cantares. Y así, si creemos a San Pablo, nos ama también el Hijo, Jesucristo: “Me amó y se entregó por mí” (Gálatas 2, 20), es decir, que si todo lo aceptó, hasta la muerte ignominiosa, fue sólo por conquistar mi corazón; pues para redimirme, como dice Santo Tomás, le habría sobrado con una sola gota de su Sangre: “Cujus una stilla salvum facere / totum mundum quit ab omni scelere.” Esta caridad de Dios es, en sentir de San Agustín, una gracia tan grande como el Espíritu Santo que se nos da por ella y en ella (Romanos 5, 5). “En la misma forma que, por la gracia, Dios se une sobrenatural e inefablemente a nuestra alma, así nos unimos misteriosamente a Dios por la caridad sobrenatural, cerrándose de este modo ese ciclo maravilloso, expresión del lazo divino que une el Padre a su Hijo único y el Hijo al Padre en el Espíritu Santo” (Scheeben).

* 5. Yo estoy contigo: Cf. nota al verso 1. No es solamente su omnipresencia con lo que Dios nos rodea, de manera que no podemos escaparle (cf. Salmos 138, 8; Jeremías 23, 24; Amós 9, 2), es más bien su amor que se nos adelanta como aquel Padre maravilloso que salió al encuentro del hijo perdido (Lucas 15, 11 ss.).

* 10 ss. El testigo del verdadero Dios es su “siervo”, el pueblo de Israel, que puede hablar por experiencia de sus maravillas (Salmos 117, 2). De ahí la vocación apostólica de Israel entre las naciones (Salmos 95, 3 y nota). Jesús encomendó este testimonio a sus discípulos fieles (Lucas 24, 48; Hechos de los Apóstoles 1, 8).

* 14. La caída de Babilonia es la condición de la liberación del pueblo. Igual concepto muestra el Apocalipsis sobre la Babilonia futura (Apocalipsis 19, 2). Gentes: Ciro y su ejército. Enviaré; literalmente: he enviado. El vate ve ya cumplido lo que predice.

* 16 s. Recuerda el paso del Mar Rojo (Éxodo capítulo 14).

* 19. Jesús reitera la enseñanza de este versículo, después de exponer juntamente sus Parábolas doctrinales y escatológicas, llamando nuestra atención hacia sus misterios futuros tanto como hacia los pasados: «Nova et vetera» (Mateo 13, 52). Cf. 48, 6 y nota.

* 20 s. Fillion titula este pasaje: “Descripción ideal y simbólica del estado dichoso de los desterrados en el momento de su regreso y después de su restablecimiento en la Palestina transfigurada. Cf. 35, 8-10; 41, 18-20.”

* 23 ss. Amarga ironía, como la del Salmos 49, 8 ss., en que descubrimos el Corazón paternal de Dios que no necesita de nuestros favores (Sabiduría 9, 10 y nota) y sólo se duele por nuestras ingratitudes a causa del daño que nos causan. Todo este final nos muestra que la liberación de los judíos será enteramente gratuita por parte del Señor, y no debida a méritos propios. Véase Jeremías 30, 13 y nota. Por amor a Mí mismo (versículo 25): Cf. 37, 35 y nota. Nada más fácil que la paz de la conciencia, pues, como aquí se ve, Dios está siempre dispuesto a borrar los pecados, y Jesucristo nos enseña que será más amado el que tiene mayor deuda, si da señales de arrepentimiento (Lucas 15, 20). Tampoco nos preocupe el futuro, porque Jesús no es amigo de promesas anticipadas, como nos lo mostró en la parábola de los dos hermanos donde el que no prometió cumplió y el que prometió faltó (Mateo 21, 28 ss.); y sobre todo cuando anunció a Pedro sus negaciones a pesar de cuanto prometía (Juan 13, 37 s.). Libres así del pasado y del futuro las dos cargas más pesadas que se inventan los hombres, ¿qué queda? El facilísimo momento presente, en el cual, para asegurarnos de estar unidos a la santidad perfecta, nos basta adherirnos a las intenciones de Jesús, que Él nos sintetizó maravillosamente en el Padrenuestro, o sea; desear que toda gloria sea para el Padre (y no para nosotros); desear que venga el Reino de Dios y su voluntad sea hecha también en la tierra; desear al mismo Jesús, que es nuestro “pan supersustancial”, y perdonarlo todo, de todo corazón, acogiéndose como un niño a la protección paterna contra el Maligno y sus tentaciones, pues que, sin su defensa, nos vencerían ciertamente (cf. Mateo 6, 9 ss.).

* 27. Tu primer padre, etc.: se refiere a Adán. Los Setenta vierten: tus padres. Tus guías: Los profetas y sacerdotes.

* 28. Los príncipes del Santuario: Los Sumos Sacerdotes y jerarcas de Israel.

* 2 s. Yeschurún: La Vulgata traduce Rectísimo. Es un término cariñoso con que Yahvé designa al pueblo escogido (cf. Deuteronomio 32, 15; 33, 5 y 26). La Vulgata y los Setenta leyeron esta misma palabra también en Salmos 28, 6. Derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad (versículo 3): Lo cual se cumplió plenísimamente en la efusión del Espíritu Santo en la fiesta de Pentecostés (Hechos de los Apóstoles 2, 1 ss.).

* 5. Éste… aquél… otro: Los paganos, a cuyos ultrajes había sido entregado Israel (43, 28), al verlo glorioso y próspero mirarán como un honor apoyarse en su nombre, unirse a él y pertenecer también a Yahvé (Crampón).

* 6 ss. Los mismos ídolos son testigos de Dios, pues en su pasividad están confesando que nada son y nada pueden. La sarcástica descripción que sigue hasta el versículo 20, recuerda el capítulo 6 de Baruc. Cf. 40, 18 ss.; 41, 7; Salmos 105, 19; 113 B, 4 ss.; Sabiduría 13, 11 ss. y notas.

* 7. Traducido según Crampón. Bover-Cantera vierte: Y ¿quién hay como Yo? Preséntese y grite, y lo anuncie y expóngamelo, ¿Quién ha hecho oír desde antiguo los presagios y nos ha anunciado lo que ha de venir?

* 12. “Aquí el profeta se burla donosamente de los fabricadores de los ídolos, que se humillan ante lo que ellos mismos fabricaron. Es un argumento corriente en los profetas, fundado, si no en la concepción de los sabios, que tenían los ídolos por simples imágenes de los dioses, sí en la concepción del vulgo, en la cual entraban hasta muchos tenidos por sabios, que consideraban los ídolos como dioses, a lo menos en cuanto estaban habitados por las mismas divinidades” (Nácar-Colunga).

* 20. ¿No es una mentira lo que tengo en mi mano derecha? Maravillosa pintura del hombre enceguecido por la soberbia o la pasión, que prefiere engañarse a sí mismo antes que buscar la verdad. Véase versículo 25 y Juan 3, 19.

* 22. Yo te he rescatado: En hebreo se usa la palabra “goël”, que significa Redentor. Cf. versículo 24; 59, 20 y nota.

* 26. Siervo: Los LXX dicen siervos. Se trata de los profetas fieles, cuyos anuncios se encarga Dios de cumplir por asombrosos o imposibles que parezcan.

* 28. El rey de Persia fue el instrumento para esta reedificación de la ciudad santa. Véase Esdras 1, 2: II Paralipómenos 36, 23. “Vemos aquí nombrado a Ciro por su nombre, mucho más de cien años antes que el mismo naciese, para que los judíos no atribuyesen a otro que a Dios su libertad, que tantos años antes se había anunciado por su Profeta, queriendo que todo esto fuese una figura de lo que había de conceder por el Mesías a todo el linaje de los hombres” (Scío). Hay un ejemplo semejante en III Reyes 13, 2, donde un profeta anuncia el nombre del rey Josías trescientos años antes de su nacimiento, y lo que ese rey había de hacer contra los ídolos. Así la Biblia aumenta nuestra fe a fuerza de admirar sus profecías.

* 1. Ciro, aunque pagano, es llamado ungido (Mesías), y como tal es tipo de Jesucristo, por la misión que tiene de rescatar al pueblo de Israel.

* 2 s. Vaticinio de la conquista de Babilonia por Ciro como instrumento de Dios. Las puertas de bronce eran cien, según Herodoto. Tesoro escondido: no está dicho en sentido espiritual, sino de las inmensas riquezas conquistadas por Ciro principalmente en Babilonia, a la que Esquilo llama “la rica en oro”. Te llamó por tu nombre: casi dos siglos antes. Esto fue escrito alrededor de 712 a. C. y el decreto de Ciro aparece en 538. Cf. 44, 28 y nota.

* 4. Para que nos guardemos de menospreciar a los que vemos como ajenos a la Iglesia, Dios insiste en llamar nuestra atención sobre la absoluta libertad con que Él procede en sus designios y en la elección de los objetos de su gracia. Recuérdese el caso de Cornelio (Hechos de los Apóstoles 10); la parábola de los obreros (Mateo 20, 15); las palabras de Jesús en Juan 15, 16; las de San Pablo y Moisés en Romanos 9, 11, etc. Cf. Salmos 134, 6 y nota. “La gracia no halla los méritos, los hace” (San Agustín).

* 7. El mal, es decir, la calamidad o la desdicha (hebreo ra’). Dios no creó el mal en sentido de pecado, sino en cuanto hizo que éste tuviese para los hombres los más dolorosos castigos. Cf. Sabiduría 2, 24 y nota.

* 8. “Isaías no puede contemplar este brillante porvenir sin ser transportado y sin apresurar el momento a fuerza de sus ardientes deseos. Pero se nota claramente en su lenguaje que aquellos días tan deseados se refieren, menos que a Ciro, al verdadero y solo Mesías, único que establecerá la verdadera justicia entre los hombres” (Le Hir). Por eso, en estas alusiones a Ciro, salvador del pueblo judío, la liturgia ha visto una figura del verdadero Redentor, que vendrá como el rocío de lo alto, para recrear a toda la tierra y para reinar con justicia sobre todas las naciones. Véase 64, 1 y nota. En vez de las expresiones abstractas la justicia y la salvación, dice la Vulgata el Justo y el Salvador.

* 9. “Ni el lodo ni la tierra pueden pedir razón al alfarero y arador. Dios forma el lodo, la tierra, las creaturas, según ley fija, de una vez; según su beneplácito, su sabiduría y bondad infinitas: llama a su reino a las gentes, como aquí a Ciro» (Jünemann).

* 14. Dios habla ahora con Israel y pasa a las esperanzas mesiánicas. La salvación concedida a los judíos, primero por intermedio de Ciro y después por el Mesías, durará para siempre (versículo 17). Véase 35, 4 y nota. Sobre la adoración de Dios por los pueblos paganos junto con Israel, véase 18, 7; 19, 23 y notas.

* 15. Dios escondido: según los LXX siguen hablando los pueblos convertidos y dicen: “Tú eres Dios y nosotros no lo sabíamos”, es decir: ¡te creíamos solamente Dios de los judíos y resulta Que eres el Único! Véase versículo 19 y nota. El Cardenal Gomá vierte: Vos sois, en verdad, un Dios que os encubrís, y explica: “es decir, un Dios que procede por vía misteriosa” (Salterio, página 393). La piedad cristiana da también a Cristo el nombre de “Dios escondido” porque se esconde en la Eucaristía bajo la especie de pan.

* 19. Véase las palabras de Jesucristo en Juan 18, 20 sobre su doctrina, y las que dirige a sus discípulos acerca de la predicación en Malaquías 10, 27. Un Dios según el cual la vida eterna consiste en conocerlo a Él y a su Hijo (Juan 17, 3); un Dios cuya sabiduría se anticipa a los que la buscan (Sabiduría 6, 14), y se revela a los pequeños antes que a los sabios y prudentes (Lucas 10, 21), no puede esconderse como los misterios de Eleusis; se ha manifestado por sus obras y por sus palabras.

* 20 ss. Los paganos son invitados a convertirle al verdadero Dios. ¿Quién anunció? (versículo 21): Cf. 41, 21 ss.; 46, 10 y notas. Yo soy Dios y no hay otro (versículo 22): Por tercera vez repite Dios esta aserción para darle más relieve.

* 23. San Pablo dice hermosamente: “Porque no tuvo nadie mayor por quien jurar, juró por Él mismo” (Hebreos 6, 13). No será revocada: San Pedro la llama “palabra viviente y permanente” (I Pedro 1, 23). Ante Mi se doblará toda rodilla. Cf. Romanos 4, 11. Hoy se debe doblar toda rodilla también ante el Nombre de Jesús (Filipenses 2, 10). Como observa Fillion. el presente pasaje no es un precepto sino el anuncio de que un día todos lo adorarán.

* 25. Consuela saber que en esa descendencia estamos también los que somos hijos de Abrahán por la fe en Cristo (Romanos 4, 16 s.).

* 1. Bel y Nebo, los dioses principales de Babilonia, eran llevados en hombros y, como demuestran los relieves, también en carros, por las calles de la ciudad. La imagen de la diosa Istar (Astarté) de Nínive fue llevada en procesión hasta Egipto, para hacer allí “milagros”. Cf. versículo 7; Baruc 6, 3 y 25.

* 3 s. Notemos la ternura e infinita delicadeza de esta expresión divina: Ya no seremos nosotros quienes lo llevemos en brazos como a los ingratos ídolos (versículo 2), sino que es Él quien nos lleva a nosotros. Desde el seno materno; esto es, desde el principio, hasta la vejez (versículo 4). Cf. Salmos 22, 6; 70, 17-18. Estas expresiones de ternura “nos indican cuan maternal es la providencia de Dios, su íntimo amor y sus cuidados, superiores a los de una madre. Dios no sólo alimenta el cuerpo, sino también al alma, y la fortifica con su gracia, su doctrina, sus inspiraciones, su palabra, sus sacramentos, su sangre, su cuerpo, su alma y su divinidad. Como una madre, Dios forma al cristiano en el seno de la Iglesia, le da la vida, lo amamanta, lo acaricia, le presta calor en su regazo, lo educa, lo instruye, lo dirige hasta que pueda conducirlo al cielo”.

* 8. Tenedlo en cuenta; literalmente: entrad en vosotros mismos. Entrando en nosotros mismos desaparece la ilusión y nos vemos tal cual somos. Jesús dijo bien claro lo que encontramos en nuestros corazones: malos pensamientos, fornicaciones, hurtos, homicidios, adulterios, codicias, perversidades, dolo, deshonestidad, envidia, blasfemia, soberbia, insensatez (Marcos 7, 21 y 22). Por todo esto nos alejamos de Dios, y a esto se deben todos los males (Jeremías 12, 11), porque lo primero que guardemos ha de ser el corazón (Proverbios 4, 23). Si huimos de “la fascinación de la bagatela” (Sabiduría 4, 12; Salmos 118, 37), jamás nos alejaremos de Dios.

* 10. Sobre esta potestad exclusiva de Dios véase 41, 21 ss. y nota. No puede menos que asombrar a los creyentes el ver cuántos pensadores y teorizadores exponen su visión personal sobre el futuro del mundo sin recordar para nada los anuncios de Cristo y las profecías de la Sagrada Escritura, ¡Cuántos auguran tiempos halagüeños, con optimismo humanista (Jeremías 5, 31; 6, 14; 14, 14; 23, 16, etc.) sin pensar que San Pablo y el mismo divino fundador de la Iglesia tienen anunciada la más tremenda apostasía! (cf. Lucas 18, 8; 17, 26 ss.; II Pedro 3, 3 ss.; Mateo 24, 4 ss.; II Tesalonicenses 2, 3 ss.; I Timoteo 4. 1 ss.; II Timoteo 3, 1, etc.). San Pablo enseña también que tales maestros tendrán éxito (II Timoteo 4, 3 s.), en tanto que él es “mirado como enemigo por decir la verdad” (Gálatas 4, 16). Véase Juan 5, 43.

* 11. El rey de los persas volará con la rapidez de un águila para ejecutar el castigo de Dios contra Babilonia. Jenofonte relata que Ciro y sus sucesores llevaban el águila en sus estandartes.

* 1 ss. No se trata de la destrucción de la ciudad, sino del imperio de Babilonia. La ciudad fue conquistada y humillada por Ciro; su ruina definitiva vino siglos más tarde. Véase capítulos 13, 14 y 21. La orgullosa Babilonia será esclava de otros como Israel lo fue de ella. Sobre la corrupción que reinaba en Babilonia, véase Jeremías 51, 39; Daniel 5. 1 ss.

* 6. Concepto frecuente en la Biblia: Dios entrega Israel a los enemigos, como un padre que se ve obligado a castigar al hijo ingrato. Pero el padre no puede dejar de amar a ese hijo, y ¡ay del extraño que lo desprecie o pretenda deshonrarlo!, porque la venganza del amor paterno será terrible. Cf. Joel 3; Romanos 11, 18 y 28. Ni aun a Caín permitió Dios que lo persiguieran los hombres (Génesis 4, 15), porque el castigo se lo reserva Él solo. Cf. Romanos 12, 19; II Tesalonicenses 1, 6; Salmos 65, 5 y nota.

* 8. Viuda, es decir, desamparada. Nunca me veré sin hijos: mi pueblo no perecerá. Véase en Salmos 136, 8 y nota, el paralelismo de este y otros textos con los del Apocalipsis relativos a Babilonia.

* 9. Encantamientos: Los astrólogos y magos babilónicos pretendían conocer los destinos de los hombres y hasta tener influencia sobre sus dioses.

* 10. Tu sabiduría y tu ciencia te han engañado: “La ciencia infla”, nos enseña San Pablo. La sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, el cual dice: “Destruiré la sabiduría de los sabios y anularé la prudencia de los prudentes” (I Corintios 1, 19; cf. Isaías 29, 14; Salmos 32, 10). Constantemente confunde Dios el orgullo intelectual de los hombres (cf. Salmos 93, 11 y nota), y más aún si se trata de sabiduría religiosa o espiritual que no esté fundada en su Revelación. Véase 5, 21; Sofonías 1, 5.

* 14. Los mismos que se gloriaban de salvar a otros de las llamas, serán devorados por ellas. Véase las palabras de Jesús sobre ese falso apostolado (Mateo 23, 15; Lucas 6, 39). Cf. Gálatas 4, 17.

* 15. Véase Apocalipsis 18, 10 s.

* 1. De la fuente de Judá: Los que salisteis de la estirpe de Judá. Expresión semejante se usa en 51, 1 y Salmos 67, 27. De nada sirve descender de la preclara estirpe de Abrahán si no se vive como él, según enseñó Jesús a los fariseos (Juan 8, 33-40).

* 3. Dios ha cumplido las promesas referentes al pasado (versículo 3-5). De la misma manera cumplirá aquellas que miran al futuro y que tienen por objeto la liberación de Israel. Cf. versículo 5 s ; 41, 21 ss.; 43, 9; 44, 7; 45, 21; 46, 10. Es como un estribillo que el mismo Dios tantas veces repite para darnos una prueba de su Providencia.

* 4. He aquí el doloroso reproche que Dios hace muchas veces a la rebeldía de su pueblo. Cf. Éxodo 32, 9; 33, 3; Deuteronomio 9, 13; Jeremías 5, 3, etc.

* 6. Cosas nuevas: Notemos cómo Dios alardea de ser siempre interesante y novedoso en lo que dice y promete. David nos muestra mil veces que nadie habla como Él (cf. Salmos 118 y notas). Y sin embargo, “¡cuántos que se dicen creyentes desdeñan enterarse de las Sagradas Escrituras como si se tratase de cuentos aburridos de viejas o de puras ordenanzas policiales!”. Véase nota al versículo 3.

* 8 s. Asombrosa misericordia que sólo se explica en el amor paterno. ¡Sabe que el hombre seguirá prevaricando y sin embargo le previene que no lo abandonará! Aquí vemos cuánta bondad de su parte significan las pruebas que Él nos manda. Véase Hebreos 12, 5 ss.; I Pedro 1, 7; Deuteronomio 8, 5; Jeremías 35, 14; Sofonías 3, 12 y notas. A causa de mi Nombre; Otro estribillo que Dios no se cansa de inculcarnos. Cf. versículo 11; 2, 17; 42, 8; Éxodo 33, 19; Salmos 98, 3; 113 B, 1; 148, 13; Juan 5, 44 y notas. Meditemos esto para no querer robarle esa gloria que a nadie pertenece más que a Él.

* 10. Aquí se dirige Dios a los descarriados de su pueblo. No quiere que interpreten las consecuencias de su proceder como castigo Suyo. Se dirige a ellos para que no dejen de creer en Su bondad, ni duden de Su perdón cuando temen desfallecer, sintiendo todo el peso de su culpa. Te he probado en el horno de la aflicción: “En esta forma halla también respuesta la pregunta que a tantos obsesiona: ¿Por qué los justos y buenos padecen, y a menudo más que los otros? No serían tan buenos ni tan justos si no padecieran, puesto que el dolor los estimula a la perfección y los capacita para obrar en honra de Dios y provecho de los hombres” (Monseñor Keppler, Escuela del Dolor, número 91).

* 12. El primero y… el último: Cf. 41, 4 y nota.

* 16. En secreto: Véase 45, 19 y nota. Por el Evangelio sabemos que Dios está todo en Cristo su Hijo (Juan 14, 9; Hebreos 1, 3), pero está “escondido” (Colosenses 2, 3) y su conocimiento se adquiere “en el misterio” (I Corintios 2, 7). Vemos explicada una vez más la actitud de los fieles de Berea (Hechos de los Apóstoles 17, 11 y nota) y condenada la suficiencia de los que creen haber recibido de una vez, como si fuese una píldora, el conocimiento de Dios en las lejanas y ligeras instrucciones catequísticas de su infancia. Dios quiere ser buscado por cada alma, y su Hijo nos asegura que todo el que busca encuentra (Lucas 11, 10; cf. Juan 7, 17). Más aún, tan suave es Él, que el que lo busca ya lo ha encontrado (cf. Sabiduría 6, 15) y nadie es rechazado en esa búsqueda (Juan 6, 37), pues Él no dice: “Buscadme en vano” (cf. 45, 19 y nota), sino que se revela en sus palabras, mostrándose a los simples (Lucas 10, 21) y ocultándose tan sólo a los dobles (Mateo 13, 11 ss.). Pero la búsqueda no cesará mientras vivamos, pues el misterio de Dios, escondido en sus palabras, nos va presentando cada día, nuevas e inesperadas facetas. Más ahora, etc.: Son palabras que el profeta agrega como respuesta al discurso de Dios.

* 17. Te enseño cosas provechosas: “Salida del pensamiento y del corazón de Dios, su palabra no sólo es divina sino que diviniza a quienes la reciben. «Las palabras que Yo os he dicho, decía Jesús a los apóstoles, son espíritu y vida» (Juan 6, 63; Vulgata 6, 64). Las palabras de la Sagrada Escritura son todas dichas a nosotros por Dios, y todas son de Dios. La Biblia hace al hombre divino, dice Hugo de San Víctor. La Escritura es la levadura del mundo, es la sal y la luz de las almas” (Cardenal Gomá, Biblia y Predicación, p. 144). Cf. versículo 6 y nota.

* 18. Lamento del amor despreciado, semejante al de Jesús en Juan 5, 40. Véase Tobías 12, 10 y nota. “Lo que proporciona la paz, dice San León, es querer lo que Dios manda, y no querer lo que Él prohíbe.”

* 20. Con la caída de Babilonia empieza la redención del pueblo judío, imagen de la Redención que debía traer Jesucristo. Isaías asiste en espíritu a la catástrofe de la ciudad impía y exhorta a los cautivos a huir para no participar de la suerte de ella (cf. 52, 11; 55, 12; Jeremías 50, 8; 51, 6 y 45; Zacarías 2, 7; Apocalipsis 18, 4). Júbilo: Este mismo sentido de alegre noticia tiene la predicación del Evangelio de Jesús (Lucas 2, 10; Marcos 16, 15), que solemos mirar como pesada carga (véase Jeremías 23, 33).

* 22. Véase la misma tremenda palabra en 57, 21. No tendrán paz los que se complacen en la Babilonia de este mundo. Los impíos no tienen paz «porque viven de continuo en lucha y oposición con el orden establecido por la naturaleza y el Creador de ella. Solamente cuando se restablezca este orden, cuando todos los pueblos fiel y espontáneamente le reconozcan y profesen, cuando las internas constituciones de los pueblos y las externas relaciones con las otras naciones se funden sobre esta base, solamente entonces, será posible que haya paz estable sobre la tierra» (Pío XI en la Encíclica «Caritate Christi compulsi”).

* 1. El carácter mesiánico de este capítulo se impone a cualquier duda. No es ya Ciro el libertador principal sino el Mesías, el cual vendrá en persona para traer la salud. Se describe primero la vocación del Siervo de Dios, luego su misión entre el pueblo judío y los paganos, siendo designados éstos con el nombre de islas y pueblos lejanos.

* 2. Cual espada afilada: Imagen de la palabra de Dios que es más aguda que una espada de dos filos (Hebreos 4, 12). La Sagrada Escritura compara la palabra de Dios también al fuego, porque, como dice San Jerónimo, hace que el alma que la recibe sea semejante al oro purificado en el horno. Cf Salmos 11, 7 y nota.

* 3. El Siervo de Dios (aquí el Mesías) es llamado Israel, lo que significa “Combatiente del Señor”, nombre con que Dios había distinguido a Jacob. Véase Génesis 32, 28. Algunos consideran que el nombre de Israel está aquí interpolado. Cf. Lucas 1, -54 y nota.

* 4. He consumido mis fuerzas: “Sería negocio infinito, si quisiésemos por menudo decir en cada una obra de las que hizo Cristo lo que sufrió y padeció” (Fray Luis de León, De los Nombres de Cristo).

* 5. Para reunir con Él a Israel: Esto explicaría por qué ninguno de los israelitas piadosos del tiempo de Jesús entendía el misterio de su rechazo y de su muerte. Como observa Fillion, este pasaje “expresa el fin inmediato y directo, que Dios se proponía al enviar su Servidor a la tierra: por Él quería salvar a los judíos”. El Apóstol de las gentes revela el misterio de que esta salvación no quedó revocada (Romanos 11, 1) sino postergada para los últimos tiempos (Romanos 11, 25 ss.). La Vulgata dice: Mas Israel no querrá reunirse: Sería éste un notable anuncio del rechazo de la misión mesiánica que encontraría Jesús en su primera venida. Cf. 35, 5; 50, 2 y notas.

* 6. Restaurar las tribus de… Israel: Esto se dice de Elías en su segunda venida (Eclesiástico 48, 10). La Liturgia lee este pasaje en la fiesta del Bautista que cumple un oficio semejante al de Elías. De ahí que haya sido propuesta la hipótesis de referir este verso al gran profeta Elías. Sin embargo, San Pablo y San Bernabé parecen referirlo a Cristo cuando lo citan en Hechos de los Apóstoles 13, 47 para justificar su paso a los gentiles cuando los judíos se opusieron a la predicación del Evangelio. Luz de las naciones: Véase 42, 6; Lucas 1, 32; 2, 31 s.

* 7. Este versículo sintetiza ambos aspectos del Redentor: lo que San Pedro (I Pedro 1, 11) llama “sus pasiones (Salmos 21 y 68) y posteriores glorias”. Véase 59, 18 y nota. Abominado de las gentes: La Vulgata vierte: la nación abominada. Cf. 53, 3. El Santo de Israel: Yahvé.

* 8. Tiempo de la gracia: Otra traducción: En el tiempo favorable: Véase la aplicación que San Pablo hace de este pasaje en II Corintios 6, 2, al actual período en que Dios nos brinda la misericordia. Cf. Eclesiástico 18, 9 y nota. Véase Salmos 68, 14; 117, 24 y notas. Te he puesto por alianza: Cristo es mediador entre el cielo y la tierra. “Jesucristo, dice San Ambrosio, está pendiente de la Cruz, entre el cielo y la tierra, como un mediador, para reconciliar al nombre con Dios, recibir en su cuerpo las abrasadoras flechas de la ira de Dios lanzadas contra los hombres criminales, impidiendo que lleguen a la tierra, para pagar Él solo y cargar con las iniquidades de todos. Alarga sus brazos en la Cruz en forma de arco, y mientras su Padre lanza sobre su sagrada carne las flechas destinadas a los pecadores, las recibe todas. Pero, por otra parte, ¡oh admirable venganza digna de Cristo! levanta los brazos hacia su Padre, y le devuelve flechas ardientes de oración y de amor para herir su corazón y sacar de allí el perdón de los hombres” (De las vírgenes, libro III).

* 9 ss. Cuadro de insuperable belleza. Los israelitas que vuelven del cautiverio, son comparados a un rebaño, cuyo pastor es Dios. Nada les falta en el camino. El significado mesiánico es evidente.

* 12. Los desterrados y dispersos vendrán de todas las regiones. La tierra de Sinim (Vulgata: tierra del mediodía), o sea de los chinos, según se admite generalmente, lo cual es en la Biblia un dato interesantísimo sobre el Extremo Oriente y confirmaría el establecimiento de judíos en el interior de Asia en tiempo del cautiverio de Babilonia.

* 15. Expresión de la admirable ternura paterna con que Dios ama a su pueblo. “Fíe de la bondad de Dios, que es mayor que todos los males que podemos hacer” (Santa Teresa, Vida XIX, 15). Cf. 66, 13; Salmos 26, 10 y notas.

* 16. Te tengo grabada en las palmas de mis manos: También nuestro nombre está grabado en las manos paternales de Dios, por lo cual todo lo debemos esperar de su fuerza. Dejemos atrás nuestras ideas de prudencia humana y avancemos osadamente con esa audacia que dan la fe y el amor. Cf. Salmos 27, 7; 60, 4; 61, 3.

* 18 ss. La nueva Jerusalén reedificada después del cautiverio de Babilonia, es figura del reino de Jesucristo. A éste se le agregarán cada vez más gentes de los pueblos paganos, de manera que la que parecía sola y desamparada, será madre de innumerables hijos espirituales. De ahí el asombro de Sión en versículo 21.

* 22. El Señor explica a Jerusalén el misterio de su fecundidad asombrosa (versículo 22-26). Véase 19, 23 ss.; 66, 20; 101, 16 y notas.

* 25 s. Fillion anota aquí: “Los principales intérpretes católicos admiten con justa razón que este oráculo va más lejos que el exilio caldeo y que representa también el Israel espiritual, ideal, liberado de la cautividad del demonio.”

* 1. El rechazo de Israel por su divino Esposo es lógica consecuencia de la infidelidad de la Esposa. Sin embargo, Él “no le dio el acta de divorcio que anula el matrimonio (Deuteronomio 24, 1-4). El contrato que lo liga a su pueblo subsiste siempre” (Crampón). Véase Romanos 11, 1. Tampoco venderá los hijos a los paganos para siempre a fin de pagar a los acreedores, cosa que estaba permitida por la Ley (Éxodo 21, 2 y 7; Levítico 25, 39; IV Reyes 4, 1; Mateo 18, 25).

* 2. Quiere decir: Israel no reconoció ni hizo caso de las maravillas que Dios efectuó para salvarlo (véase 49, 5 y nota).

* 4. Habla el Siervo de Dios. Lengua de discípulo: Admirable vaticinio que destaca, en pasado profético, según observa Crampón, esa sublime característica del Verbo encarnado que con la docilidad de un niño no predica sino lo que su Padre le ha encomendado. Véase Juan 5, 19-24; 8, 55; 12, 49 s.; 14, 24; 17, 6 y 14; 15, 15, etc. Es de notar que San Crisóstomo aplica todo este pasaje (versículo 4) a Isaías. Sto. Tomás lo refiere en sentido literal a Isaías, en sentido típico a Cristo.

* 5. En contraposición a la inobediencia de Israel (48, 4; 50, 2) el Verbo Divino muestra aquí maravillosamente, con las mismas palabras del Salmos 39, 7, su obediencia al Padre desde el primer instante de su Encarnación. En el Evangelio nos lo repetirá mil veces, diciendo que su comida es hacer la voluntad del Padre. Véase Juan 4, 34; 5, 30; 6, 38; 14, 31, etc. Estos dos versículos (4 y 5) nos dan un perfecto retrato de Jesús como modelo de infancia espiritual delante de su Padre, a quien adoraba, no obstante ser igual a Él.

* 6 ss. Vaticinio de la Pasión de Cristo. Véase 52, 14 y nota; Mateo 26, 67; Juan 19, 1-3. Pero Yahvé es su auxiliador (versículo 7) en todas las pruebas y le justifica (versículo 8).

* 11. El fuego, es decir, vuestro odio (Salmos 24, 19; Juan 15, 18 y 25). De mi mano: aquí se anticipa el misterio revelado por Simeón (Lucas 2, 32-34) de cómo Él mismo, venido para piedra angular, había de ser para Israel piedra de tropiezo. Véase 8, 14; 28, 16 y notas.

* 1. Roca y manantial: Abrahán y Sara, padres del pueblo judío. Isaías consuela a los que han quedado de su nación, mostrándoles el ejemplo de Abrahán, que no obstante la esterilidad de Sara fue bendecido con un hijo (Romanos 4, 19 ss.; Hebreos 11, 12). De la misma manera Dios dará descendencia a la Jerusalén desolada.

* 3. Consolará a Sión, en el momento de su conversión. Lo mismo sucede cuando el pecador se convierte a Dios. Entonces es cuando puede exclamar con San Agustín: “Oh hermosura, siempre antigua y siempre nueva, ¡qué tarde he empezado a amarte!”

* 5. Mi justicia, mi salvación. San Jerónimo vierte: mi Justo, mi Salvador. La idea es la misma, Yahvé manifiesta la justicia y salvación por medio del Mesías. La salud prometida no solamente alcanzará a los judíos, sino también a los gentiles. Mi brazo regirá los pueblos: Vaticinio frecuente en los Salmos. Véase Salmos 2, 8 s.; 71, 11; 109, 6 y notas.

* 6. Durará eternamente: Este pensamiento se repite en los versículos 8 y 11.

* 9. s. Rahab (Vulgata: soberbia): monstruo tal vez figura de Egipto (30, 7; Job 26, 12; Salmos 86, 4; 88, 11) y del Faraón, que resistieron al pueblo de Dios. En sentido típico, figura de los poderosos que se levantan contra la Ley del Señor.

* 11. Coincide con 35, 10. Véase allí la nota.

13. Tiemblas continuamente: Sobre este miedo característico del que no está en paz con Dios, véase Levítico 26, 17 y 26; Salmos 13, 5; Sabiduría 17, 10 y notas. Este miedo acompaña al género humano desde los días de Adán, que por miedo se escondió de la vista de Dios (Génesis 3, 8), hasta el advenimiento del Hijo del hombre (Mateo 24, 30). Nuestro corazón es “un monstruo de inquietud”, como dice Péguy, somos hostigados por el temor en cada trance de nuestra vida y no logramos librarnos del imperio del miedo, salvo que pongamos nuestra plena confianza en Cristo, quien triunfó no solamente sobre la muerte sino también sobre el miedo. “Nuestro corazón está inquieto, decía San Agustín, mientras no descanse en Ti.”

* 14. El encorvado. Otra traducción: el cautivo. La Vulgata vierte: pronto llegará el que viene a abrir.

* 16. Habla el eterno Padre al Mesías. He puesto mis palabras en tu boca: confirma la misión de Jesús como divino Profeta (véase 50, 5 y nota; Hebreos 1, 1 s.). Plantar cielos y fundar una tierra. Esta sería entonces la nueva Sión, a juzgar por lo que sigue. Jesús aparece aquí como lo definió Simeón en el Evangelio: “gloria de Israel su pueblo” (Lucas 2, 32). ¡Qué argumento para los judíos que lo rechazaron, y también para los modernos! (cf. 52, 7). Fillion anota: “Se trata sin duda de los nuevos cielos y la nueva tierra del fin de los tiempos. Cf. 65, 17; 66, 22.”

* 17. El cáliz de su ira, es decir, las pruebas. Hasta las heces: En 40, 2 dice: ha recibido ya el doble por todos sus pecados. Los versículos 22 s. coinciden con el Salmos 74, 9.

* 23. Véase versículo 17 y nota. Póstrate: los vencedores solían pasar por encima de los cuerpos encorvados de los vencidos (Josué 10, 24; Salmos 65, 12; 109, 1 y notas).

* 1. “El profeta se representa la capital judía como una mujer que, golpeada por la cólera divina, yace moribunda en el camino; la mueve a levantarse para una nueva vida mucho más gloriosa y feliz que la primera. No volverán a entrar: En la Sión regenerada nada impuro penetrará en adelante” (Fillion). Cf. versículo 8; 35, 4; Jeremías 30, 9; Joel 3, 17 y notas; Lucas 21, 24.

* 3. De balde… sin dinero: Así como los extranjeros os quitaron la libertad sin pagaros indemnización, así también seréis rescatados sin que paguéis dinero.

* 4. Alusión a la esclavitud de Egipto y las invasiones de los asirios.

* 7 s. Cf. 51, 16; Nehemías 1, 15 y notas. Isaías ve en esta visión el regreso de su pueblo de Babilonia, y, a la vez, la institución del reino de la paz mesiánica. San Pablo (Romanos 10, 15) extiende esta bendición a los predicadores de la Buena Nueva del Evangelio, porque “el Evangelio es fuerza de Dios para salvación de todo el que cree” (Romanos 1, 16).

* 9. Saltad de júbilo… ruinas de Jerusalén. La Vulgata dice: desiertos de Jerusalén. “En los Profetas se alegran hasta el desierto y la estepa; y salta de gozo la soledad y florece como un lirio; y brota copiosamente, y con mucha alegría y alabanzas salta de contento, y se viste de la gloria del Líbano y de la hermosura del Carmelo y de Sarón; y ve la majestad del Señor y el esplendor de nuestro Dios (Isaías 33, 1-2). (Mons. Keppler).

* 10. Su santo brazo: su poder. Dios prepara, enviando a su Hijo, la obra de la liberación de su pueblo, a manera de un hombre que hace un esfuerzo poderoso. El final del versículo muestra que, en este brazo libertador del cautiverio de Babilonia, está figurada la obra de Jesucristo que, viniendo como salvador de Israel (51, 16), ofreció su Redención a todos los pueblos (véase 53, I; Juan 11, 52).

* 11. Salid de allí: de Babilonia. Purificaos: preparaos para vuestro santo ministerio, especialmente vosotros, los levitas, que habéis de llevar los vasos sagrados que Ciro os entregará (Esdras 1, 7-11).

* 13. Sobre este grandioso pasaje que comienza con el versículo 13, leemos en la versión de Nácar-Colunga: “Esta sección (52, 13-53, 12), con los varios fragmentos dispersos que antes hemos ido indicando, forma un verdadero poema, que es a la vez el vaticinio más claro de la pasión del Siervo del Señor, y que podríamos llamar el profético y primer relato de la Pasión. Los dolores del Siervo, la causa de ellos y los frutos de la muerte, se hallan descritos con los más vivos colores.” Comentando en Isaías 49, 7 el inmenso contraste entre los dos aspectos de Cristo doliente y glorioso, honrado por el Padre y despreciado por los hombres, Fillion cita este pasaje y 53, 10-12, y hace notar que, según estos textos, “después que Dios haya cubierto de gloria a su servidor, los hombres lo glorificarán también, aún los primeros de entre ellos (reyes, príncipes)”. En este versículo 13, con respecto a las palabras grande, excelso, etc. señala esa “extraordinaria acumulación de sinónimos, a fin de mejor poner de relieve el éxito prodigioso del Mesías” (cf. 59, 18). Es perfectamente explicable este plan del Padre que ama a su Hijo, y grandemente consolador para los que queremos amar a Cristo. No era posible que toda la epopeya del divino Campeón terminara con un fracaso, pues la apostasía está anunciada tan sólo para los últimos tiempos. Véase 46, 10 y nota.

* 14. Es como un paréntesis entre los dos versículos sobre la glorificación de Cristo, y se refiere a Él desde el principio, como traduce Crampón con el siríaco: “Así como muchos se asombraron al verlo -tan desfigurado estaba que su aspecto no era ya el de un hombre, ni su rostro el de los hijos de los hombresasí también (versículo 15) hará Él temblar a muchas naciones”. Según un autor no católico, los judíos omiten en las sinagogas la lectura de este pasaje y de todo el capítulo 53, lo que significa que no quieren entender el misterio de la Cruz aquí anunciado. Los antiguos judíos reconocían sin embargo, como aplicables “al rey Mesías”, estos textos que algunos quisieron aplicar después a Isaías, Jeremías o a Josías o al mismo pueblo de Israel. Los racionalistas modernos, por su parte, ven en el “Siervo” una figura mitológica importada de Babilonia. En este pasaje se funda la falsa opinión de la fealdad corporal de Jesús. El profeta habla aquí solamente de su figura en los días de la Pasión. El Salmo 44 nos da otro aspecto de la Persona de Cristo. A título de curiosidad citamos la opinión de Orígenes, quien sostenía que Jesús tenía dos aspectos, uno hermoso para los que creían en Él, y uno feo para los que le rechazaban.

* 15. Rociará: San Agustín comenta este versículo según la Vulgata y dice: “El Salvador rociará y expiará con su sangre a muchas naciones para rescatarlas, purificarlas, y para salvar a todo el mundo. Purificación y aspersión será ésta de muchos más subidos quilates y sin comparación de mucho mayor eficacia que la que Moisés hacía al pueblo con la sangre y cenizas de la vaca roja.” En lugar de rociará leen algunos: hará temblar, o: provocará asombro, o: dispersará. Sobre el resto del versículo véase Romanos 15, 21 y nota.

* 1. Este capítulo, llamado el “Pasional de oro”, es como un resumen de la Pasión de Cristo según los Evangelios, escrito ocho siglos antes. Para mostrar su perfecto cumplimiento por el Cordero de Dios que llevó sobre si los pecados del mundo, los Libros del Nuevo Testamento citan muchas veces este cuadro incomparable. Véase Mateo 8, 17; Marcos 9, 11 y 15, 18; Lucas 22, 31; Juan 12, 38; Hechos de los Apóstoles 8, 32; Romanos 10, 16; I Corintios 15, 3; I Pedro 2, 22, etc. Nuestro anuncio: Más exacto: lo que nosotros oímos, es decir, lo que los profetas oyeron de Dios sobre el Mesías. Alude a los judíos incrédulos (Juan 12, 38) en contraposición a 52, 15. El brazo de Yahvé: Véase 52, 10 y nota.

* 2. Como un retoño. Nótese el contraste con el retoño y renuevo anunciados en 4, 2; 11, 1 y 10. No tiene apariencia ni belleza: Véase 52. 14 y nota y, como contraste, Salmos 44, 3 y nota. La carne engañosa no nos deja ver los atractivos de Jesús. Cf. I Corintios 2, 14.

* 3. Como alguien ante quien uno aparta su rastro, es decir, como un castigado (versículo 4) a causa de las infamias narradas en Mateo 26, 67; 27, 29 s.; Juan 19, 2. Para los judíos será escándalo y para los griegos locura (I Corintios 1, 23).

* 4 s. Nuestras dolencias: Nótese aquí la doctrina de la satisfacción sustitutiva, que doce veces sale en este capítulo. Cristo padeció, no por propia culpa, sino para restituir al Padre, en beneficio nuestro, el honor que le habíamos robado nosotros. Véase Salmos 39, 7 a.; 68, 5 y notas; Mateo 8, 17; Juan 1, 29; I Corintios 15, 3; II Corintios 5, 21; Colosenses 1, 20; Hebreos 10, 10; I Pedro 2, 22 s.; 3, 18. Aquí está todo el Misterio de la Redención. La manera cómo Jesús glorifica al Padre consiste, según Él mismo lo dice, en darnos a nosotros vida eterna (Juan 17, 1 s.). Herido por Dios: es decir, castigado como si fuese culpable. Véase Lucas 23, 35; Mateo 27, 43; Salmos 21, 9.

5. “Él no sólo es Jesús y salud con su doctrina, enseñándonos el camino sano, y declarándonos el malo y peligroso, sino también con el ejemplo de su vida y de sus obras hace lo mismo; y no sólo con el ejemplo de ellas nos mueve al bien y nos incita y nos guía, sino con la virtud saludable que sale de ellas, que la comunica a nosotros, nos aviva y nos despierta y nos purga y nos sana” (Fray Luís de León, Nombres de Cristo).

* 7. Fue maltratado y se humilló: San Jerónimo vierte: Fue ofrecido porque él mismo lo quiso: Se entrega voluntariamente a la Pasión, ni siquiera se defiende. Véase Mateo 26, 52 ss.; 27, 14; Juan 10, 17 s.; Hechos de los Apóstoles 8, 32 ss.; I Pedro 2. 23. Cf. Salmos 37, 14; 39, 7 ss. y notas. Como cordero: Este símbolo, Uno de los más hermosos de la Escritura, es el que emplea el Precursor (Juan 1, 29 y 36), para designar a Cristo, que, si como Maestro y Sacerdote había de ser Pastor, como Víctima había de ser Cordero: el Cordero de Dios que carga con los pecados del mundo. Como tal estaba figurado en los sacrificios mosaicos, en el rito pascual (Éxodo 12, 3 ss., leído en la Liturgia del Viernes y Sábado Santos), en el sacrificio perpetuo, figura también de la Eucaristía, y aun desde el sacrificio de Abel y de Abrahán. Cf. su triunfo en Apocalipsis 5, 6 ss.

* 8. Este verso es uno de los más oscuros de Isaías y no hay unanimidad sobre su auténtico sentido. Fue arrebatado por un juicio injusto: Alusión al procedimiento, contrario a todo derecho, que aplicaron los jueces en el proceso de Jesús. Sin que nadie pensara en su generación: Vulgata: su generación, ¿quién podrá explicarla? Muchos santos Padres ven en esto una alusión a la generación eterna del Hijo por el Padre; otros lo entienden de la numerosa descendencia espiritual: los cristianos. Los expositores modernos hacen notar que la palabra generación se refiere a los contemporáneos de Cristo, y traducen: ¿Quién podrá contar la conducta de sus contemporáneos con respecto a Él? La traducción de Crampón dice: “Entre los contemporáneos ¿quién pensó que era cortado de la tierra de los vivos; que la plaga lo hería a causa de los pecados de mi pueblo?” Es decir, supusieron, según dice el versículo 4, que sufría por sus propios pecados, como en el caso del ciego de nacimiento (Juan 9, 2 s.). Véase Juan 11, 51.

* 9. Aún después de muerto, Jesús debía estar expuesto a la humillación y a ser enterrado con los ladrones. En su muerte está con el rico, es decir, en la tumba nueva de José de Arimatea, quien con Nicodemo, dio valientemente sepultura a Jesús (Lucas 23, 50 ss.; Juan 19, 38 s.). Véase Salmos 15, 10 y nota. Sin embargo, hay que notar, que el texto hebreo es traducido de diversas maneras. Bover-Cantera vierte: con malhechores (reposó) en su muerte- Está versión parece referirse a la guardia del sepulcro.

* 10. Yahvé quiso quebrantarle: Véase 52, 10 y nota; Juan 3, 16; Romanos 8, 32. La voluntad de Yahvé será cumplida por sus manos: Véase Juan 17, 4. Crampón traduce: el designio de Yahvé prosperará en sus manos, y anota: “literalmente: su deseo, su obra, la conversión de todos los pueblos y el establecimiento del Reino de Dios en el mundo”. Cf. 52, 3 y nota.

* 11. Cf. Hebreos 12, 2. Justificará a muchos por su doctrina: otros traducen con su conocimiento. En el momento culminante de la vida de Jesús, lo oímos hablar con su Padre y decirle: “En esto consiste la vida eterna: en conocerte a Ti, solo Dios verdadero, y a Jesucristo tu Enviado… Santifícalos en la verdad: la verdad es tu Palabra” (Juan 17, 3 y 17). Y cargará, etc.: Es la definición que el Precursor habrá de dar de Cristo como Cordero de Dios. Véase I Pedro 2, 24.

* 12. Repartirá los despojos: Cf. Colosenses 2. 15; Romanos 8, 17; Apocalipsis 19, 17 s. Fue contado entre los facinerosos. ¿No fue Jesús asociado a dos criminales, y no se prefirió en su lugar a Barrabás, ladrón y asesino? Intercedía por los transgresores, y ¡qué consuelo! sigue intercediendo por nosotros. Véase Hebreos 7, 25 y nota; Eclesiástico 24, 14 con la nota sobre el sacerdocio de Cristo.

* 1. Esta profecía trata de la nueva Jerusalén. “El profeta describe aquí los efectos maravillosos de la muerte del Mesías, tales como acaba de prometerlos” (Le Hir). Como observa Crampón, la desechada es Sión, después de rechazada por Dios; la que tenía marido es también Sión cuando estaba unida a Yahvé por una santa alianza (cf. Jeremías 31, 32; Oseas 2, 17-20); y sus hijos son los israelitas fieles y los paganos convertidos. Véase 49, 21 ss.; Salmos 101, 16 s; Gálatas 4, 27. Lo mismo interpretan en general los otros autores modernos, apartándose del sistema seguido por Scío, Martini y otros, que trataban de aplicar a la gentilidad lo que se dice a Israel. No puede, en efecto, llamarse esposa abandonada la que nunca fue esposa (la gentilidad), como tampoco puede referirse ese abandono a la santa Iglesia.

* 4. La vergüenza de tu juventud: Alusión a las infidelidades del pueblo de Israel desde el desierto. La viudez es el tiempo del abandono por parte del esposo Yahvé (versículo 1 y nota).

* 5. Dios de toda la tierra: por donde se ve que la profecía se extiende más allá del retorno de Babilonia. Véase 27, 12 y nota.

* 6 ss. Te ha llamado: Véase Oseas 2. 14 ss.; Jeremías 31. 10. Como a la esposa de la juventud que ha sido repudiada: “Es decir, una mujer que uno ha tomado en su juventud y que por eso es más amada. Cf. Jeremías 2, 2; Malaquías 2, 14. Dios amará para siempre a Sión después de haberse reconciliado con ella” (Fillion). Con gran misericordia (versículo 7); con eterna misericordia (versículo 8): Es la nota característica de esta admirable profecía. Cf. 60. 10; Jeremías 31, 3.

* 9. Sobre el pacto que Dios hizo con Noé véase Génesis 9, 11.

* 10. Sobre el carácter perdurable de esta nueva alianza véase Hebreos 8, 8 ss.; Jeremías 31, 31 ss. San Pablo vuelve a recordarla a los judíos en Hebreos 10, 16 y los exhorta luego a entrar, por la Sangre de Cristo, en el camino nuevo y viviente que Él abrió para nosotros. Cf. Salmos 104, 8 y nota.

* 11 s. Magnífico cuadro de la grandeza y belleza de la nueva Jerusalén. Véase Tobías 13, 21 s.; Salmos 50, 20; 68, 36; cf. 27, 2; 61, 4 y notas. En cuanto a la Jerusalén celestial, que es nuestra madre (Gálatas 4, 26), o sea la Iglesia en sus Bodas con el Cordero (Apocalipsis 19, 6-9), vemos su descripción en Apocalipsis 21, 2 y 10 ss. Aunque la vocación de los gentiles había sido predicha desde Moisés (Deuteronomio 32, 21), San Pablo declara que él fue elegido para revelar los misterios de la actual Ley de gracia en Cristo, escondidos antes, aun para los ángeles. Véase Efesios 3, 8-11; Colosenses 1, 25 ss. Cf. Mateo 13, 35; Romanos 16, 25 s.; I Pedro 1, 20.

* 13. Jesús recuerda este pasaje a los judíos (Juan 6, 45) para afirmar el carácter divino de su enseñanza como maestro enviado de Dios (Juan 3, 2), y mostrarles los maravillosos bienes que Él venía a traer a Israel. Véase 35, 5 y nota; Hebreos 8, 11. Cf. 55, 4; Jeremías 31, 34; Juan 6, 45.

* 15. Aquí la Vulgata difiere del hebreo y dice: He aquí que vendrá el forastero que no estaba conmigo; y el que en otro tiempo era extranjero para ti, se unirá contigo. Es frecuente en los profetas este anuncio de que se congregarán los gentiles con Israel para tributar homenaje al Rey Mesías en la nueva Sión. Cf. 2, 3; 60, 5 ss-; Miqueas 4, 1 ss., etc.

* 16. Quiere decir: nadie podrá derrocar el nuevo reino de Dios. No prevalecerán contra él las puertas del infierno.

* 17. Ésta es la herencia: Cf. Salmos 149, 5-9.

* 1. Estupenda invitación de la Sabiduría, que es Cristo, a disfrutar las maravillas de su gracia y de su reino (véase Proverbios 9, 4 s. y notas). Todo se da gratis (66, 13 y nota; Efesios 2, 8 s.; Romanos 11, 6), pero es para los que lo desean, para los que están sedientos de verdad y de vida. Véase Salmos 80, 10; Eclesiástico 51, 32 s.; Juan 7, 37 s.; Apocalipsis 22, 17 y notas. Estas palabras: “sedientos, venid a las aguas”, son ideales como dedicatoria para obsequiar una Biblia.

* 2. Lamento dolorido del corazón de Dios: ¿Por qué, por qué preferimos la sabiduría falsa del mundo y las promesas que no se cumplen? Véase la sabia confesión de David en Salmos 118, 85 y la nota.

* 3. Las magníficas promesas hechas a David (II Reyes 7, 16) sólo se han de cumplir en Cristo, pues Israel no satisfizo la condición (III Reyes 2, 4 y nota). San Pablo las reiteró a los judíos, pero ellos no le creyeron. Véase Hechos de los Apóstoles 13, 34-46. Cf. 54, 10; Salmos 88, 20-38 y notas.

* 4. Testigo, caudillo y maestro, son nombres que nos ilustran sobre la múltiple misión del Mesías. Véase Apocalipsis 1, 5, donde Jesús es llamado el testigo fiel. Nadie vio nunca a Dios sino el Hijo (Juan 1, 18), por lo cual sólo Jesús podía darnos noticia del Padre y testificar que era Dios. Véase Juan 3, 11 y 32; 6. 46; 14, 9; 15, 15; Mateo 5, 17, etc. El título de Caudillo (dux) o dominador, le es atribuido muchas veces a Cristo en ambos Testamentos (cf. 9, 6 s.; 16, 1; Jeremías 30, 21; Daniel 9, 35; Hechos de los Apóstoles 5, 31; Apocalipsis 17, 14 y 19, 16, etc.) y especialmente en la profecía de Miqueas (5, 2) usada en la liturgia de Adviento (martes de la 3a semana, Antífona del Benedictus), porque fue el texto con que los doctores de Israel certificaron a Herodes el nacimiento de Jesús. Véase Mateo 2, 2-6. Cf. Lucas 1, 32. En cuanto al título de Maestro por excelencia que Jesús reclama exclusivamente para Él (Mateo 23, 8), véase 54, 13 y nota.

* 5. Llamarás a pueblos que no conocías: es decir, a los gentiles. Cf. 54, 15; 56, 7; Salmos 17, 44 s. y notas.

* 7. Rico en perdonar: Es decir que esa superioridad infinita de los pensamientos de Dios sobre los nuestros (versículos 8-9) no alude a lo que Él nos aventaja en inteligencia (véase sobre esto Salmos 91, 6; 93, 11 y notas) sino en bondad (cf. Jeremías 29, 11, que forma el Introito repetido en todas las últimas Misas del año litúrgico). Porque los caminos del hombre apenas llegan al ideal de una justicia jurídica que da a cada uno lo suyo como en el Derecho Romano. Los caminos de Dios, en cambio, son todos de misericordia, como que toda la técnica divina está fundada en la Redención, en que el Inocente pagó por los culpables (véase Mateo 5, 44-48; 7, 2 y notas). De ahí lo poco que sirve “el buen sentido” y la lógica de los hombres para entender el Evangelio (Lucas 10, 21; 16, 15). Notemos de paso cuan preciosas lecciones de doctrina se hallan en estos Libros proféticos, que suelen mirarse como exclusivamente destinados al anuncio de cosas futuras. Un apologista católico resume con esta feliz expresión el contenido misterioso de esos designios divinos, tan diferentes de los nuestros: “En el frontispicio del templo de la Religión Cristiana, levantado por el Hijo de Dios sobre la tierra para recordar a los hombres su destino eterno, veo escritas, con letras de fuego, dos palabras que sintetizan cuanto se contiene en el interior de ese templo divino. La primera plantea el problema religioso y dice: Contradicción; la segunda resuelve el problema con luz sobreabundante y dice: Amor.”

* 8 s. Mis pensamientos no son vuestros pensamientos. Cf. Salmos 91, 6; 93, 11 y notas. He aquí la clave para comprender las vicisitudes de nuestra vida y de la historia. “Creemos siempre que Dios debe pensar como nosotros pensamos y debe tener los mismos conceptos de amor, de justicia y de bondad que tenemos nosotros. Estamos tan convencidos de estar en lo cierto, que quedamos consternados, desconcertados delante de muchos acontecimientos, pues nos parecen incompatibles con el amor o con la justicia, según nuestro concepto. Y empezamos a dudar, no de nuestro modo de pensar sino de Dios. Dudamos porque no comprendemos” (Elpis). Dios nos revela aquí que sus pensamientos y sus caminos se elevan sobre los nuestros como el cielo se eleva sobre la tierra. Si reconocemos esto y confesamos que estamos en la oscuridad; si pedimos luz e instrucción por sentirnos ignorantes; si contemplamos los designios que Dios nos ha revelado en la Escritura, entonces se ensancha el horizonte de nuestra pobre inteligencia y nos hacemos capaces de comprender los caminos de Dios, su justicia, su sabiduría y su bondad.

* 11. ¡Qué consuelo para el predicador! La palabra de Dios jamás dejará de dar fruto; está dotada de fertilidad sobrenatural, y nunca hemos de creer que predicamos en balde. Véase Marcos 4, 26 ss.; Juan 4, 36 ss.; Hebreos 4, 12, etc. A este respecto dice León XIII en la Encíclica “Providentissimus Deus”: “Quienquiera que hable, penetrado del espíritu y de la fuerza de la palabra divina, no habla solamente en palabras, sino también con poder, y con Espíritu Santo y con gran plenitud (I Tesalonicenses 1, 5). En cambio, hablan fuera de tono y neciamente, quienes al tratar asuntos religiosos y proclamar los divinos preceptos no proponen casi otra cosa que razones de ciencia y prudencia humanas, fiándose más de sus propios argumentos que de los divinos. Su discurso deslumbra con fuego fatuo; pero necesariamente es lánguido y frío, porque carece del fuego de la palabra de Dios (Jeremías 23, 29).”

* 12 s. La transformación de la naturaleza es figura y señal de la salud mesiánica. Véase 11, 6 ss.; 35, 1 ss.; 41, 18 ss.; 44, 23; 49, 13; Salmos 95, 11 ss.; 97, 7 ss.; Sabiduría 5, 21 ss.; 16, 17; 19, 18 ss.; Romanos 8, 21 y notas. También tenemos aquí una prueba de la estrecha unión entre la naturaleza y la religiosidad: Una religiosidad sana estrechará los vínculos del amor a la naturaleza, y un sentimiento noble de ella podrá ofrecer mucho alimento y gran estímulo a la religiosidad. A toda religiosidad acompañada de tristeza insana, se la debería recetar una ración de naturaleza. Lombez trata duramente a los cristianos afligidos: “Cuando la creación entera prorrumpe en gritos de alborozo en presencia de su Creador; cuando el monte y el llano, la roca y la colina se estremecen de alegría; cuando el río y el arroyo que presurosos y murmurando alegres, corren a su destino, parece que aplauden a la gloria del Señor (Salmos 97, 8), ¿cómo vosotras, almas melancólicas, insensibles a las alegrías de todas las creaturas, cómo perseveráis en silencio tétrico y siniestro?” Véase 52, 9 y nota.

* 2. Todos tendrán derecho de ciudadanía en el nuevo Reino si obedecen a sus leyes. De éstas, una se menciona particularmente: el mandamiento de guardar el sábado como muy grave (véase Génesis 2, 3; Éxodo 20, 11-20; 31, 13-17. etc.). Sin la celebración del día del Señor, el culto de Dios no puede realizarse debida y dignamente, como bien lo muestra la experiencia; ni puede el hombre asegurarse su vida verdadera, si sólo se ocupa de la que no lo es.

* 3. Véase 14, 1 y nota. No diga, etc.: Como observa Fillion, los gentiles hablan aquí “como si temieran verse privados del privilegio de pertenecer al pueblo del Mesías en los felices tiempos anunciados más arriba”. Cuando Israel rechazó al Mesías, Jesús hizo igualmente la maravilla de admitir a todas las naciones en la Iglesia de los nuevos hijos de Dios que Él compraba con su sangre (Juan 11, 51 s.), derribando el muro de separación (Efesios 2, 14), de modo que todos pudiesen hacerse hijos de Abrahán por la fe (Romanos 4, 16 s.), como se vio en el caso de Cornelio (Hechos de los Apóstoles 10), de modo que el delito de Israel viniese a ser la salvación nuestra, a la espera de su conversión. Véase Romanos 11, 11-15.

* 4. Los eunucos: también sobre esto tenemos un ejemplo admirable en Hechos de los Apóstoles 8, 27 ss. Cf. Deuteronomio 23, 1. San Jerónimo ve aquí un elogio de la virginidad según las palabras de Jesús en Mateo 19, 12, y hace notar que en Israel la bendición del hombre estaba en sus hijos. “Ahora, en cambio se dice: «No digas: he aquí que soy un tronco seco», y en vez de hijos e hijas tendrás un lugar en el cielo por toda la eternidad” (A Eustoquia).

* 7. En la nueva Alianza no habrá distinción entre los israelitas y los gentiles advenedizos (véase 54, 15; Ezequiel 47, 22 s.). Todos serán llevados al santo Monte (Sión) y a la Casa de oración (Templo). Véase Jeremías 7, 11; Mateo 21, 13. San Pablo señala también a los cristianos que, para ellos, no vale la distinción entre judío y gentil, sino la fe, la cual obra por amor (Gálatas 5, 6). Sobre los holocaustos y sacrificios: cf. Salmos 50, 21 y nota. Casa de oración: cf. Mateo 21, 13; Marcos 11, 17; Lucas 19, 46.

* 8. Cf. Éxodo 37, 21 s.; Efesios 2, 11 ss.; Juan 10, 16 y nota.

* 9 ss. Súbito y tremendo cambio de lenguaje. Atalayas (versículo 10) llama el profeta a los caudillos y sacerdotes. ¡Ay de ellos si persiguen sus propios intereses, si viven cómodamente, si se callan ante los abusos como perros mudos, si se dejan guiar por razones políticas y personales en vez de predicar y practicar la doctrina que predican! Véase Jeremías 6, 13; 12, 10; 18, 10; Fil. 2. 21; I Timoteo 4, 1 ss.; II Timoteo 3, 1 ss.; II Pedro 2, 1 ss.; 3, 3; III Juan 9 s.; Judit 18, etc. Nótese el contraste con la figura del verdadero apóstol y pastor en I Pedro 5, 1 ss.; I Corintios 4, 9 ss.; II Corintios 2, 14 ss.; 4, 2; 6, 3-10; I Timoteo 3, 1 ss.; II Timoteo 2, 2 ss.; 3, 10 ss.; 4, 2 ss.

* 12. Mañana será como hoy: Cf. 22, 13; Salmos 9 B, 6; Sabiduría 2, 6-9; Proverbios 23, 35; Lucas 12, 19; I Corintios 15, 32.

* 1 s. Tomamos aquí de Fillion esta elocuente cita anónima: “La suerte de los justos en semejantes tiempos forma un perfecto contraste con la vida que llevan esos jefes indignos (véase 56, 10 ss.). Mientras éstos lo pasan en festines, aquéllos mueren, y nadie comprende la amenaza que encierra esa muerte prematura; nadie piensa que ellos eran las columnas del edificio social que sin ellas va a desmoronarse, y que si Dios los retira es para sustraerlos del juicio que la corrupción reinante no puede dejar de atraer.” Véase Lucas 21, 34 36; 17, 34 ss.; I Tesalonicenses 4, 16 s.; Sabiduría 4, 7 ss. y notas. Sobre el destino de los justos (versículo 2) véase Sabiduría 3, 1 ss. y notas.

* 3 s. Hijos de la hechicera, etc.: Nombres sumamente ignominiosos para caracterizar a los idólatras y apóstatas de la nación santa (véase Mateo 12, 39; 16, 4). Adulterio se llama la idolatría en muchos pasajes de la Sagrada Escritura, como también se llama fornicación a la apostasía (véase 1, 21; Éxodo 34, 15; Oseas 2, 4 ss.; Santiago 4, 4; Apocalipsis 17, 2, etc.).

* 5. Alusión a los excesos sexuales que estaban en relación con el culto de Astarté, representada por árboles frondosos. Véase Jueces 3, 7; III Reyes 18, 19; IV Reyes 21, 7; 24, 4 s. Sacrificaban también hijos en los torrentes, p. ej. en el valle de Hinnom (IV Reyes 16, 3; 23, 10; II Paralipómenos 28, 3; 33, 6; Jeremías 7, 31; 32, 35 y notas).

* 7. En los montes solían adorar a los dioses, lo cual en la Biblia se llama fornicación y adulterio. Véase III Reyes 3, 2; 15, 14; IV Reyes 18, 4; 23, 8; Jeremías 2, 20.

* 8. Tu memorial: quizás: tus ídolos, tus amuletos; o tal vez: el billete en que citas al adúltero.

* 9. En vez de rey leen algunos Moloc. Sobre la inmolación de niños a Moloc, véase versículo 5 y nota. Con respecto a Baal cf. Jeremías 19, 5. Scheol: los infiernos.

* 10 s. En pasajes como éste, que solemos leer como indiferentes y de un interés meramente histórico, es donde suelen hallarse los datos más preciosos para el conocimiento de Dios y del abismo de amor que Él prodiga. “Lo vemos aquí no vacilando en presentarse como un esposo paciente, aun frente al adulterio de aquella a quien ama. Y ¿qué le reprocha? ¿Acaso que lo haya incomodado con sus muchos pedidos? ¡Todo lo contrario: que no haya recurrido a Él! Una inmensa enseñanza se desprende de aquí para juzgar el problema de nuestro tiempo. Mucho se repite que la salvación está en volver a Dios. Pero se piensa más bien en los ateos que desconocen su existencia, y no se piensa bastante en los que se consideran creyentes y sólo confían en la fuerza de sus manos, mirando a Dios sólo como a un juez cuyos mandatos hay que cumplir, y no como al Padre sin el cual nada podemos, y que está deseando ayudarnos y sólo espera que recurramos a Él sin vacilar. La apostasía, que está anunciada para los últimos tiempos (Lucas 18, 8; II Tesalonicenses 2, 3) no puede ser solamente la de los ateos, sino la de los que se llaman creyentes y sin embargo dudan, porque no alimentan su fe con la palabra de Dios. No es la existencia de Dios lo que hoy se niega teóricamente: es, en la práctica, su Providencia, su actividad, su amor de Padre que nos demostró dándonos su Hijo, y la necesidad que nuestra naturaleza perversa tiene de su gracia redentora, sin la cual no somos capaces de ninguna virtud.” Como se expresa en el versículo 13, la recompensa es para el que confía.

* 12. Tu justicia: Expresión irónica: es decir, mostraré que no tienes justicia alguna. Tus obras no te aprovecharán. Véase las graves revelaciones de San Pablo sobre la esterilidad de cuanto se hace sin fe y sin amor (I Corintios 13. 1-13).

* 13. Mi santo monte: Sión: Véase 2, 3 s.; 60, 5 s.; Miqueas 4, 5 s-, etc. La tierra: el país de Palestina.

* 15. Promesa admirable, que es el privilegio de los que se hacen pequeños. Véase 66, 2. También puede extenderse el concepto a los que sufren (versículo 18), según se expresa en 61, 2 y Salmos 33, 19 y nota. Por eso bienaventurados los que lloran (Mateo 5, 5). Nótese que el mundo tiene horror a este dolor suave y pacifico (versículo 19) de las pruebas que Dios manda, y sin embargo se somete a otros peores sufrimientos por vanidad, y aún por odio, como sucede en las guerras (versículo 21). Cf. nuestro estudio sobre Job y el dolor en “Job, el Libro del Consuelo”.

* 17. Su codicia: Cf. 56, 11; Salmos 118, 36; Jeremías 6, 13; Ezequiel 18, 7 y 16; Colosenses 3, 5; I Timoteo 6, 9.

* 19. Yo que creo la paz, fruto de los labios, etc. Otra traducción: El que crea la alabanza en los labios (dice) paz, paz al que está lejos y al cercano. Según Fillion aludiría a los paganos y a los judíos (Efesios 2, 17); o quizás señala a los judíos de la diáspora o dispersión, y a los de Jerusalén. Cf. Zacarías 6, 15.

* 21. No hay paz para los impíos, “porque el Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y alegría en el Espíritu Santo” (Romanos 14, 17). La verdadera paz viene sólo de Dios. “El demonio, dice Santa Teresa, da paz para hacer después mucha mayor guerra” (Moradas V, 2, 9), y más adelante exclama la santa Doctora: “¡Quién supiera las muchas cosas de la Escritura que debe haber para dar a entender esta paz del alma!” (Moradas VII, 3, 13). Cf. 48, 22; Sabiduría 3, 11; Jeremías 6, 14; Juan 14, 27; 16, 33; Gálatas 5, 22.

* 1. No ceses: Misión y responsabilidad del pastor o profeta enviado. Hay en este bellísimo capítulo enseñanzas fundamentales de espiritualidad. “El que no instruye al pueblo que le ha sido confiado para convertirlo en piedras pulidas para la reconstrucción de la Iglesia, no puede ser llamado apóstol, ni profeta, ni evangelista, ni pastor, ni doctor” (San Jerónimo).

* 2. Isaías retrata y azota el farisaísmo de los que se creen justos y discuten con sutileza los juicios de Dios, “queriendo justificarse a sí mismos”, como dice el Evangelio (Lucas 10, 29; 16, 15), con obras inventadas por ellos (cf. 5, 10 y nota), pero sin cumplir con la única justicia que es la de su santa Ley (Salmos 4, 6 y nota). Véase 29, 13 y Mateo 15, 3 y 8-9, donde Jesús expone la misma doctrina; y nótese en 50, 4 y nota, cómo continúa este paralelismo entre ambos Testamentos sobre este punto que Dios nos presenta aquí como fundamental para Él y que, como vemos, no se refiere a los pecadores faltos de religión, sino a la deformación de la religiosidad. Véase también Mateo 23 y Lucas 11, 37 ss.

* 3 ss. ¿Por qué ayunamos? Importa mucho reflexionar sobre esta exclamación del pueblo y la divina respuesta que es terminantemente negativa. No se piense que las maceraciones corporales tienen valor en sí mismas, como si Dios se gozase en vernos sufrir (véase Colosenses 2, 16-23 y notas). Lo que Él quiere son “sacrificios de justicia” (véase Salmos 4, 6 y nota), es decir la rectitud de corazón para obedecerle según Él quiere y no según nuestro propio concepto de santidad, que muchas veces es producto de nuestra soberbia. De ningún provecho son los ayunos y otras buenas obras si les falta la recta intención, si su raíz es la hipocresía, y si son acompañados de dureza contra los pobres y deudores (Ezequiel 1, 7 y 16). “De nada sirve quitar al cuerpo su nutrición, si el alma no se aparta de la iniquidad, y si la lengua no deja de hablar mal” (San León Magno), ¡Cuántos se precian de cumplir los preceptos y aún más, pero el motivo de su actividad no es otro que el amor propio! “En verdad ya recibieron su recompensa”, dice el Señor (Mateo 6, 2). Es porque, etc., es la respuesta de Dios a los que con Él disputan. Véase Sabiduría 9, 10 y nota.

* 6. Los versículos 6-12 inculcan el amor al prójimo. En esto se muestra la verdadera piedad. “La religión pura y sin mancha delante de Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y preservarse de la corrupción de este siglo” (Santiago 1, 27). Cf. 1, 10 ss.; 42, 3 s.

* 7. Tu carne: es decir, tu prójimo. Véase Mateo 25, 35 y nota. “Todo hombre es carne vuestra” (San Jerónimo).

* 8. Prorrumpirá tu luz como la aurora: Cuando partas tu pan con el hambriento y sacies las almas afligidas, no tardará en brotar en ti mismo la luz del consuelo. “Has quitado al prójimo una carga y has quedado libre de la tuya. Quisiste cuidar a un enfermo y has curado la herida de tu corazón. Quisiste consolar a afligidos y has consolado tu propia alma. Quisiste atenuar un dolor ajeno y has moderado la agudeza del tuyo. Quisiste dar y has recibido” (Mons. Keppler, Escuela del Dolor, 278). Cf. versículo 10.

* 9. El yugo, es decir, la opresión del pobre. Extender el dedo era señal supersticiosa para alejar a los demonios, pero puede entenderse también de los gestos amenazadores de la soberbia y de la falta de misericordia. Bien vemos aquí que la caridad era, desde el Antiguo Testamento, no sólo la primera y la mayor, sino también la causa y la condición de otras virtudes, como también de toda prosperidad (véase Eclesiástico 28). San Isidoro de Sevilla expresa este concepto con respecto a los obispos diciendo que ellos deben “poner su castidad al amparo de la caridad”.

* 10. Nacerá tu luz en medio de las tinieblas: “Son muchos los que buscan la luz y que creen poder encontrarla haciendo estudios, escudriñando obras filosóficas, penetrando en las profundidades de la ciencia. Lo hacen porque confunden conceptos, y suponen que es necesario una inteligencia desarrollada para recibir la luz, tomándola como privilegio de los intelectuales. Se olvidan que la luz es un don gratuito que Dios da gratuitamente a los pequeños.” Cf. Lucas 10, 21 y nota.

* 12. Las ruinas antiguas: Esos hombres piadosos reconstruirán Jerusalén y las otras ciudades de Palestina. Cf. 61, 4, donde esto se anuncia como obra mesiánica y sin la condición previa del versículo 10. Véase Jeremías 30, 13 y nota.

* 13 s. El día del Señor no es festivo para diversiones mundanas, negocios y vanidades, sino un día de delicias, esto es, un día precioso para nosotros, agradable a Dios y propio para escuchar -y leer sus palabras, y hacer buenas obras. Véase 56, 2 y 6.

* 14. Te elevaré sobre las alturas; literalmente: te haré cabalgar sobre las alturas, para tomar triunfalmente posesión de Palestina.

* 1 ss. ¡Tremendo motivo de contrición colectiva para nosotros! ¿No parece esto un cuadro de los tiempos presentes? Para no oíros (versículo 2): es decir, falta la condición requerida en 58, 12 y nota. Vuestros crímenes han levantado una barrera entre Dios y vosotros, pues el pecado está en oposición a la santidad, y la santidad por excelencia es Dios.

* 4. Conciben maldad y dan a luz iniquidad: Es lo que Jesús enseña en Mateo 15, 18-20 continuando el mismo discurso que citamos en la nota a 58, 2. Cf. Job 15, 35; Salmos 7, 15; Santiago 1, 15 y notas.

* 5. Telas de araña: imagen de la vanidad e impotencia del hombre entregado a sí mismo. Véase Salmos 89, 9 y nota.

* 7. Citado en Romanos 3, 15 ss., recuerda a Proverbios 1, 16. Sus pensamientos: cf. 55, 8 s. y nota.

* 8 ss. El profeta sigue hasta aquí condenando la doblez de su pueblo. Éste toma la palabra luego (versículo 9-15) en una elocuente confesión colectiva, que es como un paréntesis antes de los admirables anuncios y promesas mesiánicas que cierran el capítulo. No conocen la senda de la paz. “No hay paz para los impíos”, dice Isaías en otro lugar (48, 22; 57, 21). Jesucristo es llamado “príncipe de paz” (9, 6), porque ha traído la paz a la tierra, la paz con Dios. Por esto los ángeles, al nacer el príncipe de paz en la gruta de Belén, entonaron aquel sublime cántico: Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad (Lucas 2, 14).

* 12, Nuestras iniquidades dan testimonio contra nosotros: Sería inútil disimular, ya que Él todo lo ha visto. Véase el Miserere (Salmos 50, 6 y la nota sobre la contrición).

* 14. Nótese la insistencia en el concepto del versículo 4 sobre la falta de justicia y verdad. Aquí el profeta se refiere a la vida pública y a los tribunales (la plaza) que tuercen las leyes (véase Salmos 57 y 81); allí, más bien a la vida individual, y, sin duda también, a la general falta de amor por la causa de la verdad y del bien (cf. Salmos 11, 2ss.).

* 16. Dios se apresta a hacer el gran anuncio mesiánico: No había hombre: esto es, nadie capaz de salvar al infortunado Israel, de suerte que Dios tiene que encargarse Él solo de la liberación.

17. Es la armadura del Campeón omnipotente, inmaculado, vengador. Sobre la armadura que ha de ponerse el cristiano, véase Efesios 6, 17; I Tesalonicenses 5, 8.

* 18. Las islas: los gentiles de países lejanos. Nótese siempre el doble aspecto con que se anuncia al Mesías: por una parte humillado, rechazado, muerto (véase capítulo 53), y por la otra como aquí, triunfante y vengador contra las naciones (véase 40, 10; 63, 1 ss.). Lo primero se cumplió en la primera venida del Redentor; lo segundo se cumplirá en su Retorno como Juez. Cf. 42, 2 y 13; 52, 13 y notas.

* 20 s. “La salvación para los exilados de Israel. El lenguaje se hace muy dulce, lleno de ternura. Este Libertador no es otro que el Mesías, como lo dice formalmente San Pablo. Romanos 11, 26” (Fillion). Para San Pablo esta palabra forma el fundamento exegético para anunciar la salvación final del pueblo judío.

* 21. Profecía del reino mesiánico, cuya característica es el espíritu de verdad a quien el mundo no puede recibir (Juan 14, 17). Mi pacto, etc.: Cf. Jeremías 31, 31 ss.; Hebreos 8, 8 ss. Para siempre: Cf. Ezequiel 37, 26 ss.

* 1. Este capítulo es considerado como el cuadro más brillante y más completo que Isaías ha trazado de la nueva Jerusalén. “Forma una antítesis muy notable con el capítulo 47, también muy lírico, que describió la caída ignominiosa de Babilonia, y expone los resultados de la Alianza que acaba de ser anunciada (59, 21).” Tu lumbrera: el Mesías, tu Redentor. Isaías ve el reino de la gracia, la luz de la fe, el señorío efectivo de Jesucristo en el mundo. Cf. 9, 1 s. y nota.

* 2. Se deja ver sobre ti su gloria: “Jesucristo, Sol de justicia, se levanta sobre Jerusalén… A la vista de su luz todos los pueblos acuden presurosos a la ciudad santa… Jerusalén adquiere una magnificencia incomparable, sus riquezas son sin límites, pero su piedad, su santidad y su fidelidad la hacen aún más hermosa y envidiable” (Vigouroux).

* 3 ss. Fillion hace notar “la premura con que los reyes y los pueblos acudirán a Jerusalén cuando Dios la haya coronado de esplendor… Jerusalén recibirá las ricas ofrendas de los paganos, que le llevarán al mismo tiempo aquellos de sus hijos que habían hecho cautivos”. Este pasaje se aplica en la liturgia a los Magos que como representantes de los gentiles adoraron al Redentor en Belén.

* 5. Las riquezas del mar, es decir, las riquezas de países lejanos (cf. versículo 6 y 9; 66, 20). La Vulgata vierte: la muchedumbre del mar, es decir, los pueblos remotos. Cf. 54, 15; 59, 18; Apocalipsis 21, 24 y notas. “El profeta, dice Nácar-Colunga en la nota a este capítulo, nos describe a Jerusalén como la capital del reino mesiánico. Iluminada por la gloria de Yahvé, atraerá a sí los peregrinos de todos los pueblos del Oriente hasta el extremo de Arabia y del Occidente hasta las lejanas tierras de Tarsis. Vienen trayendo a los israelitas para reedificar con ellos los muros destruidos de Jerusalén. Jerusalén, convertida en centro de peregrinación del mundo entero, verá acudir a ella las riquezas de las naciones para enriquecer a los hijos de Israel, en cuyos oídos debían de resonar estos oráculos como suavísima música (Cf. Ageo 2, 8 ss.).”

* 6. Muchedumbre de camellos te inundará, trayéndote oro y plata y pregonando la gloria de Yahvé. Al meditar estos grandiosos textos que la Iglesia nos pone delante como Epístola durante toda la octava de Epifanía, no podemos menos de abismarnos ante el misterio de la humillación de Jesucristo que, anunciado con tal gloria y esplendor, recibe en la cueva de Belén los obsequios de aquellos “Magos de oriente”, como los llama el Evangelio, en tanto que el perverso rey Herodes “y toda Jerusalén con él”, se alarman y necesitan que se les recuerde la profecía de Miqueas (5, 2) según la cual de Belén saldría “el caudillo que regirá a mi pueblo de Israel”; después de lo cual el rey Herodes dispone la matanza de los niños y obliga al Rey Jesús a huir a Egipto (Mateo 2, 1-13). ¿Cómo explicarse ese misterio de Cristo doliente, si no estuviera también anunciado en las profecías? (véase capítulo 53 y notas). Todas ellas han de cumplirse hasta la última jota, como dijo Jesús, pues Él “no vino a destruir la Ley ni los Profetas, sino a darles cumplimiento” (Mateo 5, 17 s.; Lucas 16, 16 s.), y “es necesario que todo lo que está escrito acerca de Mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos, se cumpla”. Véase Lucas 24, 25 27 y 44 s. Madián, Efá y Sabá, pueblos de Arabia, actúan aquí en nombre de los gentiles que ofrecen sus regalos al Mesías.

* 7. Cedar y Nebayot (Génesis 25, 13), dos tribus del desierto, igualmente representantes de los paganos que tributan homenaje a Cristo Rey.

* 8 s. Alusión a los pueblos que vienen de países desconocidos. ¿Por qué no pensar en nuestras Américas? Las naves de Tarsis, es decir, los barcos grandes que van a los países más lejanos. Véase 2, 16. Él te glorifica (versículo 9): Véase Salmos 101, 16 s. y notas.

* 10. Jerusalén, destruida por los paganos (extranjeros), será también reconstruida con la ayuda de ellos. Véase 49. 17; Tob. 13, 20 s. Del mismo modo los pueblos gentiles contribuirán a la formación del reino mesiánico (versículo 14; 54, 15). así como serán llamados a la Iglesia de Jesucristo después de su rechazo por Israel. Véase 35, 5 y nota; Hechos de los Apóstoles 13, 46-48 Mateo 10, 6; Lucas 24. 47. Dios no se cansa de recalcar que su reino tendrá carácter universal e internacional, muy distinto de las esperanzas que abrigaban los nacionalistas judíos.

* 11. Véase Ezequiel 38, 11. Igual expresión hallamos en Apocalipsis 21, 25.

* 13. La gloria del Líbano: el cedro. El lugar donde posan mis pies: Cf. 11, 10 y nota; Zacarías 14, 4.

* 16. Sobre la actitud de las naciones para con la nueva Jerusalén véase 49, 13-26; 54, 15; 55, 5; 61, 5; Ezequiel 36, 23; 37, 28; Miqueas 6, 2; Zacarías 8, 13 y 22; Tobías 13, 13, etc.

* 18. Así como la prosperidad, también la paz y la santidad son características de estas profecías mesiánicas. Cf. 2, 4;, 11,.6 ss.; 32 17; 61, 7;Jeremías 3, 17-19; 31, 33; Ezequiel 11, 18; 20, 40 ss.; 28, 24; 36, 22-31; 37, 23 ss., etc.

* 19 s. Porque Yahvé será tu eterna lumbrera, y tu esplendor el Dios tuyo. Véase Apocalipsis 21, 23 y nota. “No hay palabra más consoladora que podamos decir a un ser querido que sufre, sea cual fuese el motivo de su dolor. Si pasa por tormentos morales y se siente desfallecer y parece estar envuelto en densas tinieblas, se sentirá aliviado y consolado al saber que el Señor será su eterna lumbrera. Si la muerte le arrebata un ser querido, y le falta el valor para quedarse en ese mundo que le parece tan vacío, tan obscuro, tan frío y tan indiferente a su dolor, éste le será más suave al saber que el Sefor será su eterna lumbrera. Y si echamos una mirada al abismo del pecado, de la miseria y de la maldad, mirada que nos hace espantar y estremecer, se nos vuelve la paz y la alegría y el gozo, pensando que el Señor será nuestra eterna lumbrera.”

* 21. Se compondrá solamente de justos: Lo mismo se dice en 4, 3, porque todos conocerán a Dios, como dice el Señor en Jeremías 31, 34.

* 22. Véase Miqueas 4, 7; Zacarías 12, 8. Súbitamente: Véase 29, 6; cf. Apocalipsis 1, 1. A su tiempo: Véase Jeremías 30,24; 31.28; Daniel 10,14; Eclesiástico 48, 27 s. Crampón traduce: A su tiempo. Yo apresuraré estas cosas. Véase I Tesalonicenses 5, 3; II Pedro 3, 12.

* 1 s. Habla el Siervo de Dios. El carácter mesiánico de esta profecía es indiscutible, ya que Jesucristo la aplicó a sí mismo, después de leer su primera parte, en la sinagoga de Nazaret: “Hoy se ha cumplido la Escritura que acabáis de oír”, dijo después de leer hasta la primera parte del versículo 2 (Lucas 4, 16 ss.). Véase 11, 2; 42, 1 ss. El año de la gracia (o de la reconciliación): Alusión al año de jubileo, en el cual los siervos hebreos recobraban la libertad y se borraban las deudas (véase Levítico 25, 8 ss.). EI día de la venganza: el día del juicio. Véase 34, 8; 35, 4ss.; Ezequiel 39, 18 s.; Joel 3, 16; Sofonías 1, 14-17; II Tesalonicenses 1, 7 ss. Cf. 2, 10-22, 63, 1 ss.; Apocalipsis 19, 11 ss. Es muy notable que Jesús no leyera la segunda parte del versículo 2, en que se anuncia el día de la venganza, o sea, del juicio, porque en su primera venida no vino a juzgar sino a salvar.

* 3. Una diadema en lugar de ceniza: Es en hebreo un juego de palabras. “Entonces, oh alma mía, dice un autor piadoso, volarás llena de seguridad a los divinos y eternos abrazos del celestial Esposo, diciendo con transporte: He encontrado al que ama mi corazón, y le poseo sin temor de perderlo jamás (Cantar de los Cantares 3, 4). Mi muy Amado es mío, y yo soy suya (Cantar de los Cantares 2, 16).”

* 4. Véase 54, 11; 58, 12 y notas. Este es el primer acto del drama de la regeneración de Israel (Fillion).

* 6. Véase Éxodo 19, 6: “Vosotros seréis para Mi un reino sacerdotal y una nación santa.” Se refiere al cumplimiento de esa misión sacerdotal y apostólica de Israel en medio de los paganos convertidos (cf. Salmos 95, 3 y nota). San Pedro nos enseña que todos los creyentes en Cristo somos también una raza sacerdotal (cf. I Pedro 2, 9 s.; Oseas 2, 24; Romanos 9, 25 y el anuncio de Apocalipsis 5, 10). Todo sacerdocio humano no es sino una participación en el sacerdocio de Cristo, único a quien le fue dicho por su Padre: “Tú eres sacerdote sempiterno según el orden de Melquisedec” (Salmos 109, 4). Cf. Eclesiástico 24, 14 y nota.

* 8. La rapiña (consagrada) en holocausto: bienes injustos, ofrecidos a Dios. Véase Marcos 7, 11 ss., donde Jesucristo condena tan sacrílego abuso. Cf. Eclesiástico 35, 14 y nota.

* 9. “La raza israelita será conocida de los paganos bajo un aspecto muy honorable. Este pensamiento es repetido tres veces de un modo solemne” (Fillion). De ahí que, como observa un escritor, no se puede odiar, por amor de Dios, una raza a quien Él ama todavía (Romanos 11, 28), ni despreciar al linaje de Abrahán, al cual los cristianos hemos de pertenecer por la fe (Romanos 4, 16 ss.), por donde todos “espiritualmente somos semitas” (Pío XI).

* 10 s. He aquí el Magníficat de Jesús Redentor, que empieza casi con las mismas palabras que usa María (Lucas 1, 46 ss.), porque, como señalan los expositores modernos, es el Siervo de Dios quien habla aquí, triunfante como Esposo (cf. 59, 17) y no Jerusalén ni la Iglesia. La figura del Esposo coronado se presenta también en el Cantar de los Cantares 3, 11. Sobre la Esposa ataviada, cf. Apocalipsis 19, 6-9. Es de admirar en el divino Verbo este lenguaje de sublime humildad filial que, aquí lo mismo que en el Evangelio, atribuye al Padre toda la gloria, al proclamar, como María, que fue Yahvé quien lo revistió de sus atributos de Salvador. Ante todas las naciones, es el lenguaje de Simeón en su profecía de Lucas 2, 32.

* 1 ss. Es el profeta quien retoma aquí la palabra, pues habla del Mesías en tercera persona, y lo mismo hace al hablar de Dios (versículo 2). El Mesías es llamado “Justicia” (Vulgata: el Justo) y “Salvación”, o sea, Salvador. Cual luz: Este carácter de Jesús es constantemente señalado en el Nuevo Testamento (véase Juan 1, 4-9; 3, 19; II Corintios 4, 6; II Timoteo 1, 10, etcétera). Él es la luz que nos trajo el conocimiento sobrenatural del Padre (Juan 1, 18; 3, 32; 6, 46), para preceder al amor que nos sería dado después por el Espíritu Santo que el mismo Cristo nos ganó (Romanos 5, 5; Juan 7, 39). De ahí que ese conocimiento sea condición previa del amor, esto es, que la vía iluminativa deba preceder a la unitiva. En sentido profético, la plenitud del tiempo en que debían cumplirse tantas y tan admirables promesas, se produjo (versículo 11) cuando nació ese Justo aquí anunciado, que fue el propio Hijo de Dios (Gálatas 4, 4 s.; Marcos 1, 15). Pero Él vino, y los suyos no lo recibieron (Juan 1, 11). De ahí que San Pedro, recordándoles su infidelidad, los mueva al arrepentimiento y renueve las promesas, pero esta vez en Cristo resucitado (Hechos de los Apóstoles 3, 12-26). ante lo cual los altos jefes de la Sinagoga se opusieron a que “anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos” (Hechos de los Apóstoles 4, 2).

* 4. Desamparada: Véase versículo 12, donde se le dará el nombre de “Buscada” y “No desamparada”. Cf. 54, 1; 60, 15 y notas. Esposa: Vulgata: Habitada: Cf. 61, 4.

* 6 s. Centinelas: los profetas, que sin cesar predicaron las esperanzas mesiánicas. Véase 52, 8. Aunque Israel no carece de sacerdotes, ellos sin embargo no son capaces de mantener pura la religión de Yahvé; muchos, al contrario, han arrastrado al pueblo a la idolatría, y casi todos han provocado escándalo por su avaricia y comercialismo. La misión de los profetas consiste precisamente en ser centinelas, vigías, atalayas, a fin de controlar la pureza de la vida religiosa y darle nuevos impulsos. Los últimos centinelas de Israel fueron el Bautista, el “más grande entre los hijos de mujer” (Mateo 11, 11), el viejo Simeón (Lucas 2, 25 ss.), y Ana. la anciana de 84 años que hablaba de Jesús “a todos los que esperaban la liberación de Israel” (Lucas 2, 38). Después enmudeció en Israel la voz profética, y los judíos tienen que esperar hasta que se levante entre ellos la voz de Elías, lo cual sucederá “antes que venga el día grande y tremendo del Señor; y él convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el de los hijos a sus padres, a fin de que Yo, viniendo, no hiera la tierra con anatema” (Mateo 4, 5 s.). Cf. Eclesiástico 48, 1 ss.; Apocalipsis 11, 3.

* 10. Exhortación semejante a las expresadas se halla en 48, 20; 52, 11 s.

* 11. En Mateo 21, 5 se cita este versículo, menos el final, añadiendo en cambio el final de Zacarías 9, 9, en tanto que el final del presente versículo es repetido en Apocalipsis 22, 12. Cf. 40, 10 y nota.

* 1 ss. Bosra, ciudad de Edom. “A la salvación de Israel (anunciada en lo que precede), corresponde el castigo de sus enemigos, de los que Edom es el tipo” (Crampón) (véase 34, 5 s.; 59. 18 y notas; Salmos 136, 7; Ezequiel 35; Amós 1, 1). “Este héroe no es otro que el Mesías. Cf. versículo 4 y 62, 2. La aplicación que la liturgia hace de estos seis versículos a la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, es simplemente acomodaticia, pues la sangre de que está aquí todo inundado el Siervo de Yahvé, no es la suya, sino la de los enemigos” (Fillion). Cf. 16, 9 y nota; Lamentaciones 1, 15. Este pasaje ayuda a entender el de Apocalipsis 19, 13-15, donde Jesús se presenta en igual forma. Cf. también Apocalipsis 14, 18-20.

* 5. Expresiones semejantes se usan en 59, 16 ss. Cf. Jeremías 30, 13 y nota.

* 6. Pisoteé a los pueblos, etc.: Pasado profético. Véase sobre esto Salmos 109, 5 s. y nota.

* 7. Según la multitud de sus misericordias: Cf. Salmos 50, 3 y nota. “En tiempo del diluvio Dios se presentó como un león, e hizo desaparecer de la tierra a los pecadores; Jesucristo, en el momento de la Redención, vino como un cordero” (cf. Juan 3, 16).

* 8. No serán más infieles: Cf. 1, 26; 60, 18; Deuteronomio 30, 6 y notas.

* 9. Él Ángel de su Rostro: el Ángel que condujo a los israelitas, como representante de Dios. Véase Éxodo 23, 20; 33, 2; Números 20, 16; Jueces 2, 1, etc. Por ser invisible se manifiesta Dios como Ángel. Véase las apariciones de Dios en forma de Ángel en Génesis 16, 6ss.; 22, 1; 22, 11 s .; 31, 13; 32, 29 y 31, etc. El Arcángel Miguel es también llamado defensor del pueblo de Israel. Véase Daniel 10, 13; 12 ss.; Judas 9; Apocalipsis 12, 7 ss.

* 10. Nótese la mención del “santo Espíritu” (cf. versículo 11 y 14), que es, según San Jerónimo, el Espíritu Santo. El profeta recuerda el éxodo de Egipto y los milagros durante la travesía del desierto. Véase Números 11, 17 y 25. En sentido análogo dice San Judas que Jesús salvó a Israel de la tierra de Egipto (Judas 5; cf. Éxodo 14, 30). Desde el principio se nos dice que el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas (Génesis 1, 2) como principio de vida (Salmos 32, 6) y que la Sabiduría, esto es, el Verbo, o sea el Hijo, obraba con Dios desde la creación (Proverbios 8, 22 y nota), como que el Padre lo hizo todo por Él y para Él. Cf. Sabiduría 1, 2; 7, 22. Son de admirar estas luces que Dios nos revela desde el Antiguo Testamento sobre el divino misterio de la Trinidad, que sólo habría de revelarse explícitamente en el Nuevo.

* 13. Se refiere al paso del mar Rojo, por cuyas aguas pasaron como un caballo corriendo sin tropezar. Véase Éxodo 14, 16 ss.; Salmos 77, 13.

* 14. Nótese la ternura de esta imagen, ¿Quién no fuera jumento para dejarse llevar por la mano de Dios! (véase Números 10, 33; Deuteronomio 12, 9; 32, 12; Mateo 21, 3 y nota). En el versículo 17 vemos cómo Israel arrepentido, lejos de querer libertarse de esa mano, suspira por estar sometido a ella.

* 15 ss. Apremiante oración de Israel como un llamado filial al Padre de los cielos (véase Deuteronomio 26, 15) para que envíe al Mesías (véase 64, 1 ss.; Salmos 79, 15 ss.). Tu celo: La ira de Dios contra los opresores de su pueblo.

* 16. Padre: Véase 64, 8. Vemos cuan alto es el concepto que Israel tiene de su Dios ya en el Antiguo Testamento (cf. p. ej. Éxodo 4, 22 s-; Deuteronomio 32, 6 Jeremías 3, 4 y 19; Sabiduría 14, 3) y que Jesús había de acentuar a cada paso. La diferencia está en que entonces el hijo era Israel, colectivamente, como pueblo; en tanto que los cristianos descendientes “de un pueblo necio” (Deuteronomio 32, 21; Romanos 10, 19), somos elegidos cada uno en particular y por haber creído en el Mesías somos hechos individualmente hijos de Dios a imagen del Hijo Unigénito (Romanos 8, 17 y 29; Juan 1, 12 s.; 15, 16), sin perjuicio de constituir colectivamente, como miembros de Él, la Iglesia, cuerpo místico del que Él es cabeza (Colosenses 1, 18) y a la cual están reservadas, más aún que a Israel, especiales promesas sobrenaturales de gracia (Efesios 2, 7 s.) y de gloria (I Tesalonicenses 4, 16 s.) y las bodas que celebrará con el Cordero como su Esposa (Apocalipsis 19, 6-9). Redentor: también este nombre conviene al divino Padre porque Él es quien envió a su Hijo, que había de redimir a Israel y también a las naciones (Juan 3, 16; Gálatas 4, 4 ss.).

* 18. Tu santo pueblo la poseyó (la herencia) sólo por breve tiempo (Vulgata; como si tu santo pueblo nada fuese, se han enseñoreado de él nuestros enemigos). Es como si recordase a Dios las promesas hechas a Abrahán (véase Salmos 104, 8 y nota). El versículo 19 insiste en que Israel continúa como antes de esas promesas. Han pisoteado tu Santuario: véase sobre esto el lamento dramático del Salmos 68 y notas.

* 19. ¡Qué elocuente fórmula de confesión sería ésta para el neopaganismo de hoy! Cf. 64, 6; Lucas 18, 8.

* 1. En el hebreo este versículo está agregado a 63, 19, quedando así retrasada en un verso la numeración. “A las calamidades y suma miseria de su pueblo, el profeta no ve otro remedio que la venida de su Mesías, el cual, librándolo de los pecados, lo consuele, lo reavive y lo haga feliz” (Martini). Lo mismo anota Scío, y la Iglesia recuerda todo este pasaje (versículo 1-11) en la Liturgia de Adviento (Jueves de la 4ª semana). No se trata de una teofanía cualquiera, sino de la que viene anunciándose en los capítulos precedentes y siguientes. Oh, si… bajaras: Se trata de una aparición súbita a través de la bóveda de los cielos tal como Jesús anuncia su segunda Venida (Mateo 24, 27; Lucas 17, 24; 21, 27; Marcos 13, 26 y 14, 62; I Tesalonicenses 4, 16; Apocalipsis 1, 7; Daniel 7, 13). Cf. 45, 8 y nota; I Tesalonicenses 5. 2, etc. Es de notar que las visiones de los profetas abarcan a veces dos aspectos, uno referente a la primera venida de Cristo, y otro que contempla su segundo advenimiento. Para entender tal modo de profetizar hay que tener presente la profecía de San Pedro en Hechos de los Apóstoles 3, 20 ss., donde el Príncipe de los Apóstoles vaticina que en la Parusía de Cristo se realizará “la restauración de todas las cosas, de las que Dios ha hablado desde antiguo por boca de sus santos profetas”, es decir, que muchas profecías, especialmente las que pintan un maravilloso cuadro de felicidad, se cumplirán tan sólo en el Retorno de Cristo.

* 4. San Pablo cita este pasaje en I Corintios 2, 9. Los que en Él confían: Vulgata: los que te están aguardando: Véase II Timoteo 4, 8; Hebreos 9, 28; I Corintios 15, 23; II Tesalonicenses 1, 10; Tito 2, 13; Apocalipsis 22, 17 y 20.

* 6. Son impuros por las injusticias que han cometido y por la falta de recta intención en sus pretendidas obras meritorias (véase Sabiduría 9, 10 y nota). El castigo que Dios les infligió es justo. Con todo, la conciencia y confesión de su miseria y la esperanza del perdón los hace dignos de la divina misericordia (cf. Salmos 50 y notas). ¿Por qué las naciones modernas no dan tales muestras de contrición colectiva para atraer el perdón y las bendiciones de Dios? Cf. 63, 19 y nota.

* 8. Nuestro Padre: el dulce nombre con que comienza la Oración Dominical. Cf. 63, 16 y nota. Nosotros somos el barro. Cf. Génesis 2, 7.

* 10 s. Tus ciudades santas: Vulgata: la ciudad de tu Santo, es decir, Jerusalén. Nuestra Casa tan santa (versículo 11): el Templo. Cf. Jeremías 7, 11.

* 12. El corazón de Dios dará una respuesta (véase 42, 14; Zacarías 1, 2 s.). El Mesías esperado vendrá, pero esconderá su gloria en pañales para probar la fe de Israel. Y éste no reconocerá al Enviado (Juan 1, 11), y Jesús, rechazado, le reprochará llorando, antes de partir, el no haber conocido el tiempo de su visita que le habría dado la paz (Lucas 19, 41-44), y le anunciará su tremenda caída y destrucción (Mateo 24, 2; Marcos 13, 2; Lucas 21, 6) por su incredulidad no sólo en Él sino también en la predicación apostólica. San Pedro les hace igual reproche (Hechos de los Apóstoles 3, 13 ss.), y también San Pablo (Hechos de los Apóstoles 13, 26 ss.), mostrándoles que ese rechazo estaba igualmente anunciado por los profetas (Hechos de los Apóstoles 3, 18 y 24; 13, 27 s.), no obstante lo cual ambos les renuevan las promesas de misericordia mediante la resurrección de Cristo (Hechos de los Apóstoles 3, 19 ss.; 13, 30-33; 26, 6 s.; Romanos 4, 13; 15, 8; Gálatas 3, 16) que las extendería a todas las naciones (Gálatas 3, 28 s.). Cf. Romanos 11, 25 ss. y Mateo 23, 39.

* 1. Que este pasaje se refiere a la conversión de los gentiles se colige no solamente del contexto, sino también de la interpretación que le da San Pablo (Romanos 10, 20). Déjeme buscar: Vulgata: me buscaron. “Este capítulo puede considerarse como la respuesta de Dios a la plegaria anterior, y en ella nos refiere la conducta por Dios seguida con pueblo tan rebelde; pero al fin llegará la obra de la misericordia y de la restauración de Israel” (Nácar-Colunga). Cf. Deuteronomio 28, 68 y nota; 32, 21.

* 2. Un pueblo rebelde: el pueblo judío, obstinado desde un principio (véase Romanos 10, 21). En pos de sus propios pensamientos; es decir, empeñado en darme un culto que no me es agradable mientras su corazón está lejos de Mí (véase 29, 13; 64, 6; Mateo 15, 8).

* 3 s. Alusión a la idolatría del pueblo judío; inmolación de víctimas a los falsos dioses, y prácticas supersticiosas.

* 5. Señala el colmo de la hipocresía: se creen puros y santos, y dicen al pagano: apártate de mí; y ellos son peores que los idólatras y más responsables (Lucas 12, 47 s.). Tal fue exactamente la actitud de la Sinagoga al no querer mancharse entrando al pretorio (Juan 18, 28).

* 7. Sacrificaban sobre los montes en honor de Baal y Astarté. Véase Jueces 2, 11 y 13; 3, 7; 8. 33; III Reyes. 16, 31; 18, 18; 19, 18, etc. Esta terrible amenaza les fue reiterada por Jesús (Mateo 23, 35) y se cumplió sobre esa misma generación (Mateo 24, 34) en la destrucción de Jerusalén por Vespasiano y Tito el año 70, que a su vez es una figura de los terribles acontecimientos del fin del mundo.

* 8 ss. En él hay bendición, esto es, algo que sería lástima perder. Quiere decir: por pura gracia (cf. Jeremías 30, 13 y nota), el Señor deja su lenguaje severo y vuelve a renovar sus grandes promesas que, como hace notar Fillion, “hemos encontrado a través del libro entero de Isaías”.

* 10. Sarón se llamaba la llanura situada al norte de Jafa. El valle de Acor está cerca de Jericó, al Este. Ambas regiones, que simbolizan la fertilidad, representan toda la Tierra Santa.

* 11. Vuelven aquí, hasta el versículo 15, las amenazas a Israel, alternadas siempre con las promesas. Mi santo monte: Sión. Fortuna y Destino, en hebreo Gad y Mení, personificaciones idolátricas. En vez de poner su confianza en el Señor, esperaban prosperidad a la manera de los paganos que ponían ofrendas en la mesa de Fortuna.

* 12. No escuchasteis: “Ved, dice San Gregorio Magno, el endurecimiento de los judíos que no reconocen aún a Jesucristo por Mesías a pesar de las profecías que leen cada día y de los milagros que tuvieron lugar. Los elementos insensibles reconocieron a su Autor, y el corazón de los judíos, más duro que las peñas, no quiso reconocerlo, y no han querido hacer penitencia.”

* 15. Martini cree ver aquí el anuncio del baldón que había de caer sobre el nombre judío después del sacrificio de Cristo. Véase Jeremías 24, 9. Otro nombre: alude quizás al nombre de cristianos, mencionado en Hechos de los Apóstoles 11, 26. Los comentaristas modernos se apartan de esta interpretación y sólo se refieren a 62, 2. Véase la nota.

* 16. El Dios Amen: El Dios de la verdad y fidelidad (véase Apocalipsis 3, 14). Recuérdese la expresión usual del Señor Jesús: “Amen dico vobis: en verdad os digo”, como fórmula de juramento, que el Evangelio de San Juan trae siempre duplicada: “Amén, Amén”. Quedarán olvidadas: Véase 42, 18 s.

* 17 ss. Voy a crear nuevos cielos y nueva tierra: Cuadro maravilloso de una nueva plasmación del universo. Enfocando nuestra vida desde las últimas cosas, que son la resurrección y la vida eterna con cuerpo y alma, le damos un firme fundamento, porque las últimas cosas son en la balanza de Dios las primeras. Sobre ellas debe fundarse nuestra fe en el más allá, todo lo que la Iglesia nos manda creer sobre el cielo y el infierno, la contemplación del Dios Trino, y la glorificación de este cuerpo mortal. Cuidémonos de “espiritualizar” estas tan grandes verdades o diluirlas en alegorías y metáforas poéticas. Ya San Agustín combate contra estas opiniones espiritualizantes que destruyen la valiosa esperanza de toda la fe cristiana, “la bienaventurada esperanza”, como la llama San Pablo (Tito 2, 13). Véase 11, 6-9; 30, 23-26; 43, 19 ss.; 51, 6 y 16; 66, 22. En II Pedro 3, 13 y Apocalipsis 21. 1 ss. se repite el anuncio con las mismas palabras. Véase también Apocalipsis 21, 5 y la profecía de Ageo 2, 7, reiterada por San Pablo en Hebreos 12, 26. Cf. Romanos 8, 21.

* 20. Este verso se ha traducido de diversas maneras. Bover-Cantera vierte: Ya no habrá allí mamoncillo de pocos días, ni anciano que no haya cumplido su vida; antes bien, el joven morirá centenario, y el pecador será de cien años alcanzado por la maldición. “La idea de esta profecía es la del retorno a la inocencia patriarcal, o más bien a la inocencia primitiva mucho más perfecta” (Le Hir). Fillion la llama “la edad de oro mesiánica” y hace notar que “la longevidad patriarcal reaparecerá”. Jünemann dice: “Será la longevidad y dicha del paraíso.” Véase Salmos 89, 10 y nota; Zacarías 8, 4. Suele interpretarse este texto también en el sentido de llegar a viejo sin lograr la madurez del juicio y de la virtud. Pero, como observa el Cardenal Gomá, “el texto dice lo contrario; se trata de los tiempos felices del Mesías: en que tendrán los justos una longevidad feliz” (Biblia y predicación p. 273). Él profeta habla solamente de la longevidad; el último enemigo, la muerte (I Corintios 15, 26) será destruido después de la última rebelión de Satanás al fin de los tiempos (Apocalipsis 20, 14).

* 21 ss. Promesas varias, reiteradas en otros pasajes. Gramática anota los siguientes en la Biblia Vaticana: Edificarán… y plantarán: cf. 62, 8 s.; Jeremías 31, 5; Amos 9, 14. Estirpe de benditos: cf. 61, 9. Ellos como sus hijos (versículo 23): “Delicioso detalle: las familias permanecerán intactas; completas, las diferentes generaciones; y las diversas generaciones y edades estarán siempre reunidas” (Fillion). Los habré escuchado (versículo 24): cf. 30, 19; 58, 9 (véase también las palabras .de Jesús en Juan 16, 16-26). El lobo y el cordero (versículo 25): cf. 11, 6 ss. También los animales serán asociados a la felicidad de la humanidad santificada.

* 1. Antes de referirse una vez más al misterio de la nueva Jerusalén, el profeta vuelve a revelarnos que no agrada a Dios el culto meramente externo. Dueño y autor del universo, ¿para qué necesita Él de nuestros templos, si en ellos no ha de adorársele “en espíritu y en verdad”? (Juan 4, 23 s.). David, que ardía en deseos de levantar la casa del Señor (cf. Salmos 131, 1 ss. y nota), y que hizo muchos preparativos para ello, no vaciló en abstenerse y dejar esta misión a su hijo Salomón a quien Dios quería confiarla. Cf. 1, 10 ss.; Salmos 39, 7; 49, 8 ss. y notas.

* 2. El templo de Dios somos nosotros (I Corintios 3, 16 s.; II Corintios 6, 16). De ahí que Él mire ante todo al interior de ese templo para ver si allí se le rinde el culto máximo que, según San Agustín, consiste en la fe, la esperanza y la caridad. La disposición del corazón contrito, que es también un don de Dios, se requiere como condición previa: es, como dice un maestro de la vida espiritual, “la zanja indispensable para hundir el cimiento que es la fe, el cual será tanto más seguro cuanto más hondo se haya cavado en la negación de sí mismo”. Véase Marcos 1, 15; cf. Jeremías 7, 4; I Reyes. 15, 22; Salmos 50, 18 s.; Mateo 9, 13; Hechos de los Apóstoles 7, 49; 17, 24. Cf. el discurso de San Esteban en Hechos de los Apóstoles 7, 49-50.

* 3. El sentido es que esos sacrificios mezclados con abominaciones, no son más que hipocresía. El culto puramente exterior es una abominación ante el Señor y puede ser tan malo como la apostasía. Véase 29, 13, citado por Jesús en Mateo 15, 8; Sabiduría 9, 10 y nota, etc.

* 4. Reitera lo expresado en 65, 12 contra el desprecio de su Palabra, y expone una doctrina semejante a la del Salmos 17, 26.

* 5. Hay aquí como un verdadero anticipo del Evangelio, donde Jesús nos anuncia tantas veces que “a causa de su nombre” seremos perseguidos, aún por nuestros hermanos (cf. Lucas 6, 22 s.; II Tim: 3, 12; Juan 16, 1 s.). Que Yahvé muestre su gloria, etc. San Pedro nos previene contra los burladores de esta especie (II Pedro 3. 3 ss.), y Jesús los asemeja a los del tiempo de Noé y de Lot (Lucas 17, 26 ss.). Véase también la actitud de los fariseos que pedían a Jesús señales en el cielo (Mateo 12, 38 ss.; 16, 1; I Corintios 1, 22), y la imprecación sarcástica anunciada en Salmos 21, 9, que se cumplió a la letra en Mateo 27, 43.

* 7. Un hijo varón: cf. 32, 1 y nota. Según Nácar-Colunga y la Biblia de Pirot se describe en estos versos la “multiplicación repentina de Jerusalén”, según Jünemann la “conversión instantánea y perfecta de todo el pueblo de Israel”.

* 9. Es decir, no es posible que el Señor, después de haber organizado todo para el restablecimiento de su pueblo, deje abortar miserablemente su designio. Según esto, algunos interpretan este misterioso pasaje considerando que el versículo 7 es el cumplimiento de la amenaza del versículo 6 y de la burla del versículo 4: la infiel Jerusalén pretendía ver al Señor en gloria (versículo 5), y he aquí que, al contrario, verá al Mesías nacido en la pobreza, y no lo reconocerá, es decir dará a luz a su gran Hijo varón antes de estar en trance y sin sufrir por Él, esto es sin estar preparada para recibirlo, pues que rechazó la predicación del Precursor (Mateo 11, 18; 21, 25 s.), y de ahí que este Hijo, que debía ser su gloria, le servirá de tropiezo (8, 14 s.; Romanos 9, 31 ss.; Lucas 2, 34).

* 11 ss. Un expositor claro y profundo del Evangelio, refiriéndose a nuestro pasaje, trae esta meditación, que puede iluminar toda una vida: “Mientras no tomemos en serio el dogma de que Dios es amor (I Juan 4, 16), es decir, mientras no lo creamos del todo, no podremos decir que vivimos la fe. Si uno invita a su mesa como padre, y alguien va a ella como a un hotel en que debe pagar con dinero y no con amor, no puede decir que acepta la invitación. «Yo os lo digo, ninguno de aquellos varones que fueron convidados gozará de mi festín» (Lucas 14, 24). Bien vemos que no se trata de cosas dejadas a nuestra elección, como tal o cual práctica devota: se trata de la recta fe, sin la cual, dice San Pablo, «es imposible agradar a Dios» (Hebreos 11, 6). Porque si yo creía que un señor es un comerciante, o un verdugo, y resulta que es mi padre, no puedo decir que creía en él. Y en vano querré entonces suplir con otros obsequios la falta de la verdadera fe, pues que, como lo define el Concilio Tridentino, «la fe es el principio de la humana salvación, el fundamento y raíz de toda justificación, y sin ella es imposible agradar a Dios» (Denz. 801). ¿Cómo podría, en efecto, agradar una doncella a un poderoso príncipe que lleno de amor pide su mano, si ella le contesta que no puede corresponder a su amor, pero, en cambio, le ofrece algún dinero?” Jesús, quien es el retrato perfecto del Padre (Hebreos 1, 3), nos hace comprender fácilmente esta actitud “maternal” de Dios que por su exceso de bondad resulta increíble para el criterio humano cuando nos dice: “Al que viene a Mí no lo echaré fuera ciertamente” (Juan 6, 37). Más aún, las que consideramos como miserias, sean las que fueren, lejos de ser un obstáculo, son un título, el gran título para reclamar la benevolencia del que vino como Salvador y no se cansó de insistir en que no buscaba justos sino pecadores, no sanos sino enfermos (Lucas 5, 30-32). Véase Mons. Guerry “Hacia el Padre”, capítulo 32. Cf. 49, 15; 55, 1 y notas.

* 15 s. Alusión al día del juicio según todos los comentarios. Véase 29, 6; 30, 27 s. Gramática cita también aquí Malaquías 8, 1 s.; II Tesalonicenses 1, 7 s.; Hababuc 3, 8; Salmos 96, 3.

* 17. Yendo tras un mistagogo (Crampón: detrás del sacerdote): Alusión a los ritos paganos. Según Bover-Cantera se trata del hierofante que dirige el rito de purificación.

* 18. Se refiere al día del juicio, como en Joel 3, 2; Sofonías 3, 8; Zacarías 14, 2.

* 19. Pondré… una señal: Según algunos intérpretes, una señal destinada a llamar a los paganos. Más exacto, según otros comentadores, los milagros que deben acompañar a la inauguración de la teocracia bajo su nueva forma, en los tiempos mesiánicos (Fillion). Tubal: nombre de un país de Asia Menor. La Vulgata dice Italia. Javán: Grecia.

* 20 s. A todos vuestros hermanos: Algunos extienden este concepto a los gentiles, que serían llevados al Reino del Mesías de diversas maneras. Otros lo refieren a los israelitas regenerados de entre las naciones. Esta última opinión parece más conforme al contexto y a los lugares paralelos que indica Gramática. Cf. 49, 22; 60, 4; Baruc 5, 5 s.; Sofonías 3, 10. Véase también 61, 6; Salmos 50, 21 y nota.

* 22. Nuevos cielos y nueva tierra: Se refiere a lo anunciado en 65, 17. Cf. Salmos 88, 5 y 30; II Pedro 3, 10 y 13.

* 23. De neomenia en neomenia. Véase Zacarías 14, 16; Salmos 64, 2; 65, 4; 85, 9 y nota.

* 24. Se rebelaron, Crampón anota: “Cuando salgan de la nueva Jerusalén, los adoradores del verdadero Dios verán, yacentes sin sepultura sobre el campo de batalla, bajo los muros mismos de la Ciudad Santa, a todos los enemigos de Yahvé roídos por los gusanos y quemados por un fuego inextinguible.” Jesús usa esta misma expresión de Isaías para señalar la eternidad de las penas del infierno (Gehenna). Véase Marcos 9, 48 y nota. Cf. Sabiduría 5, 1 ss. No queremos concluir la explicación de este divino libro sin acentuar una vez más su importancia para la Escatología, o sea, la doctrina de los Novísimos. La luz del fin del hombre y del mundo debe iluminar la vida cristiana. Un eminente teólogo, el P. Rahner, en su libro “Teología Kerigmática” dice al respecto: “En la predicación cristiana, la escatología es la parte más importante, en cuanto que sólo a su luz se puede mostrar el pleno sentido de todo el cristianismo. Sin esta mirada al “éskaton”, todo termina por ser una serie infinitamente complicada de prescripciones morales, de convicciones religiosas y de buenas intenciones.” Rahner trae como ejemplo su propia experiencia y lo que experimentó un ferviente cristiano, quien, después de estudiar los misterios escatológicos se expresa de esta manera: “Este futuro del cristianismo es para mí algo completamente nuevo. Desde que conozco esto, mi vida ha ganado un empuje totalmente nuevo. Yo había llegado a un estado de inercia total… Ejercicios de piedad y doctrina moral no llenan suficientemente. Se necesita un fin grande, objetivo, una esperanza… Cuántos despertarían de su apatía con esta esperanza. Es mi propia experiencia la que me permite decir: Volved a predicar la escatología con el sano espíritu de la doctrina cristiana, y veréis qué cristianos activos, osados y sacrificados, obtendréis para el campo del mundo.” Quien no ve “en el dogma de la segunda venida de Cristo y en el de la proximidad del Reino de Dios, más que un símbolo, una representación sensible de la proximidad espiritual de este Reino, rompe, en su mismo fundamento, la indisoluble unidad de lo visible e invisible. Verdad es, y esto constituye el más profundo contenido de la Teología paulina, que el Reino de los Cielos ya está aquí, que el “aión” venidero ya ha irrumpido en este mundo, y que está “in fieri” desde el día en que hubo Espíritu sobre la tierra. Desde la Encarnación, desde la crucifixión y desde Pentecostés, está presente el “último tiempo”. Cuando decimos “credo in vitam aeternam”, no sólo confesamos la fe en el último tiempo venidero, sino también en el que “ya ha venido”: la misteriosa existencia de Cristo en nosotros” (Rahner, ibíd.).